Dos días después ya había terminado el boceto de mi vestido, simplemente quedaba empezar a confeccionarlo.

—Ya llegué.— exclamó Beto haciendo que me sobresaltara

—¿Qué haces aquí?.— cuestioné riendo

—Venía a ver a la nueva integrante de KOI.— sonrió abrazándome y sonreí —Lo ví en twitter y quise venir de inmediato.—

—¿Ya lo anunciaron?.— pregunté sorprendida y él asintío

Sacó su celular para mostrármelo, esto de no tener redes me tenía bastante desactualizada

—Estoy feliz de que hayas encontrado un nuevo inicio.— dijo despeinado un poco mi cabello —Estás creciendo bastante rápido.—

Beto seguía siendo ese hermano mayor que siempre fué desde que nos conocimos y lo adoraba más que a otra cosa.

—Casi me olvido.— habló y lo miré confundida —Cuando llegué ví un paquete en la entrada, ví que era para ti así que te lo traje.—

Señaló una pequeña caja que había dejado sobre mi escritorio y de la cual no me había dado cuenta

—¿Juan te dejó entrar con ese paquete?.— pregunté y él parecía confundido

—Realmente yo entré solo.— dijo un poco apenado —Espero no te moleste pero Juan me dió una llave por todo el tiempo que te vine a cuidar y...—

—No me importa que tengas llave, esta es tu casa también y puedes venir cuando quieras.— hablé —Llama a Juan por favor, está en su estudio.—

Sabía que Juan estaba en directo pero un nuevo paquete había llegado y desde la última vez me quedé un tanto preocupada, no abriría nada si él no estaba cerca. Beto me hizo caso y fué por Juan

—¿Qué pasó?.— entró corriendo —Dejé a Roberto haciéndose cargo de mi stream, si ese paquete es como el anterior posiblemente nos demoremos.—

Asentí y ambos nos acercamos a dónde Beto había dejado la caja, Juan la abrió y nos quedamos petrificados al ver una cabeza de puerco llena de sangre

—Esto es demasiado tétrico.— exclamó Juan cerrando la caja de nuevo —Volvamos a nuestra antigua casa, ahí no pasaban estás cosas.—

Había días dónde extrañaba la antigua casa, ahí había iniciado mi vida al lado de Juan pero está casa era más grande y le había costado tanto sacrificio, no podíamos irnos solo por los estúpidos paquetes anónimos

—No debemos dejar que esto nos ahuyente.— hablé tratando de no sonar nerviosa

—Mi deber es cuidarte y cuidar a nuestro hijo.— dijo —Si los paquetes no paran tendremos que tomar otras medidas.—

Existían más medidas, podíamos poner cámaras de seguridad en la entrada, podíamos llamar a la policía, podíamos ir a hacernos una "limpia" para quitarnos las malas energías.

—No me digas lo de las cámaras porque estoy casi seguro que quien trae los paquetes hasta aquí es el cartero.— parecía leer mi mente —Y aún no sé si confiar en ir a qué nos sacudan hierbas en el cuerpo para sacarnos lo negativo.—

—Aún tenemos la posibilidad de alertar a la policía, esto es extraño.— dije y él pareció pensarlo

—¿Crees que la justicia se ponga a trabajar por una vez en su vida al ver una cabeza de cerdo y una muñeca extraña?.— preguntó y negué —Ahí tienes tu respuesta.—

Suspiré pesadamente, todo esto era una verdadera locura y no quería pensar en que podría empeorar con el tiempo. Una llamada entró a su celular haciendo que sonara

—Debo contestar.— avisó y asentí viendo como se alejaba un poco para poder hablar

Miré de reojo la caja intentando pensar ¿Qué era lo malo que había hecho para recibir esto? De un momento a otro mi vida se había convertido en una catástrofe.

Después de unos cuantos minutos Juan terminó su llamada y se acercó a mí con una gran sonrisa, por fin la señal de una buena noticia

—Adivina quien vendrá de visita.— pidió emocionado

Lo pensé unos segundos, ¿Auron y Biyin? Imposible, ellos habían venido hace poco, ¿Spreen? No creo que tuviera tan feliz a Juan

—Dame una pista.— pedí y él negó —Por favor gafitas.—

—Es.. casi tan bonita como su hijo.— soltó la pista

—¡Mamá Nubia!.— exclamé feliz y Juan asintío riendo

Desde hace tiempo no la veía, incluso creo que no sabía lo del embarazo, yo no le había dicho y creo que Juan menos

—Vendrá después de que regresemos de españa.— contó

Aún no teníamos asegurado el viaje pero la visita de mi suegra compensaba todo lo malo que me estuviera pasando, era encantadora en todos los sentidos

—Debo irme a mi directo, ya dejé mucho tiempo a Roberto.— carcajeo pasando sus brazos detrás de mí cintura para abrazarme —Iré a tirar el paquete, no te preocupes por nada más, lo resolveré.—

Me besó, después se alejó llevándose aquella caja y saliendo de la habitación. Suspiré, empezaba a cansarme de que Juan me dijera que resolvería todo y no poder ayudarlo, nunca quise ser de las famosas "damiselas en apuros" que tienen que ser salvadas, debía poner en marcha mi siguiente plan