• 17: Te extrañé •
• Wooyoung •
— ¿Qué?
— San despertó, Woo.
Corrí hacia la maldita habitación con una rapidez inigualable (bien, exagero, pero sí fui rápido) y, al llegar, me detuve en aquella puerta que tantas veces había cruzado para ver al lindo pelinegro que estaba al otro lado.
— Anda, entra, preguntó por ti.
No lo dudé más y entré.
En la camilla se encontraba San sentado, frotando sus ojitos con sus puños y quejándose un poco con claro cansancio. Su cabello estaba algo alborotado y hacia muequitas confundido.
— ¿San?
— Oh, Woonie, hola...
Me acerqué a paso lento y cuando estuve a su lado lo abracé tan fuerte como pude evitando hacerle daño.
— Mierda San, te extrañé.
— Wow, tranquilo bonito, solo han sido unas horas.
— ...¿Qué?
— Parece que me he ido por años Wooyo, ¿tanto me extrañaste?, por cierto, que rápido sanaron tus heridas, tú...
— San, dormiste un mes entero.
La cara de San fue un poema. Sus ojos se abrieron en grande haciéndolo ver menos asiático y su mandíbula casi que rozaba el suelo.
— ¿Cómo que un mes?
— Exacto, eres un dormilón, ¿cómo vas a dormir tanto?, tuve que dormir en tu cama solo un mes enterito, tuve que comer sin hablar contigo y me negué a ver películas porque cuando despiertes ya no íbamos a tener nada nadita para ver. Además tuve que aprobar los exámenes solito, ¿entiendes?, ¡so li to!
Me crucé de brazos mientras me quejaba de que había dormido demasiado y en él solo se formaba una hermosa y gran sonrisa. Sus mejillas se pusieron algo rositas y volvió a abrazarme.
— Gracias por esperarme, amor.
— Gracias por despertar, Sanie.
Fue un buen rato el que estuvimos abrazados y hubiera sido más si tan solo no existieran los doctores y Yunho.
— Woo, debes irte, San está despierto ya pero debe quedarse un tiempo más y el horario de visita ya terminó, ¿bien?
— ¿Puedo...puedo quedarme yo ésta noche?
— Woo...
— Por favor por favor por favor, ya soy mayor de edad y me han visto cuidar de San un mes entero, una noche no hace la diferencia, ¿sí?, ¿porfis?, lo extrañé anda.
Yunho y los doctores se miraron entre sí y los últimos asintieron para después darme algunas indicaciones de qué hacer en caso de que San necesite ayuda o si yo mismo la necesitaba.
— Bien entonces...supongo que soy yo el que me voy, nos vemos mañana temprano así vas a la escuela, ¿te parece?
— Me parece, gracias Yuyu Hyung.
Yunho se fue después de darnos un abrazo a ambos y yo tuve que salir para que los médicos le hagan un pequeño chequeo a San. Después de eso, volví a entrar y lo abracé nuevamente, ésta vez duró mucho más.
— Estás precioso, te creció el cabello.
Me oculté en su cuello negándome a salir y que vea mi sonrisa tonta.
— Estaba pensando en cortarlo.
— Haz como quieras, de todas formas vas a gustarme, tengas el cabello rojo, morado o azul, eres precioso.
— Dios, San, cállate.
Lo escuché reír y reí yo también porque estaba feliz. Que esté de vuelta me hacía feliz.
— Oye San...
— ¿Sí lindo?
— ¿Tendrías...una cita conmigo?
— ...¿Hablas en serio?
— Claro que lo hago, Choi.
Me miró a los ojos y acarició mi mejilla con delicadeza mientras me sonreía no solo con sus labios, sino también con sus ojos. Me sonrió mostrando esos hoyuelos tan adorables y ese brillo en sus ojos que ilumina mi alma entera.
— ¿Puedo pedir algo a cambio?
— No voy a darte mi póster de Jimin, San, ya lo hablamos.
— No, no – Rió y tomó mi mano, besando el dorso después – Quería...quería pedirte un beso, ¿me dejas dártelo?
— ¿Uh?, ¿un beso?, ¿un beso en serio?, ¿un beso en los labios?
— Si no quieres está bien
— ¡No!, digo...
Mierda mierda mierda mierda.
— No, es decir, sí, es decir, claro.
Rió otra vez, ¿acaso alguna vez me cansaría de ese sonido?, lo dudaba muchísimo.
Después de reír (haciéndome sonrojarme, otra vez) se acercó a mí, esperando a que yo cierre los ojos mientras él cerraba los suyos.
Y lo hizo, me besó.
Sus labios rozaron los míos al principio. Luego se unieron encajando perfectamente. Después comenzó a moverlos guiando el beso, guiándome a mí que estaba demasiado nervioso y no sabía qué hacer.
El beso siguió de esa manera y terminó cuando sentimos que el aire nos faltaba. Lo sorprendente fue que se separó tirando levemente de mi labio inferior con los dientes.
— San...
— Acepto la cita, precioso.
•••
— ¿Éste?
— No
— ¿Y ésta?
— Tampoco
— ¿Qué tal ésta?
— Queda raro, Woo
— ¿Entonces qué me pongo?
— Wooyoung, hace diez horas estamos diciéndote que te pongas la maldita campera roja.
— ¿Tú crees?, ¿no queda muy informal?, ¿y si no le gusta?
— Tú le gustas, Jung, le encantas, así que sólo vístete así te maquillo.
Los nervios lo estaban comiendo vivo, o algo parecido.
Wooyoung decidió (bueno, Liv y Kyungmin decidieron) que debería usar aquella campera roja sin nada abajo, dejando levemente abierto el cierre para resaltar sus clavículas.
El outfit lo completó con un jean que tenía aberturas en las rodillas, sus tenis negros gigantes y una cadena ancha en el cuello como accesorio.
Se miró en el espejo y sonrió. Se sintió lindo, se sintió bien el pensar que le gustaba su apariencia. Se sintió bien pensar que iría a una cita con el chico que le gustaba y que se sentía atractivo para sí mismo.
Liv colocó algo de maquillaje en su rostro y lo dejó ir, deseándole mucha suerte y dándole un fuerte abrazo junto al hermanito menor.
Por cierto, Liv había decidido mudarse con Nathan luego de la batalla a casa de sus suegros quienes estaban realmente afectado por lo sucedido con Willow, incluyendo el hecho de que se estaba investigando si habían cubierto el crimen de abuso. Junto a ella llevó a Kyungmin quien por ahora estaría a su cargo mientras se investigaba a sus padres por los constantes maltratos a Wooyoung.
Todo estaba realmente tranquilo y Wooyoung iba a permitirse ser feliz y libre, llevar una vida normal, sin maltratos ni lesiones, sin odio de otros ni odio a sí mismo. Iba a permitirse sanar.
— Oye, Woo.
— Mierda, San.
Wooyoung había dado un salto bastante gracioso al haber recibido una interrupción a sus pensamientos que se habían desviado a ✨lo lindo que era Choi San✨.
¿Cómo no pensar en eso una y otra vez si lo tenía frente a él con una camiseta/chaleco tipo suéter sin mangas que dejaba ver perfectamente sus bien trabajados brazos y su..."pequeña" espalda?
— ¿Hace cuánto llegaste?
— Dos minutos quizás, ¿en qué pensabas?
— En ti.
...
— ¿Lo dije o lo pensé?
— Definitivamente lo dijiste, amor.
Luego de ese momento extremadamente humilde, decidieron que caminarían un poco por el paseo al costado del río el cual les gustaba mucho. Antes de eso, compraron una malteada para cada uno y, ahora sí, caminaron tomados de la mano.
— ¿Cómo te sientes hoy?, me habías dicho que estabas algo fatigado, quizás no debimos salir.
— Woo, te dije que estoy bien, en especial si es para salir contigo, no iba a perderme ésta cita por nada en el mundo. Por cierto, estás bellísimo, el rojo es tu color.
— Dios, San, cállate.
Caminaron casi una hora o quizás más y se sentaron a la orilla del río a simplemente admirarlo.
Wooyoung apoyó su cabeza en el hombro de San, cerró los ojos y suspiró, notablemente relajado.
— San...¿crees que todo esté bien?, el juicio está cada vez más cerca y no se si culpen a Willow.
— Woonie lindo, estará todo bien, ¿sí?, Yeosang Hyung ha estado juntando muchas pruebas, además no saldrán de la cárcel luego del asesinato de YunJin, ya no hay de qué preocuparse.
• Wooyoung •
Miré a San por unos segundos y en un movimiento rápido besé su mejilla.
Volví a acomodarme en su hombro, aún mirándolo y teniendo su mirada sobre mis ojos ésta vez.
— San...gracias.
— ¿Uh?, ¿por qué me agradeces?
— Por absolutamente todo San. Llegaste a mi vida en un momento doloroso, un momento en el que me sentía roto y miserable. Un momento en el que me miraba en el espejo y deseaba ya no vivir, Sanie. Te agradezco por haberme ofrecido tu amistad, por apoyarme, por intentar entenderme, por salvarme tantas veces, por protegerme Choi – A éste punto ya había soltado lágrimas y daba suaves palmaditas en su pierna – Si tan solo me alcanzaran las palabras para describir cuán agradecido estoy te juro que lo haría pero lo veo imposible porque no te das una idea de lo afortunado que soy al tenerte en mi vida. Llegaste con la única intención de hacernos compañía y sin embargo te volviste mi mejor amigo, mi compañero. Me enamoré perdidamente de ti y no me arrepiento de nada, volvería a vivir cada uno de esos momentos con tal de conocerte y mirarte porque me encantas, Choi San, y no podré parar de agradecerte jamás.
Le sonreí aún con lágrimas, le sonreí, me acurruque buscando el calor de su cuerpo y él acarició mi mejilla secando las gotitas que caían de mis ojitos.
— No quería arriesgarme a decirlo pero te amo, Jung, y no soy bueno con las palabras, realmente no – Su risa, nuevamente escuché su hermosa risa – Pero me haz salvado de una profunda soledad. Me diste un hogar aún cuando fuiste tú el que fue a vivir conmigo, ¿acaso no lo entiendes?, el que me salvó fuiste tú, el que me hizo compañía realmente fuiste tú. Jung Wooyoung, eres tú quien le dió sentido a mis días.
— Te quiero tanto, Choi.
— Y yo te amo, Jung.
Sin poder resistir más, me lancé a besarlo, fue igual e incluso mejor que aquél beso en el hospital. Éste tenía más sentimientos en él, tenía más cariño, más anhelo, más compañía.
— Gracias por no dejarme solo San.
— No estás solo, amor, y nunca lo estarás.
— ¿Lo prometes?
— Claro que lo hago lindo.
Me atrajo hacia él buscando más contacto físico, causando así que termine sentado en su regazo.
Le sonreí enormemente sin poder evitarlo y tomé su rostro con mis manos provocando que sus labios hagan un piquito que estaba tentado a besar.
— Woo...
— ¿Si San?
— ¿Me dejarías ser tu novio?
— ¿Si respondo con un beso lograrás entender mi respuesta?
— Tendremos que comprobarlo.
•••
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro