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5. o t r a o p o r t u n i d a d

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Tal vez el quidditch no era lo mío. Tal vez esta era la forma en la que la vida me demostró que debería hacer otra cosa. Si ya van dos veces donde no me dejan jugar es por algo. Quizás debería escuchar a ambos Potters y dejar de lado mi fascinación por el deporte.

¿Quería llorar realmente? la verdad es que no. No me quedaba ya nada mas para llorar. Estaba mas que nada molesta. Harta. Y ¿saben qué? encontraré otro pasatiempo. Yo se que si. ¿Qué mas da? 

Me esperé a que pasara la hora del entrenamiento para ir a cambiarme a los vestidores. No me quería encontrar a nadie porque de ser así, sabría bien lo que escucharía. 

"Lo lamento, Ginny."

Y odio causar pena ajena a los demás. No iba a dejar que eso pasara. Por ello ahora que son las siete y media, me vengo a los vestidores por mi ropa. No sin antes, tomar un baño. Prefiero honestamente aquí y aprovechar que esta solo el lugar.  Fue la mejor decisión que pude haber tomado, el agua aquí es mil veces mejor. 

Aunque en ese momento vi que James entró y puse los ojos en blanco. Gracias al cielo el solo podía ver mi cabeza. La pared tapaba mi cuerpo. Lo ignoré y seguí lavando me. Pero no me duró mucho el gusto cuando este decidió entrar por igual a las regaderas.

- ¿qué rayos crees que haces? - le dije algo asustada mientras me tapaba el busto.

- me voy a bañar, estoy seguro de que no tengo porque explicarte que significa. Tu misma lo estas haciendo. - tarado. 

- pero yo estoy aquí.

- y estás son regaderas mixtas, princesa. - detesto que me llame así. - tranquila, no te voy a ver. Yo estaré en la parte de enfrente, por ende, nos vamos a dar la espalda.

- bien. - dije y me voltee para seguir con lo mío. 

Pero que incomodo es esto. Por un lado, me gana el coraje de como este tarado no me dejó para nada estar en el equipo. Pero por otro tan solo pienso que es el padre de Harry y eso me vuela la cabeza en todos las formas posibles. Pero es por ello, que decidí apurarme a bañarme y me puse el shampoo de una vez. 

Y para mi suerte, en ese momento, dejó de salir agua. 

- ¿pero que demonios? - dije pero el shampoo entró a mis ojos y me ardió. - ouch.

- ¿qué pasa?

- no te importa. - le grité. Intenté limpiarme los ojos pero si o si necesitaba agua. - eres un idiota James, ya no sale agua.

- ¿y eso es mi culpa por..? - como no podía ver bien, ni siquiera podía asegurar si me estaba viendo, solo lo escuché reír. 

- esto es lo que haremos, te voy a pedir de favor que te voltees.

- estoy volteado.

- que te mantengas volteado. - dije firmemente e interrumpiéndolo. - te vas a quitar y me vas a dejar enjuagar.

- si princesa ¿Qué mas quieres? ¿quieres que también te sequé?

- es lo menos que puedes hacer por haber llegado y quitarme el agua. ¿cómo es que logra bañarse todo el equipo y obtener agua para todos?

- oh cierto, olvidé que eres nueva. Tienes que marcar desde un inicio cuantos minutos quieres usar el agua. - ¿qué? ¿por qué no hacemos eso en un futuro? - adelante. Me voy a quitar.

- gracias. - y deseando demasiado el que no me cayera, empecé a avanzar a la regadera. 

- pero la vamos a compartir. 

- tu estas pero loco si crees que voy a compartir una regadera contigo.

- ni siquiera puedes ver. - se ataca de la risa. - ven, antes de que te ardan los ojos.

- iré hasta que te muevas. - siento como este toma de mi mano y me jala hacia el para que me enjuague. El agua empieza a caer sobre mi cabeza y por fin puedo abrir los ojos. El se encontraba de espaldas. - gracias.

- te prometo que no vi nada. - le creí y seguí enjugando me. 

El único problema es que el me había dejado en posición para que pudiera verlo. Por ende, fue inevitable ver su cuerpo desnudo. Al menos la espalda. Baja la mirada para observarlo de cuerpo completo y... pues... si, si tiene un buen cuerpo. Sentí mariposas en el estomago y supongo que fue por los nervios de tener un cuerpo desnudo frente a mi. Fue por ello que me voltee de inmediato para darle la espalda. 

- ya estoy de espaldas. - le aclaré.

- gracias, no quisiera que me estuvieras mirando. Me sentiría acosado. - puse los ojos en blanco al escuchar lo decir eso. Y en ese momento se apagaron las luces. Solté un grito y mi primer instinto fue acercarme a el. Estaba oscuro obviamente pero aún así podía verlo y el podía verme. Ambos nos quedamos viendo pero con una diferencia. Mientras yo tan solo veía sus pectorales y subí a sus ojos, el si miraba mis pechos. Lo cual me hizo sentir incomoda y me cubrí de inmediato con mis brazos.

- ¿qué te crees idiota? ¡voltea te!

- pero si me tomaste tu. - se ríe.

- porque me asusté. - dije mientras lo empujaba pero este no se movió en lo absoluto. - basta, deja de verme. ¿por qué se apagaron las luces?

- se acabo mi tiempo de baño. Ya es tarde, deberíamos estar ya en nuestros dormitorios. 

- ¿por qué se te ocurrió bañarte hasta ahora? - le reclamé.

- yo te podría hacer la misma pregunta. - me voltee para ya irme y caminé hacia los vestidores. No sin antes voltearme para ver si me veía y si, el miraba de mi trasero. Muy molesta, me lo cubrí con mis manos y seguí avanzando hasta llegar a mi toalla. - ¿me pasas mi toalla?

Se la lancé al rostro.

- la razón por la cual decidí bañarme hasta ahora fue porque no quería encontrarme a nadie del equipo, lo encontraba una gran vergüenza el que no pude ser parte del equipo. - dije intentando abrir la puerta pero esta no abría. - debes estar bromeando.

- débil. - se burla de mi y ahora el intenta abrir la puerta. Pero tampoco puede. - ¿qué?

- "débil". - lo arremedé. - y también idiota porque nos dejaste encerrados. 

- no me llames idiota. - me dice muy molesto mientras me toma de la muñeca.

- yo te puedo llamar como yo quiera. - me intenté quitar de su agarre pero este era muy fuerte. - idiota, bruto, testarudo... - el muy molesto, por como lo llamé tan solo me jala la toalla y esta cae al suelo. El sonríe victorioso. Me tapé de nuevo mi zona intima con una mano y con la otra mi pecho. 

- ¿decías?

- bien, "chico inteligente"... ayúdanos a salir de aquí. - dije mientras me alejaba de el para tomar mi toalla de nuevo pero el la toma del suelo y la levanta en alto. - esto es acoso.

- ah pero tu si me puedes insultar.

- ¡no te quité tu toalla!

- puedes hacer lo si quieres. - baja la mirada para de nuevo ver mi cuerpo. Sus ojos estaban directos a mi cintura y me puse tan nerviosa que sentí como la piel se me erizaba. Lo peor de todo fue cuando este sonríe. En vez de sentirme incomoda o algo, tan solo... nerviosa. Lo cual es diferente. 

- basta. - y caminé hacia mi ropa para ponérmela. Honestamente no me importaba el que estuviera mojada aún. Lo único malo es que como seguía mojada, mis pezones se transparentaban por la camisa. - realmente te odio. Y solo llevo un día de conocerte.

- tranquila, el sentimiento es mutuo. - me senté en el suelo y traté de buscar mi varita entre mis cosas. El por mientras, se sienta a un lado mío. - ¿puedo preguntar por qué me odias?

- ¿qué no es obvio? me quitaste la oportunidad de ser parte de lo que mas amo en este mundo.

- ¿lo que mas amas en el mundo es el quidditch?

- ¿es tan difícil de creer?

- no solo que... aun no conocía a nadie que le gustara tanto como a mi. Y que por igual quisiera la misma posición que yo. - voltee a verlo. Y cuando esa mirada tenía que ser de tan solo un segundo, terminó siendo mas. Era inevitable no ver sus ojos. Son tan adictivos. - lo siento, no tenía idea de que te gustara tanto.

- no por nada vine a la practica. - suspiré hondo. - escucha James, quizás para ti todo ha sido muy fácil pero créeme que para mi no. 

- ¿quisieras contarmelo?

- no. - lo miré con desprecio.

- por favor. - recarga la cabeza en la pared. - ¿por qué es tan importante para ti ser parte del equipo?

- mis hermanos adoran el deporte. - el no sabe sobre mi familia así que le puedo contar sin contexto. - tengo seis hermanos. - me ve con asombro. - y siempre dieron por hecho que... al yo ser mujer no tenía el mas mínimo interés en el quidditch. Pero error, me encanta. Y practiqué tan duro todo el verano para esto y... no me creerías si esta es la segunda vez que me niegan el jugar. En menos de una semana.

- ¿quién te negó la jugada antes que yo? - tu hijo, pero no le iba a decir eso. 

- um... mi padre. - mentí. - el tampoco cree que debería jugar.

- oh... ahora me siento como un idiota. 

- lo eres. - reí y el también. - porque sabes bien que te gané el día de hoy. Y aun así no me dejaste ser parte del equipo.

- vas a jugar. - lo miré con asombro. - si, supongo que... te lo mereces. 

- ¿en serio? ¡gracias! - dije con mucha emoción y le di un abrazo. El por igual me abraza y fue algo extraño porque este seguía sin camisa. Lo que lo hizo extraño es que jamás había abrazado a alguien que fuera así de fuerte. Sus brazos a mi alrededor, de nuevo me causaron escalofríos y es que su tacto era tan solo... diferente. Me separé y el hace lo mismo. - te prometo que no te arrepentirás.

- por supuesto que no, si por ti hoy tuvimos como cien puntos en tan solo una practica. - sonreí. - pero si llegas a ser mejor que yo... te saco del equipo.

- entonces si crees que te puedo ganar.

- hey tranquila, el del ego grande aquí soy yo. - reímos de nuevo. Y fue ahí donde nos miramos por unos segundos. Aunque, fue el quien bajo la mirada y se quedó mirando de mis labios. Lo cual de nuevo, hizo que mi corazón latiera demasiado rápido. Como nunca en mi vida. 

- alohomora. - se escucha y se muestran Remus, Peter y Sirius. - ¿sexo en las regaderas con la chica nueva? vaya James, quien lo diría. - le dice Sirius.

- nada de sexo. - dije mientras me ponía de pie. - increíble ¿cómo no pensamos en usar magia?

- no encontrabas tu varita. - me dice James mientras me la muestra. Todo este tiempo el la tenía. Yo muy molesta me acerco a el y se la arrebato.

- eres un idiota.

- un idiota el cual ya te aceptó en el equipo. - dice mientras se pone de pie y se acomoda la toalla. - deberías agradecerme.

- gracias magnifico James por dejar a esta pobre chica hacer lo que debe hacer. - dije con tono sarcástico. - te debo la vida.

- si quieres tan solo un beso, con eso me basta. - y como se bien que me puse toda roja con eso, me voltee de inmediato para que no me viera. Tomé mis cosas y salí de ahí.

Aunque Remus me siguió.

- ¿tu y James? ¿tan rapido? 

- ¿qué? no. - dije mientras caminaba mas deprisa, intentando dejar atrás ese tema. - el muy tarado realmente hizo mi tarde muy pesada. Ya ni siquiera alcancé a cenar.

- notamos el que faltaron a la cena y por ello vinimos a buscarlo. - el me muestra un muffin. - ¿te gustan?

- si... gracias. - me detuve para tomarlo. - ¿pensaste en mi para traerme de cenar?

- supuse que tendrías hambre. - no pude evitar sonreír ante ello. 

- gracias, Remus. - repetí. - que lindo de tu parte. 

- se que apenas nos conocemos pero cuentas conmigo para lo que quieras. - el sonríe. - e ignora a James, siempre es así de pesado.

- me queda claro.- reímos.

- ya no se si me gusta mas ver a la chica alcohol con James o con Remus. - dice Sirius mientras abraza a su amigo, a Remus. - ¿qué dices Peter?

- mmm no lo se, tan solo va un día que la conocemos. - le puse los ojos en blanco, pero porque me acordé de lo que hizo en el futuro. - ¿qué?

- no te debería gustar verla conmigo. - llega James ya cambiado. - ella dice que soy un idiota y un testarudo ¿cierto?

- muy cierto. - dije.

- y a mi me gusta Evans. - levanta los hombros. - así que... empecemos a molestar a Remus con ella.

Remus no dice nada y tan solo los mira molestos.

- si bueno... la chica alcohol tiene nombre. - dije interrumpiéndolos. - Ginny ¿okay? y no, no les debe gustar verme con alguien. Yo me voy.

- fue un placer tomar una ducha contigo hoy. - grita James a lo lejos.

Yo tan solo les di la espalda y les levante el dedo de en medio.  

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