→34←
—Dejame ver si entiendo.— pidió Beto y lo miré atenta —Agustina seguía atormentandote usando de coartada a su propio hijo, tú y Juan están adoptando a Uri cómo un hermano menor porque Agustina lo echó de su casa, la señora Nubia está de regreso y te tiene en una extraña dieta para nutrir a su nieto....—
Estábamos solos en mi setup, cuando llegué lo primero que hice fué prácticamente arrastrarlo para ponerlo al día respecto al tema de Agustina
—¿Por qué no me llamaste para contarme?.— preguntó e hice una pequeña mueca —Pude venir a ser tu apoyo moral, cómo siempre.—
—Todo pasó tan rápido, no pensé en molestarte.— excusé
—¿Hay algo que más que me estés ocultando?.— cuestionó y lo pensé un poco
Juan se había quedado ayudando a su mamá y a Uriel a preparar la comida, sabía que no debía decirle a Beto sobre la bebé pero no podía guardarlo más.
—Hay una cosa más pero es un secreto.— dije y él hizo una seña como si cerrara su boca con un cierre —Fuimos a la consulta con el doctor y ya sabemos que será.—
Beto abrió los ojos como platos y me miró ansioso
—Es Aolany.— sonreí emocionada
—¿Eso que es? ¿Una nueva religión?.— preguntó riendo y negué
—Es su nombre.— dije y pareció confundido
—¿Es nombre de niña o de niño?.— cuestionó ahora
Le dí un pequeño golpe en su cabeza, ¿Cómo sería un nombre de niño? Pensaba que era obvio
—Es niña.— dije por fin y la sonrisa apareció en su rostro
—¿Niña?.— preguntó contento y asentí —¡Es niña! ¡Es una princesa!.—
Empezó a gritar saltando por la habitación, yo reí al verlo emocionado, era la reacción más linda que podría ver, al fin y al cabo él sería el tío y padrino de Aolany
—¿Qué pasa?.— preguntó Juan entrando, su madre venía detrás —Escuchamos gritos y corrimos a ver qué pasaba.—
Beto no borraba su sonrisa y rápidamente abrazó a Juan
—Está todo bien, solo le conté a Beto un nuevo proyecto que tenía.— sonreí —El "proyecto Aolany".—
—¿Aolany?.— preguntó mamá Nubia —Es un bonito nombre pero no para un proyecto, me suena más a un nombre para una... nena.—
Después de analizarlo un poco mi suegra se acercó a mí para abrazarme, yo reí
—Habrá una princesita en la familia, debo llamar al padre de Juan para contarle.— dijo emocionada buscando su celular —Debemos salir de compras, 4 meses se pasan rapidísimo y...—
—Tres meses.— corrigió Juan y su mamá lo miró sin entender —El doctor dice que lleva 6 meses, no 5.—
—Pero casi no se le nota la pancita.— dijo ahora Roberto —Igual no hay tiempo, mañana mismo hay que empezar a decorar la habitación de la bebé, voy a traer algunas cosas, iré a una tienda con cosas muy lindas que hay a la vuelta de mi casa.—
Verlo tan emocionado hizo que me sintiera genial, sin duda Beto sería el mejor tío
—Hay que calmarnos un poco.— reí
—No es una situación para calmarnos, apoyo a Roberto, mañana mismo empezaremos con la habitación.— sonrió Juan —Pero tú no podrás entrar.—
—¿Por qué no?.— fruncí el ceño
—¿Cómo que "por qué no"?.— preguntó Beto haciendo comillas con sus dedos —Vamos a pintar las paredes y todo eso, el olor seguramente será dañino para tí.—
¿El olor? No creo que sea malo para mí, no me haría mal, solo estaba embarazada no era algo de otro mundo. Inhalé fuertemente y el olor a quemado invadió mi nariz
—¿A qué huele?.— pregunté a los demás y todos parecieron oler con más detenimiento
—Dejamos a Uri cuidando la comida.— recordó Juan tranquilo hasta que pensó lo que había dicho —No puede ser ¡Uriel!.—
Todos nos vimos preocupados y salimos corriendo de mi setup, bajamos las escaleras para ver a aquel chico intentando apagar el fuego de un trapo de cocina ¿cómo lo había incendiado?
Juan y Beto corrieron a ayudarle poniéndole agua para apagarlo. Cuando no hubo más fuego cerca suspiramos aliviados
—Perdón, es la primera vez que me dejan a cargo de la cocina.— Uri bajó la cabeza —Queria mover la olla pero me quemé así que tomé el trapo para moverla y por accidente se empezó a quemar, no quería gritar porque sentía que me iban a regañar... No quería decepcionarlos, cuando hago las cosas mal mamá me regaña y me golpea, no quería que ustedes se cansaran también.—
Lo miré con ternura y me acerqué para abrazarlo, no debía sentirse mal por eso, era nuestra culpa por dejarlo solo
—En esta casa no habrán golpes ni regaños, jamás.— aseguré y sentí como aquel chico se aferraba a mí
—Los únicos golpes me los llevo yo.— interfirió Juan con una ligera carcajada —Yo los regaños también, ¿No has escuchado como cada tres segundos tengo a mi mamá diciendo "Juan Sebastián"?.—
Me giré cuando escuché como imitaba a mi suegra y ella simplemente lo miró mal
—No te diré nada Juan Sebastián pero me las vas a pagar.— amenazó y reímos
—La comida también se quemó, tendremos que hacerla de nuevo.— avisó Uri alejándose de mí y su mueca aún se veía triste
—No te preocupes, pediré algo por internet.— sonrió Roberto sacando su celular —Todos los problemas en esta familia tienen solución.—
Uriel sonrió y ahora corrió a abrazar a Roberto, aquel chico sin duda se estaba volviendo parte fundamental de esta casa y me estaba acostumbrando a verlo por aquí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro