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12| chamber of secrets

“camara de los secretos”...


           LLEGÓ OCTUBRE y el frío penetró en el castillo. Pomfrey estaba atareadísima debido a una repentina epidemia de catarro entre profesores y alumnos. Su poción pimentónica tenía efectos instantáneos, aunque dejaba al que la tomaba echando humo por las orejas durante varias horas.

RJ estaba sentada sobre la camilla de enfermería, viendo con duda la poción que Percy le tendía. Ginny le había avisado a Percy sobre el mal aspecto que traía hace días RJ y Percy la había llevado a allí.

—en serio, estoy bien, Percy —negó, RJ, llevando sus manos a la poción.

—si la tomas, prometo que serás la única a la que dejare usar mí lechuza, así no usarás al pobre Errol —negoció, y su hermana suspiró antes de beberla sin pensar. No es que no quisiese a Errol, pero la pobre ave no era muy buena mensajera.

El vapor comenzo a salir de RJ que acomodó su cabello para tapar sus orejas, claro que eso producía la impresión de que toda su cabeza estaba ardiendo y el color de su melena no ayudaba.

—asi ya no faltaras más a clase —Percy sonrió, tomando la mano de su hermanita para salir juntos de la enfermería.

—¡Vaya! Si es que parece que puedo hervir huevos sobre tú cabeza —señaló, Ron.

RJ miró como su hermano se levantó rápido del suelo, estaba allí junto a Hermione, Ginny y Harry. Al parecer la habían estado esperando para saber cómo estaba.

—no es gracioso —su rostro se puso rojo, avergonzada de que Harry la viese así.

—¿Te encuentras bien? —Hermione le preguntó y ella asintió.

—¡Blasfemias! —Percy se agachó para ver a su hermana que lo miró mal —la próxima vez que te sientas mal, me avisas. No puedes ir con ese aspecto por ahí, RJ; preocupas.

—estoy bien —repitió, cansada. Su tono seco los hizo sorprender levemente.

—claro que no estás bien —Ginny se quejó —eres fría, te quejas mucho, a penas y sonríes ¡Te pasas todo el día escribiendo! Colín está preocupado, dice que no le hablas, piensa que tal vez hizo algo malo ¡Incluso Luna me preguntó por ti!

RJ solo miró el humo que subía hasta el techo. Ella no quería ser mala con Colin, pero Tom le estuvo hablando mucho de los hijos de muggles, malas experiencias que tuvo con ellos y ella temía de pasar lo mismo. Claro que Molly y Arthur la criaron para no pensar en eso, pero ella confiaba en la palabra de Tom.

—solo necesito relajarme, empezar en Hogwarts no es tan fácil como creí —se excusó, girando a Percy —estoy bien, hermano, tranquilo.

—esta bien, iré a clases —la abrazó cortamente y se fue.

RJ comenzó a caminar con sus amigos detrás, miró las gotas de lluvia del tamaño de balas repicar contra las ventanas del castillo; esos días, el lago subió, los arriates de flores se transformaron en arroyos de agua sucia y las calabazas de Hagrid adquirieron el tamaño de cobertizos.

—¡RJ! —ellos corrieron a alcanzarla.

—¿Qué? —preguntó, cansada.

—¿Saben qué? No voy a tolerar a mi mal humorada melliza, me avisan cuando vuelva a ser la radiante RJ. Debo ir con Colin —Ginny, se dió la media vuelta y se fue. RJ paró para verla alejarse, dándose cuenta que en verdad estaba gruñona.

—¡Te quiero! —le gritó a Ginny que sonrió. Esa era su RJ.

—¡Yo también! —desapareció doblando un pasillo. RJ miró al trío de amigos que estaba frente a ella.

—¿Vamos a la sala común? —preguntó, jugando con el brazalete que Hermione le había regalado. Ron soltó una risilla y lo miró —¿Qué?

—el humo —señaló a RJ que aún parecía tener fuego en la cabeza.

—llevame en la espalda, Ron, estoy malita —abultó su labio inferior y él borró su sonrisa. En vano había hablado.

—justamente me lastime viniendo a la enfermería —se excusó, bajando a acariciar su rodilla y RJ abrió la boca indignada.

—yo te llevo si quieres —Harry ofreció y ella se sonrojó sintiendo su corazón palpitar con fuerza.

—gracias...

Harry se agachó delante de ella y ella saltó para subir a su espalda, en el camino evitaron a los profesores o a Filch para que no regañen a Harry por llevar a RJ. Así hasta llegar a las escaleras dónde ella bajó, y subieron a la sala Común. Mientras, Harry les contaba lo que había pasado con Nick Casi Decapitado y su invitación.

—¿Un cumpleaños de muerte? —dijo Hermione entusiasmada, RJ se sentó en el sofá y Harry se sentó a su lado —Estoy segura de que hay muy poca gente que pueda presumir de haber estado en una fiesta como ésta. ¡Será fascinante!

Ron y ella se sentaron en la alfombra. Harry les había dicho que Nick los invitó, a él, a Ron, Hermione y a RJ. En realidad, Harry le había preguntado si él podía llevar a RJ y Nick aceptó sin dudar, pues la menor de los Weasley le caía bien.

—¿Para qué quiere uno celebrar el día en que murió? —cuestionó, Ron, comenzando sus deberes de Pociones de mal humor —Me suena a aburrimiento mortal.

La luz de la chimenea iluminaba a los estudiantes que se sentaban a leer, hablar, hacer los deberes o, en el caso de Fred y George, averiguar qué pasa si se le da de comer a una salamandra una bengala del doctor Filibuster. Fred había «rescatado» aquel lagarto de color naranja, espíritu del fuego, de una clase de Cuidado de Criaturas Mágicas y ahora ardía lentamente sobre una mesa, rodeado de curiosos.

Cuando la salamandra pasó por el aire zumbando, arrojando chispas y produciendo estallidos mientras daba vueltas por la sala. La imagen de Percy riñendo a Fred y George hasta enrojecer, la espectacular exhibición de chispas de color naranja que salían de la boca de la salamandra, y su caída en el fuego, con acompañamiento de explosiones, hicieron a RJ estallar a carcajadas cosa que alegró enormemente a Ron, Harry, y Hermione.

Estaban preparando la fiesta de Halloween; habían decorado el GC con los murciélagos vivos; las enormes calabazas de Hagrid fueron convertidas en lámparas enormes, y corrían rumores de que Dumbledore había contratado una compañía de esqueletos bailarines para el espectáculo. RJ quería ir a la fiesta de cumpleaños lleno de fantasmas, pero también quería ver eso.

Pero claro que la niña no pudo ir a ninguno de los dos eventos.

«debes hacerlo»

Iba caminando hacia las afueras de Hogwarts, en dirección a la casa de Hagrid, la niña llevaba en sus manos el diario abierto de Tom Ryddle, él le había pedido un gran favor que ella, con once años, no sabía si estaba bien o no.

«¿Pero por qué?» escribió, confundida, algo mal por el movimiento de sus pasos.

«porque planean algo malo, River, algo que me lastimara y a ti. Trato de protegernos. Ellos quieren acabar con los magos y brujas más poderosos que Dumbledore. Ya lo has leído, Grindelwald fue más poderoso y lo encerró» le explicó, mientras ella bajaba la colina.

«pero Grindelwald quería poner en riesgo nuestro mundo...»

«Grindelwald quería que no nos escondamos de los muggles, no le parecía justo que siendo cazadores debamos escondernos de nuestras presas. Dumbledore le parecía correcto que vivamos como ratas, escondiendonos» RJ frenó, pensando seriamente lo que él le decía «era un genio, pero con un plan mal ejecutado ¿Quieres seguir viviendo en las tinieblas, River?»

No, ella no quería eso. Así que siguió avanzando hasta que estuvo frente a los gallos de Hagrid, miró la cabaña del hombre y suspiró. Era por un bien mayor, eso decía Tom y ella confiaba en Tom.

RJ se quedó de pie, escuchando unos susurros y volteó, sintiéndose mareada.


Khaalesi... la poderosa... mátalo... acaba con él...

Comenzó a caminar hasta el origen de la voz, estaba en los pasillos de la escuela. Lo que había hecho la atormentaba y su rostro aniñado, mojado por las lágrimas lo demostraba, estaba aterrada y no entendía por qué no podía parar.

La niña corrió, tratando de ir hacia esa voz, hasta que llegó a un baño. Era como si fuese algo que la podría ayudar, pero, en realidad, la hundía más en el problema.

—¿Hola? —preguntó, confundida. Se acercó hasta los espejos del lavabo y vió su reflejo en él, sintió un escalofrío. Pues su apariencia era igual o peor a la que tuvo esos días.

Aún así miró su diario y lo abrió, queriendo recriminarle a Tom.

«¿Recuerdas que te enseñe a hablar parsel? Te mostré mi memoria que se convirtió tuya» apareció, aún cuando ella no había escrito nada. Miró el espejo, luego el libro. Apoyó el cuaderno sobre el lavabo, que seguía siendo escrito «Es momento de que demuestres que no estás a la altura de todos ellos, River. Eres poderosa, puedo hacerte aún más poderosa. Puedes llenar la cámara de tus padres de dinero, ya no sentirte menos por pobreza, puedes ser reconocida como Gilderoy, tener hazañas como las de tus hermanos, tener nominaciones como yo... Juntos... Seremos... Imparables, Khaalesi»

los ojos de RJ brillaron levemente y la niña de once años sonrió, así que relamió sus labios, miró a ambos lados, limpió su rostro con sus puños y suspiró, así comenzó a sisear.

Oh, RJ, esa pequeña porción de avaricia que estas comenzando a mostrar no es solo tuya, ella no se daba cuenta, pero la memoria de Tom Ryddle en el diario la estaba comenzando a manipular, usando todo lo que RJ le decía para consumirla y poner pedazos de su alma en ella.

¿Pero, a todo esto, quien era la Khaalesi?

“la cámara de los secretos ha sido abierta. Enemigos de heredero, temed.”

RJ estaba asustada, ella no sabía lo que había hecho, ella solo había abierto la cámara de los secretos porque Tom le dijo que lo hiciese, claro que nunca pensó que vería a un gran basilisco salir de ella. Ella bajó la mirada como Tom le había dicho que lo hiciese porque, de lo contrario, quedaría petrificada al ver a la gigante serpiente a los ojos. No, petrificada no, muerta.

Luego, siguió al animal hasta donde RJ había dejado un cadáver de las gallinas de Hagrid que la gata Norris encontró, allí se cruzó en el camino del basilisco y la petrificó. Ella tomó la sangre de la ave y escribió el mensaje en la pared. Se giró, pero el basilisco se había ido a merodear, dejándola allí.

Colgó a la gata Norris a un lado del mensaje y tomó a la gallina para tirarla al lago. Salió corriendo de allí hasta encerrarse en el baño de su cuarto, se agachó contra la pared, abrazó sus rodillas y comenzó a llorar con fuerza.

¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué Tom le decía que estaba bien cuando ella no lo sentía así? ¿Tom era de confiar?

—RJ, tranquila —dió un salto al escuchar a Ron a su lado.

La niña parpadeo varias veces, notando que estaba en el gran comedor. Ron estaba sentado a su lado, Hermione igual, frente a ellos estaba Harry que veía preocupado el estado de RJ.

Durante unos días, no se habló de más que de lo que le ocurrió a la Señora Norris. Filch había sido visto fregar la inscripción del muro con el Quitamanchas mágico de la señora Skower, pero no había servido de nada: las palabras seguían tan brillantes como el primer día en el que RJ lo escribió. Filch estaba furioso y resentido.

—sé que te gustan los animalitos —Según Ron, RJ estaba afectada por ser una gran amante de los gatos —Pero si no conocías a la Señora Norris —le dijo para animarla —La verdad es que estamos mucho mejor sin ella —A RJ le tembló el labio, y sus ojos se cristalizaron. No le gustaba que Ron dijese eso, no cuando no sabía lo que sucedía —Cosas como éstas no suelen suceder en Hogwarts. Atraparán al que fue y lo echarán de aquí inmediatamente —eso solo hizo que la primera lágrima baje —Sólo espero que le dé tiempo a petrificar a Filch antes de que lo expulsen. Esto es broma… — añadió apresuradamente, al ver que RJ se ponía blanca.

—No llores —Hermione estiró su mano para limpiar la lágrima de RJ que se alejó de su amiga, recordando que... Recordando que ella era una... Una sangre sucia.

—eso que no la viste, fue muy traumático —Ron, murmuró —aun que viste la sangre, digo, todos la vieron y la seguirán viendo hasta que puedan borrarla.

—Entiendo que estés afectada, hay una nueva amenaza en Hogwarts —Harry se inclinó sobre la mesa para hablarle.

—RJ —la niña miró a Colín que se acercó —¿Estás bien? Ya casi no me hablas... —RJ no aguantó más y se levantó.

—creo... Creo que solo estoy sensible, sumando mis dolores, no me siento bien. Solo... No le digan a Percy o me enviara a enfermería —pidió, apresurandose para salir de allí, casi corriendo.

—tal vez se está por hacer mujercita —Ron trató de animarlos, consiguiendo una mirada confundida de Harry y una incrédula de Hermione —mamá nos preparó a todos si eso pasaba con RJ y Ginny.

—Si RJ o Ginny te escuchan, te matan —Hermione casi le gritó —aun que... Iré a preguntarle a Ginny por las dudas.

Se levantó para ir en busca de la melliza de RJ.

—¿RJ?

La niña frenó de llorar. Estaba sentada en la torre de astronomía, encogida en un rincón, sus piernas chocaban contra su pecho y ella las abrazaba, escondiendo su rostro entre ellas. Llorando con fuerza sin temor a ser escuchada, el error fue suyo al ver a Percy Weasley entrar.

—¿Qué te pasó? ¿Estás bien? —corrió a acuclillarse frente a su hermanita menor.

—¡No, no estoy bien! —negó, mostrando su rostro enrojecido y empapado —yo... Yo solo quiero lo mejor para nuestra familia, quiero que Malfoy dejé de vernos con desden, que nos traten con el mismo respeto que tratamos a los demás, pero ahora Ron podría ser expulsado por lo de Norris, igual que Harry y Hermione y...

Percy no entendía cómo eso se conectaba, tal vez por mala reputación, así que se sentó a un lado de ella y la abrazó con fuerza mientras su hermanita lloraba en el hueco de su cuello, mojando su túnica.

—Ron, Hermione y Harry no le han tocado ni un pelo a Norris, si es lo que te preocupa —le dijo, creyendo en que ellos jamás harían algo así. Él estaba seguro —no los expulsaran, tranquila.

Ella hipó, queriendo decir a su hermano del diario, de todo lo que hizo, de que ella solo pensaba en ya no tener que ver a sus hermanos usando cosas cosas viejas porque no tenían dinero o que los pasen por arriba solo por no tener ropa de buena marca. Ella lo hizo por su familia. Pero hablaba con Percy, tal vez si se lo decía, él le diría cosas horrendas y sería la niña más joven en ir a Azkaban. O eso creía ella.

—eres muy lista, RJ, deberías saber que ellos no fueron —terminó, viendo cómo su hermanita hipaba.

—¿Percy? —alzaron la cabeza para ver a Oliver Wood, RJ limpio su rostro mientras su hermano se tensaba —oh, lo siento yo... —RJ sabía que él compartía cuarto con Percy.

—ya me iba —negó la niña, levantándose.

—RJ... —Percy tomó el brazo de su hermanita —me tienes ¿Si?

—si, hermano —asintio, saliendo de allí mientras sacaba el mapa merodeador de su túnica. Bajó las escaleras sacando su varita —juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.

El mapa se abrió y ella observó los posibles lugares a los que podría ir. Sin embargo, decidió irse a un pazadiso solitario, escondido, del que Filch no sabía y que estaba lejos de donde estaban los gemelos. Se sentó allí, alumbrando con su varita mientras golpeaba su cabeza contra la pared.

¿Debería seguir con eso y confiar en que Tom solo lo hacía para que ella sea la bruja más poderosa y joven de la historia? Es decir, él limpiaría de impuros la escuela, aún cuando ella había defendido a Hermione por esto mismo, pero los muggles habían hecho cosas horribles y Hermione o Colín serían tan solo un daño colateral para algo que sería beneficioso para el mundo mágico entero.

Pero... ¿y si Tom mentía?

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