— ¿A dónde iremos hoy, Lixie? — pregunto el mayor mientras sostenía su celular, estaba grabando.

— No se, no me lo dijiste. — abulto sus labios, formando un puchero.

— Oh, es que es una sorpresa. — acarició las mejillas de su pequeño, sonriendo le.

— Honnie, dime a donde iremos. — intentó convencerlo, haciéndole ojitos.

— Lixie, no hagas eso. — hablo el mayor.

El mencionado se detuvo y se levanto de puntitas, de esa manera estaba cerca del rostro ajeno y aprovecho para besarlo de manera tierna. Una buena forma de conseguir las cosas.

— ¿Ahora me dirás? — sintió una mano sobre su cintura y sonrió, lo había logrado.

— Ah, iremos al parque de diversiones. — se dio por vencido, era imposible no ceder a ello.

Los ojos de Lee brillaron al escuchar el lugar que visitarían, tenía tiempo de no ir a uno.

— ¡Te amo! — sonrió, abrazándole.

Ese día había ganado un peluche para Felix, era un patito. También había ganado muchos besos y sonrisas, aunque en varias ocasiones estuvo un poco celoso de ese pato, su novio lo abrazaba, le ponía más atención.

— Parece que quieres a ese pollo más que a mi, lo entiendo. — fingió estar dolido, cruzándose de brazos y haciendo reír al otro.

— Honnie, ¿estas celoso de un pato, y de peluche? — el otro asintió, Felix se puso de puntitas y dejó otro beso en los labios de su mayor, así bajaría su molestia. — ¿Aun estas celoso?

— Solo un poco... — dijo, tomo la mano del pequeño y siguieron caminado por aquel gran parque.