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04. ¿AMIGOS?

𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎 🌷 ⊹
" ¿Amigos? "





La tarde había pasado cuando el pelinegro despertó. Se llevó una mano a la cara para quitar algún rastro de sueño y miró el despertador en la mesita de noche a lado de la cama de Nixie, apenas eran las seis de la tarde así que quitó con cuidado cargó a la chica dejándola en la cama, arropada.

Le dió una última ojeada a la pelinegra que dormía plácidamente en la cama y salió de la habitación, cerrando con cuidado de hacer el mínimo ruido que pudiera despertarla.

Ahora tenía que buscar a Damián para que se disculpara.

Lo que no se espero fue encontrarse a esté al darse la vuelta, parado en la puerta de su habitación mirando a su posición, pensativo.

-Hey, demonio. -llamó. El chico no reacciono- ¡Damián!

-¿Pero qué...? -miro al mayor en frente de él- ¿Que rayos te pasa, Todd? -preguntó, molesto, sintiendo la vergüenza de encontrase a mitad del camino de su pequeño plan.

-¿Vas a hablar con ella?

Damián no respondio.

-Estabas mirando su puerta, ¿vas a disculparte por lo que hiciste? -preguntó Jason, esperando una respuesta positiva de chico llegó como una patada.

-Eso no te incumbe. -zanjó, serio como siempre que hablaba con él. Le dió una última vista y entró a su habitación con rapidez sin dejarlo decir algo más al respecto.

Jason suspiró frustrado, pasando una mano por su cabello y retirándose a su propia habitación a unos metros. Tenia demasiado que hacer para tener que gastarlo con el demonio, el cual nunca parecía prestarle atención.

(...)

Damián caminaba de un lado a otra mitad en su habitación, despeinado su cabello y creando de a poco un hoyo en el suelo. Quebrandose la cabeza en pensar si se disculparia o no.

Estaba tentando a no hacerlo, después de todo no le importaba lo que había dicho. Pero una puntada en su cuello le hizo recordar el agarre de Nixie en su cuello y todas las cosas que le había digo para que reaccionara así, de una manera tan agresiva que no le había visto llegar a pesar de sus tontas y estúpidas discusiones diarias.

Al final se decidió a salir de nuevo para buscar a la chica. Tocó la puerta de la habitación pero nadie le contestó, volvió a repetir su acción y nada.

Chistó la lengua, disconforme. Así que tomó la perilla, abriendo sin esperarse lo que había al otro lado de la puerta. Aunque muy dentro de él sabía que algo así podría pasar si abría de esa manera la puerta, de manera tan imprevista y rápida.

-Kyle, quiero hablar contigo sobre el incidente en el entrenamiento... -término de hablar en un tono de voz bastante bajo al ver a la chica semidesnuda enfrente de él que se movía al ritmo de la música que se reproducía desde las cornetas de la computadora.

La música estaba algo alta, y por lo que podía ver Nixie la cantaba en voz baja sin percatarse aún de su presencia, algo que sería problemático al verlo de esa manera en su habitación. Mientras la miraba con solo ropa interior negra y moviendo sus caderas de un lado a otro con sensualidad.

Algo que tuvo que haber previsto definitivamente.

Tragó saliva, mordiendo su labio inconscientemente y recorriendo con sus ojos verdes la figura de Nizie con detenimiento, la ropa que utilizaba siempre no escondía su cuerpo al contrario dejaba que resaltará su figura más nunca la había visto así, ni siquiera en traje de baño.

Estaba tan entretenido e hipnotizado que al momento que Nixie se colocaba un pantalón y daba algunos saltitos en su sitio para arreglarlo no vio venir que la chica se diera la vuelta aún con la prenda sin cerrar.

Nixie se quedó congelada en su sitio al mirarlo de imprevisto en su habitación, con los ojos en sus piernas, sonrojado y mordiendo un labio.

—¿Que haces aquí?

Ambos se miraron por segundos, uno más avergonzado que el otro. Damián desvío la mirada, sintiéndose un idiota por no haber escapado cuando había tenido la oportunidad antes que Nixie se hubiera dado cuenta y lo volviera a estrangular por pervertido.

—Yo... Perdón.

Y salió de ahí con la rapidez que pensó que no tenía y que había perdido con la magia hipnotizante del cuerpo de Nixie.

Damián sentía que su cerebro no conectaba con su cuerpo. El cuerpo de Nixie estaba muy bien formado, su piel era clara y tenia aquel toque de músculo en los lugares correctos, algo que antes ni siquiera se había dado la oportunidad de ver.

Aunque en el fondo estaba confundido por su comportamiento. Nunca se habia sonrojado por una chica, pero tampoco había visto a una chica desnuda que lo deslumbrara tanto como ella.

(...)

Ya vestida Nixie fue a la habitación del chico esta vez. Las cosas no pudieron haber salido peor cuando Damián entró a su habitación sin tocar mientras apenas ella salía del baño y daba un pequeño espectáculo sin pudor alguno al tener una de sus canciones favoritas escuchandose por los altavoces.

Pero el lado bueno era que al menos, no la había visto completamente desnuda.

Movió su cabeza de un lado a otro, la sola idea hacia que sus mejillas se volvieran a calentar y un extraño hormigueo en sus manos se empezará a expandir por su cuerpo.

Tocó la puerta y al escuchar una respuesta afirmativa para que pudiera pasar por parte de Damián, entró a la habitación

-Entonces, Damián. ¿Que quería decirme antes de que pasará...-Lo pensó un momento- ...aquello en mi habitación?

Damián estaba en su escritorio con la vista fijar en su computadora mientras sus dedos de movían con rapidez, al escuchar la voz de la chica dejó de hacerlo para mirarla mientras un color rojizo comenzaba a llenar sus mejillas.

Aclaró su garganta, nervioso- Solo quería disculparme por el incidente en el entrenamiento, no tenía que haberte dicho todas esa cosas. No tenia el derecho.

La chica quedó procesando sus palabras, sin creerle. ¿Se estaba disculpando? ¿Damián Wayne se estaba disculpando con ella?

-Bueno... -balbuceó, la incomodidad se podía sentir en la habitación- Esta bien, yo tampoco quise lastimarte. Quiero aclarar que en verdad no recuerdo nada de lo que pasó, Damián. -aclaró, aunque habia hablado con Jason, todavía se sentía algo culpable por ello- No fue mi intensión lastimarte o casi matarte. Creo que fué solo un auto reflejo. No lo se.

-No importa, no fue nada. Olvidalo. -habló, mirándole a los ojos.

Después de eso pasaron unos minutos de silencio en los cuáles, Nixie se entretuvo mirando la habitación. Tenía algunas decoraciones de armar -la mayoría Katanas-, sus cortinas y las frazadas eran de color verde oscuro, sus almohadas eran de color rojo o algunas negras, todo estaba muy ordenado. Todo en su sitio y en los lugares en los que quedaba de manera perfecta.

Nixie rompió el silencio incómodo al sentarse en la orilla de la cama.

-Damián... -El chico la miró expectante- ¿Por qué mi madre nunca te cayó bien?

Damián botó el aire de sus pulmones, sin esperar esa pregunta— Es una larga historia.

-Tengo todo el tiempo del mundo. -insistió la pelinegra.

Necesitaba saber porqué Damián odiaba tanto a su madre. Era algo que desde hacía un tiempo quería saber. Necesitaba saber, tenía que hacerlo para quedarse tranquila.

-En resumen: tu madre me prometió que nunca se iría, que me cuidaria. -comenzó, nostálgico- Fue una madre para mí en esos momentos donde sabía que la mía era una traicionera, me ayudó y la supe apreciar hasta el momento en que se fue y no la volví a ver. -la miró con un brillo inexplicable en sus ojos- Nunca me dijo que tenía una hija aunque algunas veces tenía mis sospechas. Me mintió al ocultarte. -negó, ausente- Yo lo hiciera aceptado y hasta le hubiera pedido que me dejara conocerte.

-Damián, yo...

El chico alzó su mano, interrumpiendola.

-Tu madre me abandono y aquello me dolió como no tienes idea, pero no la odio.

No entendía porque le decía eso a Nixie, nadie sabía lo cercano que era con Selina a excepción de su padre y Dick. Algo extraño le había dado la valentía de decírselo a alguien más y desahogarse.

-Yo nunca te abandonare, Damián. -soltó Nixie derrepente, impactandolo- Siempre estaré aquí, contigo. Para lo que sea aunque tú no quieras.

El ambiente había cambiado radicalmente a uno más íntimo, sin incomodidad.

Damián sonrió burlón al salir de su impacto- Oh, claro. Estarás siempre pegada a mí como un chicle. -bromeó, sacándole una carcajada a la chica.

Nixie asintió con una sonrisa adornando sus labios- Claro, Claro. Si es posible hasta le robare las esposas de policía a Dick para esposarnos.

Ambos rieron, en un momento se quedaron viendo con una amplia sonrisa en sus rostros.

-¿Amigos? -se acercó a él, extendiendo su mano.

Damián se incorporó, tomando su mano con fuerza.

-Amigos.

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