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11. s a b a d o p o r l a t a r d e

.

Me desperté ante el constante sonido de alguien tocando mi puerta de lo más fuerte.

- yo no estoy esperando a nadie. - Gwen me dice, una vez que voltee a verla para que ella, quien ya estaba despierta, pudiera ir a abrir. - adelante dormilona, debe ser para ti.

- ¿un sábado a las once de la mañana? - me levanté de muy mala gana y abrí la puerta de un golpe, pero no contaba con que me encontraría con James. - oh, hola.

- lo olvidaste. - el dice muy pero muy feliz. - sabía que lo olvidarías.

- oh Dios. - en ese momento, me di cuenta que hoy era el día en el cual quedamos para estudiar. Inclusive, el día el cual yo fui la que le dijo que nos despertáramos a las seis de la mañana. James no podía dejar de sonreír, feliz de que me había ganado. Y eso me molestaba aún más. - lo siento tanto, deja me doy un baño rápido y... te veo abajo.

- podemos tomarlo juntos. - en cuanto el dice eso, Gwen voltea a verme sorprendida. - en fin, es algo a lo que acostumbramos ya.

- largo. - le dije mientras le cerraba la puerta en la cara. - um... larga historia.

- ni siquiera voy a preguntar. - Gwen me da una palmada en el hombro, y sale de la habitación por igual. Ya que ella llevaba más tiempo despierta y ya lista para comenzar su día.

En lo que yo me bañé, me cambié y tomé mis libros, ya eran las doce del medio día y eso significaba que nos quedaba menos tiempo para estudiar. Pero bueno ¿qué más da? Tan solo tiene que memorizar unas veinte pociones diferentes. Tan solo espero que lo logremos justo a tiempo para antes de la fiesta de Halloween. Y ahora que lo pienso, el por igual se despertó tarde, no por nada me vino a buscar a esa hora. Al final del día, todos tienen razón. Quizás James Potter y yo si nos parecemos más de lo que nos gustaría admitir. Y en este caso, a ninguno de los dos se nos da el despertarnos temprano.

Pero bueno, al yo salir de mi habitación, me encontré con Lily Evans y tan solo pensé una cosa, que si ella bajaba primero que yo, iba a desconcentrar por completo a James y el no querrá estudiar o dejar la sala común. Es por eso que aproveché el que ella venía platicando con Marlene McKinnon y bajé como una loca las escaleras.

James se encontraba justamente enfrente de la chimenea, platicando con unas chicas que desconozco y con Peter. Así tomé la oportunidad de oro y fui para tomarlo de los hombros.

- hey, hola ¿listo? - el se queda viendo el como lo tocó y mejor decido soltarlo. Peter me saluda muy amable como siempre y las chicas me miran feo. Desde el momento en el que llegué, no soy del agrado de muchas personas y eso al final del día no deja de ser algo que no me importe en lo absoluto.

- la verdad es que no me siento con ganas de perder mi sábado de esa manera. - me dice, sin siquiera voltear a verme y sigue platicando con ellas. ¿Qué no solo le importaba Lily? O quizás solamente platicaba con ellas para molestarme.

- James. - me crucé de brazos y me coloqué justo enfrente suyo para evitar el que viera a esas chicas. - por favor.

- de acuerdo, solo porque acudiste a la suplica. - me guiña un ojo y me acaricia la barbilla. - si tantas ganas tienes de que nos besemos supongo que puedo hacerlo solo por ti. - en ese mismo momento abrí la boca de la sorpresa que me causó escuchar eso pero también enojo. En especial porque las chicas enfrente mío se rieron.

- si, estoy tan enamorada de ti que por eso, yo también anhelo el pasar cinco horas haciendo que te entren los temas. - su sonrisa se borra. - tarado. - me voltee para ya irme y las chicas me miraron ahora feo, por lo que le dije a James. - ¿qué no tienen algo mejor que hacer? - y me fui de ahí.

- pero vaya que tienes un temperamento fuerte. - James me alcanza fuera de la sala común y lo ignoro. - vamos, solo estaba bromeando.

- no, te estabas luciendo enfrente de estas tipas.

- ¿y eso te dio celos? - negué con la cabeza. - pareciera que si. - se coloca enfrente mío e inclina su cabeza a la derecha para verme con ternura. - aw.

- James, ni aunque fueras el ultimo hombre en la tierra, yo terminaría con sentimientos de amor hacia ti.

- bueno, ya. Perdona me princesa. - dice mientras toma de mi mano entre sus dos manos. - vamos a pasar cinco horas educativas en la cual ambos nos aburriremos a tal grado que no querías que sean tres días a la semana, yei.

- eso esta por verse. - terminamos en el ultimo piso y seguimos caminando para salir del castillo. - ¿y bien? donde es que quieres estudiar.

- en la sala común.

- ¿qué parte de que ahí no podemos estudiar no entendiste? ya bajamos todas las escaleras y...

- va a ver partido de Slytherin contra Hufflepuff. Todos van a ir y por ello no tendremos distracciones. - suspiré hondo. - admite que es una buena idea.

- lo es, pero pudiste haber dicho eso antes de que bajáramos tantas escaleras.

- ¿sabes transportarte? - aún no. Negué con la cabeza. Al menos así de fácil no, solo con los polvos flu de mis padres para cuando vayamos a Diagon Alley. - lastima, entonces tendremos que caminar.

- eres un dolor de cabeza ¿lo sabías? - caminé de regreso y el iba a un lado mío. Ninguno de los dos dijo nada y tan solo caminamos a un lado del otro.

En lo que nosotros perdíamos el tiempo literalmente vagando por el castillo, nos dieron ya la una y detestaba la gran cantidad de tiempo perdido. Y puede que tenga razón, quizás si me harte de esto y no quiera pasar mas días de estudio con James.

En cuanto regresamos a la sala común, en efecto, no había ni una sola alma. Y es que es un partido muy pero muy esperado, inclusive yo quiero verlo. Se que no soy la única y que el también quisiera ir pero bueno, primero lo primero.

Le hice una serie de tarjetas de estudio. Esa es mi manera de aprenderme las cosas. Cortar varias hojas y ya en tamaños pequeños, llenarlas con datos importantes y resumidos sobre el tema.

Pasaron unas dos horas y el había terminado con las primeras tarjetas. Eso me hizo muy feliz, pues me demostraba que en efecto el era muy capaz de ello y lo único que lo detenía era la gran flojera que sentía al estudiar.

Después de ello, nos cansamos en la sala común y subimos a su habitación, tan solo en lo que llegaban los chicos. Que no han de tardar y una vez que llegaran, empezaríamos a arreglar todo para la fiesta de Halloween.

- ¿y bien? ¿para que sirve el veritaserum? - me acosté sobre su cama y ahora era mi momento de yo preguntarle por lo estudiado. El solo caminaba por el lugar y se quedaba pensando en que responderme. - vamos, tu puedes. El nombre lo dice todo.

- es una poción que te obliga a decir la verdad.

- profundiza mas tu respuesta.

- el Veritaserum se utiliza para hacer que la persona que lo beba diga toda la verdad sobre alguna pregunta que se le haga. Su uso está controlado por el Ministerio de Magia.

- ¡muy bien! ¿sabes la cantidad necesaria para su correcto uso?

- son necesarias tres gotas, las que suelen mezclarse en cualquier líquido para evitar sospechas de su uso por parte de la "víctima". Para que funcione debe estar lista hacia la fase de luna llena.

- ingredientes.

- um... un pelo de la cola de un Unicornio adulto macho y medio litro de agua del Río Nilo.- voltee a verlo y le sonreí. - lo sé, soy el mejor. Todo un genio.

- pues déjame decirte Potter que te faltan ingredientes. - y quité mi sonrisa de inmediato. - piensa. - le lancé un par de calcetines que estaban en la cama.

- esos estaban sucios.

- ew.

- pluma de fénix. - me le quedé mirando para que supiera que le faltaban aún mas ingredientes. Pero el nervioso empieza a tronarse los dedos. - ¿dedo de Grindylow?

- recuerda que es solo un trozo pero si. Vas bien. Recuerda lo de las tarjetas que te di. Son todas tuyas para que estudies hasta el examen si logras decirme los últimos. Tan solo piensa en los colores con los cuales los marcamos para que así sea mas fácil.

- oh, jarabe de Eléboro, acónito y... corazón de Dragón. - asentí con emoción y el por igual lo hace.

- ¡muy bien James!

- okay voy a necesitar definitivamente esas malditas tarjetas. - dice mientras se acomoda también a un lado en la cama. Dejándonos un poco apretados porque bueno... es cama individual. Pero de la emoción, ni lo pensó. - son muy buenas, no entiendo porque nunca estudié así.

- mira a mi me funciona así. Poca información pero precisa. Toma. - se las entregué. - son todas tuyas.

- voy a necesitar ayuda también con herbología y transformaciones.

- bien, pero otro día. Que estoy muy cansada. - el asiente. - aunque tu cama es muy cómoda.

- es lo que suelen decir todas. - lo miré con asco mientras que el no dejaba de sonreír.

- eso es tan asqueroso, no había pensado en la cantidad de mujeres que has tenido aquí acostadas y sin ropa.

- para tu sorpresa, creo que eres la única persona que ha dormido en mi cama. - lo miré con asombro, y levantando ambas cejas. - y fue tan solo porque estabas tan ebria que ni te podías levantar así que no me quedaba de otra.

- gracias por recordármelo. - esperaba que el dijera algo mas. Lo que sea. Que me molestara, que me hiciera enojar, inclusive que me coqueteara con el propósito de sacarme de mi quicio. Pero no hizo ninguna de las siguientes. Tan solo se me quedaba mirando pero diferente. - muy bien Potter, estas mas que listo para tu examen. - dije mientras me ponía de pie y lista para irme de ahí.

- quizás seas una odiosa, pero una muy inteligente. - dice mientras por igual se pone de pie y me sigue a la entrada. - gracias princesa.

- no fue nada. Quizás al final del día si somos amigos.

- ¿tu yo ser amigos? nah. - lo miré molesta ante eso. - quizás los chicos estén embobados con tu persona pero a mi no me engañas, estoy seguro de que algo tramas.

- ¿disculpa?

- tienes un secreto. - demonios. - se que lo tienes pero no logro descifrar cual es.

- por algo se llaman secretos, James. Porque al final del día, no es algo de tu incumbencia. - me empezó a molestar esa actitud suya. - ¿sabes qué? ni siquiera tengo ganas de discutir. Toma de tus tontas tarjetas y estudia.

- de hecho, son tus tontas tarjetas.

- las cuales te ayudaron para que pudiera retener algo de información tu pequeño cerebro. - y así fue como volvimos a pelear cuando ya estábamos bien. - como te odio. - se ríe. - hablo en serio, jamás he llegado a despreciar tanto a alguien.

- siempre hay una primera vez para todo, princesa. - levanta ambos hombros.

- como sea, yo me voy. - le puse los ojos en blanco y cuando estaba por irme, el me jala del cuello y me acerca a el para besarme.

Me empuja contra la pared y mientras una de sus manos se encontraba en mi nuca, con sus dedos entre mi cabello y jalándolo con fuerza para así tener mas cerca mi rostro y besarlo, con la otra me sostiene de la cadera. Lo peor de todo, es que yo estaba disfrutando de ese beso.

En mi vida me habían besado de esa manera. Gemí ante su tacto y el aprovecha eso para meterme la lengua y recorrerme la boca con ella. Nuestras lenguas rozan causándome una sensación de escalofríos pero de una buena manera. Pega por completo su cuerpo al mío y por lo tanto, siento de su erección en mi vientre.

Su beso es exigente pero lo peor de todo es que yo le respondía de la misma manera. Era como si ambos lleváramos tanto tiempo deseando ese maldito beso y ahora que pasaba, no podíamos controlarnos. Abracé de su cuello y el aprovecha eso para cargarme y colocar ambas manos en mi trasero, como de costumbre, ante eso yo gimo. Ahora abrazaba de su regazo con mis piernas para no caer pero lo encontraba imposible, con bastante fuerza el me abraza a su cuerpo. Literalmente me apretaba.

Todo respecto a este beso era perfecto. James huele de maravilla... a vainilla diría yo. Su piel... su esencia. Todo el. Su tacto es excitante y mas con la determinación que lo hace. Ni una pequeña parte de el duda acerca de lo que el quería hacer. Que era besarme y tocarme.

Y es que ambos lo hacíamos con la misma desesperación y ganas.

Me carga hasta su cama y me deja caer sobre ella. Soy yo quien toma el control de la situación y me subo encima suyo, causando ahora el que el gimiera. Fue mucho mas diferente la sensación de su erección debajo de mi. Y mas cuando empecé a moverme sobre su regazo. Noté como el decidió cerrar los ojos de lo mucho que le gustaba el que hiciera eso.

Solo quedaba entre nosotros un pedazo de tela. Estorbando en el momento pero yo estaba mas que agradecida de que así fuera. No creo que sea la mejor decisión el que el y yo estemos juntos de esa manera pero no podía si quiera detenerme con un beso.

Agacha la cabeza y empieza a besar de mi pecho pero solo la porción que mi escote dejaba lucir. Se detiene para voltear a verme a los ojos y me toma con fuerza de la barbilla para acercarme a el y seguir con el beso.

Pero en ese momento, nos vemos interrumpidos. Escuché a... mi gato. Mi gato estaba en su dormitorio.

- ¿gato sin nombre? - dije al verlo y me bajé de James aprovechando la distracción. Con mi respiración mas agitada que nunca, decidí hacer una pausa para respirar. - ¿por qué tienes a mi gato?

- ¿realmente esa fue la gran distracción del momento? ¿un gato? - dice el por igual con la respiración agitada.

- hasta donde se tu me odiabas. - dije mientras me cruzaba de brazos. - ¿qué si un gato nos interrumpió?

- que en verdad la estaba pasando muy bien. - dice mientras se pone de pie y se acerca a mi con una sonrisa en el rostro. - y tu fuiste quien me besó.

- ¡eso no es cierto!

- pero no te quitaste. - abrí la boca en busca de una respuesta pero nada salió. - ¿qué significa?

- no significa nada. - tan solo que deseo tanto al maldito de James Potter. - ¿significó algo para ti acaso? Se queda pensando y eso me preocupa. Pero termina por negar con la cabeza. - de acuerdo.

Me le quedé viendo a sus labios y di un paso, pero uno el cual no debí haber dado pero como quería seguir con esto. Veo que el igual pues me toma de nuevo de la barbilla y cuando estamos por besarnos de nuevo, la puerta se abre.

- ¡hemos llegado! ya no lloren por nuestra desaparición. - dice Sirius mientras se acuesta sobre su cama y lanza su chamarra de cuero al piso. - Hufflepuff ganó y ustedes dos, mis queridos amigos, se perdieron de un gran juego.

James y yo claro estaba que nos separamos de golpe ante eso y cada uno de fue a un extremo opuesto tan solo para simular el que nada pero nada había pasado entre nosotros.

- ¿qué tal les fue? - nos pregunta Peter y yo voltee a ver a James, esperando que no dijera ninguna estupidez.

- de maravilla. - el dice mientras se sienta en la orilla de una de las camas, creo que es la de Peter. La que esta pegada a la entrada. - de hecho, hace mucho que no la pasaba tan bien.

- si se aprendió todos los temas. - dije antes de que este siguiera molestándome con sus indirectas.

- bueno pues yo, estoy mas que emocionado por nuestra fiesta de Halloween. - dice Sirius mientras se pone de pie. - tan solo tomo un baño y te ayudo a arreglar todo Ginny Winnie.

- de acuerdo. - rasqué de mi nuca nerviosa. El sale de la habitación.

- yo voy a ir a recoger mi disfraz. - me alegró un poco el que si me hicieran caso con el tema de los disfraces. - el cual mandé hacer a Hogsmeade. Ahora que lo pienso, tendré que ir por el de todos... James ¿me acompañas?

- tengo algo que hacer pero... te alcanzo. - dice sin apartar la vista de mi y yo niego con la cabeza.

- ¿Remus? ¿tu me acompañas?

- um... yo también tengo algo que hacer. Pero en un rato vamos. - Peter con los ojos en blanco y un poco harto, también deja la habitación.

Dejándonos solos a los tres.

- ¿entonces? ¿cansada de dar clases? - me pregunta Remus y yo asiento con la cabeza. - debes ser la tutora mas atractiva que he visto. - dice este con una sonrisa y se acerca a mi para besarme.

No suelo abrir los ojos en cuanto tengo un beso con alguien, pero esta vez fue la excepción. Voltee a ver a James, quien estaba mas confundido que nada y que nadie. Lo siguiente que supe, fue que el dejó la habitación y azotando de la puerta.

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