Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

06. EL CHICO DE LA CAPUCHA NEGRA

𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐒𝐄𝐈𝐒 🌷 ⊹
" El Chico De La Capucha Negra "







DOS SEMANAS DESPUÉS

Damián Wayne nunca creyó sentir lo que sentía cuando estaba junto a la pelinegra. Verla tan rota esa misma mañana fue algo que le oprimió el corazón. Verla tan débil, tan inestable.

Le dolia verla así.

Como esas lindos ojos se llenaban de lágrimas y él no podía hacer nada para arreglarlo. Se sentía inútil.

-Ya deja de verla dormir, pareces un psicópata. -habló Tim, llegando hasta su lado.

-Tck. Cállate, Tim. -respondió Damián, mientras que con su mano enguantada delineaba el rostro de la pelinegra, la cual se encontraba dormida.

-Te gusta, ¿cierto? -preguntó con una sonrisa pícara.

-¡C-Claro que no!

-¡Shhh! ¡No grites, se despertara! -exclamó Tim en un susurró, al ver cómo la pelinegra se revolvia suavemente entre las sábanas.

-¿Robin...?

-Shh. Duermete alqalil.-«Pequeña». habló Damián, mientras veía junto a Tim como la pelinegra volvía a cerrar los ojos.

-Cuídense en el patrullaje, porfavor. No quiero verlos mañana con muchos moretones... -pidió para después comenzar a dormir.

-Okey. Ahora duermete. -beso su cabeza y se dirigió a la puerta seguido de Red Robin, quien sonreía burlón.

-Y dices que no te gusta. -rió Tim.

-Te dije que cerraras la boca, Drake.

(...)

›HORAS DESPUÉS

Miraba todo con nerviosismo.

La luna estaba en su punto más alto y el silbido que hacía el viento al chocar contra los árboles cercanos la hacía ver a su alrededor, insegura con lo que vería después.

Se había levantado de la cama al escuchar el sonido de una voz masculina llamarla entre la oscuridad de la noche. Por pura curiosidad había salido guiada por la voz que la llamaba hasta el patio de la mansión, a pesar de las altas horas de la noche algunas luces se encontraban encendidas, ayudándola a mirar por donde caminaba.

La pelinegra sentia todo el cuerpo entumecido, sus pasos eran cada ves más lentos auque todavía el sentimiento de que algo extraño pasaría la estaba carcomiendo.

Nixie...

La voz la seguía llamando. La alberca ya se encontraba cerca de ella y no dudó en dar los últimos pasos hasta llegar. Su mente decía que se detuviera, que regresara a la habitación para volver a dormir y dejar aquella voz irse junto al viento sin ser escuchada, pero algo parecía tenerla hipnotizada como el canto de una sirena.

Dió un paso bajando por las escalones de la alberca, sintiendo el agua fría en sus pies.

Ven, Nixie...

Paso tras paso el agua comenzó a subirle hasta el torso, tuvó frio pero lo ignoró.

Confía...

Bajó hasta el lugar más profundo de la alberca y se sumergió en el agua por completo, alzó la mirada solamente para encontrarse la silueta de una persona en la orilla.

En...

El movimiento continuó del agua no la dejaba ver con claridad a la persona aunque entrecerrara los ojos, sus pulmones ardieron pidiendo aire pero no quería salir. No podía salir.

Tenía qué... ¿Que tenía que hacer?

...Mí.

Su boca se abrió dejando que algunas burbujas de aire salieran hasta llegar a la superficie, sus ojos se sentían pesados pero a pesar de sentir todo su cuerpo completamente entumecimiento y en latente ardor en los pulmones, logró ver entre el movimiento del agua unos ojos azules que le dieron tranquilidad.

Lo sabia.

Sabía que tenía que hacer.

Tenia que ver a través de la oscuridad.

Parpadeó una última vez y después nada, completa oscuridad hasta que al volver a abrir las ojos se encontraba en un callejón, a pesar de no reconocer el lugar supo enseguida que se trataba de Gotham.

El cielo estaba algo nublado pero se podía notar los pequeños hilitos de color naranja saliendo de entre las nubes anunciando el atardecer. Nixie dió algunos pasos dudosos para salir del callejón, mirando a su alrededor con cautela. Las calles estaban iluminadas y algunas tiendas se encontraban abiertas. De pronto, un chico de estatura más pequeña salió de una de las tiendas a paso rápido mirando hacia los lados como si lo persiguieran.

Frunció el ceño, escaneando al niño con los ojos. Si no se equivocaba, aquel niño que aparentaba siete años era él...

Y lo supo de inmediato en el momento en que sus miradas se cruzaron.

El niño le sonrió, retandola con la mirada y salió corriendo sin dejarla decirle alguna cosa. Sus piernas se movieron de manera inconciente, persiguiendo al niño con esa capucha negra tan característica de él.

-¡Oye! ¡Vuelve aquí! -gritó la pelinegra, moviéndose entre las personas aunque por alguna razón, nadie parecía hacerle algún caso.

Como si en verdad no estuviera ahí.

Por otro lado, no podía negar que el niño era bastante atlético, sus saltos eran en verdad envidiables y la habilidad de poder esconderse entre la gente era fabulosa. Casi como si lo hubiera tenido que hacer por mucho tiempo.

El cabello de Nixie ondeaba al estar corriendo entre la penumbra, habían llegado a una parte muy pobre de Gotham y por ende, más peligrosa.

-Mierda. -dejó de correr, mirando a su alrededor para poder encontrar al chiquillo.

Dió con él delante de una casa humilde, estaba abriendo la berja de ésta la cual dió un sonido irritante, para después abrir la puerta y entrar a la casa.

Se apuro a ir a la casa donde el niño había entrado anteriormente, mirando con más detenimiento su alrededor. Las casas estaban bastante deterioradas, habían algunos vagabundos y chicos con pinta de ladrones tomando un poco de calor alreder de un barril con fuego adentro, todo tenía esa pinta de película de terror.

Regresó su atención a una sola de las casa, pasó la berja y depués empujó con cuidado la puerta que el niño había dejado entreabierta. La casa parecía antigua pero se sentía un poco el sentimiento de una casa hogareña, se adentro más a la casa encontrandose con el niño guardando algunas cosas en las lacenas.

Trató de dar un paso a su dirección para poder interrogarlo y preguntarle el porqué siempre soñaba con él, hasta que se escuchó un grito aniñado desde las escaleras que llamó toda su atención junto con la del niño.

-¡Peter! -soltó feliz una linda niña pelirroja de unos cinco a seis años de edad. Su lindo cabello rojo se movía al compas de sus pequeños saltitos mientras bajaba las escaleras de la casa, además, portaba un vestido blanco la hacia ver de una manera muy inocente y angelical.

El niño la esquivó para ir a saludar a la niña, le dió un pequeño beso en la mejilla y la tomó de las axilas para cargarla haciendo que la niña enrollase sus pequeñas piernas en la cintura del pelinegro.

La niña sonrió, llevando sus manos hasta la capucha de su hermano para quitársela y dejar ver una mota de cabello negro.

Nixie se quedó analizando el actuar de ambos niños hasta que la voz de un hombre sacó a los niños de su burbuja feliz.

-Que bien que llegaste, idiota...

La voz de aquel le dio un mal presentimiento a Nixie, sintió un escalofrío correr por su espalda y de pronto sintió sus garganta cerrada, se llevó una mano hasta ella y abrió la boca tratando de hacer llegar algo de aire a sus pulmones pero no funciono. Se sentía cada vez más mareada además de un irritante pitido en sus oídos y un dolor en su cien izquierda.

Se dejó caer de rodillas al suelo de madera de forma brusca, cerró lo ojos con fuerza mientras escuchaba las voces lejanas del hombre y de ambos niños discutir entre ellos. Su cuerpo se sintió pesado y después, al abrir un poco los ojos, estaba devuelta en la alberca y se estaba ahogando.

Quiso nadar para salir a la superficie pero sus fuerzas de había ido. Parpadeó lentamente, viendo hacia arriba dándose cuenta que un cuerpo acababa de adentrarse a la alberca, aunque no logró distinguir quien era.

Poco a poco todo se empezó a desaparecer a su alrededor, sustituyéndolo por el color negro.

Lo último que vió fue los ojos azules de su salvador.

(...)

El pelinegro sacó a la chica del agua con cuidado, la dejó en el pasto y comenzó a hacerle RCP al comprobar que estaba inconciente y no respiraba.

-Vamos, Nixie. ¡Vamos! -insistió Tim para que despertara y comenzara a respirar-. Nixie... P-Porfavor... -tapó la nariz de la chica y le dio respiración boca a boca dos veces para depués comenzar de nuevo con su actividad anterior.

Las cosas se veían demasiado surrealistas. Tim solo había llegado a la batcueva porque había perdido su comunicador en una pelea e iba a tomarlo para irse denuevo a patrullar hasta que revisó las cámaras y se dio cuanta que un cuerpo flotaba en la alberca. No lo pensó dos veces en correr al patio al ver que se trataba de la chica.

En cuanto a Nixie, su conciencia iba y venía, sentía lo que pasaba pero era casi como un sueño. Botó el agua de sus pulmones y tomó una gran bocanada de aire, Tim la ayudó a colocarse de lado para deshacerse de toda el agua en sus pulmones pero también ayudó para que la pelinegra viera algo moverse entre la oscuridad, era muy borroso pero sabia que el chico que estaba cerca de los árboles del bosque cerca de la mansión era Peter.

Lo vió perfectamente cuando Tim colocó su brazo abajo de sus rodillas y por su espalda, cargandola al estilo nupcial. De manera inconciente coloca sus brazos alrededores del cuello del pelinegro para estabilizarse y dejó caer su cabeza en su pecho, exhausta por todas las emociones que había vivido todo el día. Tenía la certeza que Tim le estaba hablando al sentir su pecho vibrar, más no escuchaba nada.

Minutos después, supo que se encontraba en la batcueva al sentir el aire acondicionado causando que se presionará más contra Tim para tener algo más de calor. No pasó mucho cuando Tim la dejó en una camilla y le colocó una manta encima.

Aquello parecía un extraño deja vu de la muerte de sus padre, todo aquello también había pasado cuando la habían rescatado del lago de Bludhaven. Ante el recuerdo se sentir de nuevo como aquella niña asustada que necesitaba a sus padres y que los llamaba desesperadamente cuando los rescatistas sacaron sus cuerpos.

¡Mamá! ¡Papá!

Cerró los ojos, apretando con fuerza la manta entre sus manos.

-Nixie.

Sintió una manos en sus mejillas, pero no abrió los ojos a pesar de saber quién la llamaba. No quería hacer nada. Estaba cansada.

-Vamos, Nixie. Abre los ojos.

Hizó los que Tim pedía, sintiéndose los párpado pesados. Vio al pelinegro sonreír y trato de devolverle el gesto, aunque su sonrisa parecía más una mueca.

-Tim... Por favor, no le digas a nadie lo que pasó. -pidió la chica, mirándolo con intensidad.

-Nixie, yo...

-Prometemelo, Tim. No le digas a los demás.

Nadie podía enterarse de lo que había pasado, seguramente harian sus investigación y pensarían que había querido suicidarse como un niña tonta que no sabía afrontar sus problemas, pero aquello no era verdad. Nada era lo que parecía, pero ellos no lo creerian e insitirian que era por lo de esa mañana donde sus poderes se habían salido de control.

El pelinegro suspiró, rendido- Si así estas más tranquila. Te lo prometo. -La chica sonrió, juntando su frente con la de Tim- Pero debes decirme por que hiciste ésto. ¿Que fue lo que sucedió para que te encontrará medio muerta en la alberca?

Nixie apartó la mirada, sin saber que decir en realidad. Trato de buscar en sus mente lo que había pasado pero eso lo era un borrón en su cabeza, claro que recordaba a Pietro, más no el cómo había llegado hasta la alberca.

-No lo tengo muy en claro. -Tim se separó, haciendo que la chica se acomodada mejor en la camilla- Solo se que estaba dormida y después...

-¿Y después...?

-No sentí nada. Tengo el vago recuerdo de escuchar una voz llamándome pero después, nada. -bajó su cabeza, pensando en lo que había pasado mientras se abrazaba a sí misma lo cual Tim notó.

El chico asintió, saliendo de la área médica, volviendo unos minutos después completamente cambiado con su pijama, dos cafés humeantes en sus manos y algo de ropa para Nixie en su hombro.

-Toma. -le tendio uno de los cafés a Nixie que lo tomó con una pequeña sonrisa- Necesitas cambiarte, no querrás pescar un resfriado en el día de tu cumpleaños. -dejó la ropa sobre la camilla- Cambiate con calma, estaré cerca de las computadoras.

LUBEISKASALAS 2023 ©

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro