Al día siguiente estaba muy ansiosa por la llegada del doctor que vendría a revisarme, aún faltaban cuatro días para el evento pero necesitábamos tener una respuesta del doctor antes de seguir con nuestro itinerario

—¿Ya casi llega?.— pregunté por sexta vez en menos de 10 minutos, Juan me miró con ternura

—Espera un poco más.— pidió y hice un pequeño berrinche

Saqué mi celular para entretenerme y me dí cuenta que tenía un millón de notificaciones de todas mis redes ¿qué estaba pasando?

Entré a twitter solo para confirmar que me habían devuelto todo, era extraño porque pensé que las habían borrado pero al parecer solo las habían bloqueado

—Juan.— lo llamé emocionada y le mostré la pantalla de mi celular —Me las devolvieron.—

Él me abrazó y sentí que quería llorar por toda la alegría que me causaba volver a mi trabajo, tener contacto con mi chat y ser de nuevo la chica hamburguesas

Cuando me separé de Juan empecé a revisar todo hasta que me topé con un correo

"Buenas tardes ______, somos el equipo legal de la empresa a la que estabas afiliada y la cual te patrocinaba. Hemos reactivado tus cuentas y destituido a Agustina Fernández por el mal manejo de las situaciones. Nos han notificado de tus intenciones por integrarte a otro equipo de representación y te deseamos la mayor de las suertes.

De igual manera nos hemos enterado de tus deseos por actuar de manera legal contra nosotros por el despido injustificado, la injustas acciones en tu contra y las condiciones absurdas que te pusieron para conservar tu puesto dentro de la empresa. Al devolverte las redes esperamos lograr que desistas de esa idea y si no lo conseguimos esperamos poder negociar contigo alguna indemnización.

Esta agencia siempre tendrá las puertas abiertas para ti.
Agradecemos tu atención y te enviamos saludos cordiales"

¿Cómo sabían todo eso? Juan me quitó mi celular para leerlo y pude escuchar una carcajada de su parte

—La despidieron, que bueno.— habló y lo miré mal, no debíamos burlarnos de la desgracia ajena —No me veas así, se lo merece por chantajearte e insinuar que nuestro hijo sería un impedimento para tu trabajo.—

—¿Sabés cómo es que ellos se enteraron de todo eso?.— pregunté y él me dió mi celular

—Le pedí a Ibai que acelerara el proceso con los abogados de KOI para que pudieras entrar al equipo con todas tus redes disponibles.— contó —Practicamente redactaron un documento donde les advertían de una posible demanda por todo lo que te habían hecho, teníamos bastantes pruebas así que era obvio que preferirían dejarte ir de una buena vez.—

Ví como me ofreció su mano así que la tomé, prácticamente me jaló directamente a su setup, yo simplemente reí. Cuando llegamos sacó su celular

—Hola amigos, en unas horas se viene directito con la chica hamburguesas.— avisó y yo estaba de fondo haciendo algunas señas —Se vienen cositas con la diosa de twitch, esperenlo.—

Terminó de grabar y besé su mejilla, cuando decían que yo era la "Diosa de twitch" me hacían sentir apenada, para mí la verdadera diosa era Biyin, que guapa era

El timbre sonó y ambos nos miramos con algo de emoción, seguramente era el doctor.

—Iré a abrir.— avisó y asentí con una gran sonrisa

Llevábamos una racha de buenas noticias estos días, no creía que esto pudiera arruinarse, prefería confiar en que todo saldría perfectamente bien.

Mientras Juan subía con el doctor yo fuí a nuestra habitación, ahí me revisaban así que me recostaría de una vez

—Buenas tardes.— saludó aquel médico entrando antes que Juan —¿Cómo te has sentido estos días?.—

—Muy bien.— respondí sonriendo viendo como se acomodaba a mi lado para empezar a tocar mi estómago

Pasó unos minutos dando algunos toques y después puso su estetoscopio sobre mi estómago, supongo que para intentar escuchar algo del bebé

—¿Está todo bien?.— preguntó Juan ansioso viendo como se quitaba el estetoscopio y lo guardaba

—Afortunadamente todo va avanzando a la perfección.— dijo y suspiré aliviada —Los latidos se escuchan normales y no noto ningúna afectación fuera de lo habitual, podríamos decir que ya está fuera de peligro aunque para confirmarlo al 100% necesitaría de otros estudios.—

Ví la gran sonrisa de Juan y sonreí también

—Ya puedes subir y bajar las escaleras, solo con tranquilidad.— avisó

—¿Y si tengo un viaje de trabajo a España?.— pregunté y me miró confundido —¿Puedo hacerlo?.—

El doctor parecía meditarlo mientras Juan y yo lo mirabamos esperando una respuesta, sabía que una cosa era subir y bajar escaleras mientras otra totalmente distinta era viajar 12 horas