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ᵎ ִֶָ  ◞ ᝰ ❛ 🆁🅴🅱🅾🆁🅽 ❜ ∦ 🅳🅴🅽🅰🅻🅸, 🅰🅻🅰🆂🅺🅰.

━¡¿Dónde está?!

━No... no lo sé. Juro que fueron dos segundos.

━¡Perdiste a una neófita, Kate! 

Tanya Denali corría a través del bosque de pinos con una velocidad asombrosa, su cabello rubio rojizo ondeando como una llama al viento. Sus ojos, encendidos de preocupación, se movían frenéticamente mientras buscaba algún rastro que la llevara al paradero de Willow. La nieve caía en suaves remolinos desde las ramas de los árboles a su paso, acumulándose sobre su abrigo claro.

Sus botas dejaban marcadas huellas en la nieve fresca, mientras seguía el aroma que tanto conocía: un perfume sutil y delicado que, incluso entre la vasta vegetación, destacaba como único. Olor a jazmín. El aire era gélido y la oscuridad lo cubría todo, haciendo que el paisaje se sintiera tan vacío como el cercano pueblo desolado. La mente de Tanya no dejaba de llenarse de imágenes alarmantes: ¿y si Willow, en un arrebato, hubiera atacado a alguien? 

Tanya maldijo su descuido. Habían pasado solo dos segundos desde que Kate apartó la vista para enseñarle por séptima vez cómo cazar un ciervo. Pero la neófita había desaparecido, como si se hubiera desvanecido en el aire. La búsqueda se prolongó por más de media hora hasta que, finalmente, el aroma familiar la guió al corazón del bosque, rodeado de altos y majestuosos pinos.

Cuando Tanya encontró a Willow, no pudo creer lo que veía. Sus ojos dorados se abrieron grandes de asombro, incapaz de procesar la escena ante ella.

Willow estaba arrodillada en la nieve, con las manos temblorosas sujetando un pedazo de chocolate. Su boca estaba manchada con el oscuro dulce, que escupía inmediatamente después de probarlo. Sus ojos rojo carmesí reflejaban frustración y tristeza.

━¡Lo odio! ¡No puedo comer, no puedo respirar, no puedo dormir! ¡No vivo! ━exclamó Willow, girándose hacia Tanya con una expresión de desesperación. Su rostro buscaba consuelo en los ojos de la vampira━. Y ni siquiera puedo llorar...

Sus ojos parecían brillar como si estuvieran al borde de las lágrimas, pero no sucedía nada. No había manera de que sus lágrimas brotaran; su naturaleza vampírica se lo impedía, y eso solo incrementaba su frustración. Willow volvió a morder el chocolate, intentando con todas sus fuerzas mantenerlo en su boca, pero nuevamente lo escupió, con una mueca de absoluto asco. 

━No va a funcionar, Wills ━murmuró Tanya, acercándose con calma. Se agachó junto a ella, quitándole el chocolate con cuidado antes de que pudiera seguir torturándose━. Esto ya no es para ti. 

Dejó el dulce sobre la nieve y, suavemente, tomó el mentón de Willow, guiando su rostro para que la mirara a los ojos. Su pulgar acarició la mejilla de la neófita en un gesto lleno de ternura. Willow hizo un pequeño puchero, su labio inferior temblando mientras intentaba contener sus emociones. 

Sin poder resistirlo más, Willow se lanzó hacia Tanya, envolviéndola en un abrazo desesperado. Su cuerpo temblaba mientras sollozaba sin lágrimas, un llanto vacío que la consumía desde adentro. Siempre había sido sensible en su vida humana, y llorar era su forma natural de liberar el dolor. Ahora, privada de esa posibilidad, la frustración y el desconsuelo la abrumaban aún más. 

Tanya correspondió al abrazo, sosteniéndola con firmeza pero con delicadeza, como si temiera que la joven se rompiera en pedazos. Dejó que Willow sollozara cuanto quisiera, murmurando palabras suaves que se mezclaban con el crujir de la nieve bajo sus rodillas y el silbido del viento helado entre los árboles. Aunque no era fácil consolar a una neófita, Tanya sabía que, en ese momento, todo lo que Willow necesitaba era sentir que no estaba sola. 

Tanya acariciaba suavemente el cabello de Willow mientras su voz, aunque tranquila, no podía ocultar cierta inquietud. 

━¿Dónde estuviste? ━preguntó, tratando de mantener la compostura. Aunque el alivio ya se había asentado al ver a Willow con la boca llena de chocolate y no de sangre humana, no podía evitar necesitar una explicación. 

Willow, aún abrazada a Tanya, bajó la mirada con un leve gesto de culpabilidad antes de comenzar a hablar. 

━Fui al pueblo más cercano… ese que me dijiste que evitara ━murmuró, extendiendo los brazos para mostrar una pila de chocolates que había saqueado━. Encontré una tienda, y… bueno, no pude resistirme. Pero dejé el dinero en el mostrador ━agregó rápidamente, separándose del abrazo con ojos que a Tanya le parecieron irresistiblemente adorables. 

Tanya parpadeó, intentando procesar lo que acababa de escuchar. 

━¿Fuiste a un pueblo? ━repitió, casi incrédula, mientras su mente ya comenzaba a imaginar los posibles destrozos que Willow podría haber causado. Maldijo mentalmente a Kate por no haberla vigilado con más atención y comenzó a buscar una solución a los problemas que pudieran surgir. 

━Sí, de noche. Me aseguré de esconderme del encargado y solo tomé los chocolates. Y eso es todo, de verdad ━respondió Willow con una expresión confusa, sin comprender el alcance de sus acciones. 

La sorpresa cruzó el rostro de Tanya al darse cuenta de algo mucho más significativo. 

━¡Wills! ¡Tuviste autocontrol por primera vez! ━exclamó emocionada, envolviendo a la neófita en un fuerte abrazo. 

Willow, sin embargo, parecía ajena a su logro. 

━Sí, pero… el chocolate ━susurró con tristeza, enfocándose únicamente en su aparente error. 

Tanya sonrió con ternura y tomó un pequeño paño de su abrigo, limpiando cuidadosamente los restos de chocolate en los labios y la cara de Willow. 

━Con el tiempo, te acostumbrarás. Te lo prometo ━dijo con voz calmada, manteniendo su mirada cálida fija en la joven vampiro. 

Willow no pudo evitar soltar una pequeña risa mientras Tanya seguía limpiándola. Esa risa genuina era un sonido que Tanya había llegado a atesorar profundamente. 

━Vamos, necesitas un baño. Además, compré un abrigo nuevo para ti. Estoy segura de que te encantará. 

Willow negó con la cabeza ligeramente, algo avergonzada. 

━No tienes que comprarme tantas cosas, Tay… ━murmuró mientras Tanya la ayudaba a levantarse de la nieve tomando sus manos━. Kate ya me molesta lo suficiente, ahora me llamará caprichosa ━bromeó mientras sacudía la nieve de su ropa. 

━Me gusta consentirte ━declaró Tanya sin dudar. 

━Lo sé, pero me hace sentir incómoda… después de todo, soy como un problema para ustedes. 

Willow sabía que, aunque había sido mimada durante su vida humana, especialmente por Rosalie y Esme, ahora quería distanciarse de esas comodidades. Sin embargo, viviendo con el Clan Denali, la nostalgia de Forks y los Cullen era un peso constante. Extrañaba los momentos con su familia de sangre pero los recuerdos de su vida humana se volvían cada vez más borrosos, como si intentara ver a través de una ventana empañada. 

A pesar de ello, había algo que le gustaba de Alaska: el clima extremo. Los largos inviernos oscuros y fríos, las montañas cubiertas de nieve y los ríos congelados le ofrecían una belleza que disfrutaba observar, aunque ya no pudiera sentir el frío como antes. Además, la menor exposición al sol la hacía sentir menos como una “bola de disco andante”. 

━No eres ningún problema, Wills. Créeme ━le aseguró Tanya, despeinándola suavemente antes de mirarla con afecto━. Vamos, que pronto empezará a nevar. 

Mientras corrían de regreso, Willow reflexionó sobre lo diferente que era vivir en Alaska. Las nevadas eran más intensas, los inviernos más duros, y las comunidades humanas estaban mucho más dispersas. El aislamiento hacía más fácil controlar su sed, pero también intensificaba su nostalgia. Sin embargo, el estilo de vida del Clan Denali era más relajado y menos enfocado en las interacciones humanas que el de los Cullen, lo que le daba cierto alivio.

Debido al clima extremo, cazar era un desafío mayor, pero también una experiencia mucho más gratificante. El paisaje invernal ofrecía una variedad de presas animales que, aunque escasas, representaban un reto interesante. Para Willow, que aún era nueva en este estilo de vida, las expediciones de cacería se habían convertido en un ejercicio de paciencia y perseverancia, aunque todavía fallaba estrepitosamente en capturar algo por su cuenta. A pesar de sus torpezas, encontraba la actividad algo entretenida, principalmente porque cada intento era una nueva lección. Además, el aislamiento del lugar y la ausencia de asentamientos humanos cercanos significaban menos tentaciones de romper con su recién adoptada dieta vegetariana, un alivio para todos en el clan.

La vida en Alaska resultaba tranquila, incluso demasiado para el gusto de Willow. El aislamiento, el frío constante y la falta de interacción humana la empujaban a una rutina de total introspectiva. Aunque esto le daba espacio para reflexionar sobre su nueva realidad, también significaba que tenía más tiempo para enfrentar sus propios pensamientos, algo que a veces le resultaba abrumador. Tanya le recordaba constantemente que aquel entorno era ideal para que pudiera enfocarse en controlar sus impulsos, pero Willow no podía evitar extrañar el calor emocional y la energía de los Cullen, quienes siempre la hacían sentir menos sola, y sobre todo la de su hermana.

Por lo que se sentía algo dividida. A su lado inmortal le agradaba allí, era el ambiente perfecto para serlo, pero los pocos recuerdos borrosos de su lado mortal la hacían extrañar la calidez.

Desde la distancia, la casa del Clan Denali destacaba como una joya arquitectónica en medio de un vasto paisaje nevado. Era una estructura moderna y elegante, diseñada con líneas rectas y minimalistas que encajaban perfectamente con el entorno. Los enormes ventanales reflejaban la luz del sol, creando un efecto deslumbrante, mientras que el color claro de la fachada se camuflaba entre la nieve. La casa estaba rodeada de altos pinos que la ocultaba a la perfección. Una terraza sobresaliente perteneciente al cuarto de Willow ofrecía vistas panorámicas del paisaje nevado, y se había convertido en su lugar favorito para pasar las horas, dejando que el silencio y la inmensidad la ayudaran a procesar sus emociones.

Willow fue la primera en llegar, moviéndose con agilidad entre los árboles y deteniéndose justo en el terreno llano frente a la casa. Tanya la alcanzó apenas unos segundos después, sonriendo ante la velocidad de la neófita.

━Siempre me pasas.

━Obviamente... sigo siendo una neófita ━respondió Willow con una sonrisa burlona━. Soy más rápida que tú, más fuerte que tú... ━enumeró con un tono divertido.

━Comprendo ━rió Tanya, despeinando el cabello rubio de Willow con afecto.

Antes de que pudieran entrar, la puerta principal se abrió, y una figura salió apresuradamente. Carmen Denali, con una mezcla de preocupación y alivio en el rostro, cruzó el espacio que las separaba y envolvió a Willow en un abrazo protector. Carmen era quien más se había encariñado con Willow desde su llegada al clan, tratándola casi como una hija propia.

━Estaba tan preocupada por ti. Todos lo estábamos ━regañó Carmen con un tono maternal mientras la examinaba cuidadosamente, asegurándose de que estuviera bien━. Pudo haberte pasado cualquier cosa: podrían haberte descubierto, podrías haber perdido el control y arrasado con todo un pueblo, o incluso podrían haber intentado matarte...

━Te dije que la traería sana y salva ━intervino Tanya con una sonrisa satisfecha.

━Más te vale, porque si no lo hacías, yo misma habría acabado contigo ━respondió Carmen, lanzándole una mirada amenazante antes de volver a centrar su atención en Willow. Sus ojos recorrieron la ropa de la neófita, buscando alguna mancha de sangre humana, pero al no encontrar nada, su expresión se suavizó nuevamente. 

Willow, que aún no se acostumbraba a recibir tanto afecto del estilo maternal, se dejó abrazar, sintiendo una extraña mezcla de calidez y culpa. Sabía que había tomado una decisión al unirse al Clan Denali, pero en ese momento, mientras Carmen la sostenía, sintió que quizá estaba encontrando un nuevo hogar.

Carmen Denali tenía una naturaleza cálida y maternal, lo que hizo que, desde el momento en que conoció a Willow, sintiera una necesidad casi instintiva de protegerla. La aceptación de la neófita fue inmediata, y Carmen se dedicó a hacer todo lo posible para que Willow se sintiera bienvenida y segura. Durante los primeros días de su llegada, Carmen fue un pilar emocional para ella, brindándole el consuelo que necesitaba mientras se adaptaba a su nueva vida como vampira. Su apoyo constante y afectuoso la ayudó a sobrellevar los desafíos iniciales del cambio. 

Los bucles sedosos color chocolate de Carmen rozaron el rostro de Willow cuando, una vez más, la apretó en un abrazo protector. 

━Acabarás matándola ━bromeó Kate al salir al exterior y cruzarse de brazos, observando la escena con una sonrisa mal disimulada. 

Tanto Carmen como Tanya se giraron al unísono para lanzarle miradas fulminantes. Por primera vez, Kate pareció retroceder un poco, claramente incómoda bajo la intensidad de los ojos dorados que la juzgaban sin piedad. 

━¿Qué? Les dije que Willow estaría bien ━intentó defenderse, encogiéndose de hombros como si fuera inocente de cualquier mal. 

Kate Denali, tenía un carácter directo y sincero, había resultado abrumadora para Willow al principio, especialmente con la sensibilidad emocional que la neófita experimentaba tras su transformación. Sin embargo, con el tiempo, Kate se convirtió en una figura similar a una hermana mayor para Willow. Aunque a veces su manera de decir las cosas era cruda, Willow aprendió a admirar su valentía y honestidad, convirtiéndola en un modelo a seguir. Una vez que logró romper la coraza que Kate había levantado a su alrededor, Willow no se despegó de ella, viendo en su fuerte carácter algo que ella misma deseaba alcanzar. 

━¡Te dije que no le quitaras el ojo de encima! ━gritó Tanya con evidente frustración. 

━Te dijimos ━corrigió Carmen, estrechando aún más a Willow en sus brazos, mientras la neófita intentaba separarse para defender a Kate. 

━Literalmente me volteé dos segundos ━se quejó Kate, levantando las manos en señal de rendición. 

━Para un neófito, dos segundos son una eternidad. Y, querida, creo que estás asfixiando a Willow ━intervino Eleazar con calma, mirando a su compañera con una sonrisa. 

De inmediato, Carmen soltó a Willow, quien dejó escapar un suspiro profundo, como si pudiera volver a respirar, un reflejo humano que aún no había perdido del todo. 

Eleazar Denali, era alguien sereno y sabio, se había ganado rápidamente la confianza de Willow. Con su carácter comprensivo y su habilidad para identificar dones, había sido fundamental para ayudar a la neófita a entender y explorar su propio poder. Aunque llevaba consigo cicatrices emocionales de su tiempo con la Guardia Volturi, Eleazar se dedicaba por completo a su familia y a asegurar la integración de Willow.

━¡Eleazar! ━exclamó Willow, lanzándose a abrazarlo apenas lo vio, gesto que él recibió con su habitual calidez, acostumbrado ya a su afecto físico. 

La mirada de Willow recorrió los alrededores antes de preguntar con curiosidad.

━¿Y Irina? 

━Con Laurent, vaya a saber dónde ━respondió Kate con desdén. 

El rostro de Willow se tensó de inmediato. Nunca había confiado en Laurent, y desde que supo de su conexión con Victoria y James, lo consideraba un oportunista. Aunque mantenía sus opiniones en silencio, Kate compartía sus dudas, y ambas vigilaban de cerca la relación de Irina con él. Sin embargo, al ver a Irina feliz en su compañía, optaron por no decir nada. 

━Volvamos adentro. La nevada está comenzando y es algo molesta ━sugirió Eleazar con tranquilidad. 

Una vez dentro de la casa, la calidez y elegancia del lugar resultaban acogedoras. La sala principal era un espacio amplio con techos altos y ventanales que iban del piso al techo, permitiendo una vista panorámica del paisaje nevado. Los muebles blancos contrastaban con los detalles de madera clara, aportando un equilibrio perfecto entre modernidad y calidez. Una chimenea moderna dominaba la sala, encendida casi todo el tiempo, ofreciendo un punto focal acogedor. 

Aunque había una cocina, apenas se utilizaba, y el comedor, con su mesa larga y sillas elegantes, era más decorativo que funcional. El ambiente general reflejaba el estilo sofisticado del Clan Denali, un refugio en medio de la helada Alaska que ahora también era hogar para Willow.

Dado que a todos los integrantes del clan Denali les apasionaba cualquier forma de arte, esto se reflejaba en cada rincón de la casa. Las estanterías llenas de libros estaban dispersas por casi todas las habitaciones, pero el espacio más impresionante era el ático convertido en biblioteca. Este lugar estaba decorado con sofás mullidos y lámparas elegantes, creando un ambiente cálido y sofisticado ideal para largas sesiones de lectura. Además, contaban con una habitación dedicada exclusivamente a la música, con instrumentos variados y un piano imponente en el centro, una sala que Willow rara vez visitaba.

Las habitaciones individuales eran sencillas pero tenían mucho lujo, diseñadas con ventanales amplios que dejaban entrar la luz del sol reflejada en la nieve, y muebles minimalistas que priorizaban la funcionalidad. Sin embargo, no parecían habitaciones convencionales, ya que no incluían camas. Por ejemplo, la habitación de Eleazar estaba diseñada como un estudio personal para la lectura, con cómodas sillas y estantes abarrotados, reflejando su pasión por los libros. Él consideraba que era lo único que necesitaba.

Por su parte, la habitación de Willow estaba ubicada al final del pasillo en el segundo piso. Antes de su llegada, este espacio había sido una sala de relajación con un balcón que ofrecía vistas panorámicas al paisaje nevado, perfecto para contemplar la naturaleza. Ahora, el cuarto reflejaba su personalidad y su amor por el arte. Prácticamente se había transformado en una pequeña galería improvisada, donde el desorden era lo normal. No había cama, solo un gran sofá blanco donde Willow descansaba de vez en cuando. Sus actividades artísticas se encontraban sobre todo: hojas desparramadas por el suelo, pinceles usados, frascos de pintura al óleo abiertos y lienzos a medio terminar decoraban cada rincón. Algunas de sus obras, principalmente paisajes de los alrededores, habían sido enmarcadas y colgadas por la casa.

━¿Qué pintabas esta vez? ━preguntó Tanya, entrando a la habitación con una sonrisa, observando el caos organizado que caracterizaba el espacio de Willow.

La neófita reaccionó rápidamente, arrancando la hoja del atril y ocultándola detrás de su espalda. Tanya rió suavemente ante su reacción.

━Tranquila, no voy a husmear entre tus cosas ━le aseguró con una sonrisa calmada, acercándose a ella con pasos ligeros.

━Solo son... recuerdos sin importancia ━respondió Willow, desviando la mirada mientras dejaba de lado la hoja━. De todas formas, todo lo relacionado con mi vida humana sigue siendo borroso
━añadió con un dejo de frustración en su voz.

━Sí... es como abrir los ojos en una piscina ━comentó Tanya, pensativa━. Yo ya he olvidado los míos. Todo eso ocurrió hace mucho tiempo.

━¿No quisieras recordarlos? ━preguntó Willow, con curiosidad.

━No creo que importe ahora ━respondió Tanya con una ligera sacudida de hombros━. Lo que importa es que tengo una nueva familia ━sus ojos brillaron con emoción al cambiar de tema━. ¡Oh, ahí está tu abrigo! ━exclamó Tanya, señalándolo con entusiasmo renovado.

Willow no pudo evitar una pequeña sonrisa mientras seguía a Tanya con la mirada, momentáneamente dejando de lado sus preocupaciones.

Sobre el pulcro sillón de terciopelo descansaba un abrigo blanco, elegante y exquisitamente diseñado, ideal para los días más crudos del invierno. La tela, gruesa pero sorprendentemente suave al tacto, se ajustó perfectamente al cuerpo de Willow cuando Tanya, con delicadeza, la ayudó a colocárselo. El abrigo tenía un corte entallado que realzaba la figura y una capucha amplia decorada con un borde de peluche blanco, que también adornaba los puños y el borde inferior, otorgándole un aire lujoso y sofisticado.

Los botones, grandes y de apariencia perlada, llevaban grabado el logo del Clan Denali, apenas visible pero inconfundible para quienes sabían dónde buscar. A la altura de la cintura, un cinturón ajustable completaba el diseño, el cual Tanya acomodó con paciencia, asegurándose de que quedara perfecto. Los bolsillos laterales ocultos, discretos pero funcionales, parecían pensados para mantener las manos de Willow calientes, aunque sabía que ya no lo necesitaba.

━Wow... me encanta ━dijo Willow con genuina sorpresa, observándose en el espejo de cuerpo entero que Tanya había traído de su habitación. La neófita giró sobre sí misma, admirando cada detalle del abrigo. Cuanto más lo miraba, más se convencía de que era perfecto━. No debiste hacerlo, en serio, Tay.

━No fue nada. Todos estamos de acuerdo en que ya eres oficialmente parte de nuestra familia, y yo, como líder del clan, pienso lo mismo ━respondió Tanya con una sonrisa de confianza━. ¿Willow Denali? Suena bien, ¿no crees?

━Hmmm... sí ━murmuró Willow, algo avergonzada, mientras metía las manos en los bolsillos del abrigo. Hasta ese momento, había creído que era una carga para ellos, que la toleraban únicamente por cortesía hacia los Cullen. Pero aquellas palabras encendieron una chispa de felicidad en su interior. Se sentía aceptada, algo que no experimentaba desde hacía tiempo━. Gracias... de verdad.

━Todos tenemos uno de estos. Es nuestro distintivo, y pensamos que ya era hora de que tú también tuvieras el tuyo. Sé que puede parecer algo tonto, pero para nosotros es como un símbolo. Fue una idea mía desde que Carmen y Eleazar se unieron al clan.

━¡No es tonto! ━negó Willow con entusiasmo, girándose hacia Tanya━. Me parece un distintivo perfecto... y me encanta.

━Me alegra que te guste, Wills ━Tanya acarició suavemente su mejilla antes de ajustarle el abrigo una última vez, asegurándose de que todo estuviera en su lugar.

━Tay... ━murmuró Willow como una advertencia, sus ojos rojos enfocándose en los de Tanya. La mirada intensa de la vampira líder se desvió sutilmente hacia los labios de Willow.

La relación entre Willow y Tanya Denali fue, desde el principio, un desafío complicado. Siendo Tanya la líder del clan, Willow sentía una presión inmensa por ganarse su aprobación, incluso más que la del resto de los miembros. Tanya, con su carisma natural y su actitud segura, parecía llevarse bien con todos... excepto con Willow. Esa indiferencia inicial no solo desconcertaba a la neófita, sino que también le provocaba una ansiedad constante. Tanya no la miraba con desprecio, pero había un aire de distancia y frialdad que hacía que Willow se sintiera fuera de lugar. La líder del clan evitaba sus interacciones de forma evidente, llegando incluso a abandonar habitaciones apenas Willow entraba en ellas.

"━Tranquila, corazón. Es porque ella aún no te tiene confianza".

Estas palabras de Carmen resonaron en la mente de Willow una tarde, cuando finalmente no pudo contener más sus sentimientos. Cansada del trato distante de Tanya, se plantó frente a ella y le dijo con honestidad que, si no la querían en el clan, podía marcharse. Tanya le respondió algo hiriente y desapareció durante varios días. Al regresar, la dinámica entre ellas permaneció tensa, pero esta vez la frialdad venía también de Willow, quien había decidido dejar de intentar ganarse su aceptación.

Una mañana, Kate, soltó entre risas un comentario que despertó la curiosidad de Willow: "━Creo que te sorprenderá saber por qué Tanya no te quiere cerca". 

Esto llevó a Willow a confrontar finalmente a Tanya, decidida a descubrir qué era lo que tanto le disgustaba de ella. La respuesta que recibió fue tan inesperada como desconcertante: Tanya no la evitaba por rechazo, sino porque se sentía profundamente atraída por ella. Su aroma, confesó, le resultaba irresistiblemente tentador, hasta el punto de que estar cerca de Willow se había convertido en una experiencia abrumadora.

En ese momento, Willow, aunque sorprendida, dejó claro que su corazón pertenecía a otra. Con honestidad y sin dejar lugar a dudas, explicó que la única mujer a la que amaba era Rosalie Hale, a pesar de cómo habían terminado las cosas entre ellas. Tanya aceptó la confesión con madurez, aunque su naturaleza coqueta no desapareció, siempre buscando poner nerviosa a la neófito. Al contrario, comenzó a demostrar su afecto a través de pequeños gestos: comprándole ropa, artículos de arte y asegurándose de que Willow siempre se sintiera protegida y cuidada. Era evidente que, aunque sabía que sus sentimientos no serían correspondidos, le bastaba con la compañía de Willow. 

A pesar de estos sentimientos latentes, su relación nunca se tornó incómoda. Tanya parecía satisfecha simplemente con estar cerca, y Willow, agradecida, intentaba recordarle que nunca podría corresponder a su amor.

━Lo sé. Solo piensas en ella. Lo entiendo ━dijo Tanya con resignación esbozando una sonrisa triste, pero sin rencor en su voz, dando un paso hacia atrás.

Willow bajó la mirada con culpa.

━Lo siento... Siento que te sientas así por mí. Amo profundamente a Rosalie. Pero lamento causarte dolor.

Tanya suspiró con suavidad, su mirada solitaria revelando más de lo que sus palabras jamás admitirían en alto, al menos no frente a Willow.

━Lo sé, Wills ━repitió━. No te preocupes, no es tu culpa. 

Cambiando rápidamente de tema, Tanya añadió con una ligera risa.

━Ah... debería ir a cazar. Tu aroma me ha distraído todo el día. Mis ojos están comenzando a oscurecerse.
 
Willow asintió, apartando la vista, bajando la mirada para ver sus propios pies.

━Oh, claro. No quiero detenerte más tiempo.
 
━Ey, en serio. Todo está bien. No quiero verte mal por algo que es mi problema ━dijo Tanya con ternura, revolviendo el cabello de Willow al pasar por su lado antes de desaparecer. 

Willow levantó la vista para responder, pero Tanya ya no estaba en la habitación. Fue entonces cuando Kate asomó la cabeza por el marco de la puerta con una sonrisa pícara.

━Vaya, eso fue incómodo. ¡Pero te ves increíble con el abrigo del clan!

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by Tori 💓.

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