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ᵎ ִֶָ  ◞ ᝰ ❛ 🅴🅻🅴🅽🅰 ❜ ∦ 🅳🅴🅽🅰🅻🅸, 🅰🅻🅰🆂🅺🅰.

Eleazar comenzó su relato, fijando la mirada en el fuego, como si este lo ayudara a viajar a sus recuerdos.

》La primera vez que vi a Elena, su presencia me dejó completamente paralizado. Su don era tan poderoso y aterrador que mi mente tardó en procesarlo. Me quedé inmóvil el tiempo suficiente para que ella, atraída por mi olor, se acercara a una distancia prudente. Sus ojos rojos brillaban con una mezcla de curiosidad y alerta mientras me observaba fijamente desde lejos. Era evidente que estaba saciada de sangre humana, prácticamente intoxicada, pero lo extraño era su actitud: no se tambaleaba ni actuaba como una novata fuera de control. Elena sabía perfectamente lo que hacía; parecía tener un dominio absoluto de sí misma. Luego de unos segundos de estudio mutuo, me dedicó una enigmática sonrisa y se alejó tranquilamente en dirección opuesta al caos que había desatado en el pueblo.

Al regresar con los Vulturi, no tardé en informar sobre el extraordinario don de la vampira. Elena tenía la capacidad de transformarse en cualquier persona que viera, pero no era sencillo discernir si su habilidad alteraba físicamente su cuerpo o si era una manipulación mental que engañaba los sentidos. Lo único claro era que su don era abrumadoramente poderoso: podía replicar la voz, los gestos, el aroma y hasta las particularidades más sutiles de su objetivo. Un disfraz perfecto, capaz de sembrar confusión y caos dondequiera que fuese. Recuerdo que los ojos de Aro brillaron con un entusiasmo casi infantil al escuchar sobre su habilidad. Sin dudarlo, envió a los miembros más fuertes de la guardia a buscarla. Para sorpresa de todos, Elena no solo no se resistió, sino que parecía haber esperado el encuentro. Actuó como si conociera a los Vulturi desde siempre, como si hubiera estado observándolos desde las sombras.

Cuando llegó al castillo, se presentó con un simple: "Elena. Sin apellido". En poco tiempo, se ganó el favor absoluto de Aro. Se convirtió en su confidente, en su mano derecha, desplazando con rapidez a otros miembros importantes de la guardia. Esto desató celos y resentimientos entre los demás, pero Elena parecía disfrutarlo; era como si se alimentara de las emociones negativas que inspiraba. Su relación con Aro era única. Sus dones se complementaban de forma casi perfecta: Aro podía ver los recuerdos de cualquier persona con un solo toque, y Elena podía replicar y encarnar a esas mismas personas con un realismo aterrador. Juntos, eran una combinación imparable.

Sin embargo, todo cambió cuando Elena trajo consigo a un recién convertido: Javier. Sus ojos denotaban su sed incontrolable, su inexperiencia era evidente en cada movimiento torpe mientras desgarraba gargantas humanas. Para Aro, Javier era una intrusión indeseada, especialmente porque yo confirmé que no poseía ningún don. Pero Elena insistió en mantenerlo cerca, y Aro, pese a su evidente molestia, accedió. Era obvio que Elena había perdido parte de su devoción hacia Aro, dedicando ahora su atención a Javier. A pesar del disgusto que esto le provocaba, Aro no podía permitirse perderla.

Elena era una figura tan fascinante como peligrosa. Compartía la misma naturaleza sádica de Jane, quizás incluso más cruel, pero detrás de esa máscara de perfección vampírica descubrí algo que nadie más parecía notar: Elena odiaba su inmortalidad. Lo ocultaba con una habilidad magistral, pero pequeños detalles la delataban. Su mirada de desdén cuando debía halagar a Aro, el disgusto evidente al alimentarse de sangre humana, la frustración que emanaba al no poder respirar como lo hacía en su vida humana. Cada uno de estos gestos me reveló que Elena no estaba en paz con su existencia como vampiro.

Ella buscaba desesperadamente revertirlo.

Su obsesión la llevó a realizar experimentos inhumanos, incluso antes de mi llegada a los Vulturi. Según Carlisle, quien abandonó la guardia al descubrir las atrocidades de Elena, ella estaba dispuesta a cualquier cosa por recuperar su humanidad. Torturaba vampiros y humanos por igual, experimentando sin descanso para encontrar una solución. Operaba en las alcantarillas de Italia, utilizando escondites meticulosamente preparados para evitar ser descubierta. Si alguien encontraba sus laboratorios, simplemente los eliminaba y trasladaba su base a otro lugar.

Cuando descubrí sus actividades, Elena no dudó en amenazarme. "Si le cuentas a Aro o a cualquiera de la guardia, Carmen desaparecerá", me dijo con una frialdad escalofriante. Yo acababa de conocer a Carmen, pero ya sabía que mi existencia no tendría sentido sin ella. Acepté guardar silencio, aunque el solo hecho de que Elena supiera de mi relación con Carmen me ponía los pelos de punta. Evidentemente, me había estado observando desde el principio, como lo hacía con todos, para asegurarse de que nada escapara de su control.

Elena sabía que si Aro o los Vulturi descubrían su verdadero objetivo -encontrar la manera de revertir el vampirismo y recuperar su humanidad-, todo el poder de Aro se desmoronaría. Aunque algunos vampiros podrían desear permanecer inmortales, la mayoría anhelaría volver a ser humanos. Y sin un séquito que gobernar ni un imperio que mantener, Aro perdería su dominio por completo. Por eso, Elena guardaba su secreto con tanto recelo, utilizando su astucia y su don para protegerse de cualquier amenaza, incluida yo.

Yo no compartía los métodos de Elena, ni en lo más mínimo, pero el objetivo de recuperar algún tipo de normalidad, o al menos intentarlo, sonaba tentador. Ella parecía dispuesta a todo para conseguirlo, incluso a sacrificar su propia cordura y cargar con el peso de sus actos por toda la eternidad.

Elena secuestraba humanos, siempre del mismo sexo: niñas, adolescentes, mujeres jóvenes... Como si buscara algo específico en cada una de sus víctimas. Pero, aunque lo intentara una y otra vez, nunca parecía encontrar lo que buscaba. Incluso cuando me alejé de ella, seguía en la misma búsqueda obsesiva. Según supe después, buscaba un tipo de sangre muy particular, una anomalía que Aro había erradicado hacía siglos, pero en la que Elena aún tenía fe. Creía que, en algún rincón del mundo, podía quedar un superviviente.《

━Eso es todo lo que sé ━finalizó Eleazar con un dejo de cansancio, como si al relatarlo reviviera parte de ese oscuro pasado.

Willow permaneció en silencio unos segundos, escuchando el chisporroteo del fuego. Finalmente habló, con la voz casi en un murmullo: ━Javier es mi padre.

Eleazar parpadeó, desconcertado al oír aquella frase inesperada.

━¿Qué?

━Rosemary y yo éramos dos de las niñas que Elena secuestró. Nuestra hermanastra, Eva, también fue tomada... pero ella no tuvo nuestra suerte. Logramos escapar, pero Eva... supongo que está muerta ━añadió Willow, su voz cargada de una mezcla de resignación y amargura.

Eleazar abrió tanto los ojos por la sorpresa que casi se le salían de las cuencas.

━¿Qué estás diciendo?

━Oh, sí. Al parecer el mundo es más pequeño de lo que parece ━respondió Willow con una frialdad forzada, restando importancia al tema como si no fuera nada, aunque por dentro su pecho se sentía comprimido.

A pesar de que la mayoría de sus recuerdos humanos se habían desdibujado tras su conversión, los que tenían que ver con Elena permanecían vívidos, tan claros como el primer día. Cada tortura, cada momento de angustia, y sobre todo, el dolor físico que había soportado, eran memorias imborrables que cargaba como un peso constante.

━Pero... no puede ser... ━Eleazar parecía en shock━. Aún así... las fechas coinciden. Sin embargo, si siguiéramos la teoría de Elena, tú no deberías haberte convertido. Es imposible debido a tu sangre... inmune al veneno.

━No lo sé ━respondió Willow, algo confusa. Desviaba la mirada, intentando no rememorar aquel día, pues el solo recuerdo le provocaba náuseas━. Recuerdo su desesperación cuando me mordió... como si no pudiera creer que me estaba convirtiendo.

━Ella estaba obsesionada con algo... ━Eleazar se perdió en sus propios recuerdos━. Siempre hablaba del "Proyecto Owens". Claro, nunca entendí a qué se refería hasta que Carlisle te trajo... y llevabas ese mismo apellido. Al principio pensé que era solo una coincidencia, pero ahora veo que no lo era.

Willow sintió un nudo en la garganta al escuchar eso.

━Oh, Rosemary... ━susurró con tristeza.

Sabía que los Cullen estaban cuidando de su hermana, y eso debería ser suficiente para calmarla. Sin embargo, no podía quitarse de la cabeza la sensación de peligro. Quería verla, asegurarse de que estaba cien por ciento a salvo, sin la sombra de Elena acechando sus pasos.

━Ella está bien, tiene a los Cullen protegiéndola. No lo dudes ━intentó tranquilizarla Eleazar con un tono sereno.

Willow sacudió la cabeza, pero terminó asintiendo lentamente.

━Claro... lo sé. Es solo que no verla me cuesta. Sobre todo, por cómo terminaron las cosas la última vez que hablamos. Ni siquiera respondió mis correos.

━Tal vez hay mala conexión ━sugirió Eleazar, tratando de aliviar su preocupación.

━Mmm... podría ser.

━Si lo deseas, pronto podrías ir a visitarla. Tienes un excelente control de la sangre, Wills.

━¡No! No ━repitió Willow, esta vez en un tono más bajo, casi avergonzado━. Me daría vergüenza que me volviera a ver así... en este estado. Sabes que la última vez casi la lastimo, por mi propia mano. Como si yo fuera una segunda Elena ━murmuró con amargura, bajando la mirada━. Simplemente no puedo permitirlo.

Eleazar negó suavemente con la cabeza, su mirada firme pero comprensiva.

━Aun así, deberías estar orgullosa. Lograr lo que has conseguido, mantener el control sobre la sangre humana... no es algo que cualquier vampiro pueda hacer. Estoy seguro de que Rosemary estaría orgullosa de saberlo.

Willow permaneció en silencio. La mención de su hermana removió una profunda nostalgia en su pecho. Extrañaba a Rosemary, su pequeña hermana, a quien había visto crecer desde el vientre de su madre. Ella había sido su protegida, su compañera constante. Habían vivido toda una vida juntas. Y, lo más doloroso, Rosemary siempre la había apoyado. Había aceptado cada defecto suyo antes que nadie, incluso cuando ella misma no era capaz de hacerlo.

Recordar esos momentos ahora era como intentar sostener agua entre las manos: fugaz, borroso, imposible de retener. Las memorias con Rosemary parecían fragmentadas desde su transformación, como si la inmortalidad hubiera robado lo más valioso de su humanidad. Quería revivir sus salidas al bosque, donde Rosemary la ayudaba a levantarse cuando tropezaba, siempre regañándola por mancharse de barro. O las tardes que pasaban en cafeterías lejanas, disfrutando juntas de algún postre dulce a pedido de Willow.

Extrañaba las noches en que la acompañaba a la biblioteca, con Rosemary cargando miles de libros y Willow siguiéndola. Y, por supuesto, las veces incontables en las que veían Romeo y Julieta, recitando líneas que ya conocían de memoria. Eran recuerdos que la llenaban de calidez, pero que ahora parecían un eco distante. Incluso extrañaba las reprimendas de Eva por quedarse despiertas hasta tarde, y lo más doloroso era apenas poder recordar el rostro de su hermanastra, un detalle que se desvanecía más con cada amanecer.

Willow suspiró con frustración. No podía sentirse orgullosa de nada que lograra como vampiro. Su inmortalidad había llegado al precio más alto: le había arrebatado la plenitud de vivir su vida humana, de atesorar cada instante y memoria. Extrañaba lo más simple: el sabor de los dulces, el cansancio al final de un largo día, el aire fresco llenando sus pulmones. Incluso el frío sobre su piel, tan lejano ahora.

━Siempre que lo desees, puedes volver ━le ofreció Eleazar, interrumpiendo sus pensamientos.

━Lo sé... pero no puedo. No aún.

━Está bien, sin presiones ━aceptó Eleazar con una sonrisa comprensiva. Se levantó lentamente, apagando el fuego que casi se había consumido. Observó por la ventana mientras los primeros rayos del amanecer teñían el cielo con un suave resplandor anaranjado━. Está empezando a amanecer. Volvamos adentro ━le indicó, revolviendo cariñosamente el cabello de Willow.

Ella lo siguió en silencio. Los días en la estancia Denali transcurrían en una tranquila monotonía, pero había algo en las madrugadas que Willow apreciaba más que nada. Tal vez era la paz de ver el mundo despertarse mientras ella seguía igual, inmóvil en el tiempo.

Al entrar en la casa, se dirigió directamente a su habitación. Había pedido expresamente que no colocaran una cama, pues la frustraba intentar dormir sabiendo que nunca lo lograría. En su lugar, solía pasar las horas del amanecer en el balcón, sentada en el barandal con una libreta de bocetos entre las manos. Aunque rara vez dibujaba algo concreto; su mente solía divagar, inevitablemente, hacia un único pensamiento: Rosalie Hale.

A pesar de intentar evitarlo, su mente siempre regresaba a ella. No importaba cuántas veces se dijera a sí misma que debía pensar en otra cosa; Rosalie se había convertido en un ancla, una constante en su corazón. Willow cerró los ojos, dejando que la fría brisa de Alaska acariciara su rostro mientras las primeras luces del día se reflejaban en el paisaje nevado.

La casa del clan Denali siempre permanecía en calma a esa hora. Solo el susurro del viento al deslizarse entre los árboles y el ocasional crujido de la madera interrumpían el silencio. Con Irina pasando la mayor parte del tiempo lejos junto a Laurent, en actividades que Willow prefería no imaginar, y Carmen y Eleazar también frecuentemente ocupados, Tanya solía encargarse de mantener la heladera abastecida con bolsas de sangre para Willow. Kate, por su parte, encontraba en la compañía de Willow una forma de matar el aburrimiento, disfrutando de cualquier excusa para pasar el rato con la joven neófita.

━¿Qué dibujas, preciosa? ━preguntó Tanya, asomándose por las cortinas del balcón con una sonrisa juguetona.

Willow, sentada en el barandal, se movió ligeramente para dejarle espacio. Tanya se apoyó a su lado, observando el dibujo que la muchacha realizaba con trazos meticulosos.

━Oh, es bonito ━comentó Tanya, inclinándose un poco para admirar los zorros dibujados entre los árboles de manera sorprendentemente realista.

━Vi uno así el otro día, mientras caminaba por el bosque ━respondió Willow, algo más animada. Levantó la mirada hacia Tanya, su expresión reflejando un pequeño destello de entusiasmo━. Mañana intentaré cazar uno de nuevo.

Tanya, notando ese atisbo de confianza, pasó un brazo por los hombros de Willow en un gesto reconfortante.

━Estoy segura de que lo lograrás. Además, Eleazar dijo que hoy continuarás con las lecciones de tu don, y en unos días exploraremos otras zonas del bosque ━comentó con tono alentador.

Willow frunció ligeramente el ceño al recordar las prácticas.

━Cierto, las lecciones. Pero... ¿de qué sirve entrenar mi don? No es como si hubiera una guerra o algo por el estilo.

Tanya rio suavemente y le dio un leve apretón en el hombro.

━No, esperemos que no. Pero nunca está de más aprovechar al máximo tus habilidades. Quién sabe, podrían ser más útiles de lo que piensas.

Willow suspiró. Aunque había empezado a sentirse más cómoda en su nueva vida, aún luchaba con la aceptación de su don. No entendía completamente cómo funcionaba, ni mucho menos cómo controlarlo. A menudo, el esfuerzo por activarlo de manera consciente la dejaba frustrada y agotada.

Eleazar había tomado la responsabilidad de ayudarla con su don, convencido de que, con el entrenamiento adecuado, podría desarrollarlo hasta convertirlo en una herramienta poderosa tanto para su defensa como para su vida diaria. Según él, lograr dominarlo era fundamental si Willow deseaba algún día reunirse con su familia sin temer por su seguridad o por perder el control.

Además del entrenamiento emocional, Eleazar también insistía en que Willow practicara su control físico y su comportamiento humano. Detalles como no sentarse de forma demasiado rígida, recordar pestañear o incluso imitar el movimiento del pecho al respirar eran esenciales para pasar desapercibida entre los humanos. Willow solía olvidarlos, al igual que su fuerza sobrehumana, que en ocasiones rompía cosas sin darse cuenta.

La parte del entrenamiento que más detestaba, sin embargo, era la práctica activa de su don. Kate, quien adoraba cualquier tipo de desafío, era su compañera frecuente en estas sesiones. Dado a que tenía un carácter energético y competitivo, Kate convertía los ejercicios en juegos, lanzando retos constantes para probar cómo reaccionaba Willow bajo presión, algo que, aunque frustrante, hacía las prácticas más llevaderas.

Esa tarde, Willow salió al patio trasero, un amplio terreno cubierto de nieve que limitaba con una línea de pinos. Cerca del borde, había una pila de leña destinada a las chimeneas y fogatas. Allí la esperaban Kate y Eleazar.

━Hasta que decides unirte a la diversión ━la saludó Kate, cruzándose de brazos con una sonrisa traviesa.

━Ya sabes que no me entusiasma esto ━respondió Willow, rodando los ojos.

━Pero es necesario. Nunca sabes cuándo podría salvarte ━intervino Eleazar, apareciendo junto a ambas con una sonrisa paciente. Dio un par de aplausos para captar su atención━. Bien, empecemos. Hoy repasaremos la teoría de tu don antes de practicar.

Eleazar se tomó un momento para observar a Willow, como si esperara detectar algún cambio en su habilidad desde la última vez. Finalmente, comenzó a hablar con voz clara.

━Tu don combina una percepción empática muy sutil con una capacidad defensiva. Puedes captar las emociones subyacentes de las personas a tu alrededor, pero lo más interesante es tu reacción cuando alguien intenta manipularte emocional o psíquicamente. Reflejas las intenciones del agresor y las devuelves amplificadas, obligándolos a enfrentarse a sus propios sentimientos de una manera purificada. En términos prácticos, esto significa que tienes una defensa natural contra dones mentales.

Willow asintió lentamente, aunque la explicación seguía siendo tan desconcertante como siempre.

━Suena impresionante... pero sigo sin saber cómo activarlo a voluntad ━murmuró, cruzando los brazos.

━Eso es lo que practicaremos hoy ━dijo Kate con un brillo travieso en los ojos, mientras daba un salto ágil hacia la pila de leña━. Vamos, Willow. Intenta alcanzarme antes de que te gane.

Willow resopló, confundida. No terminaba de entender del todo lo que significaba lo que le explicaban.

━Traducción: puedes sentir las emociones de los demás y comprender lo que están sintiendo en lo más profundo ━aclaró Kate con sencillez, como si se lo explicara a una niña.

━¿Como Jasper? ━preguntó Willow, recordando━. Es prácticamente lo mismo, ¿no?

━No ━negó Kate de inmediato━. Jasper manipula las emociones, puede calmarlas o intensificarlas. Tú, en cambio, devuelves cualquier ataque emocional o mental. Tu habilidad actúa como un espejo, pero no cualquiera: lo refleja, lo amplifica y lo transforma en algo que hace que el agresor enfrente sus propios sentimientos. Es un efecto rebote, no un control.

━Imagina que lo dominas por completo ━intervino Eleazar, con un destello de análisis en su mirada━. Podrías contrarrestar dones como el de Chelsea o incluso resistir las manipulaciones e intimidaciones de Elena.

Ese último comentario captó por completo la atención de Willow. Su postura cambió, se irguió, interesada, dispuesta a aprender.

━Aburrido... ¡empecemos ya! ━interrumpió Kate, estirando los dedos con entusiasmo. Miraba a Willow con un desafío en sus ojos mientras Eleazar daba un paso atrás, dejándoles espacio para practicar.

━Muy bien, Willow, imagina que Kate es tu enemiga ━indicó Eleazar━. Analiza todo a tu alrededor, incluido su don. Puedes ver su electricidad: es un poder físico. Ahora dime, ¿qué harías?

━Fácil ━respondió Willow sin dudar━. Correría y me escondería detrás de Tanya. Kate le aterra Tay.

Kate estalló en carcajadas, claramente divertida con la respuesta.

━Eso no será suficiente ━murmuró Kate con una sonrisa maliciosa, lanzando una pequeña descarga eléctrica que chisporroteó cerca de Willow. La neófita dio un salto, sobresaltada, poniéndose alerta como un gato agazapado.

━¿Y si no puedes correr? ¿Y si Tanya no está contigo? ━la apremió Eleazar con seriedad.

Willow frunció el ceño, insegura.

━No lo sé...

Kate no esperó una respuesta mejor. Con movimientos rápidos, se abalanzó sobre Willow. La más joven apenas logró esquivarla con un salto, pero Kate fue más rápida y, en cuestión de segundos, la tenía en el suelo. Una descarga eléctrica leve recorrió el cuerpo de Willow, dejándola inmóvil por unos segundos.

━Ya "moriste" como diez veces ━le recriminó Kate, extendiendo una mano para ayudarla a levantarse. Willow bufó, aceptando la ayuda, pero en cuanto estuvo de pie, Kate volvió a electrocutarla sin previo aviso.

━Nunca confíes tan fácilmente ━intervino Eleazar, cruzándose de brazos, observando la escena━. Nadie dijo que la práctica había terminado.

━Te dije que hoy no me contendría demasiado ━añadió Kate, con una sonrisa maliciosa.

Durante las siguientes dos horas, Willow intentó adaptarse al ritmo de Kate. Sus movimientos ágiles y la precisión de sus ataques eléctricos hacían que fuera casi imposible evitarlos, pero poco a poco la neófita comenzó a moverse con mayor fluidez. Para su sorpresa y la de los demás, finalmente logró esquivar uno de los ataques eléctricos de Kate.

Willow decidió probar algo diferente. Respiró hondo, tratando de concentrarse en las emociones de Kate en lugar de sus movimientos. Hasta ese momento, no había intentado usar su don: el esfuerzo físico de evitar los ataques la dejaba agotada, sin energía para enfocarse en lo emocional. Pero ahora, mientras Kate se movía con confianza, Willow empezó a percibir esa emoción como si fuera un aura.

La observó con detenimiento. La confianza de Kate era tan palpable que casi parecía flotar a su alrededor. Willow dejó que esa emoción la envolviera y, con un esfuerzo consciente, trató de hacer algo diferente: intercambiarla. Lentamente, sintió cómo la seguridad de Kate se deslizaba hacia ella, reemplazada por una sensación de desconcierto.

Kate titubeó. Sus movimientos, antes ágiles y certeros, se volvieron torpes. Frunció el ceño, claramente confundida por el cambio repentino.

━¿Qué...? ━murmuró, deteniéndose por un segundo.

Willow esbozó una sonrisa tenue, consciente de que había encontrado la clave para comenzar a dominar su don.

Hasta el momento, Willow había aprendido a usar su don de una forma inesperada, "robando" las emociones de quienes la rodeaban y canalizándolas hacia sí misma. Por ejemplo, en esa ocasión, había capturado la confianza que Kate estaba experimentando, apropiándose de esa sensación para fortalecer su propia determinación. No podía alterar las emociones de Kate, como hacer que sintiera desconfianza, ya que el don de Willow solo podía reflejar intenciones negativas si estas eran dirigidas hacia ella. Sin embargo, en ausencia de agresiones, podía absorber emociones positivas como un recurso personal.

Aprovechando la confusión momentánea de Kate al sentir su confianza debilitada, Willow ideó un movimiento rápido: golpeó un pino cercano con fuerza, haciendo que la nieve acumulada en sus ramas cayera en cascada sobre Kate, bloqueándole la visión. Aprovechando la ventaja, Willow lanzó una precisa patada al estómago de su oponente, enviándola varios metros hacia atrás.

━¡Agh! ━gruñó Kate desde el suelo, medio incorporándose mientras se frotaba la cabeza con gesto de incredulidad.

━¡Muy bien! Así se utiliza tu don ━la felicitó Eleazar con un aplauso lento pero lleno de genuino orgullo.

Naada mal, chica ━canturreó Kate, apareciendo de repente junto a Willow, con una sonrisa en los labios.

Willow sacudió la nieve de su ropa con un gesto desinteresado.

━Solo estaba cansada de caer de cara en la nieve una y otra vez. Pero dime, viejito, ¿no quieres probar suerte contra mí? ━le retó con una sonrisa ladeada, mientras sus ojos chispeaban con diversión.

Eleazar arqueó una ceja, fingiendo estar ofendido.

━¿Viejito yo? Apenas tengo tres o cuatro años más que tú.

━Tres siglos, querrás decir ━bromeó Willow, sin perder la compostura.

Kate no pudo evitar soltar una carcajada, tomando un paso hacia atrás con las manos en alto.

━Uh, oh, esto se va a poner bueno.

Willow señaló un punto lejano en el horizonte.

━¡Carrera hasta el próximo pueblo!

Antes de que nadie pudiera reaccionar, Carmen salió de la casa ajustándose su abrigo, un gesto más humano que necesario.

━¡Me apunto! ━exclamó con entusiasmo.

Eleazar miró de reojo a las dos jóvenes con una sonrisa desafiante antes de empezar a correr hacia la dirección señalada.

━Bien, pero no se esfuercen mucho. Igual se van a quedar atrás.

━¡Eso es trampa! ¡Kate, suelta! ━gritó Willow mientras ambas comenzaban a tironearse de los abrigos, empujándose mutuamente para intentar ganar ventaja.

Se empujaban entre risas y nieve volando por todas partes, como si ambas fueran niñas pequeñas jugando en el invierno. De algún modo, Willow lograba sacar un lado más relajado y aniñado de Kate, algo que no solía mostrar con otros. Juntas, las dos se comportaban como auténticas hermanas.

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by Tori 💓.

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