17| who invites me to the dance?
“quién me invitará al baile?”...
EN POCIONES, Colin cortaba raíces en trozos exactamente iguales, RJ estaba frente al caldero, a un lado de su amigo. Los dos hablaban en susurros del mismo tema que hablaba toda la escuela: lo increíble que había sido la primera prueba del Torneo y de cómo sería la segunda.
—...¿Qué haces? —preguntó divertida, RJ, al ver cómo Colin media las raíces con un palo rectangular y casi transparente —¿Qué es eso?
—es una regla muggle, sirve para medir —murmuró el chico, usando aquel artefacto para medirlo exactamente igual y poder cortar bien —¿Quieres una? Tengo tres, por si se me pierden —sacó una de su bolso y se la tendió, dejando maravillada a la menor de los Weasley, quien era fanática de las cosas muggles.
—¿Cómo funciona? —susurró y Colin rió, dispuesto a mostrarle como funcionaba, cortando él también los ciempiés.
RJ tenía una condición de trabajo con Colin, él hacía lo fácil y ella lo complicado. Ella le explicaba que hacer y él solo hacía caso; RJ le explicaba las medidas, pero manejaba el caldero y las cantidades para que Colin no cometa errores, aún así, le explicaba todo y dejaba que Colin haga lo que él quería hacer, si algún día el hijo de muggles deseaba hacer la parte difícil, la pelirroja lo ayudaría. Eran un dúo perfecto.
—... ¡Genial! Gracias, te adoro Colin —RJ abrazó a su amigo, contenta de tener algo nuevo y muggle. Colin rió y besó la mejilla de su mejor amiga antes de que ella se vuelva para pelar un higo seco. Severus Snape, nada contento de lo que estaba pasando, se acercó.
—señorita Weasley, señor Creevey —los llamó, el terror se pintó en Colin que le tenía pánico al profesor Snape. RJ se mordió la lengua y volteó a verlo con indiferencia —muchos besos y abrazos en clase y poco trabajo —se asomó a ver el caldero, algunos susurraron por la cercanía de ambos mejores amigos, siendo que ella era "novia" de Harry Potter —su poción a penas y está por la mitad. Cinco puntos menos para gryffindor por cada uno.
RJ iba a quejarse pero Colin le tapó la boca.
—lo sentimos, señor —susurró el hijo de muggles, aterrado.
RJ le pegó un manotazo a Colin y comenzó a apresurarse, refunfuñando en voz baja por su molesto e injusto profesor de pociones. Echó un bazo de rata, unas gotas de jugo de sanguijuela y lo que le había dado ya Colin. Fueron de los primeros al elaborar la nueva pócima que estaban haciendo: una solución para encoger.
—estúpido Quejicus —susurró RJ, molesta. Saliendo de clase —¡Lo detesto!
—lo sé, lo sé... —Colin asintió, caminando a un lado de su amiga.
—¡Es un insoportable, solo sabe quejarse y molestar!
—tambien lo sé...
—¡Ojalá se bañara ese viejo decrépito!
—ya lo sé, ojalá que si...
—¡Cada día entiendo más porque es un solterón malhumorado, nadie lo quiere!
Colin iba a responder pero escucharon a alguien aclararse la garganta detras. Los dos frenaron al segundo, deseando que Merlín este de su lado.
—que no sea el profesor Snape, que no sea el profesor Snape, que no sea el profesor Snape... —susurró veloz y aterrado, Colin.
Cuando voltearon, RJ se encontró con sorprendentemente, Viktor Krum.
Se escuchó un sonido ensordecedor... voltearon a un costado, Colin se había desmayado y caído al suelo. RJ hizo una mueca de dolor y volteó a ver a Viktor Krum.
—Hola, «erres RRJ, ¿Verrdad? —pronunció fuertemente la R y un poco apagada la S. La pelirroja asintió, no podía creer que el gran jugador de Quidditch estaba frente a ella —¿Tú amigo está bien?
—Si, si, solo algo... Impresionado. —se giró a tantear con su pie a Colin que seguía inconsciente —ya se levantará. Le pasa lo mismo cuando me ve hablando con James. —sonrió nerviosa, volteando a verlo de nuevo. Él le sacaba fácilmente una cabeza y media de altura.
—¿Te «rrefierres» a «Harry Potterr»? —preguntó sin entender y RJ afirmó rápidamente. Él era algo hosco para hablar —si, «rrespecto» a eso, «querría pedirrte» algo.
—claro... —Su tono se volvió agudo, su voz se volvió un fino hilo y Viktor trató de sonreír. O eso pensó RJ.
Lo que RJ jamás pensó es que Viktor Krum se le acercó a hablar porque notó que ella era la mejor amiga de Hermione, y Hermione era la mejor amiga de Harry. El gran jugador de Quidditch se la había pasado en la biblioteca para poder ver a Hermione, ya que allí era donde estaba la mayoría de tiempo, él quería acercarse a hablarle pero parecía que Granger huía de él, así que, aún atónita pero emocionada, RJ habló con Viktor.
—Ella está totalmente soltera —se apresuró a decir. Iban caminando a la enfermería con Viktor llevando sobre su hombro al desmayado Colin —solamente no le gusta ser el centro de atención, seguro huye de tus admiradoras, no de ti. Pero le puedo hablar bien de ti, ya sabes, pero debes animarte a hablarle.
—«querría invitarrla a irr» al baile —admitió el búlgaro. RJ lo miró confundida.
—¿Qué baile? —preguntó habiéndose perdido de algo.
—oh, ahm... —juntó sus pobladas cejas, recordando que RJ iba a tercer año —el baile de Navidad —contó, agregando al ver aún la expresión inentendida de la pelirroja —es una «trradición» del «Torrneo» de los «trres» magos «perro» sólo «irrán» los alumnos de «cuarrto» en adelante, aunque no dejan «invitarr» a un
estudiante más joven… Yo «quierro llevarr» a «Hirrmione». Los campeones y «nuestrras parrejas abrrimos» el baile.
—Hermione —corrigió como nombrarla, Viktor asintió apenado, pero su acento no lo dejaba nombrarla bien —ah, bueno. Invitala, pero busca una ocasión dónde no te siga nadie. Cualquier cosa, me avisas.
—muchas «grracias, RRJ» —habló, entrando a la enfermería. Madame Pomfrey los miró al segundo.
—¿Qué pasó?
RJ rió antes de contarle.
Todos comenzaron a hablar sobre el baile. RJ iba caminando con Ginny, Rolf, Luna y Colin. El grupo de variadas casas comentaba con pena sobre el baile.
—¡Ustedes tienen suerte! —se quejó Colin —ustedes son niñas, pueden ir.
—¿Tienes caca de escregruto en la cabeza? —le preguntó Ginny, incrédula —no podemos ir. Somos de tercero. ¡Es como estar sentados en la mesa de los niños en una cena de adultos!
—a lo que Colin se refiere... —Rolf habló, casi tirando sus libros si no fuera porque RJ lo sostuvo para que él no se caiga —gracias. —se sonrojó y Luna tomó la mitad de los libros de Rolf para ayudarlo —gracias. A lo que Colin se refiere es que a las niñas si las invitan, no importa si son menores. A los chicos grandes siempre le gustan las chicas más pequeñas, por estereotipo. En cambio, a los chicos nos cuesta que una chica más grande se fije en nosotros.
—ojala sea así, yo quiero ir —susurró Ginny —¡Todos irán! Claro, menos nosotros.
—yo quiero ir para usar el vestido que ví en Hogsmeade —Luna sonrió suavemente.
—¿Hablas de ese celeste con mariposas violetas por todos lados y que tenía un sombrero de oruga? —cuestionó RJ, aguantando su sonrisa. Colin hizo cara de espanto y Rolf sonrió, a él también le gustó ese vestido. Ginny hizo una mueca.
—si, representa el crecimiento de la mariposa. Me gustaría convinarlo con unos zapatos verde de capullo, así cuando la oruga se convierte en mariposa —Comentó risueña.
—te quedaría hermoso, Lunática —RJ alagó, hasta que frenó al escuchar una melodía.
—¡Oh, ese es un Sinsajo! —Rolf habló, volteando —creí que también existían en el mundo muggle, pero no. Son nativas de nuestro mundo mágico ¿Sabían que ellas pueden imitar cualquier canto que hagamos nosotros? Pero están en peligro de extinción, los Clabbert se los están comiendo...
—No es un Sinsajo, es Cedric —RJ rió, retrocediendo y silbando mientras veía a los lados —los veo luego.
—¡Tenemos Cuidado de Criaturas Mágicas con Hagrid! —Colin la llamó.
—¡Si! Yo llegaré a tiempo, ustedes tranquilos —sonrió, sosteniendo su giratiempos debajo de su ropa.
Volteó, caminó unos pasos y llegó a un pasillo por el que había pasado con los chicos. Allí, sentado en el frío suelo de piedra, estaba Cedric con un libro sobre sus manos. Él sonreía en su dirección, habiendo esperado a que RJ vuelva sobre sus pasos. Ella rió y caminó hasta sentarse a su lado.
—Hola, Ced —saludó animada. Cedric sonrió.
—hola, pequeña Weasley —sacó de su abrigo varitas de regaliz —¿Quieres?
—claro, yo tengo... Ranas de chocolate ¿Quieres? —sacó de su bolsillo las ranas, Cedric le dió una varita y ella le entregó una rana, los dos comenzaron a compartir —¿Qué hacias?
—pensando ¿Y tú? —cuestionó, atrapando a la rana antes de que salte.
—estaba yendo a clases, pero luego lo recompenso —admitió, bostezando. Cedric la miró preocupado, ella siempre estaba de clase en clase, parecía que el día de RJ duraba cinco horas más que el de los demás... Tal vez así era —¿Ya decifraste la pista del huevo?
—no, aún no —admitió, despeinado su propio cabello —si te soy sincero, estoy más preocupado por el baile.
—ah, eso —susurró desanimada. Cedric la observó atento y RJ añadió —es que, normalmente, mis hermanos y yo si nos quedamos en vacaciones, pero si no me invitan, tendré que irme a casa. No pienso quedarme en Hogwarts y ver cómo todos van al baile ¡Merlín! Que injusto —se quejó —Fred y George no pudieron entrar al torneo por ser un año más chicos ¡Y yo no podré ir al baile por lo mismo!
—RJ, ¿Te estás oyendo? —la risa de Cedric la interrumpió —eres la cazadora de gryffindor, una de las bromistas Weasley. Tu apellido es como la realeza de Gryffindor. Apuesto que, en cuanto vayas sola a algún lugar, alguien se acercará a pedirte ir al baile —le dió un empujón y la pelirroja suspiró.
—es fácil para ti decirlo, siempre que vas a algún lado tienes a un grupo detrás de ti cuchicheando —se quejó, acostando su cabeza sobre el hombro del chico hufflepuff. Él rió —pero claro, ellas no entienden que a ti te gusta Cho.
—Si, bueno, dudo gustarle a Cho. La quise invitar y cuando llegué... Uno de esos imbéciles que parecen osos gigantes con acento «GRruso» —imitó el acento haciendo reír a RJ a carcajadas —¡La estaba invitando! Me sacaba una cabeza. Ya veo que me acercaba y quedaba como una hormiga.
—debiste acercarte igual —RJ rió y Cedric igual.
—si, pero... No lo sé, pueden decirme todo lo que quieran sobre si soy un galán o todas esas tonterías, pero siento que no soy nadie cuando se trata de ella —hizo una mueca apenado.
—bueno, supongo que alguien se acercará en cualquier momento a invitarte. Tranquilo —Partió otra varita de regaliz a la mitad y se la dió a Cedric.
—no sé si quiero ir, además, está eso de que nosotros debemos abrir el baile... —Habló después de tragar —quiero ir con alguien que me haga reír y disfrutar lo increíble que debería ser.
—al menos tú vas —refunfuñó RJ y Cedric la miró, al segundo, una sonrisa se adornó en su rostro —¿Qué? —preguntó con la boca llena.
—ven conmigo al baile —pidió y RJ se atragantó, Cedric comenzó a reír —no te espantes. Eres como una hermanita —al pensar en la opción de una unión romántica entre ambos, los dos hicieron una mueca de asco.
—¡Iugh!
Rieron otra vez al gritar juntos.
—a lo que me refiero es que, como aún no te han invitado, y yo no quiero ir con alguien que no conozco. Podemos ir juntos, como amigos. Solo para reír y bromear —Le dió un empujón y RJ sonrió conmovida.
—¿En serio me llevarías al baile? —preguntó emocionada.
—busca el mejor vestido que tengas, RJ —Asintió y rió cuando la nombrada se lanzó a abrazarlo.
—¡No te arrepentirás! Te juro que la pasaremos de diez —contó la joven sin contenerse y soltando al chico hufflepuff.
—ya lo sé, pero ahora, necesito que vayas a clase —rió y RJ se alejó.
—¡Cierto! Te veo luego ¡Será fantástico!
—¡son unas bebés, son pequeñas y no irán al baile por eso!
RJ iba camino al Gran Comedor con Fred y George burlándose de ella y de Ginny. Su melliza se aguantaba las ganas de gritarle mientras tiraba de la mano de RJ. No era noticia que ver a las mellizas y a los gemelos Weasley juntos llamaba la atención de la escuela, la familia Weasley era más que numerosa y muchos hacían chistes sobre el sufrimiento de Molly Weasley al tener dos veces un par de hijos en un solo parto. Fred y George eran fotocopias, pero Ginny y RJ a penas se parecían y lo agradecían.
—Ustedes también son unos bebés que no pudieron entrar al torneo “¡Que injusto!” —RJ los imitó, llorando dramaticamente e indignado a sus hermanos mayores.
—Ademas, ya nos invitará alguien —asintió Ginny y se sentó en la mesa donde estaba el famoso trío de oro junto a amigos.
—ya se acaba el semestre y se viene el baile, te quedas sin tiempo, Ginny. Tic tac, tic tac —Fred sacudió su cabello.
—Hola, James —RJ le sonrió al de lentes que se sonrojó hasta las orejas. Parecía querer decir algo pero nada salió y Hermione lo pateó debajo de la mesa.
—hola... —susurró en un hilo de voz.
Con la llegada del baile, a Harry ya lo habían invitado tres chicas a ir, pero él se había negado. Lo único que quería era invitar a RJ, más no encontraba la forma de hacerlo y la propuesta se trababa en su garganta, impidiéndole siquiera hablar. Estaba tan nervioso que temía gritarselo por la explosión de ansiedad que acumulaba.
—Bien, bien, ya nos detenemos —George rió, dejando de molestar a Ginny con el baile.
—Bueno… —Fred se encogió de hombros, volteando al trío de oro —¿ya tienen todos pareja para el baile? —preguntó en su dirección. RJ miró a Harry, quien parecía quedarse trabado.
—No —respondió Ron, al parecer, de mal humor.
—Pues mejor te das prisa, hermanito, o les quitaran a todas las guapas —repuso Fred, RJ lo golpeó —auch, ¿Qué?
—eso fue muy machito de tu parte, Freddie. Yo creo que todas las chicas de Hogwarts tienen su encanto —refunfuñó, volteando a tomar unos postres de chocolate que había —ademas, te estás burlando mucho de nosotros y tú... Bueno, digamos que no te veo diciendo con quién vas.
—¡Eso! ¿Con quién vas? —quiso saber Ron.
—Con Angelina —contestó enseguida Fred, sin pizca de vergüenza. RJ lo miró con cejas alzadas. Hermione miraba a Harry, buscando que él diga al menos una palabra pero él parecía en una batalla interna sobre si era adecuado preguntarle a RJ en medio del comedor con sus, intimidantes, hermanos presentes.
—mentira, Angelina dijo que no la invitó nadie aún —lo señaló incrédula.
—¿Qué? —exclamó Ron, sorprendido —pero entonces... ¿Se lo has pedido ya?
—tranquila, RJ, mira —Fred volvió la cabeza y gritó —¡Eh, Angelina!
Angelina, que estaba charlando con Alicia Spinnet, se volvió hacia él.
—¿Qué? —le preguntó.
—¿Quieres ser mi pareja de baile?
Angelina le dirigió a Fred una mirada evaluadora. RJ negaba detrás de su hermano mayor y Angelina la miró sonriendo, mas Fred volteó hacia RJ que fingió demencia.
—no lo sé, RJ ¿Qué dices? —le preguntó a la pelirroja y Fred blanqueó los ojos divertido.
—que primero te invite a una cita, sino, no vale —recomendó la chica y Angelina le dió la razón.
—Bueno, pero primero la cita —aceptó, y se volvió para seguir hablando con Alicia, con una leve sonrisa en la cara.
—¡De acuerdo! Ya lo ven —les dijo Fred a Harry y Ron —pan comido. ¡Ah! George, ven, vamos. Debemos ir a usar una de las lechuzas de la escuela. Enviar una carta.
—¡Vamos!
Los gemelos se fueron y RJ negó divertida, volteando para sacar su libro muggle de Orgullo y Prejuicio y leer. Harry estaba por hablar, pensando en que ahora sin los gemelos debería ser más fácil, tal vez con Ron presente no sería tan buena idea, pero aún así nada salió y Ron llamó su atención.
—Tendríamos que hacer algo, ¿sabes? —Le dijo a su mejor amigo que observó de nuevo a RJ, armandose de valentía —Pedírselo a alguien.
—R...
—Fred tiene razón: podemos acabar con un par de trols. —Harry se calló cuando Ron habló, interrumpiendo su mayor acto de valentía según el de lentes, ya que RJ alzó la mirada.
Hermione dejó escapar un bufido de indignación igual que RJ cerraba su libro. A la pelirroja menor le ignoraba totalmente aquel pensamiento de su hermano, está bien que era un chico y así pensaba, pero igual detestaba el pensamiento varonil adolescente.
—¿Un par de qué, perdona? —espetó, Hermione, compartiendo una mirada con RJ. Harry cerró los ojos con fuerza.
—Bueno, ya sabes —dijo Ron, encogiéndose de hombros —Preferiría ir solo que con… con Eloise Midgen, por ejemplo.
—Su acné está mucho mejor últimamente. ¡Y es muy simpática! —se indignó, Hermione.
—Tiene la nariz torcida —objetó Ron.
—Ya veo —exclamó Hermione enfureciéndose —Así que, básicamente, vas a intentar ir con la chica más guapa que puedas, aunque sea un espanto como persona.
—Eh… bueno, sí, eso suena bastante bien —dijo Ron.
—¡Que pensamiento tan vacío e ignorante! —su hermana menor llamó su atención, enfurecida tanto que Ron tragó saliva —no puedo creer como es que son capaces de pensar así, la apariencia no es nada cuando el alma está sucia. Es como salir con alguien hermoso como Fleur pero con la personalidad de Snape ¿A caso eso no sería una abominación? Cabeza hueca, superficial y malo. ¿A caso no te pones a pensar en las inseguridades que causas con comentarios así?
Se levantó, tomando su libro. Hermione no se lo pensó dos veces y la imitó, las dos apresurando el paso a irse de allí, indignadas. Harry miró mal a Ron.
—¿Qué?
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