-No mamá, estoy bien, no se enojó- respondió a través del teléfono.

Se recostó en su cómoda cama con algo de pereza, ya pasaban de las doce de la noche y lo único que quería era descansar, pero su madre había llamado en el último momento.

-¿Seguro? a veces siento que ustedes pelean todos los días- le dijo su madre, la preocupación era notable en aquella mujer.

-Mmm solamente cuando me dan ganas de pelear- le respondió, soltando una leve risita.

-¿Salieron hoy? llamé hace rato pero nadie respondió.

-Ah... si, salimos a cenar hace unas horas.

-¿Está todo bien?- preguntó una vez más su madre -, te noto muy apagado.

-Oh... sólo estoy cansado, en la mañana tuve que despertarme más temprano de lo normal para poder ir a verlos, además de que salimos ya noche del restaurante- le dijo, soltando un bostezo.

-¿Pasó algo malo en el restaurante verdad?- Xiao Zhan suspiró pesadamente, su madre siempre lograba acertar en las cosas -, ¿qué tan lastimado quedó el otro chico?

-Mmm... bueno, le rompió la boca y la nariz- contestó, masajeo su sien mientras recordaba lo que había pasado -, no lo entiendo sabes. Le dije que se calmara y me hizo caso, pero después... después se puso como loco.

-¿Qué hizo el otro chico para molestarlo?- preguntó su madre.

-Solamente me estaba mirando- respondió Xiao Zhan con notable vergüenza -, después fui al baño y el chico me siguió, no me dijo nada pero cuando estaba por volver me tomó de la cintura, Yibo lo vio y se levantó para golpearlo.

-Oh... así que eso pasó.

-Mamá, es demasiado, no, extremadamente exagerado- suspiró una vez más -, dios santo, nadie puede acercarse a mí a menos que tengan su permiso, nadie puede ni siquiera mirarme. ¿Qué soy para él? ¿un trofeo o algo así?

-¿Qué es él para ti?- cuestiono la mujer, Xiao Zhan no respondió, escuchó la suave risita de su madre al otro lado del teléfono -, Xiao Zhan... estoy segura que Yibo...

-¿Eh?

-Estoy segura que... en realidad él te aprecia más de lo que creés.

-Pfff... eso no es posible, le importa más mantener su fachada de macho Alfa, tratando de controlarlo todo y de asustar a todo mundo.

-Oh, tu piensas eso ¿cierto? pero dime, ¿alguna vez te a puesto una mano encima? sexualmente hablando y de manera violenta también.

-¡Mamá!- Xiao Zhan exclamó, sintiéndose algo avergonzado -, claro que no, no se lo e permitido.

-Exacto, él no te falta a respeto de esa manera. Las peleas constantes que tienen son por cosas insignificantes, con eso de que a ti te gusta pelear la mayoría del tiempo y él... él es cero tolerante- su madre suspiró -, Xiao Zhan, recuerda que Wang Yibo no es igual a ti. Él creció encerrado en un mundo donde sus padres le enseñaron que los omegas son... son sólo para satisfacer a un Alfa.

-Si le hubieran enseñado eso... yo definitivamente no sería virgen.

-¿Y qué crees que le enseñaron? su madre parece ser una omega débil, su padre es... su padre da miedo, por supuesto que le enseñaron eso, el asunto es que a Wang Yibo le gustas y no soportaría hacerte algo en contra de tu voluntad.

-Wow ¿cuando dejaste de ser mi madre para convertirte en la suya?- pregunto el omega. Su madre gruñó algo enojada.

-Xiao Zhan, hablo en serio.

-Agh... está bien, está bien. Pero no es fácil y lo sabes, mientras él no me diga directamente sus sentimientos, yo jamás le correspondere, incluso aunque lo haga, no pienso corresponderle.

-¿Por qué?

-¿Quién carajos quiere que su esposo sea un mafioso? por supuesto que nadie, sobre todo si él es mi predestinado, ¿creés que quiero eso?

-Pero ya están juntos, solamente hace falta que se entiendan- le dijo su madre una vez más -, aunque... tampoco es como que me agrade la idea de que alguien como él sea tu esposo, siempre y cuando te mantenga esta bien por mí.

-¡Mamá!- se quejó, escuchando como su madre soltaba una tierna risita a través del teléfono -, de verdad a veces siento que eres feliz sabiendo que Wang Yibo es mi espo...

La puerta de su habitación sonó, incluso su madre pudo escucharlo, así que no hizo falta que dijera nada más, Xiao Zhan colgó en ese instante y dejó de lado el teléfono. No sabía quién podía ser, pues nadie venía a molestarlo después de las diez en adelante, así que se estaba haciendo una idea de quién era la persona que estaba ahí.

Abrió la puerta, encontrándose con el Alfa que tenía como esposo.

-¿Sucede algo?- preguntó Xiao Zhan, aún sin otorgarle el paso a su habitación y quedándose justo en la puerta.

El Alfa suspiró con pesadez y desvió la mirada unos segundos, Xiao Zhan podía incluso olfatear el olor a alcohol en el Alfa. Pero Wang Yibo parecía completamente cuerdo.

-Voy a entrar- avisó, Xiao Zhan estuvo por decirle que no, pero Yibo había empujado de más la puerta y se había metido en su habitación.

El omega se sintió nervioso, no estaba vestido correctamente, solamente tenía su bata para dormir y debajo de esta estaba en ropa interior. Así que se abrazó a sí mismo y cerró la puerta detrás de él. Mantuvo su distancia tras ver como Yibo se sentaba en su cama.

-¿Por qué vienes tan noche?- preguntó Xiao Zhan.

-¿Por qué sigues despierto tan noche?- le preguntó ahora el Alfa.

Xiao Zhan bufo, desviando su mirada del chico mientras aún seguía con los brazos cruzados.

-Estaba hablando con mi madre.

Yibo lo miró seriamente durante un largo rato, no dijo nada más y tampoco hizo algo, simplemente se quedó sentado al borde de la cama y mirando al omega que parecía huir de él. Después de un momento, Yibo -quien aún traía su traje- aflojó la corbata que traía puesta.

Él dijo: -Perdón por lo de hace rato.

Xiao Zhan pareció no entender sus palabras, no sabía si había escuchado bien o mal, pero... ¿Wang Yibo había dicho perdón?

-¿Sobre que cosa?- se hizo el tonto por un momento, aunque claramente sabía a lo que Yibo se refería. Aún así, el hecho de que aquel Alfa haya dicho aquella palabra, le ponía los nervios de punta y quería escucharlo una vez más.

-Por armar una pelea en nuestra cena- respondió el Alfa -, no debí haber hecho eso, estábamos pasando un buen rato.

-Eh...

Xiao Zhan no sabía que decir, principalmente porque era la primera vez que escuchaba a Yibo pedir disculpas, y en segunda porque había dicho que estaba disfrutando de estar con él. ¿Qué si estaban pasando un buen rato? por supuesto que sí, aunque a Xiao Zhan se le hiciera todo un pleito en la mente, definitivamente si, había disfrutado la cena, el lugar era cómodo y algo reservado, no era tan elegante y la comida era deliciosa, además de que la música le agradaba pues creaba un ambiente muy satisfactorio para él.

Si, lo había pasado bien al inicio, Yibo no había hecho nada que llamara la atención de las personas, en realidad, se había portado de lo más atento con él. El único problema había sido aquel chico que lo había mirado y tocado justo frente a sus ojos.

Odiaba que Wang Yibo empezara un pleito por cualquier cosa, pero, muy dentro de él también quería agradecerle, porque le había incomodado que alguien lo tocara de esa manera aún cuando el pasillo era ancho para que dos o tres personas caminaran con libertad, y desde luego que estuvo por defenderse por sí solo, pero cuando menos se dio cuenta, el Alfa ya estaba sobre aquel chico golpeándolo.

Ahora su Alfa estaba libre de golpes y pero claro, con los nudillos rojos y lastimados por haber golpeado tanto al otro chico.

Por situaciones como estas, agradecía intername que Yibo siempre saliera a defenderlo. No siempre era una persona abusiva, no al menos que estuviera en horario de trabajo, pues cuando alguien molestaba a Xiao Zhan, el omega siempre le decía que no armara una pelea y muchas de las veces lograba tranquilizarlo. Pero ahora, había fracasado completamente.

-No hace falta que te disculpes, está bien- le respondió.

-No, no está bien. No debí golpearlo y arruinar la noche- gruñó enojado -, pero tampoco puedo quedarme en silencio y ver como te tocaba la cintura, por dios, ni siquiera yo te he tocado así. No dejaré de alguien que no sea tu esposo lo haga.

Xiao Zhan sintió su corazón latir con fuerza, ignoro sus palabras y la manera en la que lo hicieron sentir. Tenía razón, él jamás lo había tocado en aquella zona o si intentaba hacerlo, retiraba la mano inmediatamente. Algunas veces el lobo de Xiao Zhan anhelaba pedirle mimos al Alfa, pero no lo hacía porque tenía el control suficiente sobre él.

-G-gracias...- no sabía de dónde había sacado la valentía de poder decirle eso, pero quería hacerlo -, por defenderme... pero para la próxima, no armes todo un alborotó, simplemente ignorarlo y salgamos de ahí.

Ahora era Yibo quien estaba levemente sorprendido por sus palabras, pero la admiración no duró mucho antes de sonreír ligeramente hacía el menor, quien desde luego ya no lo estaba viendo.

-La siguiente vez lo haré bien- dijo el Alfa, Xiao Zhan asintió -, entonces me iré para dejarte descansar.

-Está bien- murmuró el omega.

Observó al Alfa levantarse y caminar hasta la puerta de su habitación, pero antes de salir, Yibo se volteó a mirarlo y le dijo: -Mañana... también puedes ir a visitar a tu madre, solamente lleva a Yubin contigo.

Xiao Zhan abrió la boca levemente por la impresión, de todas las cosas que se esperaba en ese día, definitivamente escuchar a Yibo pedirle perdón y decirle que también podía ir a ver a su madre dos día seguidos, absolutamente no.

-¿En serio?- sus ojitos brillaron por un instante.

-Mmn - Yibo asintió y dijo otra vez: - pero primero tienes que desayunar conmigo, después de eso puedes ir, y procura no llegar tan tarde.

Xiao Zhan asintió ante sus palabras, esta vez viendo como Yibo por fin salía de su habitación, un extraño sentimiento se impregnó en su pecho y sonrió inconscientemente al recordar las palabras del Alfa.

Tras pensarlo durante varios segundos, caminó rápidamente hasta uno de los cajones de su mueble para poder sacar un par de banditas y un poco de ungüento. Corrió apresuradamente hasta salir de su habitación y llegar a la de Yibo, pero cuando desvió su mirada por una de las grandes ventanas de la casa, observó como el Alfa se acomodaba bien su traje y subía de nuevo a su auto, siendo escoltando por los guardias de la casa.

Xiao Zhan suspiró, abrió la habitación del Alfa y el potente aroma a eucalipto y café lo tomó por sorpresa, hizo una leve mueca y entró en la habitación de Wang Yibo, dándose cuenta que el lugar era casi igual a la suya pero un poco más ordenada. Parecía como si nadie durmiera ahí.

No quiso quedarse mucho tiempo, pues el aroma comenzaba a abrumar lo y además estaba cansado, así que se acercó hasta el buró del Alfa y dejó la banditas para sus heridas y el ungüento sobre aquel lugar, para después salir rápidamente de ahí.