──002
capitulo dos
PIJAMADA
꒰‧₊˚⚗️☆༉‧₊˚.
OFICIALMENTE LLEVABA TRES DÍAS INTENTANDO TERMINAR AQUEL LIBRO, pero no había logrado avanzar como hubiera querido a pesar de leerlo en cada momento posible, ya sea durante clases cuando los maestros tardaban en llegar o en los pasillos mientras cambiaba de clases, donde el castaño causante de su desgracia la tomaba de los hombros, divertido, guiándola para evitar algún choque.
En realidad, no lo había visto tanto como a ambos les hubiese gustado. Pese a compartir por lo menos la mitad del horario, la concentración de la morena en aquel pedazo de palabrería sobrevalorada, palabras de ella, se había robado casi cualquier oportunidad de interactuar. A Chase no le molestaba; estaba encantado con ver a la chica completamente comprometida en la lectura, su ceño fruncido y los susurros para ella misma. Además, la joven de vez en cuando volteaba a mediados de una clase, preguntándole en un susurro el significado de una palabra desconocida para ella, dándole justo la dosis de atención que podía tolerar sin sonrojarse.
Justo ahora se encontraba recargada en su casillero, cerca de la puerta, con el libro abierto a la mitad, esperando la llegada de la familia biónica. No había podido interactuar demasiado con ninguno de los dos hermanos restantes, pero sí lo suficiente para saber perfectamente cómo ganárselos.
Al mayor, el chico de la super fuerza e ideas sin sentido, lo que más le había gustado de la rizada tan pronto interactuó con ella fue que se llevaba bien con los demás. Sí, tan sencillo como eso; solo le bastó regalarle de los dulces que había llevado para que este decidiera que la morena era de su agrado.
En cuanto a la velocista, bueno, los populares ya habían hecho todo el trabajo por la morena. Tal parecía que la joven estaba completamente desesperada por encajar socialmente que, como los populares ya habían decidido que la chica Queen era más que bienvenida en el estatus social alto por su apariencia atractiva, entonces la castaña estaba más que encantada con relacionarse. Ahora solo tenía que volverse una verdadera amiga para ella y acabaría con esa parte del plan.
Si lo pensaba bien, habían elegido al más complicado de los tres para acercarse, pero también era el más importante. Podría ser demasiado cercana con cualquiera de esa familia y no serviría de nada si tenía al más listo en su contra, pues con su inteligencia funcionando sin distracción alguna podría darse cuenta de lo que tramaban.
──¡Natalie! Qué bueno que te veo──se acercó la velocista con el resto de sus hermanos detrás──. Tal vez tú puedas convencer a esos tres de que me dejen en paz.
──Buenos días para ti también, Bree──cerró el libro y se dirigió al resto──. ¿Ahora por qué la molestan?
──Es divertido──respondió Chase.
──No tengo nada más que hacer──siguió Adam.
──Intento pasar tiempo de calidad con mis hermanos──terminó Leo.
──¡Son insoportables! ──se quejó la chica──. Diles que se detengan.
──No sé qué te hace creer que me harán caso──el más alto le dio la razón asintiendo.
──No los aguanto──se fue la castaña dejándola sola con los bromistas de su familia.
──Ni se les vaya a ocurrir comenzar a fastidiarme a mí──amenazó la morena tomando sus libros del casillero──. Yo no dudaré ni un segundo en golpearlos.
──Bien, pero quiero más dulces de los de ayer──ella asintió, estando de acuerdo con el trato del alto.
──Me parece bien──el chico celebró chocando los cinco con ella.
──Yo quiero que le hables bien a Jannette de mí──se apresuró a decir Leo.
──No──respondió cerrando la puerta de metal.
──¿Qué? ¿Por qué no?
──No pienso arruinar mi amistad con ella solo por tu poca habilidad de no ponerte en ridículo frente a ella──le contestó haciendo reír a los dos restantes──. Suficiente tengo yo con que crea que tuve algo que ver con los zapatos.
──¡Oye! ──se quejó él, disgustado con lo primero que había dicho──. Entonces creo que tendrás que soportar las grandiosas bromas de Leo Dooley.
──Atrévete a intentarlo y perderás cualquier mínima oportunidad que tengas con Jannette──amenazó con una mirada dura logrando asustar al chico.
──Amigo, eso no te conviene──Adam le dio palmadas en la espalda en forma de apoyo.
──No te atreverías──dijo el moreno nervioso.
Natalie levantó una ceja haciendo al chico asustarse más. Levantó las manos en señal de rendición justo cuando sonó la campana que anunciaba el inicio de la tercera clase del día y la primera que compartía con el castaño. Leo aprovechó la oportunidad de irse y tomó al más alto del brazo, llevándoselo a su salón. La morena rió al ver cómo el chico se despedía con la mano mientras le permitía al menor arrastrarlo. Ella regresó el gesto divertido.
──¿Tú qué quieres para no molestar? ──le preguntó a Chase. Era la oportunidad perfecta del joven de decir algo coqueto, alguna indirecta o una invitación, pero la inocencia de él no le permitió siquiera haberlo pensado.
──Me basta con el miedo a tu amenaza──respondió comenzando a avanzar a su clase con ella a la par.
──Sabia decisión del hombre más listo del mundo──dijo divertida, negando en su interior por la respuesta tan poco satisfactoria que había obtenido.
──¿Cómo vas con el libro? ──preguntó curioso. Ya casi terminaba el plazo que había prometido la joven, pero aún no la había visto avanzar mucho.
──Mal──él la miró esperando que continuara──. Lo siento, pero no creo poder acabarlo hoy. Apenas voy por un poco más de la mitad.
──Está bien, podemos esperar unos días más──le calmó.
──De verdad lo siento, no me gusta atrasarte en el trabajo──se disculpó nuevamente, sentándose en un pupitre.
──No te preocupes──se sentó detrás, haciéndola girar en el lugar. Le parecía tierno cómo es que la chica se preocupaba tanto por haberse atrasado y no mentía cuando decía que no tenía problema alguno con esperar──. Si quieres, puedo empezar con el trabajo.
──No, no, no──dijo rápidamente──. Te dije que lo haríamos los dos, solo dame un día más, ¿sí?
──Está bien, está bien──respondió divertido──. Solo no te presiones.
──Tienes que dejar de intentar trabajar solo──le recriminó, impresionada por la cantidad de veces que el chico se había ofrecido ya en hacerlo por su cuenta──. Me hace sentir que no quieres estar conmigo.
──Yo nunca dije eso──se defendió. Él, de hecho, quería estar con ella tanto como pudiera──. Solo que no quiero que te preocupes tanto──aclaró──. Llevas desde ayer sin hablar con nadie por ese libro.
──No me molesta, odio admitirlo, pero no es tan malo──Chase sonrió, sintiéndose orgulloso por esas palabras, casi como si él lo hubiese escrito.
──Me da gusto escuchar eso──admitió──. Si no te molesta que pregunte, ¿por qué no has podido terminar? ──preguntó curioso. Literalmente la había visto todos los días desde que se conocieron con la cara metida en esas páginas; ya debía haberlo acabado.
Porque tengo un tutor que no deja que me pierda un día de entrenamiento en nombre de su estúpida misión, pensó sintiendo el dolor en su espalda. El golpe que había recibido le había hecho escupir sangre de lo fuerte que había sido.
──Mis padres volvieron de su viaje y quisieron pasar el día juntos──respondió en su lugar.
──¿Un viaje? ──preguntó bastante confundido──. Pero si acabas de mudarte.
──Mis padres son negociantes y viajan constantemente a donde la empresa los necesite──dijo fingiendo tristeza mientras alzaba los hombros──. Tiene su precio ser los mejores en su trabajo, así que los veo solo unos pocos días al mes.
Mentira.
──No me lo imagino──Chase no podía imaginarse estar sin el señor Davenport en casa por tan poco tiempo. Nunca se lo diría, pero tenerlo por ahí presumiendo sus artilugios científicos era bastante gratificante para él.
──¿En serio? ──sus ojos denotaban sorpresa──. Tu padre es inventor, ¿no está siempre de viaje?
──No──contestó con simpleza──. De hecho, tiene su laboratorio en el sótano.
Automáticamente se dio cuenta de su error y en su rostro se dibujó un gesto nervioso, mientras se regañaba internamente por revelar información no permitida. Ella se moría por dejar ver en su cara su expresión engreída; tenía la ubicación del lugar dentro de la casa sin siquiera haberlo intentado.
──¡Eso es genial! ──exclamó sorprendida──. ¿Te deja ayudarle?
──A veces, sí──admitió cuidando sus palabras, preocupado por decir algo más. No es que esa información fuera realmente reveladora, pero tenía miedo de cometer suficientes veces esa clase de errores como para que la chica pudiera llegar a la conclusión correcta sobre ellos.
Para fortuna de Chase, la maestra por fin había llegado; para desgracia de la morena, esta misma traía en sus manos un examen sorpresa.
──¿Te he dicho lo mala que soy en esta clase?
❄︎
──¡Si! Ahora si voy a llegar al último nivel──exclamó Chase, sus hermanos y él se encontraban jugando en la sala principal de la casa. Justo después de decirlo los tres habían perdido.
──Desperdicie tres horas de mi vida para llegar a ese nivel──se quejó Leo cayendo rendido en el sofá detrás de él──. Jamás volveré a jugar caos mental.
──Yo tampoco──los tres se vieron brevemente antes de volverse a parar y seguir jugando.
Antes de que la partida comenzará el timbre de la puerta sonó haciendo al castaño reaccionar en seguida, se dirigió a abrir la puerta, Natalie había llegado. La morena tenía en su espalda una mochila con ropa mientras en sus brazos cargaba su computadora, su ropa era mucho más sencilla que aquella que llevaba a la escuela, se veía linda.
──Hola──dijo él contento.
──Lindo casco──se burló la joven haciendo al joven quitarse todo en seguida, ni el negaría que se veía ridículo──, ¿qué hacías? ¿Intentabas captar señales extraterrestres?
──No..., ese es otro casco──ella rio entrando por fin a la casa, se hubiera detenido a verla con detalle de no ser por el par de chicos brincando y haciendo movimientos raros en dirección a la televisión principal. Ambos con el mismo tipo de casco puesto──. Jugábamos caos mental.
──Hola chicos──lo único que recibió de respuesta fue un sonido de parte de Adam──. Que modales.
──Leo, deja de jugar con ese juego──le regañó una señora morena de aproximadamente cuarenta años, sino se equivocaba, al parecer era la madre del mencionado la que se acercaba a él disgustada──. Solo es una pérdida de tiempo y va a freír tu cerebro──este la ignoró.
──¡Uy! Caos mental──dijo un señor de cabello negro bajando por las escaleras y brincando el sillón──. Sigo yo.
── ¿Tu padre? ──le preguntó en un susurro la rizada, ambos seguían en la entrada de la casa sin emitir ruido.
──El mismo──asintió.
──¡Donald! Estaba diciéndole a Leo que juega demasiado──exclamó la señora, quien era completamente desconocida para ella, a la vez los dos hermanos se sentaban de nuevo.
──Eso ya lo sé──dijo poniéndose el casco y los guantes──, casi mejora mi récord.
──Solo digo que ese juego le afecta mucho, intento ponerme en pausa. Imagínate.
──Eso sería muy útil──comentó riéndose junto a los chicos, eso hasta que la mayor hizo los vio mal colocando su mano en su cintura, entonces de pronto todos pararon──, si no fuera incorrecto.
Natalie se encontraría incomoda por la poca atención que la familia le había puesto, básicamente ignorando su presencia ahí y viendo todo desde afuera, pero estaba encantada con ver la dinámica familiar sin que ella la alterara de alguna manera, saber cómo eran era casi tan importante como acceder al laboratorio.
──Por cierto, ¿quién eres? ──le preguntó el señor Davenport girando en su dirección después de haberse quitado los mandos del juego.
──Natalie Queen, señor──se presentó estrechando la mano con el pelinegro──. Soy amiga de sus hijos.
──Donald Davenport──se presentó de vuelta──. ¿Qué haces aquí tan temprano? ¿La pijamada de Bree no es hasta más tarde?
Lo último lo pregunto en dirección a Chase, extrañado. Natalie podía jurar que su comportamiento rozaba lo grosero, especialmente para un millonario bien educado, pero decidió ignorarlo y en su rostro solo había una penosa sonrisa.
──Si, pero viene a hacer un trabajo conmigo primero──explicó el joven casi orgulloso.
──Ah, eres la chica de la que Chase no deja de hablar──el mayor asintió tras entender, haciendo al mencionado sonrojarse.
──Te expuso el señor Davenport──comentó Adam sin evitar reírse.
──No, no──intentó explicarle a la morena──, yo hablo... ¡del trabajo! Si, del trabajo──se trababa al hablar y ella en respuesta solo lo veía con una ceja levantada haciéndolo sentir aún más nervioso.
── ¿De qué hablas? Si no...
──¡Donald! ──le regaño la señora, evitando que este humillara más a su hijo──. Soy Tasha Davenport, la mamá de Leo.
──Es un placer, señora Davenport──respondió aceptando la mano de la contraria.
──Oh, llámame Tasha, cielo.
──Encantada, Tasha──le repitió haciendo a la mencionada estar encantada con sus modales impecables, todo lo contrario a los chicos biónicos y su padre.
──Leo──le habló su padrastro retomando la conversación anterior──, ¿qué más te interesa?
──Siempre te digo que quiero estar contigo en el laboratorio──respondió mientras Natalie se sentaba en el comedor principal y el castaño iba por lo que necesitarían.
──Y yo siempre te digo que no quiero morir en una explosión.
──Donald, es perfecto──intervino Tasha──, Leo quiere ser como tú y tú te adoras.
──En eso si se parecen──susurró despacio para ella misma la morena mientras desbloqueaba su computadora, deseando que dios la salvara de su trabajo de 40 páginas.
Al parecer la señora Davenport había conseguido convencer a su esposo porque Leo se fue de ahí contento, probablemente en dirección al laboratorio, estaba tentada a seguirlo pero lo imprudente que seria y el joven biónico llegando a su lado con la sonrisa más dulce que podía tener la hicieron descartar la idea.
── ¿Les ayudo? ──les preguntó el pelinegro a los jóvenes, sorprendiendo a todos.
──Adam, ¿desde cuándo te interesa hacer tarea? Muy apenas asistes a clases──le cuestionó su hermano.
──Si ayudo a Natalie a pasar menos tiempo contigo quizás me recompense con más dulces──le explicó orgulloso por su plan, haciendo al genio sentirse ofendido.
──Eso, mi querido Adam, fue grosero e innecesario──recriminó la chica──aunque se agradece la intención, supongo.
── ¿Entonces sí?
──No──abrió su mochila sacando una bolsa con gomitas dentro──. ¿si te los doy ahora nos dejas trabajar tranquilos?
──Eso es aun mejor──celebró tomando los dulces de la contraria y metiéndose varios a la boca.
──Oigan, creo que les pedí que se fueran──Bree se acercó después de haber bajado las escaleras──. Las chicas más cool de la escuela y no quiero que este lugar huela a pepinillos y pies.
──Suena como si me corriera a mí también──comentó con diversión la morena en un susurro hacia el joven a su lado quien le sonrió del mismo modo.
──No soy yo, yo huelo a axila──dijo Adam tras olerse a sí mismo.
──Aléjate de mí ──la rizada lo empujó con los pies en el estómago haciendo reír al chico por las cosquillas.
──¿Por qué ella si puede tener una fiesta? ──preguntó Chase en dirección a sus tutores.
──Porque tiene que socializar más con chicas──respondió Tasha con los brazos cruzados──, tiene que dejar de retar a los extraños a ver con quien escupe más lejos.
Que asco, pensó sin poder disimular su disgusto en su cara. Mientras que la chica parecía orgullosa de sí misma.
──Ah, pero es la campeona──respondió Adam divertido.
──Ha logrado vuelos épicos──continuó el castaño a su lado.
──Chase, dime que no juegas eso──le susurró la morena haciéndolo sentir avergonzado.
──No...──si jugaba, pero ella iba a borrar esa información de su cabeza en seguida.
──Hay que producir uno verde, son más densos──explicó la castaña.
──Esa es mi princesa──dijo el señor Davenport con una cara de desagrado retirándose del lugar, causando una gran risa de parte de Natalie que no pudo contener.
──Tasha, Natalie, ya vi todas las películas de pijamadas que hay, habrá peleas de almohadas y nos pondremos mascarillas──lo ultimo dicho por Bree en realidad no seria tan mala idea──, y afeitaremos las piernas de Francesca.
──No, no lo haremos──se quejó disgustada la rizada──, ¿por qué haríamos eso?
──Porque sus rodillas tienen cejas.
──Las conozco, cada vez que se sienta sus cejas se ven sorprendidas──comentó divertido el castaño a su lado haciendo un gesto de sorpresa.
──No puedo creer que no nos quiere en su fiesta──ambas chicas se fueron dejándola sola con los dos chicos──, yo quería afeitar mis iniciales en las rodillas de Francesca.
──Te doy mi lugar mientras hacen eso──le propuso la chica al alto.
──Estaremos en la fiesta──le comentó Chase a su hermano para luego acercarse a Natalie y taparle los oídos──, haremos lo que todos los chicos hacen en todas las películas tontas de Bree, asustarlas.
A pesar de que el chico había susurrado aquello ultimo ella había escuchado todo a la perfección, resignada a que tendría soportar las bromas de ese par y curiosa por ver que tan creativos podían ser.
──Adam, ¿podrías dejarnos a solas para empezar el trabajo? ──preguntó Nat una vez que le habían destapado los oídos.
──Si necesitas que te rescate grita.
──Gracias, supongo──respondió viendo al joven alejarse.
── ¿Lista para escribir cuarenta paginas sobre tu literatura favorita? ──preguntó divertido el castaño mientras habría su laptop.
──Nunca──contestó desanimada, dejando caer su cabeza en el hombro del chico──, pero es ahora o nunca
──Bueno, no puede ser tan difícil──los nervios provocados por el contacto se oigan perfectamente en su voz, por lo que la joven se enderezó──. Estas haciendo un equipo con un genio.
──Y tu con la mayor enemiga de los clásicos.
❄︎
──Chase...──dijo la morena alargando la última letra de su nombre──, llevamos horas haciendo esto.
──Lo sé──respondió divertido──, lo dijiste hace quince minutos.
──Ya es de noche──le advirtió viendo a través de las ventanas.
──Hay que adelantar esto tanto como podamos antes de la pijamada de Bree──comentó mientras seguía tecleando──. Así podrás librarte de esto en menos tiempo.
──Lo dices como si no quisieras tenerme en tu casa por más días──hizo un ligero puchero viéndolo triste.
──No me refería a eso──aclaró rápidamente.
──Lo sé, si entendí──quito su falso gesto de su cara relajando al chico──. Pero en serio, ya estoy cansada, me duelen los dedos.
Habían escrito un tercio de las paginas sin verdaderos problemas, con dos puntos de vista completamente distintos del libro junto con su facilidad para debatirlos entre ellos aquello había sido rápido incluso para Chase y debía admitir que su trabajo no podría ir quedado mejor, incluso si lo hacía individualmente.
Estaba realmente contento por ver el compromiso de la joven tanto en la tarea como en su libro preferido, tenia que admitir que sus puntos de vista eran algo que ni él había pensado pues era la moralidad lo que había atrapado a la joven, contrario a la economía que le gustaba a él.
──Solo unos minutos más──pidió el concentrado.
──Dios, creí que yo era productiva y exigente pero me ganas por mucho──él se encogió de hombros sin estar sorprendido, nadie era tan comprometido como el──. No, no puedo más, basta.
──¡Oye!──la joven le había quitado la laptop de las manos y, tras asegurarse de que el documento se había guardado, la cerró.
──Hay que charlar──le propuso sacando chocolates de su mochila, ofreciéndole──. Eres el chico con el que mas he hablado desde que entre y no sé nada sobre ti mas que eres un genio.
──Bien, bien──se rindió, parándose de ahí para sentarse en el sillón con la joven imitando sus acciones──. ¿De que hablamos?
──Cuéntame lo básico de ti──se acomodó para verlo de frente──, no sé, dime cuál es tu color favorito, que querías ser de grande, que animal serias, cosas de ese estilo.
──Bien──tomó un dulce──. Mi color favorito es el azul, pero también me gusta el verde. Siempre he querido ser astronauta. Y creo que sería un delfín, nunca me lo había preguntado.
── ¿En serio? ¿El animal más inteligente del mar? ──preguntó divertida. El chico levantó los hombros de manera inocente haciéndola negar──Creo que el que un genio sea astronauta es una gran idea, espero un saludo desde la luna, o marte.
──Claro, será lo primero que haga cuando salga de la tierra──la morena lo hizo prometerlo con el meñique──. ¿Qué hay de ti?
──Mmm...──se quedó pensando un poco──Me gusta el color celeste y el blanco──Chase estaba a punto de abrir la boca justo cuando ella lo detuvo con la mano──. Sé que es la ausencia de color, pero si se puede vestir se puede elegir como color favorito.
──Supongo que sí, aunque sea científicamente incorrecto──la morena lo vio alzando las cejas──. Yo no dije nada.
──Y yo sería una pantera negra.
──Un gato negro grandote.
──O un leopardo con exceso de melanismo, pero tú eres el científicamente correcto──respondió haciéndolo reír.
── ¿Qué hay de tu profesión soñada? ──preguntó curioso.
──Nunca lo pensé.
──Mientes──dijo sin creerlo.
──No, en serio nunca lo había pensado──admitió casi avergonzada, pasaba tanto tiempo enfocándose en lo que su tutor quería y la misión que ni siquiera se había puesto a pensar en su futuro profesional. Así que se puso a reflexionar en ese momento.
──Tiene que haber algo que te gustaría hacer toda tu vida──mencionó sin poder procesar que nunca tuviera un trabajo soñado.
──La ingeniería en bioquímica no suena mal──admitió sin estar segura──, quizá estudiar algo acerca de biotecnología, no lo sé.
──Así que serás una ingeniera.
──Eso parece──dijo aun con duda──, aun podría elegir el canto.
──Eres demasiado nerd como para eso──dijo seguro, le había prestado atención durante sus clases de ciencias y no tenía duda alguna de su habilidad para estas áreas, a demás de su pasión por ellas era notoria.
──Deja de decirme nerd──se quejó empujándolo suavemente varias veces hasta hacerlo acostarse en el sillón.
──¡Oye! ──Chase no pudo evitar reír y tomó un cojín para luego lanzárselo directo a la cara haciendo a la chica caer al suelo── ¡Perdón!
Natalie se comenzó a reír genuinamente divertida, desde el piso tomo otro cojín lanzándoselo al chico quien lo atrapo sin poder detener su risa. No fue hasta que Bree llegó a donde estaban que por fin se levantaron aun con una gran sonrisa divertida en el rostro.
──Ya van a llegar las chicas, Nat──le dijo emocionada──. Chase vete.
──Me iré a cambiar de una vez ¿sí? ──la chica asintió── ¿Me dicen dónde puedo hacerlo?
──Yo te llevo──respondió el castaño.
❄︎
Para cuando regresó al salón principal Bree ya estaba abriendo la puerta con un atuendo distinto mientras sus hermanos biónicos se dirigían "discretamente" a la cocina. Ella, con su pijama blanca con celeste y llena de copos de nieve se dirigió al sofá sentándose con las piernas arriba del mismo.
──¡Hola! Que bueno que──la castaña se vio interrumpida por la capitana del equipo de porristas, quien entro sin invitación y arrojó su colcha rosa sobre la biónica.
──Que casa, es inmensa, que gran vista, superior a quienes la habitan──dijo la rubia impresionada mientras recorría la vivienda.
──Y a quien lo dijo──soltó al aire la morena recibiendo una mala mirada de la chica, no es que defendiera a los Davenport pero la prepotencia, arrogancia y maldad era algo que no soportaba ver, especialmente cuando esta persona era líder aun sin ocultar su comportamiento.
──Bien chicas, ya pueden pasar──dijo y automáticamente las seis jóvenes que la acompañaban pasaron con sus cosas. Natalie saludó con la mano a varias cuestionándose en serio si aquellas eran las chicas más "cool" de la escuela, como había dicho la biónica.
──Hola, gracias por venir. Hola──saludó sin recibir respuesta la joven pues ellas estaban impresionadas con el lugar.
──Íbamos a estar con Caitlin pero su casa es basura comparada con esta──mencionó la porrista. Natalie se volteó en dirección al chico listo.
──Sálvame──le pidió sin emitir sonido, cuando el chico le sonrió divertido supo perfectamente que le había entendido y que la dejaría sola en su miseria.
──Voy a tener piscina──le respondió Caitlin intentando seguir en la gracia de la rubia.
── ¿Interior o arriba?
──Arriba.
──Que bien, una bañera exterior, mejor vamos a la alberca municipal.
──O tu puedes irte a tu casa──volvió a hablar en un tono bajo la rizada.
── ¿Cuál es tu problema? ──preguntó la rubia viendo en su dirección con un rostro molesto, pero antes de que la morena pudiera contestarle con una lista de malas actitudes que había visto en solo su primera semana de escuela, Bree la golpeó con una almohada haciendo reír a la joven Queen tras ver como esta caía en el sillón.
── ¿Me golpeaste con una almohada? ──cuestionó molesta en dirección a la castaña.
──Si y caíste muy gracioso.
──Okay, si vas a actuar extraña, hay que cerrar las cortinas.
──Pero si no va a haber almohadazos, ¿qué vamos a hacer? ──preguntó confundida la biónica dejando el pedazo de plumas y algodón de lado.
──Dah, nos vamos a tomar fotos divirtiéndonos para enviárselas a las que no invitamos.
Aburridooo, pensó ella y volteó a ver de nuevo al castaño en busca de ayuda, solo que para cuando lo vio este ya venia junto a su hermano con unas bandejas de galletas y un suéter ridículo, haciendo su broma lucir obvia.
──Hola chicas, ¿puedo ofrecerles un bocadillo sano y delicioso? ──preguntó Chase con una sonrisa traviesa en su rostro, incluso si Natalie no supiera de las bromas jamás confiaría en el chico con esa sonrisa en su rostro.
──Si, ¿les gustaría un refrigero?
──Refrigerio, Adam──le corrigió la morena tomando uno.
──Lo que sea, ¿quieren? ──lo dejó en la mesa central de la sala.
──Ugh──se quejó el chico biónico de ojos verdes──, no me siento bien.
Después de eso una mano salió de en medio de su suéter dando la impresión de que esta venia del fondo de su estómago. Las chicas gritaron automáticamente y el chico pelinegro se dejó caer junto a Natalie abrazándola asustado mientras ella solo intentaba quitárselo de encima.
──¡Esta vivo! ──gritó──¡Y salió de su pecho!
──Adam, ya lo sabias──le dijo frustrado el menor──. Es una broma, no tengo tres brazos.
──Lo sé, pero se ve tan real.
──Chase, ya quítamelo, me aplasta un pulmón y escucho su corazón agitado como si fuera el mío──se quejó la morena intentado hacerlo por su cuenta, pero si pudiera cargar el peso del chico, cosa que de hecho si podía hacer, no sería muy normal que digamos y ella no podía darse el lujo levantar sospechas.
──Adam, ya suéltala──el chico castaño jaló de su hermano hasta que logro levantarlo.
──Será una larga noche.
❄︎
Mientras las chicas veían a la capitana elegir entre la ropa de la joven biónica aquello que le gustaría usar, Natalie se había levantado en dirección a la cocina apenas llegó Tasha donde estaban. No era de su agrado ver como la rubia se comportaba tan groseramente mientras todas las demás la seguían e idolatraban como el ser más importante de estados unidos.
Se sirvió un vaso con agua y desde la barra veía en dirección a los dos hermanos biónicos, quienes juraban verse discretos al entrar al lugar con una cámara y una bolsa llena de harina.
──No hagas ruido──le dijo Chase en tono bajo al mayor── recuerda, la mejor broma es la que no esperas.
──Entiendo──Adam tomó un puño de harina y se lo lanzó en la cara a su hermano haciéndolo enojar, aunque a la morena le había parecido de lo más gracioso. Luego le tomó una foto.
── ¿Por qué me hiciste eso a mí? ──agitó la cabeza quitando el polvo de su cabello.
──Porque no lo esperabas──la respuesta del pelinegro casi hace a la morena reír de nuevo pero sus ganas de asustar al chico eran aún mayores por lo que solo atinó a darle la razón con un gesto de cabeza, no podía ir en contra de esa brillante lógica. Con un gesto de su mano la chica le pidió a Adam que no dijera nada y este, siendo inteligente cuando le convenia, no dijo nada ni realizo gesto alguno que la delatara.
──¡Bu! ──gritó en un susurró Natalie y a su vez colocaba sus manos en los costados del chico castaño logrando que este brincara del susto.
──¡Natalie! ──se quejó con una mano en el pecho.
──Eso tampoco lo esperabas ¿o sí? ──el más alto y ella chocaron las manos por sus bromas exitosas y luego este le enseñó la foto que había tomado.
──Tienes que mandármela──le pidió y se giró en dirección al castaño revolviendo su cabello del que salió más harina.
Natalie se dirigió de nuevo con las chicas, quienes al parecer ya habían terminado de ver a Estefany juzgar el armario completo de la joven Davenport. Tomó asiento a lado de la chica biónica quien se levantó emocionada de su lugar.
──Voy a traer un juego.
──Eso sería apropiado, estoy aburrida──contestó la porrista y luego se levantó haciendo que la castaña volviera a sentarse──. Tengo una mejor idea, hay que calificarnos del uno al diez──la morena rodó los ojos fastidiada──, yo soy diez.
──Si, pero multiplicado por cero.
──Natalie es un dos──le dijo molesta──. Eres linda pero fastidiosa.
── ¿Hablabas de mi o de ti? Suena a ti ──la joven estuvo a punto de contestar de vuelta cuando Tasha interrumpió.
──Okay, creo que ya dañaste muchas autoestimas en una noche── ¿su misión le permitía que la mayor le cayera bien? Porque de verdad lo hacía y moría por ver como la rubia intentaba contestarle a la adulta──. ¿No quieren oír historias de terror?
──Si quiere oír una historia de terror que Caitlin le cuente de su cumpleaños──contestó la porrista viendo a la ya sentada señora Davenport.
──Tu ni estuviste ahí──le recordó la mencionada.
──Envié informantes.
──Ya siéntate──la obligó la mayor tomándola del brazo, quien hizo caso a duras penas──. Hace muchos años, en este mismo lugar, a un grupo de exploradoras con una amiga muy mala──Natalie no pudo la sonrisa maliciosa en su rostro por el gesto de la adulta──, las perseguía un fantasma, y cuando por fin las atrapó por sus cabellos largos y rubios convirtió sus huesos en cenizas e hizo ropa por sus entrañas.
Natalie le daba un tres a su historia por la trama, pero un merecido diez por lograr asustar específicamente a la capitana de las porristas. Mientras escuchaban la historia──y ella las respiraciones de los hermanos escondidos detrás del sillón──la puerta principal se abrió por si sola, asustando a las chicas y dejándola confundida a la morena, ella nunca fallaba con lo que escuchaba.
── ¿Qué fue eso? ──preguntó Caitlin asustada.
──El sonido de mis hermanos tratando de arruinar mi vida.
──Yo no fui──dijeron ambos a la vez saliendo de su escondite.
──Pusimos nuestras hormigas en sus sacos de dormir──explicó Chase riéndose bobamente──, me pareció gracioso──su gesto con los labios fruncidos, los brazos cruzados y el levantar los hombros a la morena le había parecido lindo, pero no lo diría nunca en voz alta.
──Solo si estás listo para que te haga limpiarlo con las manos──le amenazó la rizada. Justo cuando terminó de hablar la luz se cortó, dejándolas a oscuras. Natalie frunció el ceño, al menos de que Leo estuviese involucrado con la broma el castaño biónico no pudo haber absorbido la energía sin hacer gesto alguno.
──Es peor de lo que creí──dijo la rubia──. Llegó el recibo de luz y no lo pagaron.
En la pantalla principal del salón apareció de pronto apareció una calavera con fuego alrededor, cosa que hizo a las chicas asustarse aun mas mientras ella se colocaba a lado de Chase.
──¡Es el fantasma! Quiere hígado──gritó Caitlin y luego todas gritaron a la vez.
── ¿Esta es una de sus bromas? ──preguntó la morena cruzándose de brazos.
──No──contestó el castaño igual de confundido que ella.
──¡Cargarme! ──Adam se lanzó a los brazos de su hermano, quien lo tomó al estilo princesa, luego gritaron todos de nuevo a excepción del equipo de literatura.
Las luces del salón seguían apagadas mientras que una luz roja recorría el lugar, el castaño había bajado al más alto, quien decidió sentarse junto a su madrastra y abrazarla mientras seguía gritando.
──Dios, que dramático──le dijo entre divertida y fastidiada a Chase, mientras imitaba su acto de sentarse en el respaldo del sillón.
──Y que lo digas──respondió completamente avergonzado de él.
──Basta──le dijo Tasha al pelinegro logrando que se callara.
──Estoy asustada, no quiero estar aquí.
──Nos da igual si tu estás asustada, yo tengo miedo──respondió la rubia──. Nos vamos.
── ¿Crees que el fantasma me haría el favor de llevársela a ella primero? ──preguntó fastidiada al biónico tras ver como todas la seguían a la entrada, incluido Adam.
──¡No! No se vayan──pidió Bree──. ¿Vemos quién escupe más lejos?
──No──cortó la morena tras escuchar el sonido de su garganta.
──No se van a ir de aquí──habló el cráneo en llamas cerrando la puerta principal──, esta pijamada apenas está empezando, ¿no están de acuerdo?
Las chicas──y Adam──comenzaron a gritar y correr en varias direcciones mientras la risa del cráneo se escuchaba por toda la casa en la dirección que fueran algo fallaba, hacia corto o aparecía de nuevo el "fantasma".
── ¿Me podrías explicar por que una calaca ardiendo nos tiene encerrados en tu casa? ──le exigió la morena, molesta por tanto grito.
──Creo que es nuestro mayordomo virtual──explicó Chase sin esta del todo seguro──. El señor Davenport lo construyó y tiene control de toda la casa. Normalmente solo es molesto, quizá le haya entrado un virus.
──Genial, asesinados por una computadora, eso debería pasar hasta dentro de diez años──dijo sarcástica──. ¿Dónde esta la fuente de control?
──En el sótano, el cual tiene puertas eléctricas──dijo haciendo a la chica bufar.
──Busquemos algo para romperlas.
──Son de acero reforzado──Chase la vio con una sonrisa de inocencia falsa.
──Dile a tu padre de mi parte que su intento de seguridad es un asco ¿sí?
──Claro, solo déjame salgo vivo de esto.
── ¿Nadie tiene hambre? ¿Quieren un sándwich? ──dijo el cráneo desde la pantalla del refrigerador, la morena tomó al castaño del brazo acercándose a donde estaban todos. Una de las puertas se abrió y en la cara de Caitlin empezaron a ser lanzadas rebanadas de jamón tapándole perfectamente el rostro. Otra vez gritaron y corrieron pero Chase logró tomar el brazo de su hermano.
──¡Chicos! ──se acercó Tasha──Vayan por Donald y Leo y averigüen que esta sucediendo.
── ¿Es una broma? En las películas de terror el primero en separarse del grupo es eliminado──se quejó el castaño cruzándose de brazos──. Después de ti, Adam.
──Gracias, que amable──dijo y se fue en dirección al laboratorio dejando a su hermano riendo. Tasha lo obligó a ir tras de él.
──Espera aquí, Natalie──le pidió, sin querer que esta pudiera ver el lugar secreto de la casa y se fue en la misma dirección.
──Si me quieres muerta mejor me lo hubieras dicho──le reclamó en un grito que estaba segura de que escuchó, luego se giró en dirección a la morena──. ¿Le ayudo en algo?
❄︎
Tras una gran cantidad de gritos sin control, aire a grandes velocidades──cosa por lo que agradecía traer el pelo amarrado en dos moños altos──y ver a las chicas correr por toda la casa, por fin la luz había vuelto y el cráneo se había ido de todas las pantallas, por lo que todas las jóvenes se habían guardado sus cosas tan rápido como pudieron, justo ahora se estaban yendo de la casa mientras Bree, Tasha y Natalie se encontraban en la puerta despidiéndolas con galletas.
──Gracias por venir a mi casa hechizada──decía la chica biónica──, ¿una para el camino?
──Para que sepas, no volveré jamás.
──Gracias a Dios──dijo la morena con un gesto de satisfacción.
──Que lastima, tu jovencita eres un encanto──la capitana del equipo vio mal a la adulta antes de retirarse con el cabello enredado.
── ¿Ya le mencioné lo mucho que me agrada? ──preguntó Natalie en dirección a la mayor, quien le sonrió divertida.
──Fue divertido──Caitlin fue la ultima en salir──, y si quieres ver quien escupe más lejos, puedo competir contigo.
──¡Excelente! Si te das prisa encontraremos el auto de Estefany──ambas morenas se quedaron de pie con una cara de asco mientras ambas chicas salian de la casa, pero ambas pensando que no era tan mala idea.
──¿Qué hay de ti, Natalie? ──le preguntó Tasha cerrando la puerta.
──Pensaba preguntarle a Bree si quería que me quedara, pero creo que será hasta que regrese──respondió encogiéndose de hombros──. Apenas va a ser la una, aun se puede tener una pijamada como corresponde.
La señora Davenport la vio con una amable sonrisa, la chica era un verdadero encanto a su parecer y le daba gusto que su hijo e hijastros la tuvieran de amiga.
──¿Le ayudo a recoger?
❄︎
La casa ya se encontraba como si no hubiera pasado nada, tan limpia como cuando la joven había llegado y todo gracias al trabajo de las morenas. La mayor se había retirado ya a su habitación diciéndole que se quedaba en su casa.
── ¿Y tu por qué no te has ido? ──la chica volteó extrañada hacia la pared viendo una pantalla con un dibujo parlanchín en un fondo blanco.
──Supongo que tú eres el mayordomo virtual──se acercó de brazos cruzados──. Buen espéctalo armaste aquí. Soy Natalie.
──Yo me llamo Eddie, ¿quieres ver unas fotos graciosas? ──preguntó, encantado de mostrar en pantalla los hermanos biónicos tirados uno sobre el otro.
──Quizá en otro momento──le respondió al ver a su amiga cruzar la puerta emocionada.
──¡Natalie! Adivina quién ganó──dijo tomándola de los brazos.
──Tú, claramente──respondió, aun con asco.
──¡Si! Soy la mejor──festejó──. ¿No tienes que te lleve a casa? Puedo decirle al señor Davenport.
──En realidad estaba pensando en hacer una pijamada como debe ser──le comentó mostrándose nerviosa por que la rechacé.
──¡Genial! ──dio un brinquito, emocionada── ¿Qué quieres hacer?
──Ya fue una noche muy ajetreada──dijo pensando──, ¿por qué no vemos películas mientras nos ponemos mascarillas y comemos dulces? Aun tengo más en mi mochila.
──Suena bien, iré por mascarillas, colchas y aperitivos──avanzó pero se detuvo a medio camino, volteó luciendo ligeramente triste──. ¿En una pijamada no debería haber más personas?
Natalie la observó a la castaña y su gesto desanimado, su fiesta no había salido para nada como quería, cosa que la hacía sentir que había fracasado socialmente y aunque agradecía enormemente el gesto de la morena no podía evitar sentirse mal. La rizada se odio en el fondo por sentir pena por la chica pero volteó a ver a los chicos biónicos que entraban en la cocina, levantó las cejas en dirección a la joven.
── ¿En serio? ──se quejó entendiendo bien lo que la chica le estaba diciendo.
── ¿Por qué no? Si molestan solo le hablamos a Tasha y estoy segura de que nos ayudara a llevárselos.
──Está bien, iré por eso, diles.
──Trae un cepillo──le pidió viendo su cabello desordenado. Luego de que la chica se fuese se acercó a los jóvenes.
──¡Natalie! Creí que ya te habías ido──exclamó sorprendido Chase.
──No dejaría a Bree con lo que pasó como su primera pijamada en la vida──explicó con una sonrisa amable, el castaño la miro con ojos dulces y una sonrisita ladina, nunca diría en voz alta lo mucho que le importaba su hermana, pero ver a la joven quedarse con ella solo por no dejarla con una mala experiencia le hacia sentir feliz, esa chica cada vez le encantaba más──. ¿Quieren unirse?
──¡SI! ──gritó Adam emocionado y abrazó con fuerza a la rizada── Estaba esperando que lo preguntaras.
──No veo porque no.
──Bien, la regla más importante de una pijamada es que todos deben usar pijamas──les comentó viendo su vestimenta──, así que vayan por Leo y regresen cambiados──los chicos se dieron la vuelta retirándose pero ella los detuvo──. Les advierto que si no se comportan les haré la vida imposible, ¿entendido?
Ambos asintieron asustados por la amenaza de la chica y se retiraron con intención de cambiarse. Ella mientras tanto tomó su mochila y colocó en la televisión la primera película de la saga de crepúsculo, pues estaba segura de que a la chica le gustaría y las había llevado. Acomodó los cojines, sirvió sus dulces en platos y sirvió refresco para todos preguntándole a Eddie donde estaba todo.
──Está todo listo, solo sirve esas papas mientras acomodo las cobijas──le pidió a la chica biónica que llegaba de nuevo a la sala.
── ¿Que veremos? ──preguntó un adormilado Leo llegando con su pijama de super héroes.
──Crepúsculo.
──Siempre quise verlas──exclamó Adam, sin duda era el más emocionado de todos.
──Yo también, ¿dónde las conseguiste? ──preguntó Bree, ella las había buscado sin obtener nada.
──Las traje de mi casa, creí que te gustarían──explicó tomando asiento en el medio del sillón──. Por cierto, ¿en serio sus pijamas son así de aburridas?
──Las hizo el señor Davenport──dijo Chase levantando sus hombros y sentándose junto a su amiga, quedando en la orilla.
── ¿Qué no hace ese señor? A demás de un buen sistema de seguridad──el castaño rió──. Sientense, les pondré las mascarillas.
De uno en uno fue colocandoles los productos faciales, la castañaba estaba encantada con el cuidado y delicadeza con la que la chica le tocaba el rostro, regalandole unos momentos de masajes que la relajaron. El pelinegro se había reído por la temperatura de estas mientras su hermano bionico intentaba no moverse, nervioso por la cercania. Por ultimo se colocó la suya, tiro todo y se fue a sentar.
Una vez todos se sentaron, ambas chicas juntas, la película empezó a reproducirse. Adam la veía realmente entretenido al igual que Bree, quien estaba siendo peinada con delicadeza por su amiga, era curioso como le encantaba tocar el cabello de la gente pero solo había una persona que podía tocar el suyo con total libertad. Leo se esforzaba fuertemente por no quedarse dormido, llenándose de azúcar con ayuda de los deliciosos dulces que la morena había llevado. Chase en su lugar, ligeramente inclinado hacia su amiga, se dedicaba a observar incrédulo la película, esforzándose por no decir todas las incongruencias de la cinta.
──Eso no tiene sentido──dijo sin poder contenerse al ver a Edward brillar en el sol──, los vampiros deben de dar miedo, no parecer esfera disco.
──No juzgues a la cultura popular, por favor──le pidió divertida la morena, terminando la trenza de su amiga.
──Shhh, dejen escuchar──pidió Adam, quien comía palomitas sentado con estas en medio de sus piernas.
Natalie rió por el interés del chico en la película, ni siquiera la castaña estaba tan atenta a la película, si lo estaba, pero no a ese grado. Se acomodó en su lugar tomando de la cobija del castaño.
── ¿En serio prefieres esto sobre la literatura clásica? ──le susurró indignado el biónico.
──No es exactamente mi estilo, pero si, sin duda──respondió de la misma forma── ¿puedo tocarte el cabello?
──Claro, adelántate──ocultó su emoción tras una sonrisa amable.
──Pero acomodaste.
── ¿Cómo
──Como gustes siempre y cuando me des fácil acceso a tu cabeza.
Lo pensó un poco, sintiéndose nervioso por el contacto tan directo con la morena y temiendo hacerla sentir incomoda, pero terminó acostándose de lado con la cabeza en sus piernas lo más cerca de las rodillas posible. La chica comenzó a hacerle caricias dulces haciéndolo perder su postura tensa, relajándose en extremo, ella no podía verlo pero en su rostro había una sonrisa contenta mientras en la suya solo se reflejaba malicia.
❄︎
──Chicos──escuchó a alguien llamarles──, chicos despierten──insistía Tasha──. Les hice el desayuno.
Su esposo les tomaba fotos mientras tanto, divertido por los ángulos raros de los cuerpos de sus hijos. Natalie emitió un sonido afirmativo a la vez que se tallaba los ojos, aun sin abrirlos, al moverse se dio cuenta del dolor de cuello que tenia e intentó estirarse para aliviarlo pero al darse cuenta del peso en su pecho que no le permitía moverse abrió de golpe los ojos.
Chase estaba abrazándola con fuerza con su cabeza sobre su hombro, se rio divertida y lo sacudió ligeramente.
──Espera, sonríe para la cámara──le pidió el señor Davenport y ella lo hizo haciendo el signo de paz con la mano, luego una expresión sorprendida viendo al chico y demás. El sonido de sus risas y el movimiento de la chica lograron despertar a todos.
──Buenos días, listillo──dijo tocando su cabello.
──Buenos días──contestó aun sin darse cuenta por el sueño que aun sentía.
──Hermano, ¿ya viste a quien estas abrazando? ──le preguntó Bree con una gran sonrisa mientras se estiraba.
Chase se levantó de golpe al darse cuenta de que su cuerpo se encontraba completamente pegado al de la morena causando que su padre riera al verlo tan nervioso, no creyó vivir lo suficiente para ver a su hijo tan cerca de una chica.
──Dios, lo siento──empezó a tartamudear excusas que a Natalie no le interesaba escuchar──, esta, yo, el sueño, y...
──No me molesta, Chase, al contrario──le aclaró revolviéndole el cabello.
──Oh──dijo aun con las mejillas rojas.
── ¿Desayunamos?
Tras comer contándole al mayor todo lo que habían vivido el día anterior debido a su infectado mayordomo virtual, quien se metía de vez en cuando a enseñar las fotos que había recuperado causando que se rieran de las chicas que gritaban histéricas y escuchar cientos de quejas del castaño sobre lo malas que eran las películas que habían visto mientras que sus hermanos biónicos las defendían. Natalie se despidió gustosa prometiendo a Chase que regresaría el lunes para terminar el trabajo.
Llegó a su casa y después de haberse bañado se acercó a su tutor, quien veía las pantallas que tenía al frente suyo, se colocó a su lado viendo las estadísticas de su chip el cual se encontraba en perfecto estado. Extendió su mano en su dirección dándole un pequeño USB color negro.
──Tenemos ojos en la sala──el mayor lo tomó colocándolo en su dispositivo obteniendo una vista perfecta de la familia jugando con un casco extraño mientras gritaban emocionados por estar en el último nivel del juego. Acarició su pelo orgulloso.
──Excelente trabajo, Winnie.
DIOS, escribir ocho mil palabras en una noche deberia merecer un premio, pero es que estoy tan emocionada porque la historia por fin vaya tomando forma que quiero escribirla toda ya.
Natalie usando sus poderes es algo que ya necesito escribir, pero todo a su tiempo.
Por cierto, me brincaré capitulos de la serie que no considere importantes para la trama.
Gracias por leer, hasta luego.
DARK
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