11| we won the cup!
“¡Ganamos la copa!”...
RJ OÍA COMO Snape regañaba a Harry y le decía cosas horrendas de su padre, nombrando también una broma que había perjudicado su vida, estaba con el oído pegado a la puerta, hasta que ya no aguantó más.
—profesor Snape —Abrió al puerta, mostrándose —lamento interrumpir, sucede que buscaba a James, estábamos yendo juntos a mi clase de arte cuando me volví a buscar mi pergamino para pintar y no lo encontré, luego me avisó Colin que lo vió entrar con usted a su oficina —mintió, dando dos pasos adelante.
Decir que los ojos de Snape brillaron en repudio cuando la pelirroja llamó “James” a Potter sería poco.
—si no es mucha mi insolencia ¡Me llevo a James conmigo! Estuvimos todo el día juntos y quiero terminar así el día —se acercó a tomar poner su mano con el mapa detrás de la espalda de Harry para empujarlo y salir.
Había mentido, ella sabía que estaban allí por el mapa merodeador.
—¡Pues si es mucha su insolencia! —le quitó el mapa.
—¡Oiga, devuelvamelo! —se acercó molesta y Harry la tomó del brazo —eso no es suyo, es el pergamino que fui a buscar para pintar, no tiene nada de interesante —mintió rápidamente.
Snape le dio la vuelta, con los ojos puestos en la pelirroja y Potter.
—Veamos, veamos… No parece algo que usaría para pintar, señorita Weasley. Además, Colin Creevey está en la enfermería —susurró, sacando la varita y desplegando el mapa sobre la mesa —¡Revela tu secreto! —tocó el pergamino con la punta de la varita. No ocurrió nada. Harry tomó las manos de RJ para evitar que temblaran—¡Muéstrate! —golpeó el mapa con energía —¡Severus Snape, profesor de este colegio, te ordena enseñar la información que ocultas!
En la lisa superficie del mapa apareció una respuesta: «El señor Lunático presenta sus respetos al profesor Snape y le ruega que aparte la narizota de los asuntos que no le atañen.»
Snape se quedó helado. RJ resopló, aguantando la risa. Pero el mapa no se detuvo allí. Aparecieron más cosas escritas: «El señor Cornamenta está de acuerdo con el señor Lunático y sólo quisiera añadir que el profesor Snape es feo e imbécil.» RJ no daba letra a lo que veía «El señor Canuto quisiera hacer constar su estupefacción ante el hecho de que un idiota semejante haya llegado a profesor.» el mapa había añadido las últimas palabras: «El señor Colagusano saluda al profesor Snape y le aconseja que se lave el pelo, el muy guarro.»
Harry abrazó a RJ esperando a que Snape los golpee, no sería la primera vez que le levanta la mano a un alumno.
—Bueno… —dijo Snape con voz suave. Se dirigió al fuego con paso decidido, agarró de un tarro un puñado de polvo brillante y lo arrojó a las llamas —¡Lupin! —gritó dirigiéndose al fuego —¡Quiero hablar contigo!
Totalmente asombrados, Harry seguía abrazando a RJ que miraba el mapa, pero agradecía haber entrado, pues ella sirvió como coartada y no expulsarían a Harry. Unos segundos más tarde, Lupin apareció.
—¿Llamabas, Severus? —preguntó, amablemente.
—Sí —respondió Snape, con el rostro crispado por la furia y regresando a su mesa con amplias zancadas —Potter se metió en problemas y la insolente señorita Weasley llegó a testificar por él, pero al parecer, llevaba consigo esto.
Señaló el mapa en el que todavía brillaban las palabras de los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta. En el rostro de Lupin apareció una expresión extraña y hermética.
—¿Qué te parece? —cuestionó Snape. Lupin siguió mirando —Este pergamino está claramente encantado con Artes Oscuras. Entra dentro de tu especialidad, Lupin. ¿Dónde crees que lo pudo conseguir Weasley?
Lupin levantó la vista y con una mirada de soslayo a ambos niños abrazados, le advirtió que no lo interrumpieran.
—¿Con Artes Oscuras? —repitió amable —¿De verdad lo crees, Severus? A mí me parece simplemente un pergamino que ofende al que intenta leerlo. Infantil, pero seguramente no peligroso. Supongo que
RJ lo compró en una tienda de artículos de broma.
—¿De verdad? —preguntó Snape. Tenía la quijada rígida a causa del enfado —¿Crees que una tienda de artículos de broma le vendería algo como esto? ¿No crees que es más probable que lo consiguiera directamente de los fabricantes?
—¿Quieres decir del señor Colagusano o cualquiera de esas personas? —preguntó —RJ, ¿conoces a alguno de ellos?
—No —respondió rápidamente RJ —a ninguno, señor.
—¿Lo ves, Severus? —se volvió hacia Snape —Creo que es de Zonko.
—me lo compraron Fred y George en Zonko —mintió, la niña —es de edición limitada.
—Bien —dijo Lupin, mirando contento a su alrededor —¡Parece que eso lo aclara todo! Me lo llevo, Severus, si no te importa —Plegó el mapa y se lo metió en la túnica —Harry, RJ, vengan. Creo que podríamos hablar de lo ocurrido la otra vez en mi oficina. Discúlpanos, Severus.
Harry no se atrevió a mirar a Snape al salir del despacho, solo abrazó a RJ saliendo, caminando hasta el vestíbulo sin hablar. Luego RJ se volvió a Lupin.
—profesor, yo…
—No quiero disculpas —dijo Lupin. Echó una mirada al vestíbulo vacío y bajó la voz —Da la casualidad que sé que este mapa fue confiscado por Filch hace muchos años. Sí, sé que es un mapa —dijo ante su asombro —No quiero saber cómo cayó en sus manos. Me asombra, sin embargo, que no lo entregaran, especialmente después de lo sucedido en la última ocasión en que un alumno dejó por ahí información relativa al castillo. No te lo puedo devolver, RJ.
—¡Profesor! —RJ se puso delante de él —por favor, juro que no hice nada malo con él... Bueno, juré por él que mis intenciones nunca fueron buenas y digo que realice mi travesura ¡Pero solo fueron dos o tres bromas! En serio me gusta ese mapa, me ayudó mucho...
—¿Las dos o tres bromas pueden haber incluído la de navidad? —preguntó, alzando las cejas.
—¿Habla de lo que le hice a Quejicus? Digo, al profesor Snape —se corrigió —si, no... bueno ¡No me delate!
—no lo haré, pero no puedo devolvertelo, RJ —Negó y la niña exhaló con tristeza.
—¿Por qué pensó Snape que se lo habían dado los fabricantes? —preguntó, Harry.
—Porque… los fabricantes de estos mapas habrían querido sacarlos del colegio. Habrían pensado que era muy divertido.
—¿Los conoce? —cuestinó Harry impresionado.
—Nos hemos visto —dijo lacónicamente. Los miraba más serio que nunca.
—¿Quienes son? —cuestionó, rápidamente, RJ —¡Son mis héroes! Me encantaría contarles las much... Pocas, pocas cosas que hice gracias a ese mapa.
—Viejos compañeros de curso —hizo un ademán, pero luego tomó del hombro a ambos chicos —No esperen que los vuelva a encubrir. En especial a ti, Harry. No puedo conseguir que te tomes en serio a Sirius Black, pero creí que los gritos que oyes cuando se te aproximan los dementores te habían hecho algún efecto. Tus padres dieron su vida para que tú siguieras vivo, Harry. Y tú les correspondes muy mal… cambiando su sacrificio por una bolsa de artículos de broma.
Se marchó y Harry se sintió horrible. RJ lo notó, así que lo abrazó y el chico se quedó allí, abrazando por la cintura a la pelirroja largos minutos.
—es mi culpa que pierdas el mapa, lo siento, RJ, yo...
—Ya está, me lo aprendí de memoria, lastima que me mostraba quien estaba en cada lugar —se encogió de hombros, alejandose —es solo que... ¡Merlín! —pisó el suelo con fuerza —odio a Quejicus.
Si había un profesor que ella odiaba, era Quejicus. Digo, Severus.
Hagrid había perdido el caso, Buckbeak sería sacrificado y el día para RJ no podía ir peor. Estaba sentada a un lado de Colin, Luna y Ginny, los tres veían los ojos cristalizados de la pelirroja.
—Juro... Solemnemente... Que haré la vida de Malfoy y Quejicus una miseria —murmuró entredientes, ellos se dieron una mirada preocupada —empezando con ganar la copa, luego les haré tantas bromas que no podrán andar por ahí tranquilos.
Estaban en la biblioteca, el libro reglamentario de hechizos, segundo curso estaba sobre la mesa, estaban estudiando juntos, más RJ tenía su cabeza apoyada sobre el libro, alagando que ya se lo había leído todo, dos veces.
—¿Por qué no te distraes haciendo la tarea de las otras materias? —ofreció, Luna, estirando su mano para acariciar su rojo cabello.
—¿Historia de la Magia? Ya hice ese tonto trabajo de un metro de largo sobre «La Asamblea Medieval de Magos de Europa» —se quejó, la pelirroja —¿Transformaciones? Ya puse las veinte consecuencias de ejecutar mal una transformación de persona a animal.
RJ terminó por sacar de su bolsillo un chocolate y comerlo, se sentó derecha, mostrando que su rostro había quedado con marcas por la posición y miró a sus tres amigos que la veían con muecas. Pues RJ les contó la mitad de lo que sucedió por obvias razones, pero ellos lo entendieron.
—no estés mal —Colin estiró su mano para tomar la de su amiga —¿Y si vas al campo de Quidditch?
—Creo que es lo mejor —asintió, cerrando el libro —los veo luego.
Se acercó a dejar un beso en la mejilla de cada uno y salió de allí.
Las vacaciones de Semana Santa no resultaron lo que se dice relajantes. RJ fue a hacerle galletas a Hagrid varias veces pero el hombre a penas y podía comerlas sin mojarlas por sus lágrimas, RJ le proponía jugar con Buckbeak y eso hacían. Cada vez que ella veía al hipogrifo quedaba impresionada de lo hermos que era, tanto que no entendía como Malfoy pudo faltarle el respeto cuando Buckbeak era un criatura amorosa.
Sin embargo, combinaba sus deberes con el diario entrenamiento de quidditch, por no mencionar las interminables discusiones de tácticas con Wood. El partido entre Gryffindor y Slytherin sería el primer sábado después de Semana Santa. Slytherin iba en cabeza y sacaba a Gryffindor doscientos puntos exactos.
Katie y Angelina habían sido obligadas por Oliver a seguir entrenando a RJ que más de una vez terminó en enfermería por caerse de la escoba al intentar nuevos trucos. Esto significaba, como Wood recordaba a su equipo constantemente, que necesitaban ganar el partido con una ventaja mayor, si querían ganar la copa. Así que RJ se aguantaba los reclamos de Pomfrey.
—Poppy, en verdad sé que voy a terminar probablemente muerta, es un deporte complicado, pero debo ser la mejor, se espera mucho de mi por ser una Weasley en el equipo de gryffindor ¿Si? —la miró con los ojos suplicadores y la mujer sonrió por el apodo.
—solo cuídate.
Todo Gryffindor estaba obsesionado por el partido. Nadie recordaba un partido de una atmósfera tan cargada. Cuando las vacaciones terminaron, la tensión entre los equipos y entre sus respectivas se notaba. En los corredores estallaban pequeñas peleas que culminaron en un desagradable incidente en el que un alumno de cuarto de Gryffindor y otro de sexto de Slytherin terminaron en la enfermería.
La víspera del partido por la noche, en la sala común de Gryffindor, se abandonaron todas las actividades habituales. Incluso Hermione dejó sus libros.
—No puedo trabajar, no me puedo concentrar —dijo nerviosa.
Había mucho ruido. Fred y George reaccionaron a la presión alborotando y gritando más que nunca. Oliver Wood estaba encogido en un rincón, encima de una maqueta del campo de quidditch, y con su varita mágica movía figurillas mientras hablaba consigo mismo. Angelina y Katie se reían de Fred y George. RJ estaba en un rincón con una cubeta, sosteniendo su estómago que se retorcía de los nervios, mostrando que estaba a nada de vomitar. Harry veía todo.
Fue un alivio cuando Wood, de repente, se puso en pie y gritó:
—¡Jugadores! ¡A la cama!
Era el día del partido. Salieron al campo con el rugido de la multitud. Tres cuartas partes de los espectadores llevaban escarapelas rojas, agitaban banderas rojas con el león de Gryffindor o llevaban carteles con «Animo, gryffindor» y «la copa para los leones». Detrás de los postes de Slytherin, sin embargo, unas doscientas personas llevaban el verde; la serpiente plateada de Slytherin brillaba en sus banderas.
RJ se dió la vuelta, dispuesta a huir, pero Angelina y Katie la tomaron para voltearla y obligarla a caminar.
—¡Y aquí llegan los de Gryffindor! —comentó Lee Jordan, comentarista, como de costumbre —¡Potter, Bell, Johnson, los hermanos Weasley y Wood! Ampliamente reconocido como el mejor equipo que vió Hogwarts desde hace años. —Los comentarios de Lee fueron ahogados por los abucheos de Slytherin —¡Y ahora entra en el terreno de juego el equipo de Slytherin, encabezado por su capitán Flint! Hizo algunos cambios en la alineación y parece inclinarse más por el tamaño que por la destreza —Más abucheos de los hinchas de Slytherin.
RJ, sin embargo, pensó que Lee tenía razón. Malfoy era el más pequeño del equipo de Slytherin. Los demás eran enormes. RJ pensó que con solo soplar la mandarían a volar cien metros de distancia.
—¡No quiero! —RJ miró a las cazadoras.
—eres mujer, RJ, las mujeres podemos con todo —Negó, Angelina, sonriendole nerviosa.
—Eres más pequeña y rápida, los harás papilla —asintió, Katie, temerosa.
Pero las tres estaban a punto de dar media vuelta y correr. ¡Eran simios contra ellas!
—¡Capitanes, dense la mano! —ordenó la señora Hooch.
Flint y Wood se aproximaron y se estrecharon la mano con mucha fuerza, como si intentaran quebrar al otro.
—¡Monten en las escobas! —dijo la señora Hooch —Tres… dos… uno…
El silbato quedó ahogado por el bramido de la multitud, al mismo tiempo que se levantaban en el aire catorce escobas.
—Y Gryffindor tiene la quaffle. RJ Weasley, de Gryffindor, con la quaffle, se dirige hacia la meta de Slytherin. RJ va bien encaminada...
Pero un chico morrudo casi la tira de su escoba, arrebatandole la pelota y dejando adolorido el hombro de la niña que miró espantada al monstruo de alumno.
—Ah, no. Warrington intercepta la quaffle. Warrington, de Slytherin, rasgando el aire. ¡Zas! Buen trabajo con la bludger por parte de George Weasley. Warrington deja caer la quaffle. La agarra Johnson. Gryffindor vuelve a tenerla. Vamos, Angelina. Un bonito quiebro a Montague. ¡Agáchate, Angelina, eso es una bludger! ¡Anota! ¡Diez a cero para gryffindor!
Angelina fue a chocar manos con RJ mientras sobrevolaba el extremo del campo. El mar escarlata que se extendía debajo de ella vociferaba de entusiasmo.
—¡Ay!
Angelina casi se cayó de la escoba cuando Marcus Flint chocó contra ella.
—¡Perdón! —se disculpó Flint, mientras la multitud lo abucheaba —¡Perdona, no te vi!
Un momento después, Fred Weasley lanzó el bate hacia la nuca de Flint. La nariz de Flint dio en el palo de su propia escoba y comenzó a sangrar.
—¡Basta! —gritó la señora Hooch, metiéndose en medio a toda velocidad —¡Penalti para Gryffindor por un ataque no provocado sobre su cazadora! ¡Penalti para Slytherin por agresión deliberada contra su cazador!
—¡No diga tonterías, señora! —gritó Fred. Pero la señora Hooch sopló el silbato y RJ retrocedió para lanzar el penalti.
—¡Vamos, RJ! —gritó Lee en medio del silencio que de repente se había hecho entre el público.
RJ miró a todas las personas que la veían expectantes, era la primera vez que ella usaría un penalti, así que su corazón bombeaba con fuerza, incluso Malfoy y Harry dejaron de buscar la Snitch para voltear a verla. La pelirroja tragó saliva y lanzó.
—¡Si, ha batido al guardián! ¡Veinte a cero para gryffindor!
Flint, que seguía sangrando, volaba hacia delante para ejecutar el penalti. Wood estaba delante de la portería de Gryffindor, con las mandíbulas apretadas.
—¡Wood es un soberbio guardián! —dijo Lee Jordan a la multitud, mientras Flint aguardaba el silbato de la señora Hooch —¡Soberbio! Será muy difícil parar este golpe, realmente muy difícil… ¡Si! ¡No puedo creerlo! ¡Lo detuvo!... Gryffindor tiene la quaffle, no, la tiene Slytherin. ¡No! ¡Gryffindor vuelve a tenerla, y es Katie Bell, Katie Bell lleva la quaffle! Va rápida como un rayo… ¡Eso fue a propósito!
Montague, un cazador de Slytherin, había hecho un quiebro delante de Katie y en vez de tomar la quaffle, le había agarrado a ella la cabeza. Katie dio una voltereta en el aire y consiguió mantenerse en la escoba, pero dejó caer la quaffle.
El silbato de la señora Hooch volvió a sonar, mientras se dirigía a Montague gritándole. Un minuto después, Katie metía otro gol de penalti al guardián de Slytherin.
—¡Treinta a cero! ¡Chupate esa, tramposo!
—¡Jordan, si no puedes comentar de manera neutral…!
—¡Lo cuento como es, profesora!
RJ soltó la carcajada, pero la bludger se fue contra ella y a penas pudo esquivarla, la pelirroja corrió a quitarle la queaffle a un Slytherin. Él la golpeó con su hombro, y como era de esperarse, casi tiró a la pequeña niña de doce años, pero RJ se alejó antes de volver a empujarlo con la escoba y él soltó la queaffle.
—¡Y Gryffindor vuelve a tener la quaffle, porque Johnson la tomó gracias a RJ! Flint va a su lado. ¡Métele el dedo en el ojo, Angelina! ¡Era una broma, profesora, era una broma! ¡Oh, no! ¡Flint lleva la quaffle, va volando hacia la meta de Gryffindor! ¡Ahora, Wood, párala!
Pero Flint ya había marcado. Hubo un ovación en la parte de Slytherin y Lee lanzó una expresión tan malsonante que la profesora McGonagall quiso quitarle el megáfono mágico.
—¡Perdón, profesora, perdón! ¡No volverá a ocurrir! Veamos, Gryffindor va ganando por treinta a diez y ahora Gryffindor está en posesión de la quaffle. ¡Vamos, RJ!
Indignados porque Gryffindor se hubiera adelantado tan pronto en el marcador, los de Slytherin estaban recurriendo a cualquier medio para apoderarse de la quaffle. Bole golpeó a RJ con el bate y arguyó que la había confundido con una bludger. George Weasley, para vengarse, dio a Bole un codazo en la cara.
—¡Con la hermanita de George no, mald...
—¡Lee Jordan!
—¡Pero golpeó a RJ!
RJ cayó de la escoba, al suelo. Oliver, Angelina y Fred bajaron rápidamente a ver a RJ que veía todo borroso.
—Escucho borroso... —susurró la niña, viendo las tres cabezas juntas, sobre ella.
—¿Cuantos dedos estas viendo? —Oliver puso dos dedos delante de RJ. Ella inclinó su cabeza de lado.
—¿Cuatro? —Preguntó confundida. Fred hizo una mueca, compartiendo una mirada con Angelina.
—Di dos —Susurró desesperado Oliver, viendo a Hooch que se acercaba. RJ lo miró incrédula.
—dos... —Respondió entre incrédula y rendida. Entonces Oliver la levantó.
—Perfecto, ¡Está bien! —Dijo riendo nervioso.
RJ sacudió su cabeza, Fred la miró preocupado pero ella negó y se subió a la escoba.
La señora Hooch castigó a los dos equipos con sendos penaltis, y Wood logró evitar otro tanto espectacular, consiguiendo
que la puntuación quedara en 40 a 10 a favor de Gryffindor.
Katie marcó: 50 a 10. Fred y George Weasley bajaron en picado para situarse a su lado, con los bates en alto por si a alguno de Slytherin se le ocurría tomar represalias. Bole y Derrick aprovecharon la ausencia de Fred y George para lanzar a Wood las dos bludgers. Le dieron en el estómago, primero una y después la otra. Wood dio una vuelta en el aire, sujetándose a la escoba, sin resuello.
La señora Hooch estaba fuera de sí.
—¡Sólo se puede atacar al guardián cuando la quaffle está dentro del área! —gritó a Boyle y a Derrick —¡Penalti para Gryffindor!
Y Angelina marcó: 60 a 10. Momentos después, Fred Weasley lanzaba a Warrington una bludger, quitándole la quaffle de las manos. RJ la atrapó y volvió a marcar: 70 a 10. La afición de Gryffindor estaba ronca de tanto gritar. Gryffindor sacaba sesenta puntos de ventaja.
—¡Ni medio ciega me ganan! —RJ le sacó la lengua a los monstruosos alumnos de Slytherin pero luego sonrió inocente al ver cómo la veían amenazantes —bromis.
RJ miró los estadios y vió a Luna que tenía escrito “RJ WEASLEY” por la cara, igual que Ginny y Colin, les lanzó un beso, y los señaló, mostrando que les dedicaba la anotación a ellos.
De repente, Malfoy había tomado la escoba de Harry, tratando de tirarlo.
—¡Penalti! ¡Penalti a favor de Gryffindor! ¡Nunca vi tácticas semejantes! —chilló la señora Hooch, saliendo disparada hacia el punto donde Malfoy volvía montar en su Nimbus 2001.
—¡Eres un cerdo, un tramposo! —gritaba Lee Jordan por el megáfono, alejándose de la profesora McGonagall —¡Asqueroso hijo de…!
McGonagall ni siquiera se molestó en decirle que se callara. La verdad es que levantaba el puño en dirección a Malfoy. Se le había caído el sombrero y también ella gritaba furiosa.
RJ lanzó el penalti de Gryffindor, pero estaba tan enfadada que lo envió fuera. Todo el estadio vió como la pelirroja se mordía el puño y gritaba furiosa. Haciendo el amague de llorar si no fuese porque Harry le sonrió a la distancia, dándole ánimos.
El equipo de Gryffindor perdía concentración, y los de Slytherin, entusiasmados por la falta de Malfoy contra Harry, cada vez se atrevían a más.
—Slytherin en posesión de la quaffle, Slytherin se dirige a la meta… Montague marca —gruñó Lee —70 a 20 a favor de Gryffindor… RJ Weasley toma la quaffle. ¡Vamos, RJ! ¡Vamos! ¡Confío en ti como si te hubiera parido, pequeña pelirroja milagrosa!
RJ miró a su alrededor. Excepto Malfoy, todos los jugadores de Slytherin, incluido el guardián, habían salido disparados contra ella. Iban a bloquearla. Eran como rinocerontes contra un pequeño ratón colorado.
Cerró los ojos con fuerza mientras seguía volando, esperando el impacto de todos contra ella pero Harry dio la vuelta a la Saeta de Fuego, se agachó hasta quedar paralelo al palo de la escoba y se lanzó hacia delante. Como una bala, se dirigió en dirección a los de Slytherin.
—¡Voy!
Se dispersaron cuando la Saeta de Fuego se lanzó contra ellos como un torpedo. El camino de RJ quedó despejado. La pelirroja soltó la carcajada, lanzando la quaffle.
—¡Ha marcado! ¡Ha marcado RJ! ¡Gryffindor en cabeza por 80 a 20! ¡Te amo! —RJ miró a Harry que sonreía y ella le lanzó un beso agradecida —¡Oh, miren eso, los más pequeños del equipo, las estrellas de gryffindor, y RJ le dedica su anotación como aquella vez dónde Harry atrapó la Snitch y le dedicó la victoria! ¡Que momentos tan icónicos! Soy su fan ¡Lo soy!
RJ soltó la carcajada nuevamente pero la bludger se dirigió hacía ella y se cayó hacia atrás.
RJ creyó que se moría.
—¡Bole le lanzó la bludger a RJ y la tiró de su escoba!
Pero Fred voló y tomó a su hermanita que cayó sentada sobre su escoba.
—en la que te escuche decir que Percy es tú hermano favorito, la próxima te dejo caer —Le adivirtió. RJ abrazó fuertemente a su hermano, aterrada.
—¡Si! ¡Nuestra pelirroja está viva y Harry Potter atrapó la Snitch!
RJ miró en dirección a Harry, sintiendo su corazón casi salir de su pecho, los dos pelirrojos bajaron al segundo y la chica no contuvo las lágrimas de felicidad. Eso significaba una cosa.
—¡Ganamos la copa! ¡Ganamos la copa!
RJ corrió a saltar sobre Harry, enrolló sus piernas al rededor de la cintura del de lentes y el la sostuvo por la cintura. Atrapados en un abrazo colectivo, el equipo de Gryffindor bajó a tierra dando gritos con la voz quebrada. Los grupos de hinchas del equipo escarlata saltaban ya las barreras y entraban en el terreno de juego. Multitud de manos palmeaban las espaldas de los jugadores.
RJ se bajó, se secaba los ojos con una enorme bandera de Gryffindor que le ataron a la espalda como una capa. Podrían decir que era una tontería, pero habían ganado la copa y era una victoria que gryffindor llevaba tiempo esperando, era la alegría que necesitaban en el momento justo.
Mientras Wood le pasaba la copa a Harry, sin dejar de sollozar, mientras la elevaba en el aire, RJ besó sonora y fuertemente la mejilla de Harry. Entonces Harry pensó que podía materializar al patronus más robusto del mundo.
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