“¿Te gusta mí hermana?”...

                 HERMIONE MIRÓ A su mejor amigo, Harry tenía una bufanda rodeando su cuello, igual que ella, los dos gryffindor admiraban las vistas del castillo, en especial el patio, donde RJ estaba jugando con Colin, su hermanito, Scamander, Lovegood y su melliza Ginny.

—quiero invitarla al baile, Hermione —murmuró el castaño, acomodando sus lentes. La nombrada sonrió feliz.

—lo sé... Pero debes apurarte, no puedes estar dudando tanto —se burló imitando a Harry cuando le daba vergüenza hablarle a RJ sobre el baile, Harry le dió un empujón.

—me da miedo, ¿De acuerdo? —murmuró, apenado —Eres la única que sabe que... Bueno...

—que RJ te gusta —terminó divertida, Harry bajó la mirada aguantando su sonrisa —ni si quiera me lo dijiste, lo asumí sola.

—bueno, pero lo sabes solo tú... No quiero imaginar en como reaccionará Ron ¡O Fred y George! ¿Sabes lo que me harían? —la miró asustado y ella carcajeó.

—¡No seas miedoso! Si, es la pequeña de los Weasley, pero ellos te quieren como uno más de la familia —Obvió abrazandolo —ademas, te tomarán la delantera. RJ es popular, muy popular, así que apura.

—lo sé... Lo sé... Es que, quiero que Ron lo sepa. No sé cómo decírselo.

—busca la manera Harry.

RJ estaba que se tentaba de la risa, comiendo sus galletas con chispas de chocolate y tratando de no ahogarse. Ginny la miraba con cierto reproche. Las mellizas estaban una a cada lado de Ron, en una esquina de la sala común. Con todo el tema del baile, los adolescentes estaban desesperados por conseguir pareja, eso a RJ le divertía porque Ron no fue la excepción.

El cuadro se abrió y por allí entró Harry, RJ le sonrió y él se acercó, ignorando a Ginny que hablaba muy bajo con Ron.

—¿Qué pasa, RJ? —cuestionó Harry al llegar junto a ellos.

Ron lo miró con expresión de horror mientras RJ ya no aguantó y escupió las galletas, riendo.

—¿Por qué lo hice? —exclamó con desesperación—¡No puedo entender por qué lo hice! ¡RJ, deja de reírte! ¡No seas mala!

—¿El qué? —le preguntó Harry, sin entender.

—Eh… simplemente le pidió a Fleur Delacour que fuera al baile con él —explicó Ginny, que parecía estar a punto de sonreír, pero se contuvo y le
dio a Ron una palmada de apoyo moral en el brazo.

—¿Que tú qué? —cuestionó incrédulo.

—invitó a Fleur, tu compañera de Torneo, James —RJ le contó, roja de la risa —pero fue muy patético.

—¡No puedo entender por qué lo hice! —repitió Ron —Había gente, estaba todo lleno, y me volví loco… ¡Con todo el mundo mirando! Simplemente la adelanté en el vestíbulo. Estaba hablando con Diggory y RJ. Y entonces me vino el impulso… ¡y se lo pedí!

Ron gimió y se tapó la cara con las manos. Siguió hablando, aunque apenas se entendía lo que decía. RJ suspiró, tratando de calmar su risa y destapó a su hermano.

—habla bien, Ron, que no se te entiende, inepto —Pidió, tomando otra galleta y dandosela para que se sienta mejor, él la tomó con sus dos manos.

—Me miró como si yo fuera una especie de holotúrido. Ni siquiera me respondió. Y luego… no sé… recuperé el sentido y eché a correr —mordió la galleta con fuerza.

—lo que pasó —RJ tomó una galleta y se la tendió a Harry, sus dedos rozaron y se miraron —es que... Ahm... Bueno, Fleur le estaba pidiendo a Cedric ir al baile, pero estaba usando su parte veela. Porque su abuela era veela, lastimosamente, sus encantos cayeron en Ron. Y Cedric al final le dijo que no.

Ron levantó la mirada.

—¿Le dijo que no? —sonó esperanzado y RJ asintió.

—si, porque iremos juntos. Cedric me invitó.

Aquello fue un golpe para Harry.

El de lentes entró en una especie de transe dónde no escuchaba nada más que eso “Iremos juntos” “Cedric me invitó”. Él creía que Cedric le caía bien, que era amigo de RJ, pero al parecer todos sus buenos pensamientos sobre el chico hufflepuff desaparecieron. Él había invitado a la chica que le gustaba.

—¿Qué... Él... Hizo... Qué? —Ginny se asomó para ver sorprendida a su melliza. Ron también. A Harry se le había borrado la sonrisa.

—¿N-no... No es muy m-mayor para ti? —Harry preguntó, RJ lo miró y él se aclaró la garganta, ahora todos lo miraban —digo, además, él gusta de Cho ¿Por qué irías con él?

—¿A caso crees que no podría gustarle a alguien como Cedric? —sugirió Ginny, alzando cejas en dirección a Harry que tragó saliva. Ginny sonrió con maldad.

—¿Qué? ¡No! No dije eso —Negó espantado, volteando a ver a la ceñuda RJ —es solo que... ¡Deberás abrir el baile con el campeón! Eso deberá ponerte nerviosa ¿Y si te tropiezas? ¿O si Cedric invitaba Cho? Porque todos saben que le gusta Cho, Ginny lo sabe, Ron lo sabe, yo lo sé —habló apresurado y torpe.

—¿Qué te pasa? —RJ se levantó, atónita. A ella no le gustaba Cedric, pero si lo hiciera, todas esas cosas le bajarían el autoestima —¿Qué me interesa si todos saben que le gusta Cho? Tal vez a ti te guste, ya que lo resaltas tanto —extendió sus brazos a la defensiva y Harry negó.

—¡No me gusta Cho! ¡Ni siquiera es linda! —señaló indignado, RJ bufó y blanqueó los ojos.

—ahí van de nuevo, no me sorprende porque ninguno de los dos tiene pareja para el baile, solo se fijan en sus físicos —Negó, tomando sus galletas.

—¡No...! No me refería a eso —Harry comenzó a enrojecer y podían notar como se empezaba a enojar —no metas palabras en mi boca que no dije.

—¿Ahora soy mentirosa? —Se cruzó de brazos, y soltó una risa irónica. Harry no sabía si es que RJ oía lo que quería o si él elegía malas palabras, mientras RJ creía que él estaba comportándose como un idiota.

—¡No dije eso! Solo digo que no me fijo en el físico —Murmuró, apretando la mandíbula que se le marcó.

—tal vez deberían ser más como Neville, que se fija en los sentimientos y las acciones, no en el fisico —obvió molesta —invitó a Hermione porque ella siempre fue buena con él al ayudarlo con el trabajo y demas. Claro que ella se negó porque ya tiene pareja.

—estas de chiste —Ron se levantó de su lugar, indignado —¡Como si eso fuera posible! Lo que pasa es que no quería ir con Neville… Porque, claro, ¿quién sería capaz de ir con él?

—¡No digas eso! —dijo Ginny enfadada —No te rías…

—¡Eres tan superficial! —RJ le gritó, irradiando cólera —para que sepas, Neville es un chico muy bueno e inteligente y él si tiene pareja, no como tú.

—¿Quién podría ir con él? —Ron frunció su rostro.

—¡Yo! —Ginny se señaló y la vieron al segundo —al menos él dice que mi cabello es lindo o que tengo buen gusto, no que mi nariz es muy grande o algo así que dirían ustedes. Si nos disculpan, nos iremos a mandarle una carta a mamá para arreglar los vestidos. Ya que nosotras si tenemos pareja.

Ginny tomó la mano de su hermana y las dos subieron las escaleras. RJ llegó a su cama, tomó su almohada, hundió su cabeza allí y gritó. Una vez descargó, miró a Ginny.

—¡Estoy tan enojada! —rugió, su rostro igual de rojo que su cabello —¿Quién se cree James? ¡Hablando así de mi! ¡Por supuesto que no me gusta Cedric, es mi amigo! Y decir que me puedo tropezar... ¡Ja! Eso porque seguro él tiene miedo de tropezar cuando abra el baile ¡De seguro cuando esté él allí... Con su tonto cabello de lindo color oscuro y sus lentes que relucen sus ojos azules brillantes y... Una túnica simple va a estar aterrado! Yo, por otro lado, me veré genial. Cedric dijo que así sería y confío en su palabra.

Volvió a tomar el almohada y gritó, mientras Ginny mordía su lengua, negando ante lo que acababa de oír, tomó un pergamino y le escribió a su madre.

—esos son celos... —susurró, mojando la pluma en la tinta.

—¿Qué dijiste?

—nada.

La navidad llegó en un parpadeo para RJ que estaba sentada al pie de su cama, abriendo los regalos que le acababan de dar. Los movimientos bruscos de ella sonaban por los brazaletes que le había regalado Hermione, tenía ya cinco de cada lado.

—¡Mamá ya nos envió los vestidos! —Ginny sonrió, abriendo la puerta con las dos enormes cajas y una bandeja con todo su desayuno.

RJ se apresuró a tomarlo, también comiendo su desayuno apresurada. Dejó la caja sobre su cama y la abrió. Sonrió emocionada al ver el vestido que había, de un color oscuro, contraste total al que haría con todos los vestidos de color pastel o chillón que usarían las jóvenes.

Delante tenía una notita. “Querida RJ. Le pedí a mamá ser yo quien se encargue de tu vestido, es que encontré el dibujo que nos hiciste una vez. Te pintaste un vestido oscuro y enorme, a mí un traje negro. Espero este cerca de lo que querías, lo mandé a hacer. Te extraño mucho, lamento nuestra discusión. Con cariño, tu hermano mayor, Percy Weasley”.

RJ sonrió feliz.

—¿Estás llorando? —Ginny se puso a su lado y RJ negó, limpiando una pequeña lágrima que se le había escapado.

—¿Ya le diste tu regalo a nuestros hermanos? —preguntó, cambiando de tema y tomando un chocolate para comerlo.

—si, ¿Le diste el tuyo a Harry? La tradición del suéter del amor —se burló Ginny y RJ blanqueó los ojos.

—lo dejé en su cama mientras él dormía, no tengo ánimos de verlo.

Y así fue, porque Harry se levantó con un poco de ánimo en navidad, ya que esperaba que RJ llegue a su cuarto, les abra las cortinas con Hermione, le dé su suéter Weasley y se sonroje. Cómo cada navidad. Pero solo se encontró con un suéter nuevo al pie de su cama con una notita que decía “Feliz navidad, James”. Su expresión se borró y suspiró rendido.

—¿Qué te pasa? —Ron le preguntó ya cuando estaban bajando a comer y Harry llevaba puesto el suéter.

—nada... —negó, leyendo una y otra vez la carta de RJ, como esperando que por arte de magia aparezca algo más.

—oye, ya basta —Ron frenó en la entrada al GC —desde que anunciaron el baile has estado raro. No solo tú, ya no estás como garrapata con RJ y discuten mucho, no soy ciego ¿Sabes? Estás leyendo esa tonta carta sin parar y te aseguro que RJ no está en el comedor. —se cruzó de brazos al ver su intención de buscar entre la multitud a su hermanita.

—no inventes historias, Ron —refunfuñó, aún de soslayo buscando a RJ.

—¡Ahí vas de nuevo con qué...!

—¡Ya basta! —lo miró molesto y Ron se calló —¿Quieres saber qué pasa? ¡Que estoy ahogado en el fondo de un mar de problemas! No quiero ir a ese tonto baile, menos con Parvati. No me gusta. Discutí con RJ porque quise invitarla al baile y ella va con Cedric. ¡Merlín! La estoy buscando porque no quiero estar mal con ella pero ni siquiera fue a darme mí regalo y yo quiero darle el mío. Ya casi no la veo porque está todo el día estudiando, más las pruebas y que digo algo y ya se enoja... Y... Y... Y... ¡Ahg! —respiró agitado, hasta que suspiró como una bomba que al fin pudo explotar.

Llevaba tanto tiempo queriendo soltar todo aquello que no le importó las pocas personas que lo vieron sorprendidos por escucharlo.

—¿Te gusta mí hermana?

Harry miró a Ron, en silencio. Al no tener una respuesta, fue más que suficiente para Ron que tragó saliva y avanzó, dejando a Harry pasmado allí.

—¡te ves hermosa!

RJ estaba terminando de arreglar su maquillaje avergonzada. Estaba nerviosisima. Volteó viendo a Hermione que chillaba.

—gracias, Herms —se levantó alisando su vestido —tu te ves como una descendiente de una hija de Afrodita —tomó sus manos haciendo reír a la castaña.

—vamos, Cedric y Viktor nos esperan en el vestíbulo. Están con los otros campeones... incluído Harry —insinuó alzando las cejas y RJ bufó.

—supongo que estará atento a ver si me caigo o no —refunfuñó —parece estar esperando a que pase vergüenza. No tengo miedo de eso. Enfrenté cosas peores —Se miró en el espejo, por un segundo creyó ver la imagen de Lord Voldemort detrás de ella, pero parpadeó varias veces y esa imagen se borró.

Tal vez nunca se recuperaría de las atrocidades que hizo en su primer año.

—¿RJ?... RJ —sintió una mano en su hombro y volteó a ver la mirada preocupada de Hermione —¿estás bien?

—si... solo bajemos —tomó su mano para salir juntas.

Las dos salieron del cuarto, Hermione jugando con sus manos nerviosa ¿Cómo podría convencer a la menor de que Harry se había equivocado y solo estaba histérico porque no pudo invitarla al baile a tiempo? El de lentes parecía a punto de perder la cabeza antes de ir al baile porque no podría ver a la chica que le gustaba con el perfecto Cedric Diggory.

—RJ... —llamó su atención, la pelirroja la miró. Hermione suspiró —no quiero ser abogada del miope pero me parece que en serio se siente mal. Deberías hablar con él. Son muy unidos como para alejarse por esto. Él solo es un tonto adolescente hormonal. Y fue más Ron que Harry... ¿No crees? —dudó apretando los ojos con fuerza y casi escupiendo su defensa.

RJ la miró confundida y luego volteó al costado. Estaban a dos pasos de asomarse por las escaleras y estar a la vista de los campeones que se quedaron en el vestíbulo. Se acercó tímidamente y asomó la mitad de su rostro para ver a Harry que hablaba con su invitada al baile. Se mordió la lengua y volteó a ver a Hermione que ya la veía.

—James tiene mucha presión encima. Lo entiendo. Pero debería disculparse... igual que Ron. Mi hermano fue dos veces peor —bufó blanqueando los ojos y Hermione sonrió radiante.

—le diré —Avanzó —baja cuando estés lista.

Hermione se fue y RJ se quedó a un costado de la pared. Sacó de dentro de su vestido el mapa merodeador que escondió estratégicamente y lo miró. Podía ver el nombre de Harry en el vestíbulo y del resto de los alumnos ya esperándolos en el gran salón.

Ahora sí ya estaba nerviosa.

Miró los nombres y sonrió al ver a Fred y George saliendo rápido de la oficina de Snape para ir a bailar donde los esperaban sus parejas. Sabía que iban a hacer una broma. Luego volvió a ver a Harry, a un lado de su pareja y a unos metros de Cedric. No iba a decepcionar a Cedric, no podía salir corriendo, pero sin embargo el pequeño destello en su mente le ponía más atención a la reacción de Harry que a la de Cedric. No sabía por qué.

Suspiró, guardó el mapa y se asomó a las escaleras.

Se sintió descubierta al segundo porque Hermione palmeó el brazo de Harry que dió una vuelta rápida y torpe sobre sus tobillos para girarse a verla.

Harry entendía porque Remus le dijo que los Potter tenían una maldición con las pelirrojas. Él se sentía hechizado y condenado a estar enamorado de RJ ¿Cómo no lo haría? Si se veía hermosa.

RJ bajó las escaleras lentamente, Harry se decepcionó al ver que ella fue recibida por Cedric al final de las escaleras y no por él.

—te ves preciosa, ¿dónde es el funeral? —Cedric sonrió burlón y ella rió.

—en el gran comedor. Estamos de luto por tu dignidad que murió hace rato —Palmeó su brazo y ambos rieron. Cedric le tendió su brazo y ella lo entrelazó lista para hacer la gran entrada.

Antes de entrar, sus ojos se dirigieron por unos segundos a los celestes de Harry que le sonrió dulcemente. Ella devolvió el gesto y volvió la vista al frente con su corazón levemente avanzado. Harry se veía muy lindo, tanto que casi se olvidaba su enojo con él.