• 5: Amigos y Familia Real •
• Wooyoung •
Mi hermana estuvo en mi colegio desde el primer año y sus últimos tres años fue la Reina.
Ella desde siempre ha sido una persona muy amable, algo...algo agrandada, sí, eso debo admitirlo, pero no es mala persona, amo a mi hermana.
Ahora, vamos al momento en el que la tengo sentada en frente mío, en mi cama, interrogandome porque al parecer se enteró que me molestan en la escuela.
— Wooyoung por favor dime que no es cierto, yo...sé que no he estado mucho en casa últimamente pero apenas llego y noté que estás algo lastimado, ¿te están haciendo algo?
— Liv, ya basta, ¿sí?, no es nada
— Estás golpeado Wooyoung, estás herido
— Soy torpe y me caigo, además...intenté meterme en una pelea para separar a dos personas y recibí golpes, no sé Liv, simplemente quiero que entiendas que no está pasando nada, ahora si no es mucha molestia te pediría que te retires, tengo que ordenar la habitación, en un rato vendrá un amigo.
Oh, sí, eso, es viernes e invité a San a ver películas como agradecimiento.
Porque sí, estoy golpeado y si no fuera por San, no sé si estaría reconocible para mi propia hermana.
•••
Recién salía de la escuela, estaba solo, San salía en veinte minutos.
— ¿Escuchaste lo que dicen por ahí, cerdito lindo?, nuestro querido chanchito anda sirviéndose en platito al Príncipe del colegio
— ¿Disculpa?, yo no me ando sirviendo para nadie
Porque podía aceptar que me digan gordo y feo, pero jamás iba a permitir que hablen de aquello...no otra vez.
— Debe ser fácil para ti, el niño inocente entregando el culo bien servidito.
— Cierra la puta boca.
— ...¿Cómo me hablaste?
Mierda.
Bien, quizás y sólo quizás terminé siendo arrastrado al callejón cercano a la escuela. Quizás y sólo quizás patearon mi estómago, quizás y sólo quizás pusieron un trapo en mi boca para que no se me escuche gritar.
— ¡¿Quién te crees que eres para hablarme así, pedazo de cerdo asqueroso?!
Otra patada en mí estómago, tirones de pelo, bofetadas, quemaduras y sacaron un puto cuchillo.
— ¿No quieres reducir un poco esa grasita, cerdo de mierda?
Bien, acabo de ver cómo San aparecía frente a Soyeon y golpeaba su rostro con la palma de su mano.
San desaparecía y aparecía, empezó una fuerte pelea y...Dios, jamás había visto a San pelear, lo hace realmente bien.
Solté un grito de susto cuando una llama de fuego me rozó, sin llegar a quemarme.
— ¡San, cuidado!
San giró con rapidez pero Soyeon ya estaba acercándose a él, me animé a tirar un balde con agua de lluvia que había en el callejón, de esa manera Soyeon no pudo avanzar, cayendo con fuerza al piso.
Todos quedaron sorprendidos OBVIAMENTE porque el chico sin poderes al que le estaba sangrando la cara y apenas podía moverse acababa de hacer fallar a una Súper, bien.
San me regaló una muy bonita sonrisa con esos hoyuelos a los que no les había prestado atención.
Me ayudó a levantarme y nos llevó a ambos a mi casa en solo unos segundos.
— Cura tus heridas y por favor, cuídate.
Abracé a Choi San.
Abracé a Choi San y solté lágrimas, porque dolía, porque estaba herido, porque a veces sentía que no podía más.
— ¿Quieres...venir en la noche?, veamos algo, prepararé algo para ti, quiero agradecerte bien por ésto.
— Nos vemos en la noche Wooyoung y...y gracias por dejarme ser yo quien te proteja, también me protejiste a mí, así que gracias por ser buena compañía.
— ¿Nos hacemos buena compañía?
- Nos hacemos buena compañía.
Ambos nos sonreimos.
Y quizás mi carita tenía sangre, quizás estaba malditamente golpeado, pero le sonreí.
Y quizás él era un Príncipe, quizás él acababa de pelear con alguien de la Familia Real por mí, pero me sonrió.
Y miramos nuestros ojos, y nos dimos cuenta de que ya no somos compañía.
Ya somos amigos.
•••
— ¿Qué amigo es ese?, ¿o es otra cosa?
— Dios Liv, no, con suerte y voy a la escuela, simplemente él se acercó a mí porque también pasa mucho tiempo solo.
— ¿Quién es?, ¿lo conozco?
— Choi San, un chico de la escuela.
— ¿El Príncipe de la escuela?, Wooyoung, ¿te juntas con el Príncipe?
— No le digas así, para mí no es un Príncipe, es Choi San, un compañero de la escuela, deja de meter a las personas en esa estúpida caja de reinado en la que vives, estoy harto de los reyes y reinas, Liv, estoy harto de que ésto se haya salido de control, el pueblo entero está cayendo en la estupidez esa y, Dios, sólo para de hablar de eso porque con la escuela es suficiente.
— Wooyoung no me hables así, no te hice nada.
— Sólo estoy harto Liv, te amo y respeto pero por favor para con eso, ¿está bien?, con la escuela es suficiente, aquí tú eres mi hermana, no la Reina ni San es un Príncipe, sólo basta por favor.
— Woo, ¿qué pasa?, Wooyoung no te noto bien.
— Luego hablamos, ahora vete por favor.
Justo en ese momento se escuchó el timbre sonar.
— Es San, iré a abrirle, por favor no hables del reinado ese con él, sólo es el amigo de tu hermano menor, ¿sí?
— Sí Woo, te prometo que sólo seré tu hermana mayor.
Me puse frente al espejo y peiné un poco mi cabello, acomodé mi ropa y solté un suspiro.
Mi cara era un auténtico desastre, el labio roto, la ceja partida, el ojo algo morado y tenía un poco de venda en la nariz. Tenía puesta una camiseta grande porque el roce de la ropa me hacía daño, también unos pantalones jogging para la comodidad.
Simplemente un desastre.
— Woo...nunca olvides que eres hermoso, aún con todos los golpes del mundo y aunque te mires a ti mismo con esa carita, eres el ángel de los Jung, siempre lo haz sido.
Le sonreí aunque mis ojos no mostraron el brillo de una sonrisa.
Fui a abrirle a San y ahí estaba él, sin un maldito rasguño y es que nunca me había percatado de lo impecable y bonito que se vé siempre. Ahora vestía una simple camiseta blanca con una denim jacket y jeans del mismo color que la chaqueta, su cabello castaño con mullet blanco estaba delicadamente peinado hacia atrás, simplemente era un Príncipe, aunque odie decirlo.
— Hola, ven, pasa.
Me hice a un lado para que San entre, me saludó con un abrazo que realmente me sorprendió.
— Traje pizza
— Y yo te preparé un pastel de chocolate, habías mencionado que te gusta mucho así que creí que sería una buena idea.
— Me encanta la idea.
Le sonreí y juntos fuimos a la cocina, ahí agarré servilletas y latas de gaseosa para ambos.
— ¡San!
San dejó la caja de pizza en la mesa para poder abrazar a KyungMin, atrás de él aparecieron mis padres y Liv.
— Wooyoung, comportate con tu amigo, llevaremos a tu hermano a cenar, Liv se queda cuidándolos.
— Dios mamá tenemos diecisiete años, sin Liv estamos bien.
— Si pasa algo no dejaremos que tu amiguito sea el que te proteja y que te quedes ahí como un inútil, Wooyoung, si Liv está para ayudar es mejor.
— Ésto es porque no tengo un superpoder, ¿verdad?, otra vez con esa mierda.
— Cuida tu vocabulario Jung Wooyoung.
— Papá, vayan, está el amigo de Woo, que tengan linda noche, solo vayan.
Dios Liv, gracias.
Mis padres se fueron luego de que yo abrace a mi hermanito, Liv saludó con una pequeña reverencia a San y se fue, entendiendo que ahora quería que estemos solos.
— San lo lamento tanto, que pena que hayas tenido que ver eso, a ellos como habrás visto no les agrada del todo que no sea un Súper y no tenías que presenciar eso, te pido disculpas.
— Escucha Wooyoung, no debes pedirme disculpas y menos por ésto, además quiero que sepas que no estoy nada de acuerdo con lo que dijeron tus padres, que seas o no un Súper no te hace menos, tú me ayudaste sabiendo las debilidades de ellos y para mí eso vale demasiado. Eres genial así, como eres, sabiendo lo que sabes puedes llegar más que lejos, así que quiero que te olvides de todo lo que dijeron, te lo digo como amigo y porque me importas, ¿lo recuerdas?, nos hacemos buena compañía.
— Eres la mejor compañía que pude haber tenido, gracias por pensar eso de mí, y también me importas, San.
Me puse algo nervioso cuando San dió una suave caricia en mi cabello, me sonrió y me miró a los ojos.
— ¿Vamos a comer?
Asentí y fuimos a mi habitación en donde nos acomodamos para comer y ver Harry Potter, obvio.
En medio de una de las películas, lo miré, miré a ese amigo que ahora tenía, miré a ese Príncipe que me tendió la mano cuando mi mente sólo quería apagarse para siempre, miré a ese miembro de la familia real que decidió que yo valía más que un estúpido superpoder, que vió que yo también merecía un amigo.
Porque nos hacemos buena compañía.
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