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𝘋𝘢𝘺 4: 𝘔𝘪𝘵𝘰𝘭𝘰𝘨𝘪𝘢


Temática: Mitología

Palabras: 3750

Advertencias: Leve mención a muerte.

Sinopsis: El Dios del amor ha quedado flechazo por un mortal, ¿será capaz de quedar junto a su amor?


POV Manjiro

"Estoy completamente enamorado de un mortal y fue mi culpa. Pero saben no me arrepiento de haber cometido ese error.

Seguramente se están preguntando como fue que ocurrió esos hechos, bueno es más fácil verlo que decirlo ya que no es una historia corta, diría que hasta los historiadores que están por nacer tendrán un largo trabajo que hacer para recopilar entre sus versos mi magnífica historia de amor.

Comencemos dando primero un contexto de como inicio esta historia.

Soy hijo de la Diosa Afrodita, Eros (Dios de la atracción sexual, el amor y el sexo) o para los mortales Mikey. Soy alguien benevolente con los demás y mientras me tengan el respeto y sepan en la categoría que pertenecen no hay problema.

En un archipiélago donde la abundancia y la belleza de sus habitantes era algo muy poco común en esas épocas, vivan 2 princesas y un príncipe que eran la adoración de los súbditos. Cada hermano había pasado la mayoría de edad y entre sus costumbres el casarse era algo indispensable para mantener de esa forma el linaje y honor para su familia. Ambas hermanas- una víboras- gustaban de molestar a su hermano menor sobre lo que sus futuros maridos debían poseer para hacerse acreedores de su "amor". Pero al príncipe no le interesaba esas banalidades carnales y preferiría de cosas inmateriales como un amor puro.

¿Es increíble no?

Si bien las princesas eran unas bellezas su hermano el príncipe tenía una que superaba la de ellas por mucho y la atención obviamente fue dirigida a el pequeño que sin tener conocimiento fue merecedor de una envidia muy mala por parte de sus hermanas que se sentían desplazadas. Tal fue lo llamativo de su hermosura que reinos lejanos viajaban hasta su recinto para admirar en vivo la magnificencia de ese ser que a palabras del rey competía con la belleza de la misma Afrodita. Lo que trajo que todas las ofrendas a mi madre pasen a ser de la posesión del joven que halago aceptaba los regalos, en cambio ella no tomó esa de la mejor manera, se sintió ofendida, rechazada, insultada por los humanos que me mando a llamar para acabar con aquel que osaba compararse con los dioses e insultaba la belleza de mi amada madre.

Sus palabras fueron claras, "Que el humano se enamore de una criatura horrible."

Tenido la orden de mi madre y sabiendo que su palabra es ley fui hasta el palacio real de los humanos, debido a que era casi prohibido que un humano vea a un Dios en su plenitud tuve que ir en la noche para poder esconderme entre las sombras y comerter la orden sin mayores inconvenientes. Fácil. Eso creía.

Fui hasta su balcón para poder iniciar con la petición de mi madre, entre en silencio intentando que la brisa de esa noche no haga de las suyas, desgraciadamente la habitación no tenía iluminación más que la luna que ingresaba por una cortina semiabierta. Entré controlando mi respiración, y justo al entrar al pie de la recámara encontró a aquel joven que ofendió a mi señora, la curiosidad fue más grande que mi deber así que sin hacer ruido me acerque al individuo para ver si las palabras de esas personas eran tan ciertas o simples blasfemias.

Estando a costos centímetros pudo apreciar a uno de los seres más bellos que ni los dioses mismos eran capaces de imaginar, este chico no solo era hermoso, era una encarnación viva de la belleza natural de la naturaleza. Espléndido, delicado y hasta irreal. Nunca imaginé que los celos de mi madre tenían un motivo tan fuerte como este, sin duda tenía razón en querer eliminar a este ser. Estando atento demasiado a su hermoso rostro se movió sorprendiendome, su fina túnica blanca se despegó de su piel nivea y dejó caer la tela a un lado de su hombro, parte de su piel quedó a merced de mis ojos curiosos. Sin querer involucrarme demás retrocedí pero... mi propia flecha me había herido el pecho, a un lado de mi corazón y sin otra oportunidad y con la inevitable sensación de un amor inmenso no pude escapar de mi destino.

Hipnotizado por la clara y obvia sensación nueva desbordante en mi pecho acepté amar a ese mortal y no cumplir con la orden de mi amada madre que seguramente ya abra visto todo y sabrá que todo ocurrió a causa del destino.

Y debido a mi inundate amor y la belleza que desprendía mi amado tuve que tomar medidas... extremas. Digamos que cuando un Dios elije a su amor los demás seres inferiores no tienen acceso a querer tomar o desposar. Y los celos fueron también quienes me llevaron a imposibilitar a los otros humanos a que tengan sentimientos de amor, mi bello ser no debía amar a nadie más que no sea yo. Así que durante un largo tiempo su vida se vio aplazada por la soledad y mirar desde su alcoba como sus hermanas se casaban con grandes e importantes hombres que se enamoraron de ellas aún a pesar de estar podridas el alma.

Mi amado se vio triste y muy extraño por el suceso, se suponía que al ser una persona llena de belleza y de bondad sería el primero en contraer nupcias, sin embargo su realidad fue otra que lamentablemente no tuvo más opción que aceptar lo que el destino le tenía preparado. Fue muy cruel de mi parte arrebatarle esa dicha pero si se casaba conmigo no lo haría con otro, y si soy un dios egoísta en ese aspecto pero el amor nos hace cometer locuras y nos obliga a llevar nuestros límites al extremo.

El rey preocupado por la extraña situación de su hijo fue hasta el oráculo de Delfos en busca de respuestas. Necesitaba averiguar cuál sería la vida de su amado hijo y cuales eran los planes de los dioses para su reino si él no se casaba pronto. Y vayas palabras tan poco bonitas dijo el despreciable oráculo. ¿Monstruo? ¿Desgracia al reino? ¿Muerte a mi amado?

Es un envidioso y le duele aún que sea mejor que él. Vaya tontería le soltó al hombre que simplemente le preocupaba su sangre y no fue a rogar riqueza ni abundancia, solo deseaba saber si su pequeño sería feliz o no. Apolo jodete estos años y los que siguen.

La bruja de una de las hermanas de mi amado encaró al rey y le exigió que su hermano cumpliera con las palabras del oráculo y sepa llevar su destino tal y como se dictó. La verdad no me gustaba ver los ojos triste de mi amado, no brillaban cuando sabía que finalmente estaríamos juntos, pero en parte es mi culpa. Nunca me he presentando como se debe y no puedo obligar a mi amado a que su corazón me pertenezca. No haría algo tan cruel como obligarlo a amarme, no cuando el amor no se trata de posesión si no de libertad. Fue llevado en una caravana hasta el abismo, la tristeza de los otros acompañantes daba una sensación de que llevaban un muerto y no a un futuro esposo. Eso me partía el corazón. Además la actitud resignada de mi ángel era hostil hasta con lo reyes que lamentaban perder a su precioso hijo y príncipe para supuestamente dejarlo en las garras de una bestia y condenarlo a una muerte segura. Dejaron al joven solo en la punta del abismo esperando que lo inevitable ocurriera, le pedí a Sefiro que me ayudase a llevar a mi esposo hasta el cielo donde mi residencia esperaría la llegada de su nuevo amo. Debido al viaje el pequeño príncipe quedó dormido bajo las suaves caricias del viento en sus cabellos similares al oro, lo dejó en mi morada a las afueras de mi palacio, y puedo destacar que la belleza de los rosales con su aroma único podrían encantar a cualquier mortal que pudiese presenciar tales maravillas que los dioses nos podemos permitir. Él subió hasta la entrada, los sirvientes se encargaron de ofrecerle el mejor de los tratos, banquetes con las mejores carnes y las frutas más frescas, entretenimiento para su aburrimiento. Un servicio del primer nivel, servicio que mi esposo debe tener.

─Ahora debes ir a tu habitación, y esperar a que llegue nuestro maestro.─ fueron las palabras de uno de los sirvientes, el príncipe inundado por la duda no tardo en preguntar por mi.

─¿Y esta tú maestro? Dicen que es un monstruo.─ vaya esas palabras si que me dolieron ya que salen de sus afelpados labios, pero lo entiendo. Su cabeza tiene llena de las palabras de otros y tiene miedo.

─Algunos sean referido a él de esa manera, solo volátil.─ contestó aquel sirviente.

Condujeron a mi amado hasta nuestra habitación, el manto de Nix ya cubría estas tierras, debía entrar una vez la habitación este en la oscuridad, no era tiempo de que él me vea y sepa que me trato de un Dios. En ocasiones cuando los mortales descubren de los sentimientos de alguien superior tienden a exhibirse y el encanto no tarde en terminar con ese amor.

Él observaba la luna, una fina y suave tela de seda cubría su cuerpo solo dejando al descubierto sus hombros y una de sus piernas con una abertura. Era momento de ingresar.

Volé hasta el balcón y entré por el gran ventanal, mis alas gracias a su fuerza movieron las cortinas y los cabellos oro de mi amado que no vaciló al voltearse al sentir mi presencia.

Él al percatarse de que no me movería hasta que se acueste fue hasta las sábanas y se cubrió dándome la espalda esperando por mí, no tarde en acompañar a mi esposo en esta primera noche de casados, su cuello se encontraba al descubierto y sus cabellos tenían uno de los olores más deliciosos que embriagaban mi cordura.

Los detalles son lo de menos pero fue una noche de sublime placer.

Su piel pudo encarnarse con la mía, nuestros labios se encontraron y batallaron por quien dominaba, toque cada centímetro de su anatomía mortal y acaricie esos finos hilos de oro con mis dedos recordando la suavidad y como mis dedos se deslizaban sin enredarse, lo hice mío hasta el punto donde el sueño hizo que mi príncipe cayera dormido debido al cansancio. Lo ame en cada etapa de nuestra noche, lo hice sentir amado por cada beso que le otorgue, y lo volveré a amar en cada noche que nuestro cuerpos vuelvan a unirse en una cuando nuestras almas vuelvan a encontrarse en ese lívido marginal del amor. Pero como mis anteriores palabras y con ese pensamiento carcomiendome al día siguiente tuve irme sin otro remedio, de verdad deseé que lo primero al despertar sea el dulce rostro de mi esposo.

Cuando el Alba me alcanzo me retire dejando un beso en la frente de mi ángel y me marché para él pudiera conocer lo que ahora le pertenecía.

Sin embargo cada noche no falte a nuestros encuentros, le demostré en cada momento que yo era real, que mi amor era suyo y que no habría día en que deje de amarlo con esta intensidad. Y una de esas noches mi amado pregunto.

─Mi amor, ¿porqué siempre te escondes en las sombras?─ luego de estar juntos- ya deben imaginar a que me refiero- mi Ángel me pregunto, una pregunta que ya esperaba.─ Me gustaría tanto saber como te ves realmente.

─¿No es suficiente el amor que compartimos?─ le digo a modo de aclarar su curiosidad.

─Lo siento si te hice enojar. No era mi intención.─ se levanta de donde se acostaba para inclinar su cabeza con vergüenza. No me molestaba solo que...

─Todo lo que pido es que no intentes verme, en la oscuridad somos como iguales.─ añadí con la esperanza de que mis palabras hagan reflexionar a mi esposo y entienda que tengo mis motivos para no mostrarme aún a sus ojos y además para saber cuán paciente es mi adoro ángel.

Él entendió mi desición y no volvió a tocar el tema ni intento verme, complacido con ello supe que mi amado respetaría cada una de mis normas a pesar de que su interés no desaparezca por completo.

🍃


El tiempo paso y los meses a su lado fueron los más gloriosos pero sabía y lo sentía, sus ojos de un azul cielo demostraban más que sus palabras, él quería volver a su antiguo hogar a ver a sus padres y hasta las ingratas de sus hermanas, deseaba ir por lo menos a mostrar que seguía con vida y no estaba sufriendo estando a mi lado.

Una noche donde la pasábamos disfrutando de la belleza nocturna me pidió volver donde su familia, no pude negarme ya que él fue demasiado paciente conmigo y lo menos que deseaba era la infelicidad de mi amado. Solo le pedí que volviera a mi cuando este listo.

Y los problemas llegaron con su ida al reino de su padre. Las víboras de sus hermanas envenenaron el alma y el corazón de mi ángel que lleno de dudas, preguntas y miedos por mi existencia y nuestro matrimonio hizo el peor de los actos, algo que rompió mi corazón en dos.

Cuando la noche los cobijo y me encontraba descansando fui despertado de pronto por el ardor en mi pecho y una luz cegadora en medio de la oscuridad. No lo podía creer, no quería creer lo que estaba pasando. Mi amado... él, había hecho lo que le pedí que no hiciera y respetara mi desición, delante mío se encontraba mi esposo empuñando una daga para acabar con mi vida y una luz para mirar por si mismo la realidad de mi naturaleza. Decir que estaba dolido era poco a comparación de saber que mi amado fue incapaz de creer en mis palabras y no dejar que esos comentarios hagan que desconfíe de mis promesas.

Con el corazón ardiendo por la traición y las lágrimas mojando ya mis mejillas me vi obligado a partir lejos de quien no pudo confiar en mi palabra, en mí. Pase a su lado ignorando su suplicas y sus lloriqueos, no caería con ello, no porque tenía un orgullo que proteger. Me alejé volando oyendo como última su grito de agonía, suplicando que no lo deje, que perdone su pecado. Yo no puedo.

Volví donde mi madre y le conté de mis penas junto al dolor que ahora albergaba mi corazón, no podía darle amor a los humanos cuando yo mismo estoy pasando por esta mala racha. Quería estar solo y no saber de esa persona que lastimó mi corazón.

Aunque antes de volver a mis orígenes de sedentario le hablé a Sefiro de lo acontecido y le dije claramente que esto requería de un castigo para el par de brujas mentiras envenena mentes, y lo peor que un mortal debe recibir es ir con el mismo Ares a recibir su castigo que durara por la eternidad.

En palabras para que entiendan.

Ellas murieron cayendo del acantilado con las piedras incrustandose en sus ojos y bocas.

No supe de mi amor perdido hasta que las noticias de un alma triste rondaba los templos de los dioses queriendo confinar su tristeza con labores a servicio de ellos y con el fin de encontrar el perdón por sus pecados.

Los sirvientes del templo de mi madre me informaron de la llegada de mi esposo, no me sorprendía que la Diosa Afrodita ponga su mano dura al joven que le robó la atención de los súbditos y daño el corazón de su hijo, creía que él no haría tales órdenes imposibles para una sola persona pero sus palabras y firmeza dio paso a que sea de esa forma castiga con los peores trabajos.

Separar los granos de cúmulos de arena, al ser una tarea fácil para un Dios sabrán que para mi ángel fue algo casi imposible de hacerlo en un solo día. Él tenía que estar bajo el sol quemando su hermosa piel desgastando su energía, quemándose las pestañas para separar eficientemente esos granos. No podía permitir que mi esposo pasé por tal cosa sin que yo pueda ayudar al menos a que se facilite su estadía con mi madre. Mande a las hormigas a que ayuden a mi príncipe con la labor y así él no enferme por la exposición al sol.

Sus demás tareas fueron así de complicadas que hasta los otros dioses tuvieron la misericordia de ayudar al chico que en cada tarea cumplió sin fallar, mi madre enojada y escuchando de sus subordinados se canso de que los dioses tengan tal corazón para ayudar al hombre que tanto daño le provocó y no solo se burlo de su hijo.

Afrodita es conocida por la dureza en cuanto se trata de los pecadores, bajo la orden de la Diosa más poderosa y con una de las órdenes más peligrosas de todas mi amado partió rumbo a su muerte... debía ir hasta el Reino de Hades a pedirle específicamente a la Reina Perséfone que llenará una caja de belleza para que así pueda restaurar la que Diosa perdió por los corajes. Y para llegar al inframundo la única- o era la única- forma era acabando con la vida. Mi amado estaba más que dispuesto a morir por cumplir con la petición de mi madre, sin embargo, una voz le hablo de otro camino al reino de las almas, con esa opción encontró una cueva, después de un largo descenso llegó a las orillas del río Aqueronte y allí se encontró con Caronte, el barquero. El chico habló con él, le contó sobre su audiencia con la reina y le ofreció dos monedas de oro como pago por el viaje al otro lado. Llegando hasta los reyes del inframundo presentó los motivos de su visita, la reina fue testigo de la verdad en las palabras del pequeño mortal y con una sonrisa acepto llenar la caja. Con lo cometido ya en sus manos, mi ángel partió de regreso al mundo terrenal. En su camino de vuelta se encontró a la principal causa del sufrimiento de las almas condenadas, Cerbero bloqueando su paso, pero la intuición de mi amado fue más grande que entre las cosas que había llevado tenía a su disposición de unos panes de cebada y miel empapada con un somnífero, y cuando el perro lo comió se quedó dormido. Volvería por el barco, entre el reflejo de las aguas miro su reflejo, ya no era el vivas y hermoso ser que antes se regocijaba entre los mejores regalos, ahora solo había un joven cansado, con heridas en el rostro por los trabajos forzosos y la piel manchada. Cuando estaba ascendiendo la repentina crisis de su estado físico fue el impulsor para que tenga en mente tomar solo un poco de la belleza de la caja. Aunque aquella niebla era como un somnífero para los dioses era veneno para los mortales que con solo estar bajo su niebla ya eran víctimas de una muerte asegurada.

En ese instante sentí que algo no estaba bien con mi amado esposo, no dude en ir con él para averiguar que sucedía, al estar en las faldas de la superficie encontré el cuerpo helado... de mi amado con la muerte esperando a que de su último respiro. No dejaría que nadie me separe de él, con mis poderes de Dios hice que la niebla saliese de su cuerpo y regrese a la caja, moriría si el amor de mi vida se escapaba de mi lado. No dejaría que algo tan doloroso decaiga entre nosotros, no cuando el amor es verdadero.

Él despertó entre mis brazos.─ Mi amor siento que ahora puedo finalmente mirarte a los ojos sin riegos de perderte.

Y concretamos nuestros lazo de amor con un beso que demostraba lo necesitados que estábamos el uno del otro, deje que las lágrimas acompañarán mi felicidad y lo mucho que extrañar estar entre los brazos de mi esposo. No volvería a dejarlo.

Deje que él cumpliera con la tarea de la Diosa ya que yo debía hablar con Zeus para que convenciera a mi madre de que por favor apoyé mi matrimonio y olvide el daño de antes. Llevé hasta el monte olimpo a mi esposo para que finalmente recibamos la bendición de los dioses y por fin estemos juntos. Al tener la bendición de las dos autoridades de los cielos ahora no habría nadie que nos separe, mi amado recibiría el néctar y la ambrosía, alientos divinos que otorgan la inmortalidad.

Estaremos hasta el fin de los tiempos, siempre juntos."

─Y díganme, ¿qué les pareció mi historia?─ les dije a mis amigos una vez que termine de contar la historia que encontré por internet y me gusto tanto que decidí adaptar.

─¿Te digo la verdad?─ dijo Baji sentado en uno de los sillones de mi habitación. Asentí, quiero saber que tal estuvo, luego debo preguntarle a Takemichi.─ Una mierda.

─Baji no digas malas palabras.─ intervino Kenchin dándole un empujón al idiota de mi amigo que reía.

─Mikey, lo mejor es crear tu propia historia. No cambiar al personaje principal para ponerte a ti.─ me dijo Mitsuya revisando mi escrito y ojeando unas páginas al azar.

─A mi me gusta. Además es una historia donde hay un final feliz.─agregué muy seguro de mis fuentes, en YouTube había hasta resúmenes. No estaba mal.

─¿El otro protagonista es Takemichi?─ a mi lado Emma jugaba con mi cabello, sus manos eran tan suaves que no me opuse a que lo haga. Mi hermanita sabía como tratar mi cabello.

─¡Sí! Se lo mostraré luego.

─¡No!─ gritaron todos mis amigos en conjunto con Emma, todos ellos estaban muy raros desde hace mucho. Algo había que yo no sabía.

─¿Porqué? ¡No les pregunte en todo caso!─ le quite mi historia a Mitsuya y coloque mis iniciales en la primera hoja, era un guión para una presentación en la secundaria, habría un premio de comer todo lo que puedas al ganador.

─Ni se te ocurra enano.─ se acostó Kenchin en mi cama y cerró sus ojos.─ Escribe otro, lo harás mejor tal vez.

Bueno, me ánimo a volver a intentarlo pero que ni crean que Takemichi no verá esta versión que hice de nosotros.

Yo también deseo un amor así de fuerte como Eros y Psique.


Hola! Tarde pero tenía cosas que hacer, no acabo aún pero espero les guste el capítulo del día.

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