𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐔𝐀𝐑𝐄𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎
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𝐌𝐈 𝐓𝐄𝐌𝐏𝐎𝐑𝐀𝐃𝐀 𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑𝐈𝐓𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐀Ñ𝐎 𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 𝐇𝐀 𝐒𝐈𝐃𝐎 𝐄𝐋 𝐎𝐓𝐎Ñ𝐎.

Con las mañanas iluminadas por el amarillo y las hojas cayendo; cuando en la juventud e inocencia simplemente podías ser.

El otoño a menudo me recordaba a mi infancia, con la forma en que todo era tan familiar. 

Hoy era el primer día de noviembre y aunque no podía creer que el año ya casi hubiera pasado, por primera vez sentí que finalmente podía tomar aire. 

Claro, me estaba congelando el trasero, pero tenía un café caliente en una mano y a mi hija en la otra. 

No lloraba ni tiraba de mi pelo, simplemente descansaba contra el calor de mi pecho y también admiraba la bruma otoñal.

Se podía escuchar la lejanía del canto de los pájaros, lo que me recordaba la última vez que sentí paz en mis solitarias mañanas en el Distrito 12. 

Es bastante irónico, en realidad. Cómo he tenido tanto los peores como los mejores momentos de mi vida en un lugar que solo estaba visitando. Donde construí una vida perfecta y vi cómo todo se desmoronaba. 

Mi mano fría ajusta el sombrero de color lavanda en la cabeza de Janus, fuera de sus ojos, observando en paz cómo su respiración se calmaba con el viento. 

Lejos de este país jodido y lejos de cada cosa cruel. Incluso si eso significa su sangre. 

© 𝑭𝑨𝑰𝑺𝑻𝑺𝑳𝑼𝑽𝑹𝑹