Los dos reían a carcajadas, se encontraban en la casa del mayor, pues era día de pijamada.

Se suponía que iban a dormir temprano pero no lo hicieron y comenzaron a jugar; rayando sus rostros con marcadores, tomándose fotos o vídeos, golpeándose con las almohadas, entre otras cosas más.

— ¡Honnie, eso no es justo! Tu me pintaste más. — el menor hizo un puchero.

— ¡Claro que es justo! — sonrió burlón, haciendo enojar al pecoso.

— Ya no jugaré.

Se cruzó de brazos aún con el puchero nen sus labios, una imagen adorable a la vista del mayor, adoraba hacerlo enojar aunque en ocaciones recibía golpes.

— Lixie, ¿Estás enojado conmigo? — el otro asintió. Lee se acerco, quedando a pocos centímetros de su rostro. — ¿Qué puedo hacer para que me perdones?

— Nada, no te perdonaré.

— ¿Estas seguro? — pregunto levantando una de sus cejas, recibió otro asentamiento. — No me queda de otra, tendré que hacer esto.

En un movimiento rápido posicionó al menor debajo de él y comenzó a hacerle cosquillas, la risa de Felix era tan linda, le encantaba verlo feliz, más si era gracias a él.

— ¡Min, basta! — dijo entre risas.

— ¿Ya vas a perdonarme? Si no lo haces, entonces no pararé y seguiré con la cosquillas.

— ¡Estas bien, te perdono! — el mayor sonrió satisfecho y se detuvo.

— Y decías que no. — se burló, puso sus manos a cada costado de la cabeza ajena.

Se observaron por un rato, no sabían que hacer, bueno, Lee si pero el rubio no. Sus respiraciones era el único ruido que había en el cuarto, ellos seguían en lo suyo.

Y de la nada, el mayor presionó sus labios con la del menor, iniciando un beso inexperto pero lleno de ternura y otros sentimientos más. –que luego descubrirían–, al separarse, solo se miraron y sonrieron. Minho se levantó y ayudo a Felix.

— Ahora, vamos a dormir. — se acostó en la cama y seguido de él, su pequeño.

— Buenas noches, Min.

Cubrió su cuerpo con la cobija y se giró dándole la espalda al menor, sintió una mano rodear su cintura y acercarlo más a su pecho. Estaban haciendo la posición de cucharita.

— Buenas noches, sunshine. — susurro en su oído para luego dejar un beso en su mejillas.

Luego de que ambos cantarán una canción, lograron dormirse, soñando con el otro y mucho amor de por medio.

[✞︎]

Lee miraba todas las mañanas fotos que había tomado de ese día, cuando dieron su primer beso. Había soñado con eso, se quedó dormido mientras leía un libro para su sunshine.

— Lixie, quiero que despiertes, sin ti no tengo fuerzas, necesito abrazarte, darte miles de besos, mimarte — acarició la mano ajeno con cuidado. — y decirte que eres la razón por la cual soy feliz, como siempre lo hacía y aún lo hago.

Dejo un beso en su cabeza y luego acarició sus descuidados cabellos.

— Ya no quería verte así, yo quiero ver al niño de pecas hermosas que siempre está sonriendo. Por favor, sunshine, mi sunshine hermoso, regresa.