→29←
—Voy a ir por el auto, espérame aquí.— pidió Juan besando mi mejilla y asentí, él sonrió mientras se alejaba hacía el estacionamiento
Habíamos pasado toda la tarde en la comisaría, pudimos levantado la denuncia contra Agustina y habíamos tramitado una orden de alejamiento para que no se nos acercara sin tener consecuencias
—Chica hamburguesas.— una voz me sacó de mis pensamientos, me giré para mirar al hijo de Agustina a mi lado, su mirada estaba por el suelo y jugaba nerviosamente con sus dedos —Mi mamá está declarando con el policía.—
—Que bueno.— dije sin saber que más podía decir
—Perdoname.— pidió aunque parecía más una súplica —Mi intención nunca fué hacerles daño, ni a ti ni a Juan, yo los sigo desde hace años.—
Yo más que nadie sabía que efectivamente nos seguía desde hace tiempo y por eso me había sorprendido tanto el ataque
—No fué tu intención pero hiciste algo que claramente me afectaría.— exclamé —Yo te recordaba como el chico que me animó a hacer directos, gracias a tí había empezado mi carrera y esto fué una gran decepción.—
Miré como el auto de Juan se estacionaba frente a nosotros, debía subir para irnos, él ni siquiera se bajó, sabía que me estaba esperando
—Quiero contarles mi versión.— dijo y lo miré con duda
—No te podemos llevar, vienes con tu mamá y estaría mal.— avisé algo obvia
—Yo ya acabé de declarar, puedo mandarle un mensaje a mamá diciéndole que me adelanté a casa.— propuso rápidamente —Todavía se tardará, igual nunca le importa mucho a dónde voy.—
Escuché como Juan tocó el claxon para apresurarme y yo miré a aquel chico con duda.
—Vamos.— dije no muy convencida
Subí al auto en la parte del copiloto y aquel chico subió en la parte de atrás.
—¿Hola?.— cuestionó Juan
—Te explicaremos en el camino, arranca.— pedí y Juan hizo una pequeña mueca
Arrancó y el viaje comenzó, supuse que iríamos a nuestra casa por las calles que recorríamos
—Y bien...— exclamó Juan rompiendo un poco el silencio —¿A dónde quieres llegar viniendo con nosotros?.—
—Primero que nada quiero decirles que soy un gran fan de ambos.— dijo un tanto emocionado —Y quería pedirles perdón, estuve mal pero quiero remediar mi error explicando las cosas.—
—Eres un niño de 15 años.— recordé —Aunque tuvieras la culpa lo dejaríamos pasar.—
—Yo no lo dejaría pasar.— me contradijo Juan —Te metiste con mi familia, eso no es ser fan.—
Ví por el espejo como aquel chico volvía a bajar la mirada
—Aún dudo en llevarte a nuestra casa.— siguió hablando sin quitar la vista del camino —No entiendo porque ella tiene tanta consideración contigo, si por mi fuera te hubieran metido a la correccional de menores o algo así.—
—¡Juan!.— lo regañé, no debía ser tan duro con él
—Está bien, lo merezco.— suspiró el hijo de Agustina —Es bueno pasar un rato con mis ídolos aunque sea de esta manera.—
El ambiente quedó en un silencio pesado nuevamente, yo quería creer en que era buena idea traerlo.
—Empieza a hablar niñato.— ordenó Juan y lo pellizqué, sabía que estaba molesto pero no debía tratar mal a nadie
—Mamá es todo lo que tengo, haría todo por ella.— su voz parecía temblar —Me pidió que fuera a una dirección a aventarle pintura a un amigo suyo, me dijo que era una especie de broma pesada porque le habían rayado el auto.—
—¿En tu cabeza sonó a algo coherente?.— cuestionó Juan
—Pensé que era una de las bromas que yo le haría a mis amigos.— dijo
No debíamos olvidar que tenía 15 años, no era maduro ni razonable, en ningún sentido
—Cuando me dí cuenta que a la chica que llené de pintura era mi streamer favorita no supe que hacer y corrí, sabía que no eran amigas así que supe que mamá me había mentido, me asusté demasiado al ver que Juan me estaba siguiendo, estaba en problemas.— contó
Sonaba bastante lógico, la reacción que tuvo al verme y lo asustado que se veía en todo este proceso, solo pensaba ¿Agustina era tan mala madre para inculpar a su hijo?
—¿Y como explicas los paquetes?.— pregunté
—¿Qué paquetes?.— preguntó él
—Llegaron paquetes a nuestra casa, en la oficina de correos dicen que estaban a tu nombre.— informó Juan
—Yo no sabía dónde vivían hasta que mamá me dió la dirección para lo de la pintura, ¿Cómo enviaría eso?.— preguntó ahora
—No tiene sentido, nadie puede mandar amenazante algo usando tu nombre, sería un delito.— dije y Juan inmediatamente frenó
—Al menos que esa persona sea su tutor legal.— exclamó sorprendido el gafitas —O en este caso, su mamá.—
Miré por el espejo retrovisor, el chico parecía asombrado por aquel descubrimiento, igual se veía un tanto triste
—Ya entendí que debo cuidarme de mamá.— suspiró —Pero es difícil, ella es mi única familia y es la persona que siempre estuvo conmigo, no es tan mala ¿o si?.—
Juan y yo nos miramos, sabía que el enojo de Juan se había transformado en preocupación por aquel chico, no era culpable como ya lo intuíamos
—De todas formas no soy el único que debería cuidarse.— dijo y ambos nos giramos un poco para verlo —Recuerdo muy bien que mamá se enteró del embarazo por un amigo de ustedes, alguien le dijo que era maligno para tu carrera, eso la hizo enojar bastante, enloqueció al ver el futuro de su estrella más grande desbordado.—
¿Quién le había podido decir? Solo sabían mis amigos que habían asistido a aquella fiesta, ninguno tenía contacto directo con Agustina, excepto Rivers... y Beto. Ninguno era una opción ¿verdad?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro