03. RECUERDOS Y LÁGRIMAS
𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐒 🌷 ⊹
“ Recuerdos y Lágrimas ”
Estaba frustrada.
Y molesta.
Molesta con ella misma porqué se había salido de sus casillas y cometió lo que desde el principio, desde que llegó a la mansión, no quería hacer.
No quería dañar a nadie de esa familia y haber agredido casí de manera mortal a Damián lo había sido.
Un suspiró tembloroso salió de sus labios. Lloraba en una esquina de su amplia habitación. Dolía recordar las miradas llenas desconcertadas de todos después de haber soltando a Damián.
Siempre que hacia algo así odiaba como las personas la miraban con sí la juzgarán con una sola mirada rápida.
Esta vez, no había recordado nada. De un momento a otro estaba discutiendo con Damián y después, en un solo parpadeo lo estaba soltando porqur lo había estado ahorcando.
Giró la cabeza a un lado al escuchar algo de ruido. Iban hacia ahí.
El chico había ido varias veces a la habitación, lo podia escuchaba. Nunca tocaba ni hablaba, solo se mantenía parado al otro lado de la puerta.
Un sollozo salió de su boca.
—Nix, abreme, porfavor. Soy Jason. —habló el pelinegro.
—¡V-Vete! ¡No quiero hablar con nadie, d-déjenme tranquila! —gritó la chica, lanzándole una almohada a la puerta.
Lo escuchó suspirar.
—Solo quiero hablar contigo, solo eso.
Lo meditó, pensó y pensó, pero ya sabía que si no lo dejaba entrar él era capaz de derrumbar la puerta.
—Esta abierta.
Jason abrió la puerta con cuidado, buscando en la habitación en donde sr encontraba, hasta que conectó sus ojos verdes aqua, con los de ella, rojos a causa del llanto.
Nixie se removió en su sitio, escondiendo su rostro entre sus piernas que eran abrazadas por sus brazos. Sintió como se acercó, indeciso, analizando la habitación con la mirada.
Desde que Nixie estaba ahí, nadie —a excepción de Alfred que iba llevarle la ropa recién planchada— había entrado a esa habitación, estaba completamente prohibido.
Al vivir con puros hombres, todos pensaron que sería mejor sí Nixie tenía su propio espacio. Su habitación.
Las paredes eran moradas, había un escritorio con una computadora y una laptop. Su cama y el armario, además de uno que otro póster de sus bandas favoritas.
Sintió los vellos de su brazo izquierdo erizarse y se encogió en su sitió, soltando un grito a Jason al ver sus intensión.
—¡No! No lo hagas, puedo hacerte daño. —pidió con voz estrangulada y con el rostro lleno de lágrimas.
Jason suavizó su semblante, mirandola con ternura.
—No lo harás. —negó, sonriendo. Extendiendo sus brazos a cada lado de su cuerpo— Anda, mis abrazos casi nadie los puede tener.
—P-Pero... No sé qué me paso, pude haber matado a Damián y ni siquiera lo recuerdo...—se de tuvó a causa de un pequeño sollozo— No quiero hacerlo contigo, ¿que tal si no me hubiera detenido y-y...?
El petirrojo bufó, acercándose para abrazarla y tomarla por sorpresa.
Procesandolo, Nixie sintió los brazos de Jason a su alrededor. Soltó una sollozo y correspondió el abrazo con fuerza, buscando la seguridad qué Jason emanaba.
—¿Y si y-yo...?
—Shh. Tú no tienes la culpa de nada, pequeña.
—P-Pero...
Jason se separó un poquito de la chica, tomando entre sus manos su rostro— ¿Acaso me estas lastimando justo ahora?
—No...
—¿Me estoy retorciendo de dolor ahora?
Nixie negó.
—Entonces, tú no me harás daño, ¿entiendes?. Tú no fuiste la culpable, ese fue Damián, él te provocó. —señaló, serio.
—Y-Yo no quise, no quería hacer lo mismo que paso con mis padres. No me hubiera perdonado que él muriera... —sollozos abandonaban su boca, haciéndola sentir como una niña chiquita entre los brazos del pelinegro.
—¿Que paso con ellos? —preguntó Jason, en un gesto de verdadera curiosidad. Pero rápidamente agregó al darse cuenta de la cara que la chica había hecho—. Claro, si tú quieres hablar de eso.
¡MAMÁ!
Un grito se escuchó.
El agua.
El sentimiento de ahogarse poco a poco...
¡No!
Comenzó a llorar de nuevo. Soltando lágrimas como sí fueran una fuente— Ellos... El agua, el l-lago...
—Respira. Tranquilizate, así me explicas mejor. —se acomodó, abrazandola por los hombros sin dejar de mirarla atentamente.
Trató de tranquilizarse, minutos en donde las respiraciones de ambos era lo único que se escuchaba mientras Nixie trataba de calmarse.
El pelinegro solo esperaba pacientemente, sin apurarla.
Se lo agradeció mentalmente.
Nixie abrió la boca para hablar y después la cerro, tragando saliva— Todo comenzó cuando me dijeron que iríamos a un viaje...
(...)
›CINCO AÑOS ATRÁS
Nixie se encontraba leyendo un pequeño libro, abierta en su lectura mientras la música de la radio y la plática de sus padres se escuchaba de fondo. Estaba en el asiento trasero de la camioneta de su padre, mientras él manejaba y Selina, su esposa y madre de Nixie se encontraba el asiento de copiloto.
El destino del viaje era un sorpresa para la niña de diez años. Solo tenía algunas pistas, el viaje era para visitar a un viejo amigo de su madre.
La niña miró por la ventana, observando la gran cantidad de neblina que no la dejaba ver el paisaje, por instinto llevó su mirada verdosa al parabrisas para solo encontrarse que entre la neblina una luz extraña se dejaba ver.
Entrecerro los ojos para enfocarse mejor.
Sus ojos se abrieron con terror y después todo pareció continuar en cámara lenta.
Su grito se escuchó.
—¡Papá! ¡CAMIÓN! —señaló.
Dmitry se percata, girando el volando hacia la derecha en un movimiento rápido.
Las llantas dan fuerte un chirrido. La barrera de potreccion a los lados dd la carretera se deja ver entre la neblina.
Dmitry pierde el control del auto y lo demás son recuerdos borrosos y difusos.
Impactaron en un lago.
A causa del impacto su pequeño cuerpo se fué hacia delante e inevitablemente se pegó en la cabeza contra el cojín del asiento del copiloto.
Quedó aturdida, recuperándose de golpe al sentir mucha agua entrando al auto de manera rápida.
Dirigió una mirada a sus padres. Ellos estaban igual de aturdidos que ella.
—H-Hay... Hay que salir de aquí. —se quitó rápidamente el cinturón de seguridad, que la salvó de no salir volando tras el impacto e intentó abrir la puerta, pero no cedía.
Al no tener suerte con la puerta, le pegó puñetazos a diestra y siniestra a la ventana para poder salir de ese infierno. El agua poco a poco comenzando a subir hasta su cuello.
Seguramente no tardaría en dejarnos sin una pisca de aire.
Miró como se creaban algunas grietas en el vidrio hasta que simplemente se rompió, tenía los nudillos rojos y con un poco de sangre pero no le importó. Giró la cabeza en dirección a sus padres al escuchar unos quejidos.
—N-Nixie... ¡Nixie! —gritó Selina viendo en todas direcciones hasta reparar en la ventana rota y en Nixie.
Se acercó a ellos, tomando a su madre que apenas había despertado para que salieran de ahí por la ventana, pero al jalarla por el brazo soltó un grito estrangulado y su mirada viajó hasta las piernas de su madre.
Ni siquiera se había dado cuenta que la parte delante de la camioneta se había encogido hasta los asientos y había dejado las piernas de su dos padres atascadas ahí.
Estaban atrapados.
—Mamá... —susurró, levantando un poco el mentón para dejar que su nariz ni boca se llenarán de agua.
Sintió como su padre se despertaba. Las miró a ambas preocupado y a la vez adolorido.
Al ver toda la situación a su alrededor, supo lo que tenia que hacer.
—Nixie, sal de aquí. —le ordenó su padre en tono suave, pero sin dejar de ser firme.
La chica negó— Y-Yo...
—Sal de aquí. Ahora... —el agua llegó hasta el techo de la camioneta y retuvó el aire.
Dmitry la tomó suavemente de sus mejillas— «Salvate, sal del auto»
Escucha la voz de su padre en su mente y niega, sintiendo sus ojos picar.
«Tiene que haber una manera...»
Respondió de la misma manera.
Quitó las manos de su padre de sus mejillas y salió del auto por la ventana que había roto, se aferró al auto para no hundirse al no saber nadar, colocándose al otro lado de auto. Exactamente en la ventana del copiloto.
Comenzó con los golpes al vidrio pero no cedía y el aire poco a poco comenzando a faltar, sintió como sus pulmones ardían pero poco le importó aquello. Su madre estaba muriendo en ese auto y necesitaba sacarla de ahí para llevarla a un lugar seguro.
Le hecho una mirada a su madre, Selina había dejado que su boca se abriera para buscar aire y toda el agua comenzó a llenar sus pulmones.
Sus ojos se cerraron.
Nixie negó, mirando como la vida de su madre se iba.
La mujer se detuvo, ahora sólo era un cuerpo inerte e el agua. Estaba muerta.
Soltó un grito que no se escuchó en el agua y que solo sirvió para que el líquido se clara en sus pulmones. Miró a su padre buscando un rastro de vida pero ya era tarde. Dmitry tenía los ojos cerrados y su corazón ya no latía.
Su vista se tornó oscura, sus brazos se debilitaron y se soltaron del auto, dejandola a la deriva en aquel lago. La luz del Sol se colaba por el agua, alumbrando a aquel cuerpo de una chica semi inconciente bajando al fondo del lago.
Poco a poco sus ojos comenzaron a cerrarse y su cuerpo comenzó a convulsionar, pero antes de que todo se volviera oscuridad para siempre, unos brazos la tomaron de su torso y la jalaron a la superficie.
Los cuerpos muertos de sus padres en aquel auto fue lo último que vió antes de que sus ojos se cerrarán por completo.
(...)
Nixie se quitó algunas lágrimas.
—El accidente sucedió cuando tenía diez años.. A pesar de queres ayudarlos no pude hacer mucho... En verdad yo no quería dejarlos morir... Y-yo trate de ayudarlos...
Jason asintió, sabía como era sentir que no había hecho lo suficiente para salvar a alguien querido.
—Tranquila, se que quisiste ayudarlos. En serio lo siento mucho, Nix —habló Jason, los único que paso por la mente de Nixie al escuchar eso fue: ¡Miente!
—No —se distanció un poco de él— No sabes nada. No sabes como es ver a alguien morir en frente de tus ojo y no hacer nada para ayudarlo. —sollozó.
Jason se río levemente, lo que la hizó fruncir el ceño al ver que no era una risa de alegría o algo así, era sarcástica.
—¿O sí? —preguntó bajito, mientras volvía a su posición original.
El pelirrojo suspiró, melancolíco— Ella era hermosa, tenía el cabello y ojos más hermosos que había visto en toda mi vida. Era simplemente perfecta. —Nixie tomó su mano y prosiguió— Se parecía a ti en algunas prosiguió. Sonrió, mirandola como si estuviera recordando algo— Era alocada, gritona, pero igualmente la amaba con todo mi ser. Era mi vida entera. Mi luz... —dejó de sonreír abruptamente, acercando su otra mano para tocar con dulzura el rostro de la chica.
» Pero me la quitaron, me la arrebataron de mis brazos... —sus ojos estaban cristalizados— Yo también trate de salvarla, pero no lo logre y todos los días de mi vida me culpo por no haber hecho algo para que ella hubiera sobrevivido. Para que ella estuviera aquí conmigo. «
Y una lágrima se deslizó por su mejilla.
—Perdón, yo no quise... —la interrumpió.
—No importa. Ahora ella está en un lugar mejor, fuera de está vida de porquería. —se limpió de un manotazo la lágrima y la miró con una sonrisa un poco forzada.
La pelinegra apoyó su cabeza en el hombro del chico mientras él la abrazaba por los hombros y ahí después de algunos minutos, comenzaron a hablar sin decirle nada sobre la plática anterior, rieron, fueron sinceros con ellos mismos y al final, se quedaron completamente dormidos.
Siendo observados desde el punto más oscuro de la habitación por una niña de cabellos rojos y vestida de blanco, sonriendo a su dirección.
LUBEISKASALAS 2023 ©
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