08| Sorting Hat
“sombrero seleccionador”...
RJ MIRÓ LA puerta y pensó en salir corriendo, pero no, Colín la volteó para preguntarle si estaba bien y ella asintió. La pelirroja comenzaba a morderse las uñas de los nervios y a mover sus pies inquietos.
—¿Qué pasa si no quedó en gryffindor? ¿Qué pasa si quedo en Slytherin? Mamá me trataría de deshonra y papá no me hablaría, ni nombremos a los gemelos ¡Ron dice que ahí van todos los malos! ¿Pero si me toca en Hufflepuff? —RJ le susurró a su hermana que la sostuvo de los hombros.
—si no quedas en gryffindor, quedas en Ravenclaw, no tengo dudas, y si es así, serías un gran orgullo —La tranquilizó y RJ exhaló gran cantidad de aire.
Entonces muchos de los que estaban atrás gritaron al ver unos veinte fantasmas acababan de pasar a través de la pared de atrás. De un color blanco perla y ligeramente transparentes, se deslizaban por el cuarto, hablando unos con otros, casi sin mirar a los de primer año. Parecían discutir. El que parecía un monje gordo y pequeño, decía:
—¿Oyeron lo que pasó? Vieron un auto volando, o eso es lo que informaron, dicen que muggles los vieron. Las noticias vuelan rapido.
—te aseguro que mañana sale en El Profeta o El Quisquilloso —El fantasma, con gorguera y medias habló.
—¡Yo vi un auto afuera, lo vi, lo vi! ¡Volaba y chocó contra el sauce! —apareció uno más, pero eso pareció molestar a los demás.
—¡Peeves, vete o llamaremos al Barón Sanguinario! —Fraile el gordo señaló.
—¡Ya no caemos en tus mentiras! —asintio Nick Casi Decapitado —tienes diez segundos para desparecer...
—mamá... —RJ se apresuró a atrapar a Colin que cayó desmayado.
—oh, siempre hay uno —murmuró Fraile —prefiero a los que se desmayan, antes que los que vomitan ¡Puagh!
—¡Oigan, yo conozco esas cabelleras naranjas! —Edgar Clogg señaló a RJ y Ginny —¡Más Weasleys!
Antes de que ellas pudiesen decir algo, Mcgonagall volvió y echó a los fantasmas. Ella suspiró y se acercó a despertar a Colin antes de hablar.
—En marcha —dijo con voz aguda —La Ceremonia de Selección va a comenzar. Ahora formen una hilera y siganme.
RJ se puso detrás de Luna y, detrás de ella, estaba Ginny. Salieron de la habitación, volvieron a cruzar el vestíbulo, pasaron por unas puertas dobles y entraron en el Gran Comedor. RJ luego de leer muchos libros, escuchar a Percy y Hermione, sabía exactamente todo lo que estaba viendo.
En el comedor, iluminado por miles de velas flotando en el aire, mostrana cuatro grandes mesas, donde los demás estudiantes estaban sentados. En las mesas había platos, cubiertos y copas de oro. En la cabecera del comedor, había otra mesa, donde se sentaban los profesores.
McGonagall condujo allí a los de primer año y los detuvo. Formó una fila delante de los otros alumnos, con los profesores a sus espaldas. Cientos de rostros los miraban parecían y, situados entre los estudiantes, los fantasmas tenían un neblinoso brillo plateado.
RJ levantó la vista y vio el techo de terciopelo negro, salpicado de estrellas. Sonrió al saber el hechizo.
McGonagall ponía en silencio un taburete de cuatro patas frente a los de primer año. Encima, puso un sombrero puntiagudo de mago, remendado, raído y muy sucio. Todos contemplaban el sombrero y se hizo un silencio completo. Entonces el sombrero se movió. Una rasgadura cerca del borde se abrió, ancha como una boca, y el sombrero comenzó a cantar una canción de las casas.
—¿Es así en serio o Fred y George lo hechizaron? —susurró, RJ, y Ginny rió bajito.
Todo el comedor estalló en aplausos cuando el sombrero terminó su canción. Éste se inclinó hacia las cuatro mesas y luego se quedó rígido otra vez. McGonagall se adelantó con un gran rollo de pergamino.
—Cuando los llame, deberan ponerse el sombrero y sentarse en el taburete para que los seleccionen —dijo, comenzando a llamar por nombre y apellido.
Los segundos pasaron y las mesas iban recibiendo a los de primer año que quedaban seleccionados en su casa.
—¡Creevey, Colin! —el niño caminó hasta sentarse en el taburete.
—¡Gryffindor! —gritó otra vez el sombrero, y Colin se apresuró a sentarse en la mesa que aplaudía feliz por tenerlo.
RJ buscaba con la mirada a sus hermanos, encontró a Percy que asentía en su dirección, queriendo que esté calmada, luego vió a Fred y George que levantaron los pulgares para darle ánimos. Incluso Herms le sonreía con nerviosismo.
Pero nada de Harry o Ron.
La niña buscaba a ambos, pensando en dos opciones. Les había pasado algo o no les importaba en lo más mínimo su selección, siendo que ellos ya habían tenido la suya.
—¡Lovegood, Luna!
—suerte —le dijeron las mellizas y ella fue a sentarse.
—¡Ravenclaw!
RJ aplaudió, sin enterarse que la realidad es que Ron y Harry estaban asomados desde afuera del comedor ya que habían llegado tarde al tren y robaron el auto de Arthur para tratar de llegar a Hogwarts. Ron le señaló a Harry dónde estaban sus hermanas, siendo que eran casi las últimas por su apellido W.
Luego de otros minutos, pasó Ginny.
—¡Weasley, Ginevra! —la niña miró a RJ que le dió un empujón.
Ginny se sentó, el sombrero casi ni dudó y gritó.
—¡Gryffindor!
RJ sentía que su cuerpo estaba debajo de todos sus hermanos Weasley, tirados sobre ella, no podía moverse. Lástima su suerte al ser la última que quedaba ¡Maldecía su apellido con una de las últimas letras del abecedario!
—¡River Weasley! —Minerva miró a la niña que tragó saliva.
RJ miró la mesa de profesores, Dumbledore estaba en medio con una pequeña sonrisa, luego miró a Hagrid que le sonreía y, por último, a Gilderoy que estaba viendo su reflejo en una cuchara. RJ suspiró y caminó hasta sentarse en el taburete.
Mcgonagall le puso el sombrero y un escalofrío recorrió su espalda cuando escuchó esa vocesita dentro de su cabeza.
—uhm, otra Weasley —siseo y ella hizo una mueca —si... Veo dos casas que explotarían tú potencial pero una por la que ruegas estar. Ravenclaw es ideal, pero tienes una pizca de Slytherin en tú alma... Si esa gota se hace una laguna, luego se haría un océano ¡Y vaya que serías imparable! Aún más con el debate interno que presentas... —todos observaban expectantes —pero puedo oír tus pensamientos, así que la valentía, osadía y seguridad me dicen... ¡Gryffindor!
Minerva le quitó el sombrero y el comedor aplaudió por última vez, RJ corrió al encuentro con sus hermanos, lanzandose a abrazar a Percy que solo sonrió, palmeando el brazo de su hermana que se giró a los gemelos.
—¡Bienvenida! —Le dijo George cuando ella se sentó en medio de él y Fred.
—¡Ya recibiste tú primera broma en tú primer año en Hogwarts! —asintió, Fred. Su hermanita menor lo miró confundida.
Pero los gemelos la giraron y estamparon su rostro contra uno de los pasteles. El comedor estalló a carcajadas y se escuchó el grito de Mcgonagall.
—¡Primer día, Fred, George! ¡Primer día! —les recriminó —¡Y a su hermanita! Por Merlín...
—creo, señorita Mcgonagall, que podríamos perdonar esto por esa misma razón. Es el primer día y es su hermana —Dijo, Dumbledore, poniendo una mano sobre su brazo. La mujer exhaló, viendo a RJ levantar su rostro riendo y limpiandose con unas servilletas que le tendió Ginny. Y con una expresión radiante, con los brazos muy abiertos, se puso de pie —¡Bienvenidos a un año nuevo en Hogwarts! Antes de comenzar nuestro banquete, quiero decirles unas pocas palabras. Y aquí están ¡El pastel en el que estrellaron a la señorita Weasley es el mejor de todo el comedor! ¡Muchas gracias! —Se volvió a sentar. Todos aplaudieron y vitorearon.
—¡Es el mejor! —rió, RJ, mientras miraba a Dumbledore. Sus hermanos Asintieron —casi no parece el mejor mago de todos los tiempos.
—pero lo es —Hermione, la terminó de ayudar a limpiarse, justo cuando aparecía la comida.
RJ se quedó con la boca abierta. Los platos de pronto estuvieron llenos de comida. Había absolutamente de todo. Lo que deseabas, había.
—Eso tiene buen aspecto —dijo con tristeza el fantasma de la gola, asomando su cabeza desde el plato de RJ —No como desde hace siglos...
—¡Pero no tiene la necesidad de comer! —le dijo RJ, bebiendo jugo de calabaza.
—¡pero uno lo extraña! Creo que no me he presentado, ¿verdad, Weasley? Sir Nicholas de Mimsy-Porpington a su servicio. Fantasma Residente de la Torre de Gryffindor —salió de su plato y se puso frente a ella.
—si, lo sé. Percy me hablado mucho de usted, los irrespetuosos lo llaman Nick Casi Decapitado, por, bueno... Casi ser decapitado ¡Es un placer! Puede llamarme RJ —Se presentó ante el fantasma que rió.
—eres tan parecida a tú hermano Charlie —señaló, luego se giró a los demás —¡Así que nuevos Gryffindors! Espero este año ayuden a volver a ganar la copa. ¡Confío en ustedes!
—estoy seguro de que, con su sabiduría, mí hermana guiará a los de primer año para ser ganadores. Es muy brillante —Percy, puso una mano sobre el hombro de RJ que se sonrojó avergonzada —por cierto ¿Dónde están Ron y Harry?
—¡Gracias por mencionarlo! —Hermione habló, viendo a todos lados —no los veo sentados en la mesa. Ni siquiera los vi entrar.
—tampoco los vimos cuando nos seleccionaron —habló, Ginny, comiendo a no dar más.
—no son los únicos que resaltan en el comedor con solo su presencia y no están —Habló, Lee Jordan, sumándose a la conversación —Falta el profesor Snape.
—¡Es solo coincidencia! —bufó, Fred —ya no le demos tanta importancia...
—¡Si, disfrutemos el primer día de Ginny y RJ! —asintió, su gemelo.
RJ suspiró, siguieron hablando de dónde estarían hasta que Hermione interceptó a RJ para hablarle sobre los recorridos, así no se perdería.
—oh, tranquila, Hermione —negó, Fred, pasando un brazo sobre los hombros de RJ —RJ nos tendrá a nosotros para ser la mejor en Hogwarts. Tenemos una meta.
—si, hablamos con mamá —asintió, George, él apoyando su codo sobre la cabeza de RJ que se quedó quieta, divertida —Ella nos dijo que cuidemos y le enseñemos a RJ todo lo que podamos, en realidad nos obliga a hacerlo. Siempre fue muy sobreprotectora.
—Siempre decimos que ella y Percy son sus favoritos —asintió, Fred —el tema es que ella no se perderá, porque la haremos una mini copia nuestra.
—¡Merlín nos libre! —Percy, se estiró para sacar sus brazos sobre RJ que sonrió —ella será como nosotros, los tres mayores. Un ejemplo a seguir.
—¡Merlín nos libre! —repitieron los gemelos, haciéndolos reír.
—RJ es la preferida de todos —se quejó, Ginny, pero con una sonrisa —incluso es mí preferida.
—Es que RJ se adapta a todos —asintió, Hermione.
—RJ los está escuchando —se señaló, riendo.
—en fin, nos desviamos —asintió, Fred —el tema es que RJ no se perderá. Mañana seremos sus guías especiales.
Cuando hubieron comido todo lo que quisieron, los restos de comida desaparecieron de los platos, dejándolos limpios como antes. Más tarde aparecieron los postres. RJ, escuchándo, se sirvió de una tarta de chocolate y helado. Percy y Herms comenzaron a hablarle a RJ de las clases. Ginny hizo oídos sordos, comenzando a hablar con otro gryffindor en la mesa. Neville.
Por último, también desaparecieron los postres, y el profesor Dumbledore se puso nuevamente de pie. Todo el salón permaneció en silencio.
—Tengo unos pocos anuncios que decirles para el comienzo del año. Los de primer año, como siempre les recuerdo, tengan en cuenta que los bosques del área del castillo están prohibidos. Y unos pocos de nuestros
antiguos alumnos también deberán recordarlo —Los ojos relucientes de Dumbledore apuntaron en dirección a los
gemelos Weasley, George fingió demencia tapándose con una copa y Fred con un plato —Recuerden que que no se hace magia en los recreos, ni en los pasillos. Las pruebas de quidditch serán en la segunda semana del curso. Los interesados ponganse en contacto con la señora Hooch. ¡Y ahora, antes de que vayamos a acostarnos, cantemos la canción del colegio!
—¡los gemelos me la enseñaron! —dijo RJ emocionada.
—¡Que cada uno elija su melodía favorita! —dijo Dumbledore —¡Y allá vamos!
Y todo el colegio vociferó:
—Hogwarts, Hogwarts, Hogwarts,
enséñanos algo, por favor.
Aunque seamos viejos y calvos
o jóvenes con rodillas sucias,
nuestras mentes pueden ser llenadas
con algunas materias interesantes.
Porque ahora están vacías y llenas de aire,
pulgas muertas y un poco de pelusa.
Así que enséñanos cosas que valga la pena saber, haz que recordemos lo que olvidamos, hazlo lo mejor que puedas, nosotros haremos el resto,
y aprenderemos hasta que nuestros cerebros se consuman.
Cada uno terminó la canción en tiempos diferentes. Al final, sólo los gemelos y RJ seguían cantando, con la melodía de una lenta marcha fúnebre.
—¡Hogwarts, Hogw, warts, mí buen escuela, mí buena Hogwi enséñanos a molestar, seremos tus esclavos, pues no tenemos de otra más que remar, las clases aburridas son unas burradas y mejor dejamos de cantar antes de que...! —Fred y George señalaron a RJ.
—¡...Nos vengan a castigar! —terminó, la pelirroja. Todos rieron y RJ vió la mirada negativa de Percy —no era parte de la canción ¿Cierto?
—no, no lo era —negó, Ginny, riendo. Iban a decir algo pero Severus Snape entró y se acercó a hablarle a Mcgonagall y Dumbledore, murmuraron algunos segundos hasta que los tres se pusieron de pie.
—Y ahora, es hora de ir a la cama —les pidió, Dumbledore.
Los de primer año de Gryffindor siguieron a Percy a través de grupos bulliciosos, todos murmurando sobre lo inoportuno que había sido Snape, salieron delComedor y subieron por una escalera.
RJ reía y saludaba, en el camino, a la gente de los retratos. Iba arrastrando a Ginny que bostezaba. Percy los hizo pasar por puertas ocultas detrás de paneles corredizos y tapices que colgaban de las paredes. RJ hablaba emocionada de cuántas cosas de esas ya sabía, mientras subían más escaleras hasta que se detuvieron de golpe. Al final del pasillo colgaba un retrato de una mujer con un vestido de seda rosa.
—¿Contraseña? —preguntó.
—«somormujo» —dijo Percy, y el retrato se balanceó hacia delante y mostrando un agujero redondo en la pared.
Se amontonaron para pasar y se encontraron en la sala común de Gryffindor, una habitación redonda y acogedora, llena de cómodos sillones. Percy tomó la mano de Ginny y condujo a las niñas a través de una puerta, hacia sus dormitorios, y a los niños por otra puerta.
—buenas noches —le dijo a sus hermanitas que compartían dormitorio.
—¡Buenas noches! —Le dijo RJ, llevando a Ginny que tenía un brazo sobre sus hombros, ella apenas y podía caminar del sueño. Las dos entraron al cuarto —practicas Quidditch a escondidas desde que tenemos seis ¿Y ahora estás cansada?
—comí mucho, me emocioné con las bombas de menta —se defendió, yendo directo a caer sobre su cama.
RJ sonrió divertida y miró a dos niñas más entrar, ella les sonrió, presentándose rápidamente. Una era Alejandra Hale, mientras la otra se llamaba Mishell Spector.
—buenas noches —saludó a ambas que se fueron a dormir.
—buenas noches —le dijeron, amables.
Ella se sentó en su cama y sacó su diario y abrió la primera página. A pesar de que escribía todos los días en él, jamás aparecía nada. Eran hojas en blanco. Luego sacó una nueva botellita de tinta del cajón de la mesita, mojó en ella su pluma y comenzó a escribir en la primera página del diario. La tinta brilló intensamente sobre el papel durante un segundo y luego, como si la hubieran absorbido desde el interior de la página, se desvaneció.
«Hola, Tom» escribió. Las palabras brillaron un instante en la página y desaparecieron también sin dejar huella.
Entonces ocurrió algo.
Rezumando de la página, en la misma tinta que había utilizado ella, aparecieron unas palabras.
«Hola, River» Estas palabras también se desvanecieron, pero no antes de que RJ
comenzara de nuevo a escribir:
“Ya estoy en Hogwarts, en mí cuarto, recién acaba el banquete” volvió a escribir. Una sonrisa se formó en su cara.
A principio, cuando descubrió el diario de Tom, solo lo había manchado y la tinta se absorbió, solo para mostrar “no ensucies en vano mí diario” que era lo que le había respondido Tom. Ella, confundida y sorprendida, comenzó a escribir en él. Hablando con Tom.
“cuentamelo todo.”
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