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📍 Barcelona, España

Marzo 2022

Èric con mucha dificultad trata de meter el enorme oso de peluche que ganó en la feria para su novia, está solo ríe al ver a su chico.

— No te burles. — dice riendo.

Finalmente, el futbolista español deja el oso de peluche sobre el pequeño sofá que está dentro de la habitación de Ana.

— ¿Te gustó mi regalo? — la observa.

— Me encantó. — Ana lo abraza y éste deposita un beso sobre su frente. — Tengo al mejor novio del mundo.

— Y yo a la novia más hermosa de este mundo. — responde.

Sin dudas, Èric es feliz con Ana, por fin había encontrado a la chica indicada.

— Iré a la cocina por algo de tomar, ¿Quieres algo?

— Mmmm, un jugo estaría bien.

— Está bien, ya vuelvo.

Ana sale de la habitación, se suponía que está habitación era de Camila, solo que lucía irreconocible, ya que Ana la había decorado a su gusto. Èric se sienta en el borde de la cama y saca su teléfono, abre sus mensajes y revisa una vez más el chat de su mejor amiga, sin embargo, esta aún no le respondía sus mensajes.

Llevaba dos días que Camila parecía estar ignorando a Èric, ya que ni responde ni sus mensajes o las llamadas y eso comenzaba a preocupar al futbolista, ¿acaso le había pasado algo?

— Aquí está tu jugo, amor. — Ana entra a la habitación con dos vasos de jugo, uno se lo da a Èric que se lo termina de una. — Vayas, tenías sed. — ríe.

— Cargar ese oso por toda la feria y todavía subirlo a tu habitación, cansa. — ambos ríen.

Èric sigue verificando sus mensajes hasta que llega al chat de Ronald que le envío una imagen que parecía ser la invitación a la fiesta de cumpleaños del pequeño Adrián.

— ¿Qué miras? — Ana se acerca con algo de curiosidad.

— Un compañero y amigo me invitó a la fiesta de cumpleaños de su hijo, su nombre es Adrián. — Le muestra su teléfono. — Es en tres días.

— Que lindo, supongo que vas a ir, ¿no?

— Sí, soy muy cercano a ellos. — responde y Ana asiente. — ¿Quieres venir? — Pregunta tomando a Ana por sorpresa.

— ¿Cómo? ¿Quieres que vaya contigo?

— Sí, digo, ya somos oficialmente en novios, ¿no?

— Sí, pero... ¿Estás seguro?

— Claro que estoy seguro, así conoces a algunos de mis amigos. Estoy segura de que te van a adorar y también a mis hermanas, les caerás muy bien.

Ana al escuchar aquello se puso algo nerviosa, Èric le había platicado de sus hermanas, pero el tener que ya conocerlas le aterraba un poco, ¿Y si no les caía bien?

— No sé, Èric.

— Ana, no pasará nada, estaré contigo en todo momento, ¿sí? — el futbolista hace un puchero, la debilidad de su chica.

— Sabes que no puedo decirte que no con eso, tonto. — ríe.

— ¿Entonces? ¿Vendrás conmigo?

— Sí, iré contigo. — responde resignada. — Tarde o temprano iba a tener que conocer a tus hermanas, ¿No? Espero que todo salga bien.

— Y así será, amor.

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📍 Centro de Barcelona

Camila guarda las últimas cosas en su maleta, su vuelo a Madrid sale por la noche, cerca de las 21:00 horas y como es costumbre en ella quería estar en el aeropuerto antes de lo indicado para evitar contratiempos, aunque el tiempo que dura su vuelo es menos de dos horas.

Al terminar prepara su bolso de mano con todo lo necesario, el motivo de su viaje a Madrid es que la empresa donde está haciendo sus prácticas profesionales hará una exposición en la capital española y le pidieron a Camila ser la encargada del área de fotografía, aquello no es su fuerte, sin embargo, decidió aceptar el cargo como un reto, lo único que espera ella es que eso terminé de buena manera.

Al terminar de acomodar sus cosas se da una ducha y se arregla para irse, únicamente se pone algo cómodo, unos jeans, tenis y una blusa color rojo, cepilla su cabello y pinta únicamente sus pestañas, nada extravagante, ya que lo único que hará al llegar a Madrid será dormir.

Mientras Camila come algo de la comida que Mar le trajo ayer, observa sus redes sociales hasta que un mensaje llama su atención, es Èric.

"¿Está todo bien? Espero me puedas responder pronto".

Es lo único que decía el mensaje, Camila suspira y decide ignorarlo como los anteriores. Seguía enojada por la grosería de Èric en dejarla plantada en un día especial para ella, prácticamente todos sus amigos estuvieron ahí, hasta Nico que llegó tarde y él, no siquiera un mensaje de disculpas. Por esa razón Camila lo ignoraba y lo seguirá haciendo.

Horas más tarde, Camila espera a Ronald y a Mar que serían los que la llevarían al aeropuerto de Barcelona.

— Pensé no llegarían. — menciona al abrir la puerta. — ya iba a llamar a un taxi.

— Todavía es temprano y es un vuelo a Madrid, no tienes porqué estar ahí con mucho tiempo de anticipación.

— No quiero perder mi vuelo, lo hago y mi jefa me regaña.

Mar ríe mientras Ronald baja la maleta de Camila.

— Cualquier cosa me llamas, por si tu amiga olvida ir a recogerte al aeropuerto.

— Tranquila Mar, he viajado varias veces sola, estaré bien.

— Nada más quiero asegurarme que en verdad estarás bien.

— No te preocupes, sé cuidarme sola.

Ambas amigas salen del departamento, bajan hasta la primera planta y salen del edificio rumbo al auto de Ronald que es fácil de identificar.

En el camino al aeropuerto Camila trata de calamar a la pareja que lucían más nerviosos que ella por su pequeña estadía en Madrid, prácticamente ellos dos se habían convertido en los hermanos mayores de Camila, algo que ella agradece, ya que se preocupan mucho por ella. Por primera vez Camila sentía que era querida por las personas a su alrededor y eso es gracias a Ronald, Mar, Valen, Fer y Nico.

Por primera vez en su vida, Camila tenía amigos de verdad, amigos que se preocupan por ella y la quieren.

— ¿Llegarás a tiempo para la fiesta de Adrián?

— Claro, llegaré ese mismo día al medio día, no se preocupen, llegó en taxi a su casa.

— Nos llamas, aunque sea mandamos a Nico por ti.

— Dudo que Nico quiera ir a recogerme. — bromea. — Mejor le diré a Val, es más fácil que ella lo obligue. — los tres ríen.

Estando ya en el aeropuerto, los tres entran a este y caminan unos cuantos minutos pasando por diversos establecimientos hasta llegar al área de vuelos nacionales.

— Les llamo cuando esté en casa de mi amiga, ¿sí?, cuiden a Adrián estos días por mí.

— Por supuesto y suerte, Cami.

— Puedes con todo, recuerda eso siempre. — completa Ronald.

Camila se despide de ambos, posteriormente toma la manija de la maleta y caminó hasta la fila para pasar al área de abordar, al llegar hasta la parte de enfrente muestra el papel que imprimió y la dejan pasar sin problemas. Camina hasta llegar al acceso de su vuelo y espero aproximadamente cuarenta minutos para que los pasajeros comenzarán a abordar el avión.

Le esperan a Camila unos días bastantes largos en Madrid, sin embargo, todo cambiará en su regreso.