10. LADRONA DE JOYAS
𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐈𝐄𝐙 🌷 ⊹
" Ladrona de Joyas "
›UN MES DESPUÉS
›AREA NORTE DE GOTHAM
›10:41 AM
Un hombre robusto de cabello rubio y ojos verdes fumaba su segundo cigarro en una hora, mientras movía sus dedos en el volante con impaciencia. Cada cuanto miraba a su alrededor con cautela, esperando en aquel callejón oscuro y vacío.
Algo típico de Gotham.
Pero la espera no se extendio tanto como pensó que seria al ver como la puerta del copiloto se abrió y una joven mujer de largo cabello negro y ojos azules entró al auto con una bolsa negra llena de su pequeño botín del día.
-¿Cómo nos fue? -preguntó el rubio, mirando a la chica con una pequeña sonrisa de satisfacción en el rostro.
La mujer movió sus pestañas llenas de rímel, sonriendo con sensualidad.
-Tú dime.
El rubio tomó la bolsa que la mujer le extendía y la abrió, siendo cegado por la avaricia al ver tantos collares y anillos de diamantes, además de algunos que se encontraban sueltos que a simple vista se notaban lo caros que eran.
-Exelente. Bien hecho, Kathy. -felicitó, siendo sorprendido por la mujer al sentir sus labios contra los suyos en un beso apasionado y fiero que siguió hasta que la pelinegra sacó con cuidado y silencio una pistola, para después dispararle al rubio en el estómago.
-Lo siento, cariño.
El rubio la miró desorbitado entre sus balbuceosos inentendibles, sintiendo la sangre subir por su garganta. Mientras que sin ningún remordimiento o clemencia, la pelinegra al lograr abrir la puerta del conductor lo empujó al suelo y se cambio de asiento. Cerró la puerta de nuevo y comenzó a conducir lejos del cuerpo moribundo de aquel rubio.
Una maquiavélica sonrisa se extendió en su labios rojos, pensando en todo el dinero que ganaría con aquellos diamantes y joyas que se encontraban en el asiento del copiloto. Hasta que un gran ruido se escuchó en el techo del auto que la hizo mirar hacia arriba, alerta, pero sin dejar de conducir por las calles de la nublada ciudad.
De pronto, escuchó el sonido de la sirena de policías atrás de ella y maldijo, viendo por el espejo retrovisor como una moto la seguia siendo conducida por Robin y atrás de él varios autos de policías lo seguían. Empezó a ingeniar un plan mientras pisaba el acelerador al máximo, empezando la persecución. Estaba tan sumida en los policías que la perseguían al igual que el vigilante que se sobresalto de sobremanera al escuchar la ventana a un lado de ella y sentir los trozos de vidrio golpear su rostro.
-¡¿Pero qué demonios?!
Una mano enguantada la tomó de la camisa y el roatro de la nueva vigilante de Gotham se dejó ver tratando de entrar al auto sin resultado. Kathy forcejeó con Catgirl mientras maniobraba con el volante y manejaba en zic zac por las calles qué tenían uno qué otro auto en ellas.
Catgirl volvió a poner la mano derecha en el techo del auto, clavando sus uñas en él para sostenerse al tener el auto moviéndose en descontrol, estuvo asi por unos minutos hasta que no pudo más, trató de sostenerse con las dos manos, clavando sus uñas con más fuerza pero en una de las inclinaciones donde se fue hasta la derecha su cuerpo cayó del techo directo hasta el pavimento. Dió algunas vueltas hasta chocar con un auto estacionado y gruño, llevando una mano a su estómago mientras se levantaba.
-¡Catgirl!
Los autos de policía pasaron enfrente de ella sin parar, con las luces y sirenas encendidas, siendo el único en detenerse el pelinegro en la motocicleta.
-¿Estas bien? -preguntó Robin, mirandola con preocupación oculta en su voz neutra.
La pelinegra se tomó un momento para recomponerse del golpe y se levando.
-No dejes que esa perra se vaya. Siguela.
-Catgirl...
-¡Siguela! Ahora los alcanzo. -le ordenó mirando hacia abajo, claramente buscando el aire que le faltaba.
Robin asintió, ceñudo y arrancó de nuevo la motocicleta para seguir a la ladrona. Mientras tanto Catgirl tomó otra respiración y comenzó a correr a una velocidad sobrehumana, pasando al lado de Robin rápidamente hasta alcanzar de nuevo al auto de la ladrona.
Dió un salto y quedó en el techo del auto de nuevo, pero ahora si sabía lo que tenia que hacer. Se aferró al techo con una mano y bajó hasta la ventana del conductor, la mujer se sorprendió de nuevo al verla otra vez y no espero el puñetazo que Catgirl le daría para entrar primero con los pies por delante al auto. Le dió otro puñetazo para hacerla soltar el volante y lo consiguió, forcejeando con ella.
-¡Para el auto ahora! -gritó Catgirl, recibiendo un cabezazo de la ladrona.
-¡Sueltame, perra! -soltó Kathy.
-¡Soy gata, idiota! -un puñetazo más en la cabeza y la dejó semi-inconciente, lo que le permitió a Catgirl tomar a la mujer para empujarla al asiento en donde se encontraba para que ella estuviera en el asiento del conductor.
Tomó el volante con ambas manos y freno de lleno, haciendo que la ladrona se diera en la cabeza contra la radio del auto, dejandola inconciente.
-Uy.
Su cara hizo una mueca de culpabilidad al verla sangrando un poco en la ceja pero dejó de mirarla al ubicar la bolsa de diamantes desparramada a sus pies. La tomó, revisando que todo estuviera completo y salió del auto, a la par que los policías que se detuvieron a unos metros de ella junto a Robin.
Sonrió, dejando ver un poco sus colmillos y le lanzó la bolsa de diamantes a Robin para que se la entregará a los policías y se fue corriendo, alejándose del lugar.
(...)
›MANSIÓN WAYNE
La pelinegra se arrojó boca arriba después de quitarse de un tirón las botas de su traje y suspiró, mirando el techo con cansancio. Había pasado un mes lleno de crímenes, uno tras otro y aquello la empezaba a consumir poco a poco, además de las salidas a escondidas junto a Damián para su entrenamiento y las clases en Academia.
Oh, y por si no fuera poco, las pesadillas se habían incrementado a su ochenta porciento.
Cuando estaba dormida, cuando no lo estaba. Era algo constante como ver entre la oscuridad y las sombras de los pasillos de la mansión a las siluetas de habían comenzado todo.
Peter y la niña pelirroja.
La noche siguiente a la exitosa misión que habían hecho junto a Superboy, Peter se había aparecido en su habitación, no había dicho nada pero Nixie dedujo que quería que subiera que él todavía se encontraba por ahí y que no se iría hasta que "liberará" algo que ella ni siquiera sabía.
Sus ojos verdes empezaron a cerrarse de manera inevitable, el cansancio mental y físico le estaba pasando factura. Era sábado y no tendría que ir a la Academia, no tendría que hacer ninguna tarea pendiente ya que las había hecho el día anterior por que sabía que algo así pasaria.
Así que se acomodó mejor en la gran cama, logrando conciliar el sueño por una placentera hora hasta que lo escuchó.
«-Peter... »
Nixie frunció el ceño, moviéndose incómoda sobre las sábanas. Sintiendo un extraño frío colarse entre sus pies desnudos.
«-Busca ayuda»
El sonido de un disparo se repitió en su mente como si la torturada, cada vez más cercano a ella.
«-Nunca te abandonare»
Su respiración se volvió errática mientras unos tentáculos de bruma oscura salían de entre las sombras hasta acercarse a ella y rodearla por completo.
-D-Duele... -susurró todavía dormida, sintiendo la bruma apoderarse de sus extremidades.
«-¡NO! ¡NO LO HAGAS! »
Se volvió un ovillo en aquella cama, abrazando sus piernas con fuerza mientras sollozos agonizantes salían de su boca. Sentia un dolor extremo en el estómago y la cabeza, además de sentir como el aire no parecía entrar a sus pulmones haciéndola perderse en sus miedos de morir ahogada.
Deseaba con todas sus fuerzas gritar.
Y lo intento...
Gritó con todas sus fuerzas haciendo que la bruma se adentrara a su boca y segundos después todo acabara.
Los dolores se detuvieron y de nueva cuenta quedó en un sueño profundo, para después despertar en la tarde de ese mismo día sin saber nada de lo que había pasado en medio de su pequeña siesta.
Pero con una gran duda latente, ¿Qué era lo que ahora se extendía en la punta de sus dedos?
LUBEISKASALAS 2023 ©
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro