• 3: Quizás •
• San •
Quizás y sólo quizás, cada vez que veo a Jung Wooyoung en el almuerzo, me siento en la misma mesa que él, así, en silencio, él no se queja, siquiera me mira.
Lo he visto con más heridas y también he notado que se pone curitas (quizás ví algunas de Spider-Man).
Nadie le dice nada, nadie me dice nada, nadie nos dice nada, sólo somos nosotros dos en esa mesa almorzando en silencio.
— ¿Por qué haces ésto?
Entendí a qué se refería cuando lo escuché.
— Quizás tampoco quiero estar solo.
— ¿Y tus amigos?
— ¿Cuáles?
— Tú...ya sabes, eres de la Familia Real
— No significa que sean mis amigos, ¿me haz visto con ellos?
— No.
— Quizás tú y yo nos hacemos compañía, Jung Wooyoung.
El silencio volvió a hacer acto de presencia y sonó el timbre para volver a clase. Él se levantó y antes de irse, me miró.
— Quizás sí somos buena compañía.
Me dió una casi inexistente pero real sonrisa, luego de eso, se fue, yo a los pocos segundos también me levanté y me dirigí a clase.
•••
• Wooyoung •
El lunes pasado fue mi primera interacción con Choi San y toda la semana se sentó conmigo en el almuerzo. Hoy es lunes otra vez y, por primera vez, alcé la mirada para verlo cuando se sentó en la mesa.
— Hola
Me miró notablemente sorprendido cuando lo saludé.
— Hey...hola.
— ¿Cómo estás?
— Depende, ¿qué tanto te importa?
Pensé unos segundos su pregunta, y aunque podría haber dicho que realmente fue por cortesía, estaría mintiendo.
— Quizás quiera que nos sigamos haciendo compañía, me importa
— Me siento bien, decaído por temas más personales, pero bien, ¿y tú?
— ¿Qué tanto te importa?
— Quizás quiero saber qué es tener a alguien que sea algo así como un amigo, así que me importa
— Me siento...
Mentiría si dijera que bien, pero no quiero que me tengan lástima.
— Quizás me siento como si también necesitara un amigo
— Quizás nos hacemos buena compañía
— Quizás sí, Choi San hyung
— San, sin el hyung, un gusto
Lo ví estirar su mano para que la estrechara.
— Wooyoung, también es un gusto
Estrechamos nuestras manos y, nuevamente, hicimos silencio para comer, pero fue un silencio cómodo, porque quizás y sólo quizás, estábamos disfrutando la compañía.
•••
— WooWoo hyung, está sangrando otra vez.
Suspiré cuando escuché a KyungMin, estábamos en mi habitación y él me estaba ayudando a sanar las heridas muy notorias en mi rostro porque quizás y sólo quizás, Soyeon me hizo tropezar y golpearme muy fuerte, además de uno que otro golpe "accidental" de sus amiguitos, claro.
— A ver, déjame a mí
Hice algunos gestos de dolor al curar mi ceja. Luego de eso, terminé con los golpes de mi abdomen.
— WooWoo, ¿podemos comer un paquete de galletas mientras vemos "Charlie y la fábrica de chocolate"?
— Si corazón, vé a buscar las galletas, yo pondré la película
Cuando el pequeño se fue, puse la película y lo esperé sentado, agarré mi celular cuando noté que tenía algunas notificaciones.
***: que cerdito tan simpático
***: un chanchito subido de peso
***: que mejillas tan asquerosas
***: ¿vamos tapando la pancita?, da asco verla
***: ¿granos o volcanes?
***: la grasa lo va a consumir
***: No puedo parar de reír, nunca ví a alguien tan horrible
Mi rostro empezó a mojarse cuando noté que todos esos comentarios y muchos más aparecían en mis publicaciones de instagram, al instante lo puse en privado y empecé a prohibir los comentarios.
— ...¿WooWoo?
Miré a mi pequeño hermanito el cual corrió a abrazarme cuando me vió llorar.
Nos dormimos así, abrazados.
Y quizás y sólo quizás, él logró eliminar nuevamente ese horrible pensamiento que deseaba acabar conmigo.
•••
• San •
Hoy era un lindo martes, la mañana estaba soleada sin embargo no hacía un calor sofocante, había una leve brisa y me había levantado de buen humor porque dormí mucho.
Desayuné tranquilo, elegí mi ropa y tomé un buen baño, para finalmente, unos minutos antes de entrar a clase, teletransportarme a la escuela.
Entré con una pequeña sonrisa y fue cuando ví a Jung Wooyoung parado frente a su casillero (jamás había notado que estaba cerca de la entrada), fui a saludarlo.
La sonrisa desapareció cuando ví los dibujos que había en aquella pequeña puerta, los dibujos y palabras que había eran...horribles.
— Buen día Jung Wooyoung, no creerás lo que la escuela decidió, serás...la mascota del reino
Jeon Soyeon, me vale mierda que seas mujer, quiero golpearte.
— Bienvenido, lindo chanchito.
Tomé la mano de Wooyoung y en menos de un segundo, ambos estábamos en otro lugar, el techo del colegio.
— ¿Vas a llorar?
— Me avergonzaria si lo hiciera
— Quizás estamos intentando ser buena compañía
Y después de decir eso, Jung Wooyoung comenzó a llorar, y yo, bueno, quizás lo abracé por los hombros.
— No eres ninguna de las cosas que ella y todos dicen, vales más que eso.
— ¿Cómo lo sabes?
— Porque quizás elijo creer que es así.
Él soltó un sollozo y me miró.
— No me conoces San, no sabés qué soy ni cómo soy, siquiera tengo...
— Superpoder, lo sé, ¿y qué?, eso no te hace menos especial, te hace único y, ¿sabes?, antes que ser como esa mierda de persona, yo elijo ser como tú.
— No sabes cómo soy.
— Quizás quiero saberlo.
— ¿Por qué insistes tanto?
— Porque quizás puedo encontrar un buen amigo en ti, y no quiero perder la oportunidad.
— Yo...no soy el mejor chico del mundo.
— ¿Te gusta la pizza, bailar o BTS?
— Los tres.
— Entonces eres el mejor chico del mundo.
Lo escuché reír después de eso, y no sabía que la risa tenía el superpoder de aliviar un corazón.
— ¿Me dejas conocerte?
— ¿Me dejas hacerlo a mí también?
Nos sonreimos y estrechamos nuestras manos, porque quizás y sólo quizás con esa amistad no solo empezaba eso, la amistad.
Quizás y sólo quizás podemos conocer más cosas, más allá de nosotros como personas, más allá de todo, nos haremos conocer cosas.
Quizás y sólo quizás, con ésta amistad entre el Príncipe y Jung Wooyoung, esté naciendo el nuevo reinado.
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