—¿Deseas levantar cargos contra el denunciado?.— cuestionó un policía

Después de limpiarme correctamente Juan me avisó que tendríamos que ir a la comisaría a poner una denuncia por agresión, yo no podía parar de pensar si realmente quería hacerlo.

A pocos metros de nosotros estaba aquel chico de aproximadamente 15 años ya, tenía culpa en su mirada y sentía que mi corazón se hacía chiquito. A su lado estaba Agustina, ya la habían llamado para que estuviera enterada de las acciones de su hijo.

—¿Señorita?.— preguntó el policía sacándome de mis pensamientos

Juan estaba sentado a mi lado, me estaba acompañando en mi declaración, sentí como puso su mano sobre la mía y me sonrió para darme apoyo

—Yo quiero levantar cargos.— respondí no tan convencida

Sabía que aquel chico había estado atormentandome durante bastante tiempo, él era el responsable de los dos paquetes que había recibido, también sabía que si no hubiera cubierto mi cara probablemente la pintura hubiera entrado directamente a mis ojos y podría haberme quedado ciega.

—Puede empezar a contarme todo lo que el chico le hizo, lo anotaré en algunas actas y después tendremos que revisar la versión de él también.— contó un poco del proceso —Si le soy sincero será un poco desgastante todo este proceso, quizás solo le den una multa al muchacho por ser menor de edad.—

Juan al escuchar eso hizo una mueca, yo simplemente suspiré

—Haga las actas.— pidió Juan y lo miré sin entender —Solo queremos la constancia de que existe una denuncia, si es necesario lo llevaremos a juicio pero con una pequeña multa no se va a ir.—

Era demasiado joven, no quería arruinarle su vida poniéndole antecedentes o algo así, sentía mucha pena por él

—Me parece bien.— exclamó el policía —Ahora sin más demoras necesito la versión de su esposa.—

Empecé a contarle todo mientras veía como lo escribía en su computadora. Le dije sobre los paquetes extraños y la pintura, al parecer eso entraba en los delitos de amenazas, acoso y atentado contra mi salud.

—Hay algo que no me queda muy claro.— dijo dejando de anotar —No hay una razón fundamentada para que ese chico cometiera todos esos actos.—

—De hecho si la hay.— murmuré un poco nerviosa —Todo esto empezó cuando despidieron a su mamá por mi culpa.—

—No fué tu culpa.— corrigió Juan

—Pero creo que él piensa que si.— dije

—¿Podrían explicarme la situación con la mamá del chico?.— pidió y lo miré sin entender —Tal vez tengan todos los elementos para formar un buen caso, necesito todos los antecedentes.—

Ahora le conté todo lo que había pasado con Agustina, su manera de pedirme que detuviera mi embarazo, sus amenazas constantes con despedirme si no lo hacía, la manera en que me borró mi fuente de trabajo y finalmente el despido injustificado

—Por todo esto que me están contando tengo una teoría.— el policía junto ambas manos —El chico fué impulsado por su madre a hacer todo, no creo que solo él tuvo la culpa.—

—Nosotros solamente tenemos pruebas en contra de él, está el vídeo de seguridad y los testimonios, además de que en la oficina de correos dijeron que las cajas fueron enviadas por él, ni siquiera cambió su nombre para hacerlo.— dijo Juan

—Les haré una breve pregunta.— exclamó —¿Hay alguna manera en que el chico sepa su dirección?.—

Ambos lo pensamos y obviamente no había ninguna manera para justificar eso

—Solo la saben nuestros amigos.— dije —Y la empresa que nos representa porque ahí nos envían algunas cosas.—

—¿Usted ya se había mudado mientras seguía trabajando con la señora?.— me preguntó y asentí —¿No le dió su nueva dirección?.—

¡Tenía razón! Cuando recién me enteré que nos mudaríamos le dí la dirección a recursos humanos por si necesitaban localizarme o enviar algo.

—Tenemos los hechos, los vídeos, testimonios y una posible responsable, es suficiente para poner una denuncia.— avisó —También pueden seguir con la denuncia contra el chico.—

Miré a Juan, yo tenía claro lo que quería hacer

—Solo quiero poner la denuncia contra ella.— dije

—Te apoyo.— sonrió Juan —Pero si el chico se culpa en lugar de culpar a su mamá tendrá que afrontar las consecuencias.—

Asentí con una pequeña sonrisa

—Señor, su esposa es la afectada y está poniendo la denuncia, déjenos trabajar.— pidió el policía y reí un poco

—Está bien, me callo.— se resignó

Seguimos un rato intentando conectar la historia, debía encontrar la manera de hacer que Agustina caiga. Por un momento dirigí mi mirada a dónde estaban ellos, el chico parecía asustado y notablemente afligido mientras Agustina parecía de lo más tranquila viendo su celular, si ella realmente había mandado a su hijo a hacer todo eso lo pagaría