35. "T e a m o"
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- claro. - fue lo único que dije y me fui corriendo dejando a Sirius ahí, en busca de la sala de menesteres. Fue el único lugar donde se me pudo ocurrir que estaría y la puerta me apareció justo enfrente. Así que entré. Y me encuentro con el tan solo sentado en un sofá y jugando con la misma snitch que ya había robado hace tiempo. - ¿qué rayos haces aquí? ¿Por qué necesitarías un sofá solamente? - le pregunté porque pues, la sala solo aparece cuando la necesitas.
- ¿por qué has venido?
- ¿qué por qué? James llevas todo el día ignorándome. Por lo más estúpido literalmente. Solamente te hice una pregunta, una válida. Una la cual tenía todo el derecho de hacerte y ni siquiera pudiste contestarme la. En cambio, tu tan solo te enojaste y decidiste alejarte.
- no me enojé por la pregunta.
- por supuesto que si.
- quiero decir, si. Claro que me molestó pero no por las razones que crees. - el se pone de pie y se acerca a mi. - me molestó el hecho de que dudaras de mi amor por ti.
- no James, eso jamás. Te lo juro. Solo que... solo quería saber cómo te sentías respecto a ella. Es todo.
- me agrada, es linda, me gusta mucho pasar el tiempo con ella y la considero una de las personas más importantes en mi vida. - asentí ante ello. Realmente no sabía que más hacer. - me he imaginado tantas veces estando inclusive tomando de su mano. - me sentía bastante incomoda escuchando esto, pero yo fui quien lo pregunto. - inclusive lo que sería un beso con ella.
- de acuerdo. - repito ¿que más puedo decir? - esta bien.
- pero nada de eso se compara con lo mucho que te amo. - cuando el dice eso, alcé mis cejas de inmediato. Porque no lo dijo dudando, no lo dijo en tono serio. Lo dijo con una gran sonrisa y con tanta felicidad en su voz. - Ginny realmente te amo y lo siento si es incómodo para ti el oír esto pero es tan solo la verdad.
- pero...
- y no fue solo eso lo que me molestó.
- ¿hay más?
- cuando dije "estoy harto de esto" era porque odié el que me dijeras que no crees el como es que pude enamorarme de ti, después de que me haya gustado mucho otra persona. - creí que odio el que le preguntara de Lily. Levanté ambos hombros en duda. - ¿por qué nunca puedes ver lo fabulosa que eres? - me acaricia la mejilla. - en el día te muestras siempre como la persona más segura de todas pero me dejas bastante en claro que tienes muchas... inseguridades.
- todos las tenemos.
- si pero, no deberías tenerlas. No respecto al amor. No cuando me tienes a mi. - sonreí ante ello. - quizás en un pasado la vida no fue linda contigo pero... estamos ahora tu y yo juntos en esto. Y no me importa el que ni siquiera seas de este año. No me importa que seas una loca futurista. - me reí. - te amo, Ginny Weasley. Y quiero que sepas que nunca voy a amar a alguien, como es que te amo a ti. Y quiero pensar que nunca nadie te va a amar... como yo lo hago en estos momentos.
- yo también te amo James. - primera vez que digo esas palabras y son del todo cierto. - en verdad lo hago.
En ese momento, se muestra mi habitación. La de mi casa... en la madriguera. James voltea a observar el lugar y se ataca de la risa. Por lo obvio.
- curioso como la primera vez que estuvimos aquí yo hice aparecer una cama y ahora eres tú quien lo hace.
- esta es mi habitación. - dije extrañada. - wow no creí verla nunca más.
- es linda. -el dice mientras camina por el lugar y voltea a ver mis posters de Quidditch por todos lados. - si que somos iguales.
- quizás muy en el fondo quería que conocieras este lado de mi vida. - voltee a verlo. - de mi otra vida.
- me agrada poder de alguna manera ser parte de ella. - le sonreí y me voltee para buscar de mi casetera. Y puse música. Era "It Must Have Been Love" de Roxette. - ¿qué rayos es eso?
- eso mi querido James es la magia de los 80s. - reí. - algo que no has experimentado aún pero es increíble que gracias a esta sala, puedas hacerlo.
- suena bien. - lo escuché decir detrás mío y sonreí aliviada de estar aquí. Voltee a verlo y noté lo cerca que lo tenía.
- ¿qué quieres hacer?
- tengo algunos juegos de mesa. - el sonríe pero se acerca mucho más para besarme.
Mete las dos manos entre mis cabellos y me sujeta la cabeza. Al principio, ambos nos besamos de una manera lenta y disfrutando de la música, del momento, de nosotros. Fue lindo y perfecto como siempre. Pero fue inevitable no querer estar con el en estos momentos.
- no tengo ganas de jugar juegos de mesa. - susurra.
- ahora que lo pienso, yo tampoco. - reí nerviosa y me separé para verlo a los ojos. Necesitaba razonar un poco lo que quería hacer, lo que él por igual quería hacer. Me negué tanto tiempo a que pasara pero no podía contenerlo más. Asentí con la cabeza, y el me mira confundido pero al final, terminó entendiendo. Sonríe y me vuelve a besar.
Su beso es exigente, me besa con fuerza y yo le regreso el beso de la misma manera. Gimo y lo siguiente es que me rodea con sus brazos y pega mi cuerpo con el suyo. Acaricia de mi cuerpo y tomando de mi trasero, me pega suavemente a sus caderas. Gracias a ello, yo pude sentir su ereccion contra mi cuerpo lo cual tan solo me hizo sentir de lo más nerviosa.
Vuelvo a gemir sin apartar los labios de su boca. Lo cual hace más imposible aún el que suena normal, pero lo agradezco porque me da bastante pena tener que hacer ruidos. Y como aún me tenía entre sus brazos, el me carga y me coloca suavemente y gentilmente sobre la cama.
- sería tu primera vez ¿cierto? - asentí con la cabeza. - entiendo si tú quisiera que fuese con alguien de tu tiempo. Lo digo en serio, yo no estoy saliendo contigo porque quiera tener eso contigo. Eres mucho más que solo eso.
- ¿tu ya... lo has hecho antes? - le pregunté y el asiente con la cabeza.- wow ¿con quien?
- Loretta Lane.
- no me suena en lo absoluto ese nombre.
- fue el verano pasado, tan solo fue para experimentar. Una amiga... vecina... - estoy empezando a creer que todas las vecinas de James querían con el. - tan solo fue durante el verano.
- entonces fue más de una vez. - el asiente. - oh.
- no quiero que pienses mal de mi. Ni que decidas alejarte de mi. Créeme que yo... - y por voluntad propia me quité de mi ropa que era una falda y un camisón. Dejándome en ropa interior. - oh... lindo.
- es tu turno. - el sonríe y se quita por igual la camisa. Adoraba su perfecto cuerpo. Fue minutos después donde decide por igual quitarse el pantalón. - lindo. - dije al igual que el.
- tu me viste en las duchas, como toda una pervertida. Desde el día uno de conocernos, ya me acosabas.
- cállate. - me reí pero el actúa y se acomoda sobre la cama para así tomar de mis caderas y agacharse para besar de mi abdomen. Esto era completamente diferente. Sus suaves y húmedos labios contra mi piel desnuda. Lograba estremecerme de una manera inexplicable.
- tienes una piel bastante linda.
- ¿qué clase de halago es ese? - volví a reír. Pero James se coloca aún más arriba para verme cara a cara y soy yo quien jalo de su cuello para seguir besándolo.
Recorriendo mis manos por si espalda, su fuerte y perfecta espalda, para bajar por sus hombros y detenerme en sus brazos. Los cuales me acariciaban de la cintura mientras nos besábamos.
- ¿puedo? - me pregunta sobre mi sostén y yo tan solo asiento. Lo siguiente que sucede es que el me lo retira. - estás perfecta. - Lentamente, el se agacha y empieza a besar de mis pechos. Causándome de nuevo el gemir. Sus besos siempre fueron suaves pero cuando sus manos entraron al juego, el apretaba con fuerza de estos. Y me tapé la boca de nuevo para no hacer tanto ruido pero el aún así decide quitarme la mano. - me gusta escucharte.
- James... - jadié y es que era una combinación de sensaciones por todos lados. Sentir su miembro duro encima mío, sus manos acariciando cada parte de mi cuerpo y sus labios besándome el cuello. Estaba literalmente por estallar. - hazlo.
- ¿qué quieres que haga? - me pregunta en voz baja mientras me sigue besando el cuello. Estaba tan segura que el día de mañana iba a tener todo el cuello marcado de lo fuerte que eran sus besos.
- tu sabes que. - dije con dificultad por mi elevada respiración.
- quiero escucharte decirlo.
- te deseo... quiero ser tuya. - se lo mucho que le gustó escuchar eso pues sonríe y se agacha para poder bajar de mi calzón. Se detiene un poco para verme y siento bastante vergüenza. Nunca nadie me había visto de esa manera.
- eres hermosa. - y pensaba que sería el momento en el que el... pues... haría lo que me imaginé desde un principio. Pero el tan solo se agacha y empieza a besarme ahora ahí. Me intente quitar y el con fuerza me abraza se las piernas, aferrándose a mi. - no me digas que te da pena.
- por supuesto que si.
- no debería ser así. - y se vuelve a agachar para seguir besándome justo ahi. Lo cual era aún más excitante. Mi espalda se arqueaba sin cesar y jadeaba terriblemente. Pero el hecho de que James me tomara con tanta fuerza de las piernas me causaba aún más emoción. Fue cuestión de segundos para que empezar a usar su lengua.
- James. - grité y de nuevo tapé mi boca. No podía creer lo bien que se sentía. - ya no puedo.
- encantado de escuchar eso. - el se acomoda de rodillas y se baja su ropa interior. Por Dios santo, lo tenía enfrente mío completamente desnudo y fue de lo más... excitante. - ¿puedo?
- hazlo. - dije con desesperación, no podía más, necesitaba tenerlo. Pero apreciaba el que me preguntara.
- necesito que me digas si te duele, o si quieres que pare. - el apoya sus codos sobre la cama, justo a mis lados y teniéndome cara cara, el empieza a penetrarme pero poco a poco. - ¿te duele? - negué con la cabeza pero la verdad es que si. Si dolía y bastante. - ¿segura?
- un poco. - dije y sentí como mis ojos lloraban y pero James empezaba a besarme con ternura.
- maldita sea. - el gime y mueve su cabeza hacia atrás. - ¿quieres que yo...?
- no. - lo interrumpí, sabiendo que diría que si quiero que se detenga.
- lo estás haciendo muy bien. - escuché placer en su voz. Como su respiración se aceleraba y como el por fin se sintió con la confianza de pegar sus caderas completamente a las mías. Claro que si, si dolía bastante. Solté un gemido. - vamos princesa.
Estaba por fin, después de un rato sin tanto dolor y empecé a besar de su cuello, lo cual lo hice gemir aún más y también el que se moviera con fuerza para seguir empujando contra mi.
- te amo. - al yo decir eso el decide encontrarse con mis labios y fue tan perfecto el momento en el que ambos terminamos. Justo al mismo tiempo. Llegando a un nivel inexplicable de placer y el termina acostado a un lado mío. El sale de mi y me causa dolor pero fue muy poco el tiempo que fue así.
Nos quedamos ambos tratando de recuperar nuestro aliento. Me tapé con la sabana y voltee a verlo, el por igual a mi pero el si vuelve a besarme.
- yo también te amo. - sonríe. - ¿estás bien?
- lo estoy. Si.
- ¿era como te lo imaginabas? - negué con la cabeza. - ¿en una manera buena o mala?
- fue perfecto, James. - ambos nos sonreímos. - ¿qué hay de ti...? ¿Que pensaste?
- nunca antes lo había hecho con...
- ¿una Virgen? - reí.
- con alguien a quien amara. - me toma de la mano y la besa.
- pero ni siquiera me moví y... quizás con esa tal Loretta si fue mejor porque ella sabía lo que hacía.
- es inexplicable lo increíble que es cuando estás con alguien a quien le tienes cariño. - dice mientras acaricia mi mejilla. - créeme, creo que puedo decir honestamente que esta ha sido la mejor noche de toda mi vida.
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