01| Egipto
“egipto”...
—¡VAMOS, SONRÍAN para la foto! ¡Sonríe, Fred! ¡George, deja de hacerle cuernos a RJ! ¡RJ, sonríe! ¡Vamos, Ginny, pégate más a Ron!
Los gritos de Molly eran demasiado altos, incluso llamaron la atención de otros turistas. La familia Weasley entera, los diez miembros, se pegaron más para la foto que iría a “El Profeta”. Ya que habían ganado un premio de setecientos galeones y, gracias a eso, fueron de vacaciones a Egipto.
—¡Tres... Dos... Uno... Digan “El Profeta”! —Les pidió el hombre.
—¡El profeta!
Molly estaba adelante, a un lado de Ginny que era abrazada por Ron, el pelirrojo tenía a Scabbers sobre el hombro, en la otra punta, a un lado de Ron, estaba RJ que sonreía mostrando sus perlas blancas, detrás suya estaba George en la fila de Arthur y Charlie, Bill, Percy y Fred.
Todos sonrieron para la foto y el flash cegó leves segundos a RJ que sintió cosquillas en sus costillas. Comenzó a reír a causa de George y en la foto en movimiento salió como RJ sonreía para luego reír y manotear a George.
—¡Muy bien! —el hombre los felicitó y RJ se alejó para darse la vuelta y ver las pirámides.
Sabia que pronto saldrían en el diario, y así fue.
FUNCIONARIO DEL MINISTERIO DE MAGIA RECIBE EL GRAN PREMIO
Arthur Weasley, director de la Oficina Contra el Uso Indebido de Artefactos Muggles, ha ganado el gran premio anual Galleon Draw que entrega el diario El Profeta.
El señor Weasley, radiante de alegría, declaró a El Profeta:
«Gastaremos el dinero en unas vacaciones estivales en Egipto, donde trabaja Bill, nuestro hijo mayor, deshaciendo hechizos para el banco mágico Gringotts.»
La familia Weasley pasará un mes en Egipto, y regresará para el comienzo del nuevo curso escolar de Hogwarts, donde estudian
actualmente seis hijos del matrimonio Weasley.
—¡Queremos ir a ver las tumbas otra vez!
Estaban en una cena en casa de Bill, todos habían pasado un día explendido recorriendo Egipto, ya teniendo tres días allí en los que RJ se había quemado cuando se olvidó ponerse protector solar. Ahora estaban todos tomando sopa mientras hablaban con Bill que estaba sentado a un lado de RJ.
—¡Si, por favor! —asintió Fred a lo dicho por George.
—Mañana iremos —asintió, Bill, y ellos hicieron un mini baile de festejo.
—¡Está vez quiero entrar! —rogó Ginny, sin embargo, Errol aterrizó en la ventana con una lechuza más, llamando su atención.
—¡Es Hedwig! —Ron, se levantó de un salto, yendo a acariciar al ave blanca de Harry mientras Errol caía desmayada y respirando agitada —¿Que hará aquí?
—tal vez viene a buscar el regalo de James por su cumpleaños —dijo RJ levantándose para buscar chuches y agua para darle a ambas aves.
—¿Quien es James? —preguntó, Charlie, confundido.
—Harry Potter —Le contestó, Ron.
—¡Oh, pobre muchacho! —habló, Molly, en dirección a sus hijos mayores —Nos dió el número de teléfono de su casa.
—¿Que es un teléfono? —Volvió a preguntar, Bill.
—Es un artefacto para hablar a distancia por un pequeño objeto, es fascinante —le dijo, emocionado, Arthur. Pero se calló por la mirada de Molly —prosigue, cielito...
—el tema es que a los tíos muggles de Harry no les gustó que llamaramos, al parecer lo metimos en un aprieto ¡Merlín sabrá que le hacen al pobre niño! Tan flaco que es, lo matan de hambre... —Molly se llevó las manos al pecho, triste por la situación de Harry.
—Es un milagro que hayan dejado salir a Hedwig —asintió, Ron dándole el regalo al ave —creí que debería esperar a darle el regalo de cumpleaños en Hogwarts.
—esa cosa no sirve, mírala —Bill se quejó, señalando el chivatoscopio de bolsillo —dale un regalo mejor.
Pero el artefacto daba vueltas encendido, mostrando que había alguien en quien no se podía confiar. Bill se levantó para querer sacarselo a Ron, y, aprovechando esto, George y Fred le pusieron escarabajos al plato de RJ y ella lo cambió por el de Bill. Todo bajo la mirada de Charlie que se tapó la boca para no reír.
—¡No, si funciona! —le recriminó, Ron. Bill se cruzó de brazos —solo tráeme un pergamino y pluma, así le escribo dos cartas, por favor.
—bien —se fue, volviendo a los minutos.
—¿Harry no es el niño que te gustaba? ¿El niño que sobrevivió? —Charlie, le preguntó a RJ. Arthur y Molly la vieron al segundo.
—¿Te gusta Harry, hija? —Molly, preguntó, sonriente.
—no. Es decir, me gustaba, pero ya no —explicó, encogiéndose de hombros —no me gusta nadie. Quiero concentrarme en estudiar, este año tengo más materias que el pasado ¡Ya quiero conocer al profesor nuevo de DCAO! —sonrió, volviendo a comer mientras Bill volvía a su lugar.
—ese puesto está maldito, ya te lo digo yo —Ginny, habló, bebiendo agua.
—la sopa sabe rara ¿No? —vieron a Bill que comía.
—¿Qué dices? —preguntó, Fred, riendo.
—esta normal —negó, George, sonriendo.
—Yo la siento normal —asintió, Charlie.
—tal vez es porque enfrío —terminó, RJ. Charlie los miró y se encogió de hombros, volviendo a comer la sopa con escarabajos.
—Hedwig, trata de que Errol no lo pierda —le pidió, Ron, dándole el paquete a su lechuza.
Las dos aves volvieron a emprender vuelo, Errol se dejó dos plumas al salir por la ventana. Siguieron comiendo y hablando hasta que se hizo la hora de dormir.
La casa de Bill no era grande, tenía tres habitaciones, un baño, una cocina y sala-comedor. Bill dormiría en su habitación, otra habitacion sería para las mellizas y Charlie -ya que ellas querían pasar tiempo con su hermano mayor- y la última irían Arthur y Molly. En el sofá se quedaría Percy, y en el suelo de la sala habían expandido un colchón y mantas para que durmieran los gemelos y Ron.
—les traje lo que me pidieron —Charlie abrió la puerta de la habitación, dejando pasar a sus hermanitas menores primero.
—¡Si! —Ginny corrió a sentarse en la cama.
RJ caminó con calma hasta sentarse a su lado y Charlie se dirigió a su baúl para abrirlo, de allí sacó dos libros y tres pijamas.
—y esto va de regalo —le dió dos de las prendas a sus hermanitas.
Eran dos pijamas, el de RJ blanco y el de Ginny verde, tenían muchos dragones. Charlie tenía uno igual pero en azul. Ellas rieron, yendo a abrazar a su hermano mayor para luego ir a cambiarse y volver. Los tres comenzaron a acomodar las mantas y almohadas para hacer un fuerte. Después se sentaron en una ronda con la varita de Charlie iluminando.
—Quidditch a través de los tiempos y este. —Charlie les dejó el libro en medio, para luego dejar los cuentos de Beedle el bardo arriba.
—Gracias, Charlie —Ginny lo abrazó.
—No es nada. Sigo pensando en golpear a Fred, George y Ron por no dejarlas hacer Quidditch con ellos. Pero me alegra que tú —señaló a Ginny —te hayas revelado y practicado a escondidas, y me alegra que tú —señaló a RJ —Expandas tú zona de confort. Es decir, eres una increíble bruja...
—la mejor de nuestro año —interrumpió, Ginny —probablemente el siguiente.
—exacto —asintió, Charlie, viendo la sonrisa de RJ —pero si quieres ser como Bill, Percy y yo necesitas todo el combo. Ser buena en Quidditch es algo, luego debes ser prefecta, ser delegada y tener el premio anual. Lo sé, es mucho, pero es la única forma que nosotros encontramos para que los Weasley dejen una marca en Hogwarts.
—es fácil para ti decirlo, fuiste capitán del equipo. Oliver Wood te menciona al menos una vez cada dos meses —Se quejó, RJ —cuando está con Percy dice “¿Cómo está Charlie? ¿Sigue jugando al Quidditch? ¡Era el mejor! Él me enseñó todo lo que sé”. —imitó su tono haciéndolos reír.
—bueno, tienen este año y el siguiente para poder entrar al equipo —Se encogió de hombros —si son buenas tal vez puedan entrar este año, como Harry el año pasado.
—si, pero no solo somos nosotras, tenemos toda nuestra casa que quiere entrar al equipo —se quejó, RJ.
—¿Y? ¡Son mis hermanas! —dijo obvio —estudien este libro, mañana si vamos a las tumbas también lean. Luego vamos a pedirle escobas a Bill y practicamos. Bueno, a ti te enseñamos —le dijo a RJ.
—Sera fácil, aprende rápido —asintió, Ginny —muy rapido.
—bien, entonces ¡Abranlo! —pidió, el mayor riendo.
Las niñas abrieron el libro. Lo primero fue la página de críticas y vieron el rostro de RJ enrojecer del enojo. Allí estaba una reseña de Gilderoy Lockhart.
—querran quemar este libro luego de saber que él es un fraude —Se quejó, RJ, señalando el nombre del antiguo profesor.
—luego tachamos su nombre —Ginny hizo un ademán.
Siguieron leyendo, mientras Charlie le contaba de sus partidos en Hogwarts. Así hasta que quedaron dormidos en su refugio.
RJ caminó sigilosamente, sus pasos eran tan silenciosos como los de un fantasma. La niña pequeña de cabello pelirrojo fue caminando, mirando a los lados, mientras trataba de evitar que alguien la viese. Salió del pasillo, colina abajo, viendo la cabaña de Hagrid.
Corrió para ir hasta allí y sonrió viendo las gallinas, su piel se puso de gallina y un escalofrío la recorrió cuando bajó su mano a su bolsillo para luego sacar el diario de Ryddle, luego miró a los animales y saltó la valla para tomar a las aves con sus manos y comenzar a quebrarles el cuello.
Estaba riendo, como si eso no fuese nada, comenzó a ensuciarse de sangre hasta que escuchó un grito y volteó.
Harry la miraba con los ojos abiertos de manera gigantesca, sus orbes azules eran la viva descripción de lo aterrado, no, espantado que estaba. Él negó, mientras retrocedia y lagrimeaba al ver a la niña que se puso derecha, asustada.
—James... —intentó avanzar.
—¡Eres un monstruo, River! —le gritó, señalando la obvia escena y RJ se encogió en su lugar, comenzando a temblar —¡Eres horrible, mira lo que haz hecho, ni te atrevas a decir que te controlan, te gusta hacerlo, te gusta dañar! No te me acerques... —la señaló, cayendo hacia atrás por un mal paso mientras negaba llorando. Ron apareció corriendo detrás de él y levantó a Harry, viendo asqueado a su hermanita.
—¿Qué hiciste? —RJ volteó a ver a Ginny que lloraba, tapando su rostro —¡Mira lo que hiciste, River!
—¿Y te haces llamar buena persona? —Volteó nuevamente, con los ojos cristalizados, a ver a Charlie —eres el diablo en un cuerpo de una niña de doce. Eres horrenda ¡Eres la peor!
—¡Ojalá te mueras! —trastabilló al ver cómo los gemelos le gritaban —¡Eres un monstruo, monstruo, monstruo!
—tú no eres nuestra hija... —Arthur dijo, mientras abrazaba a Molly que lloraba.
—me decepcionaste —cayó y se abrazó a su misma al ver cómo Bill la observaba —y no te quiero cerca de mi familia.
—tú... —alzó la cabeza para ver a Percy que se acercaba, sobre el canto de los gemelos y el llanto de Ginny y Molly —tú no eres una Weasley. Eres mala, cruel, prejuiciosa y horrorosa. ¿En serio creíste que te íbamos a perdonar después de lo que hiciste? ¿Lo que le hiciste a Colin? ¿A Hermione? ¡Eres mala, River, mala!
Comenzó a llorar mientras tapaba su rostro con sus manos, manchandose de sangre, negó para si misma hasta que sintió como todo se borraba.
Se despertó de golpe, temblando, miró a los lados notando que estaba en la habitación. En Egipto. Estaba a un lado de Charlie que estaba en el medio de ella y Ginny. RJ respiró con dificultad comenzando a llorar en silencio, pero cuando se giró para destaparse, vió a Tom Ryddle en la esquina del cuarto.
Gritó aterrada.
Aquel grito que pareció desgarrar su garganta, tan seca como sus labios, tan doloroso como sus lágrimas saladas que empapaban sus enrojecidas mejillas. La niña de doce años gritaba del
Gritó y gritó, despertó de golpe a toda la casa. Ginny y Charlie casi caían de la cama pero el mayor se giró a tratar de sostener a RJ que gritaba y pataleaba.
—¡Hey, hey, tranquila! —la abrazó por detrás, pero ella le clavaba las uñas y se removía con los ojos cerrados y apretados para no ver algo que ni siquiera estaba allí.
—¡RJ, tranquila! —Ginny se puso delante de ella, tratando de sostener sus manos que se resbalaban por el sudor de RJ.
Los demás Weasley casi tiraron la puerta abajo para ver cómo, en medio de la cama, RJ lloraba con pavor, siendo retenida por Charlie que trataba de que se calme a la fuerza y Ginny que lloraba en silencio por lo que le sucedía a su melliza.
—¡Fue solo una pesadilla! —le gritó, Ginny, viendo cómo RJ comenzaba a frenar pero reacia a abrir los ojos. Llorando, bajando la cabeza mientras Charlie la sostenía con fuerza.
Molly se llevó las manos a la boca, comenzando a llorar mientras Arthur la abrazaba. Era la tercera pesadilla en el mes. RJ había comenzado a tenerlas con más frecuencia luego de lo ocurrido en su primer año, pero habían disminuido con el pasar de los días. Aún que seguía doliendo ver a su hija con esas consecuencias por Voldemort.
—RJ, abre los ojos —le pidió, Bill, caminando hasta agacharse frente a la cama. RJ negó, sollozando —RJ... No hay nadie.
—solo estamos nosotros, tú familia —asintió, Charlie —te voy a soltar...
—¡No! —rogó, con aquella dulce voz aguda, temblosorsa y quebrada.
—¡Está bien! Está bien... —negó, pero relajando su cuerpo y comenzando a acariciar el cabello de la menor.
—Ire a hacerle chocolate caliente —Avisó, Molly, limpiando su rostro y saliendo. Los gemelos fueron detrás de ella, sin poder ver a RJ así.
Charlie asintió, pidiendo en silencio que lo dejen lidiar a él con lo que sucedía. Los demás se fueron de la habitación mientras Ginny esperaba a que RJ deje de apretar de manera tan brutal sus párpados.
—RJ, abre los ojos, te prometo que no hay nadie —insistió a su melliza que negó.
—Voy a soltar un brazo y voy a tomar mi varita, si abres los ojos y ves a alguien, le lanzó un maleficio ¿De acuerdo? —susurró Charlie y RJ solo se quedó quieta —bien... Lo haré.
Charlie se estiró a tomar su varita y luego asintió en dirección a Ginny, la menor tomó la mano de RJ y con duda la pelirroja comenzó a abrir los ojos. Miró el rincón donde había visto a Voldemort pero nada.
—¿Ves algo? —preguntó Charlie y ella negó —¿Qué veías? —pero RJ se negó a decirlo.
Terminó por suspirar y bajó su varita mientras RJ volvía a llorar por el gran susto que se había llevado y Charlie solo la abrazó. Luego Ginny acompañó a su melliza al baño para que se lave el rostro y volver a la cama donde Molly les dejó tres tazas de chocolate caliente junto a galletas.
Decidieron no hablar del tema pero no había un solo Weasley que no sintiese una opresión en el pecho al ver cómo RJ no superaba totalmente su herida en su primer año.
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