→46←
Los días después de eso pasaron rápidamente, Uriel se quedaría con nosotros durante unos meses de prueba antes de la adopción definitiva y la trabajadora social vendría a visitarnos con frecuencia.
Un año más había acabado y realmente lo catalogaba cómo uno de mis años más raros, cuando inició no me hubiera imaginado como estoy ahora.
Hoy era 11 de enero, cumpleaños de mi adorado esposo, él acostumbraba a despertarse tarde este día así que quería aprovecharme de eso.
—¿Todo listo?.— cuestionó Roberto, él había llegado desde hace una hora para ayudarme a planear algo para hoy
—Creo que sí, solo falta despertar a Uri para que venga.— dije obvia
—Encargate de eso, tengo una idea.— exclamó y asentí sonriendo —Nos vemos en tu habitación en 5 minutos, lleva el pastel.—
Habíamos comprado un mini pastel para despertar a Juan mientras cantabamos la típica canción y que él soplara las velitas
—Está bien.— hablé mientras tomaba el pequeño pastel para llevármelo y no dar doble vuelta
Subí hasta la habitación de Uri y entré, él estaba durmiendo plácidamente. Me acerqué para moverlo un poco y se despertó
—Vamos a darle una sorpresa a Juan por su cumpleaños.— avisé en susurro —¿Nos acompañas?.—
—¿También está Beto?.— preguntó levantándose feliz y sonreí
Ambos llevaban una amistad linda, era de esperarse que Uri se encariñara de él, es un ángel en la vida de cualquiera
—Si.— respondí viendo unas señas que aquel chico hacía, parecía emocionado
—¿Y trajo a su novia?.— preguntó y mi sonrisa se borró rápidamente
Roberto no tenía novia, Uri debía estar alucinando o habrá confundido algo que Beto le contó
—Él no tiene novia.— aclaré pero él negó
—Claro que sí, no recuerdo su nombre pero creo que empezaba con "Y".— parecía pensarlo —Me lo contó la última vez que vino.—
La última vez había sido en nuestro festejo de año nuevo, ¿le ocultaría algo así a su mejor amiga? No es como si me importara pero pensé que siempre nos contabamos lo que nos ocurría
—Como sea, vamos con Juan.— dijo sacándome de mis pensamientos —Te ayudaré con el pastel.—
Se lo llevó y salió de la habitación, yo salí detrás de él mientras seguía pensando, no estaba mal que Roberto tuviera novia, incluso me encantaría conocerla
Entramos a mi habitación, Juan estaba dormido aún y Beto estaba acostado a su lado, yo lo miré intentando decifrar que estaba haciendo
—Quiero asustar a Juan.— susurró Roberto —Me cubriré con las sabanas para que piense que soy ______.—
Reí un poco viendo como se metía debajo de las sábanas. Uri me dió el pastel y me señaló mi armario, supuse que quería que me escondiera ahí así que le hice caso.
Dejé entreabierta la puerta para poder ver la reacción de Juan a la broma que le querían hacer, aproveché para colocar las velas sobre el pastel pero aún no las prendía
—¡Juan! ¡Creo que se está quemando de nuevo la casa!.— gritó Uriel y ví como Juan se levantó de golpe
—¡No mames!.— exclamó poniéndose sus zapatos, ni siquiera estaba razonando que no olía a quemado —¡Debemos irnos! ¡_____!.—
Ví como movió un poco el pequeño bulto de sábanas dónde estaba Roberto pero él no se movía
—¡Chica hamburguesas!.— le quitó la sábana de la cara —¡AHH! ¡Hijo de puta!.—
Roberto se levantó sin parar de reír y Uriel se acercó para chocar sus puños
—Estoy en un mal sueño, esto es una simulación.— se convenció Juan —¿Dónde está ___?.—
—¿No recuerdas? Ayer te dijo que iría a Argentina a ver a Spreen.— se burló Roberto mientras Uriel se ahogaba de la risa
—Si es un mal sueño, debo volver a dormir.— se quejó mi esposo volviendo a recostarse
Por el susto no estaba procesando nada de lo que le decían, realmente era muy divertido pero quería abrazarlo, prendí con cuidado las velas y salí de ahí cantando
Al escucharme se levantó y me miró con una hermosa sonrisa. Me acerqué escuchando que Beto y Uri también cantaban, quedé frente a él y cuando acabó la canción él sopló las velas
—No pude pedir nada, todo lo que quiero lo tengo en este momento contigo.— exclamó Juan sin borrar aquella sonrisa
Le dí el pastel a Beto y abracé fuertemente a Juan, realmente lo amaba demasiado. Al soltarlo un escandaloso dolor en mi estómago apareció, inmediatamente me quejé un poco
—¿Qué pasa?.— preguntó Juan preocupado
—Me duele.— avisé y Beto de inmediato dejó el pastel sobre un mueble para ayudarme a sentar en la cama
El dolor se agudizaba cada vez más, algo extraño estaba pasando
—Llamen al doctor.— pedí sin dejar de quejarme
Aún faltaban poco menos de 3 meses para ver a Aolany y si queríamos tener la certeza de que estaba bien era momento de ir al hospital
—¿Te duele mucho?.— preguntó Uri acercándose y poniendo su mano sobre mi estómago
—No, es leve.— mentí para no preocuparlo
Juan hizo una mueca, él me conocía perfectamente y sabía que estaba mintiendo
—Vamos al hospital.— exclamó Juan rápidamente —Ayudame Roberto.—
Ambos me ayudaron a levantar mientras prácticamente me cargaban fuera de la habitación
—¿Y yo que hago?.— la voz de Uri los hizo detenerse
No dejaban entrar menores de edad al hospital, obviamente se tendría que quedar
—¿Crees que puedas quedarte solo?.— preguntó Beto y Juan lo miró mal —Yo no me quedaré, es mi hermana.—
—Pero es mi esposa, yo debo ir.— peleó Juan
No era momento para esto, estaba sintiendo un infierno
—Llamaré a Yei, ella puede cuidar a Uri mientras vamos al hospital.— exclamó y lo miré sin entender
¿Quién es Yei? ¿Uriel estaría seguro con ella?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro