[Susan]

Estaba parada afuera de mi casa, la noche cálida y tranquila mientras esperaba a Soshiro.

Me siento emocionada pero también un poco nerviosa, no se porque, pero mis piernas tiemblan impacientemente y mis manos sudan.

Mi corazón se siente cálido, y no dejo de sentir mariposas por mi estómago. Quizás sea porque Soshiro y yo llevamos tres meses juntos y esta noche se cumplen esos tres meses.

No es la gran cosa, tres meses no se compara a una relación que tiene años de dedicación e trabajo mutuo, pero para ambos es algo especial.

Esta noche decidimos darnos nuestro primer beso.

Jamas he besado a alguien en mi vida, y me sorprendí mucho cuando Soshiro me confesó que el tampoco.

Dijo que lo único que ha besado es un libro que le gusto mucho. Suena tonto, pero es tierno imaginarlo besando la portada de un libro solo porque le gusto mucho.

Sonreí lentamente al recordar esa conversación, la recuerdo muy bien. Soshiro y yo estábamos en una videollamada nocturna. El estaba en otra ciudad por su trabajo como vice capitán, y como se sentía mal de dejarme sola por una semana, me llamaba durante las noches y ahí se iban nuestras horas de sueño.

Soshiro es lo mejor que me ha pasado, jamas soñé con tener una pareja que me amara tanto como el.

Vi el auto de Soshiro acercándose a mi casa, era un lindo y nuevo Camaro color negro con rayas deportivas moradas, el color de su cabello y ojos.

Lo estaciono y se bajo con una linda sonrisa en el rostro, dejando ver uno de sus pequeños colmillos de vampiro.

"¡Susan!" Fue corriendo a abrazarme.

Sentí su cuerpo chocar contra el mío, y pude oler el aroma de su cabello, shampoo de coco. Su suéter gris con un dibujo de un zorro sacando la lengua olía a granos de cafe. Su cuello olía a su colonia favorita, y cuando toque sus mejillas, pude sentir que estaban cálidas y suaves, era como tocar la piel de un bebé.

"Lista para nuestra pequeña aventura nocturna, ¿mi reina?" Dijo con un tono travieso.

"Solo si prometes no conducir como si estuvieras en película de acción." Acaricié sus mejillas.

Soshiro sonrió aun más. "Soy buen conductor ya verás."

¿Debería preocuparme? Soshiro al volante puede ser un viaje mortal. Se que es un hombre responsable que respeta las leyes de tránsito, pero algo en su mirada me hace sospechar de algo.

"¿Estas lista para irnos?"

"Sip, solo déjame despedirme de mi casa antes de morir." Dije sarcástica, pero Soshiro hizo un puchero y puso carita triste e indignada.

"Mala." Se reía a carcajadas y sus mejillas se pusieron de un color rosita de tanto que se aguantaba las ganas de explotar a puras risas escandalosas.

Me abrió la puerta de pasajero y cuando me senté, el me colocó el cinturón de seguridad.

Cuando vi que Soshiro se sentó en el asiento del conductor y encendió el auto, empecé a sentirme más nerviosa, pero no era por la salida con Soshiro, sino por tenerlo detrás del volante.

"Esto sonará tonto, ¿pero si sabes conducir bien, verdad?" Ajuste el cinturón por mi pecho y coloque mis manos en mis piernas mientras estaba su respuesta.

Soshiro tenía una mirada despreocupada. "Claro, ¿porque crees que no?" Su mano izquierda estaba firmemente envuelta alrededor del volante mientras que su derecha estaba en la palanca de cambios. "Tu relájate, Susan. Obviamente se conducir, no es como si fuera olvidar cual es el freno. Es lo más obvio del mundo."

Dijo con un tono juguetón pero luego en su mirada se veía algo, ¿dudoso?

"Solo no nos vayas a matar."

"Ay Susanita!"

Mientras Soshiro conducía, miré por la ventana del auto, perdida en mis pensamientos, disfrutando el viaje, el suave zumbido de su poderoso Camaro y el sonido de la música de fondo que agregaba una sensación etérea al viaje.

Miré por la ventana y noté todas las calles ocupadas, todas con los colores de neón. Tokio de noche parece una ciudad cyberpunk debido a sus enormes edificios que parecen futuristas y casi demasiado brillantes para ser reales.

Solo éramos Soshiro y yo perdidos en la noche en nuestro camino a ninguna parte, pasando solo por edificios y dejando que los caminos desconocidos nos guiaran.

Mi mano izquierda estaba alrededor de la palanca de cambios y la suya estaba encima, abrazándola suavemente mientras conducía.

Admiraba su perfil, su rostro calmado mientras mantenía la mirada fija en las calles.

Soshiro se ve lindo mientras conduce, se ve concentrado y pensativo al mismo tiempo.

[Soshiro]

Soy buen conductor, tengo años de experiencia, pero la presencia de Susan a mi lado me hacía sentir nervioso.

No era algo malo, solo que no lograba concentrarme. Solo quería admirarla y nunca apartar la vista de su rostro, pero tenia que tener la vista en las carreteras.

Es la una de la mañana, y solo somos Susan y yo dentro de mi auto, perdidos en pensamientos, y me estoy aguantando las ganas de estacionar el auto, tomar a Susan de la mano y besar sus labios.

He soñando con besarla por mucho tiempo. Puedo estar en el trabajo, y lo único que se me viene a la mente es Susan y sus labios.

¿Como se sentirá un beso?

Me sentí tan vulnerable y nervioso con ella. Incluso mi concentración estaba fallando estrepitosamente cuando casi me olvido de pisar el embrague para cambiar de marcha. ¡Qué vergonzoso! Podría haber parado el auto con solo eso.

Pero, oh Dios, Susan.

Amo a Susan, ella es la razón por la que no puedo concentrarme.

Doy vuelta en U en la siguiente calle y me doy cuenta de que sus ojos están puestos en mí, especialmente en los movimientos de mi mano izquierda en el volante.

Me está dando vergüenza. Si cometo un error estoy muerto.

Hay un silencio incómodo entre nosotros antes de detenernos en un semáforo en rojo. Susan mira por la ventana y suspira suavemente.

Piso el freno lentamente y el auto se detiene. "Susan, ¿estás cómoda? ¿No tienes frío? Puedo ajustar la temperatura del auto". Pregunté, esperando romper el incómodo silencio.

Ella me mira con dulzura. "Estoy bien Soshiro, gracias. ¿Pero porque te ves tan nervioso? Tu rostro está hirviendo."

Cuando escuché sus palabras, mi cuerpo se calentó más, juro que casi suelto el volante de lo nervioso que me siento.

"Jeje es que pues ya sabes, eres mi primera novia." Dije con un tono confiado. No quiero que Susan piense que estoy nervioso porque voy a besarla.

Ella tiene que saber que soy su Soshiro valiente y despreocupado, no uno que se acobarda cuando se trata del amor.

Susan y yo nos miramos fijamente durante un par de segundos, nuestros ojos se tocan de una manera misteriosa que no puedo describir. Pero la estoy tocando con mis ojos.

Ella es tan hermosa que nunca podría cansarme de admirar a la chica que me dio su corazón. La chica que se enoja conmigo cuando tomo demasiado café o cuando no duermo.

Susan. Susan. Susan.

Mi Susan.

Mantengo el pie firmemente en el freno mientras trato de acercarme a Susan. Quiero besarla, abrazarla y asegurarme de que sepa que la amo con todo mi corazón.

Se inclina hacia mi costado y quito mi mano de la palanca de cambios para poder colocarla en su cintura y acercarla.

Está sucediendo, estamos a punto de besarnos.

¡Voy a besar a Susan!

Desafortunadamente, ese sueño fue tragado por un agujero negro cuando ambos nos estremecimos sorprendidos por el fuerte bocinazo enojado del auto detrás de nosotros.

"Oops, jeje. Supongo que el semáforo se puso verde y ni siquiera me di cuenta". Me reí avergonzado y me froté la nuca mientras me acomodaba en el asiento del conductor.

Susan se apoyó en su asiento y se rió.

Me aseguré de no olvidar pisar el embrague con el pie izquierdo mientras pisaba lentamente el acelerador con el derecho. "Estábamos muy cerca". Dije en voz baja.

"Tan cerca de besarnos." Dijo y se giró para mirarme con cara de amor. Adoro mucho su cara, pero me pondrá nerviosa otra vez.

No pasará mucho tiempo para que cometa otro error y volveré a avergonzarme.

Tengo que buscar un buen lugar donde estacionar el auto y así podré besar a Susan por el resto de la noche.

"¿Que te parece la vista?" Le pregunté a Susan mientras conducía el auto por una calle desierta alejada de la ciudad, pero aun así se podían ver todos los edificios modernos y futuristas.

"Es bellísima." Susan veía por la ventana y yo detuve el auto en una pequeña colina.

Una nueva canción comenzó a sonar de fondo, el auto se volvía más íntimo y acogedor cuanto más nos sentábamos en él.

No podía aguantar más, estaba luchando contra el impulso de agarrar a Susan, sentarla en mi regazo y besarme con ella.

"Susan." Dije.

Susan me volteó a ver con curiosidad. "¿Si?"

"¿Puedo besarte?" No se como diablos salieron esas palabras de mi boca, pero se que en ese momento casi se me sale el corazón de tanta vergüenza que sentí.

Susan sonrió, sus ojos se iluminaron de ilusión y sus mejillas se pusieron de un color rojizo. "No tienes que preguntármelo."

Llevé a Susan a mi regazo mientras seguía sentado en el asiento del conductor. Agarré suavemente sus caderas y ella se sentaba entre mi entrepierna, lo que por cierto excitó un poco mi uhh "cosa", y solo espero que no se haya dado cuenta de que la empujaba.

Ella me miró y sus manos rodearon mi cuello. "¿Estás listo?" Preguntó con tono nervioso. Susan acarició mi cabello con sus dedos y me vio con una mirada que derretía mi corazón.

"Nací lista para esto, querida". Me reí entre dientes.

Nuestros labios se encontraron por primera vez, pero sentí como si lo supieran desde siempre. Se sentía tan mágico, tan dulce, tan soñador.
Nos tocábamos y besábamos, y cuando menos lo sabíamos, nuestras lenguas comenzaron a moverse en la boca del otro.

Estábamos besándonos en mi auto mientras sonaba la canción 'Just the Way You Are' de Bruno Mars.

Nunca había sentido algo tan dulce y placentero al mismo tiempo.

Susan y yo.

Nada más importa. Mientras ella esté a mi lado, no necesito preocuparme por nada.

Susan, se que no tenemos mucho tiempo juntos pero,

Quiero que seas mi esposa, y cuando llegue el momento correcto voy a pedírtelo con todo mi corazón.