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21. A CASA

𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐔𝐍𝐎 🌷 ⊹
“ A Casa ”















Dos dias.

Habían tardo dos días enteros en encontrar la ubicación real de Catgirl. Días en los que Damián luego de haber despertado con fuertes dolores en la cabeza no tardo en ponerse manos a la obra para buscar por cielo, mar y tierra a su amada. Días donde no durmió con la preocupación llenando sus sentidos, siéndole imposible conciliar el sueño al tener cada vez que cerraba los ojos aquella escena donde le decía en voz sumamente baja que todo estaría bien. No podía fallar a esa promesa que le había hecho.

Y si lo hacía nunca se lo perdonaría. Antes moriría.

Apretó la mandíbula con fuerza al salir del batmobil en donde había viajado con sus pensamientos muy lejos de allí y elevó la mirada hacia el edificio que se alzaba enfrente de todo el equipo de murciélagos. Entrecerró los ojos y gracias a los binoculares equipados a su máscara se dió cuenta que el Joker sabía sobre su aparición, ¿y como no? Él mismo había mandado la ubicación para que presenciaran su fatal acto final.

—Nixie. —susurró entre dientes.

En lo más alto del edificio de veinte pisos se encontraba un elevador de apoyo para el personal de limpieza en las ventanas del lugar, dentro de él se podía ver el cuerpo de Catgirl atada de manos y sentada, su pecho subiendo y bajando sumamente lento. Aquello le dió mala espina.

Y fue ahí cuando lo recordó. Catgirl no podía quedarse mucho tiempo sin comer algún tipo de carne animal, era algo que su organismo necesitaba para poder subsistir. Su cuerpo podía soportar estar sin agua o comida durando días sin cansarse, pero la carne era algo que no se le podía negar o sinó se debilitaría con una rapidez increible.

Y ella ya llevaba dos días y tres noches sin probar bocado.

—Bien, todos hacia la planta alta. Nuestra prioridad es sacar a Catgirl de aquí. Yo me encargaré del Joker, ¿entendido? —ordenó Batman con voz sombría por los comunicadores, moviéndose con rapidez entre pisos y pisos de aquel edificio.

Los demás afirmaron, desplazándose por el edificio con rapidez.

Robin parecía mirar todo como una película sin sonido a su alrededor, podía ver como Red Robin movia sus labios al hablar pero nada se escuchaba. Lograba escuchar solamente su propio corazón latir rápidamente en su pecho y traladarle los oídos con el sonido rítmico de sus latidos. Abrió la puerta del último piso de una patada y miró a su alrededor buscando posibles trampas del payaso, cuando no vió alguna se acercó con cautela al elevador que mantenía pendiendo de un hilo a Catgirl.

—Es... —escuchó el susurro cansado de la chica, más no logró entenderlo con claridad. Se acercó un poco más. Catgirl trató de levantarse con algo de dificultad y lo miró a los ojos, negando— Es una t-trampa...

—Qué linda reunión, ¿no es cierto, Robin?

Robin apretó su katana con fuerza al observar como el Joker salía de entre las sombras con una de sus sonrisas escalofriantes y un botón en su mano derecha. Y fue ahí cuando Robin escuchó el sonido de una bomba ir bajando sus números poco a poco, una bomba que se encontraba en el elevador en donde Catgirl estaba.

—Suelta eso, a menos de que quieras una mano menos, psicópata. —gruñó Robin con la voz ronca y apretando con mayor fuerza su katana con ambas manos.

El Joker solo rió, lanzándole una pequeña mirada de reojo a Catgirl.

—¡Ah-ah! No querrás averiguar si ella también cae de pie como los gatos. Así que no me tientes, Robin. —se movió con lentitud por el lugar, sintiendo los ojos de Robin en su nuca— Un paso en falso, y tu mascota muere.

—Vete de aqui, Rob. Saldré de aquí, ahora vete.

Robin negó volviendo su mirada a Catgirl que solo le daba una pequeña sonrisa triste del otro lado del cristal que los separaba. Le lanzó una mirada para que dejara de hablar y ella solo rió quedita, negando con varias lágrimas bajando por sus ojos.

—Tienen que irse, por favor...

—¡¿Acaso estas loca?! ¿Tanto tiempo con este imbécil y ya se te pegó lo imbécil? —cuestionó, mirándola con desesperación en sus ojos verdes. Era inconcebible lo que estaba pidiéndole, tenía que cumplir aquella promesa y tenerla entre sus brazos de nuevo, a salvo. Junto a él— ¡Deja de decir tonterías!

—Robin...

—¡No, maldición! ¡No voy a dejarte, así que deja de pedirmelo! —le grito, sin dejar de apuntar al Joker con la katana.

Catgirl se movió en el elevador con desesperó, mirándolo con enfado y trsiteza.

—¡¿Acaso no lo entiendes?! ¡Largo de aquí! ¡Llévate a todos de aquí, ahora!

Robin respiró profundo, buscando alguna razón por la que Nixie le estaba pidiendo a gritos aquello. Más no encontró respuesta— ¿Por que? ¿Por que me pides algo que sabes que no haré, Cat?

Y Catgirl gritó sus palabras en alto, sin importarle que el Joker mirada su interacción con una sonrisa perversa en sus labios y ojos llenos de malicia.

—¡No quiero que me veas morir! ¡¡Largo!!

Robin dió un paso hacia tras como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago e inclinó la cabeza un poco hacia un lado con una exprecion de desconcierto en el rostro. Abrió la boca para replicar cuando el sonido de una explosión se escuchó y a un lado de Catgirl un estallido de colores amarillos se desató.

Las ventanas estallaron en miles de pedazos y ambos se vieron a los ojos, aterrados. Catgirl sintió como el elevador se movió con violencia y una fuerza invisible la hizo caer de rodillas para después bajar.

—¡¡Catgirl!!

Robin soltó su katana al segundo, olvidando por completo al Joker, a los demás que no llegaban por mucho que lo pidiera y a todo a su alrededor, solamente concentrado en correr hasta la orilla del edificio para buscar con la mirada a Catgirl. Su corazón se detuvo al mirar como el elevador caía sin ninguna cosa que le detuviera y sintió un dolor en el pecho al pensar que gracias a Dios, Nixie había logrado aferrarse a la orilla con las pocas fuerzas que aún tenia con aquella mirada que suplicaba ayuda de manera silenciosa.

Robin no se hizo esperar tomándola de un brazo y aferrandose a ella con una fuerza que antes parecía haberse olvidado en alguna parte de su mente, con su otra mano tomando de punto de apoyo una viga cercana y gruñó al sentir como gracias al cuero de sus guantes se le hacia una tarea titánica mantener la mano de Catgirl entre la suya.

—Cat...

La chica negó, mirándolo con los ojos llenos de lágrimas mientras ambos observaban como sus manos poco a poco se alejaban del agarre.

—No me sueltes, no me sueltes... —suplicó, temerosa— Por favor...

Los guantes se deslizaron y Catgirl cayó, soltando un grito.

—¡¡Robin!!

—¡¡No!!

Miró con pánico el rostro de Robin alejarse cada vez más mientras caía de espaldas hacia su inminente muerte. Pataleó en el aire en un vago intento de volver a sostenerse de alguna cosa que encontrará en su camino pero era inútil, y fue ahí cuando vió como Robin sin pensarlo mucho se impulsó boca abajo para tratar de alcanzarla, las alarmas y los colores rojos, blancos y negros volvieron a su vista y supo que ambos morirían en ese lugar, juntos y de una manera horrible ...

Alzó una mano para tocar la mano que Robin le extendía con los ojos llenos de angustia, miedo y desesperación, con ella llorando en silencio y los ojos bañados en lágrimas que no podía derramar, susurrando palabras que Robin a penas podía entender.

Y con tantas cosas que quisiera decir.

—Damián...

Cerró los ojos, lágrimas brotaron de sus ojos y se fueron con la rapidez de la brisa. Ambos verdes se miraron fijamente.

—A casa. Llévame. Llévame a casa, Dam... —susurró entrecortada, con tantos sentimientos haciendo un caos en su cabeza.

Y él asintió, prometiendo con la mirada más de lo que podía hacer.

Y cuando estaban a nada de volver a juntar sus manos en una promesa, un rayo rojo y azul se llevó a Robin de su vista, y luego todo paso con una lentitud irreal. Catgirl giró la cabeza hacia su derecha aún con la mano extendida, observando el rostro desencajado de dolor y desconcierto que Robin le ofrecía mientras era salvado por Superboy.

Sus ojos esmeralda llenos de lágrimas se juntaron con los suyos, exhaustos y con una esperanza que al alejarse de él se fue apagando como una estrella fugaz. Luego de eso volvió su mirada al cielo nocturno, sorprendiendose de cuantas estrellas habían en él.

En ese momento ni siquiera pensó en alguien, en sus padres, en Tim, Dick, Bruce o Jason... Su mente aún no procesaba que estaba a segundos de morir, no procesaba que de un momento a otro ya no podría volver a hacer cosas que le encantaban y había dejado inconclusas. No volveria a pintar, a cantar... No volvería a sentir los abrazos de Jason, a ver las sonrisa que Dick le dedicaba y tampoco escucharía las frases motivacionales que simpre Tim le decía y él no ponía en práctica...

No volvería a besar de Damián.

No los vería de nuevo, a ninguno de ellos...

Y aún al estar en caida libre no se olvidaría nunca de lo último que logró ver. Como en lo alto del edificio Red Hood ahora sin su casco la miraba caer con el rostro desencajado, al igual que todos... Al igual que Damián al que también se le había roto el corazón por completo al verla en esas circunstancias sin poder hacer algo por ella.

Respiró por última vez y al exhalar, sintió el fuerte impacto de su cuerpo contra algo metálico que le quitó todo el oxígeno que trató de buscar en un intento de sobrevivir un poco más inconscientemente. Vió como un líquido rojo salió disparado de su boca y que siguió saliendo luego de tocer.

Un borboton más de sangre salió, y sus ojos se cerraron, sintiendo las cadenas invisibles apretar su cuello dejándola sin aire.

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