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Mi mañana fue la peor por el simple hecho de que me desperté tarde y no alcancé a desayunar y, por si no fuera poco, ya iba tarde a mi clase de defensa contra las artes oscuras. Ni siquiera me quiero imaginar lo que va a tener que ser lidiar con el profesor Snape y con que me deje entrar.

Corrí lo mas rápido posible, casi tropezándome con mi propia túnica ya que me la había puesto tan mal que en cualquier momento se caería y mi cabello despeinado sobre mi rostro sin dejarme ver el camino. Pero llegué, logré llegar.

- profesor, lo lamento tanto... tuve una demora y... - dije con la respiración agitada y vi como toda la clase se me quedaba viendo. Incomodo. - ¿puedo pasar?

- ha llegado tarde señorita Weasley. - es exactamente lo que acabo de decir. - y yo no acepto eso en mi clase. - como lo detesto. - ¿sabe que hora es?

- no, no traigo reloj. - dije y algunos se rieron, la mayoría de mis compañeros de Gryffindor y uno que otro de Slytherin. - tan solo deben de ser unos cinco minutos tarde.

- son diez. - el sonríe cínicamente. - perfectos para poder negarle la entrada a mi clase. Así que si me disculpa... - y cierra la puerta en mi cara.

- maldito idiota. - dije mientras me cruzaba de brazos y caminaba lejos de ahí.

Si de por si yo no toleraba en lo absoluto a Snape, ahora mucho menos. Es la persona mas odiosa de todas. Siempre tan grosero y... no lo sé, a veces pienso que tiene algo en contra mío.

- ¿llegaste tarde Weasley? - me dice Trevor Greenwitch, un estudiante de Slytherin de mi clase el cual pasa por igual corriendo. - ya somos dos.

- ni lo intentes, no te va a dejar entrar. - le dije pero el aun así entra a la clase y... pues pasaron unos segundos y el ya no salió. Claro, preferencia como siempre a los de su casa. - augh.

Ahora mas coraje siento.

Pero ¿qué mas da? no es como que pueda hacer algo al respecto. Supongo que puedo hacer algo con mi tiempo libre. Caminé por los pasillos, y vi que justo en este momento, los estudiantes de Gryffindor estaban saliendo de su clase de pociones y eso me calmaba un poco porque podría ver a Ron. Ahora que Fred y George no están aquí, los extraño como nunca. Pero se que todo les esta yendo de maravilla en su nueva tienda. Estoy feliz por ellos y por como es que han manejado las cosas en su vida así que... trato de no pensar en eso.

Y en ese momento vi a Harry. Quien iba caminando a un lado de Cho. Yo supuse que después de todo lo sucedido con Umbridge y lo que contaban todos en los pasillos de su terrible cita en san Valentin, ellos dos habían decidido pues... dejar de hablar. Pero todo lo contrario, al parecer siguen siendo grandes amigos y es claro que le gusta. El la mira como... como quisiera que me mirará. Le brillan los ojos y suelta esa tierna y nerviosa risa cada que esta cerca de ella. Es tan doloroso siempre tener que ver como es alguien mas en su vida. Creo que es peor saber que soy como una hermana menor para el.

Y si no venía con Ron ni con Hermione, es que ellos venían mas atrás juntos.

- hola. - le dije, ya que no tengo 11 años y no me asusto al verlo como antes. Para este punto hasta yo soy mas extrovertida que el mismo Harry.

- Ginny, hola. - el me sonríe y luego de inmediato voltea a ver a Cho de nuevo. - ¿no tienes clase?

- si pero el idiota de Snape no me dejó entrar. - levanté ambos hombros.

- hey, no deberías referirte así a un profesor. - la señorita perfección me dice y no pude evitar poner los ojos en blanco.

- ¿no tienes algo mejor que hacer, Cho? - le dije y vi como Harry se incomodaba. No quería causar eso. Pero también al mismo tiempo... me vale.

- de hecho si. - y ella se retira muy molesta.

- ¿qué no se supone que es un año mayor? ¿por qué tomó clases con ustedes? - le pregunté a Harry pero el estaba mas concentrado en verla irse.

- solo fue a decirle algo al profesor Slughorn. - por fin voltea a verme de nuevo. - pero bueno. - suelta un suspiro. - ¿vas al rato a la prácticas de quidditch?

- por supuesto. - sonreí emocionada. - estoy mas que lista y...

- por milésima vez Ron, no creo que sea la mejor decisión el que te veas con Lavender. - Hermione y mi hermano llegan y por ende, mi conversación con Harry se interrumpe.

- ¿por qué? si me llegas a dar una razón, yo te escucho. Pero una razonable. - el se cruza de brazos y Hermione se muestra nerviosa. Creo que es obvio que ella lo quiere pero como nadie dice nada, nadie da por hecho el sentimiento.

- pues porque... - se queda sin habla. - porque es una persona muy molesta. - ella dice y se voltea con Harry. - ¿no lo crees?

- iré a... caminar. No quiero meterme en ese tema. - dice, evitando el drama. Y abrí la boca para decirle algo, al menos para ir a caminar con el. Pero Harry sin mas que decir, tan solo se va.

Definitivamente no le importa en lo absoluto establecer una conversación conmigo que involucre mas de once palabras. De nuevo poniendo los ojos en blanco, me alejo de la conversación de Hermione y Ron. Estaba tan harta de que ni siquiera Ron pudo decirme hola. Que para Harry sea completamente invisible y que el maldito de Snape fue clasista como siempre. No ha sido para nada mi mañana.

Pero en ese momento, alguien me toma de la cintura y me voltea para recargarme en la pared y escondernos detrás de una de las grandes literas. Era Dean Thomas, con quien me he estado viendo desde hace unas semanas. Amigo de Ron y Harry que conocí mas a fondo el año pasado en el ejercito de Dumbledore.

Me toma de las mejillas y me besa. Si, se que hace unos segundos me estaba quejando de que Harry no me quiere y estoy saliendo con alguien mas... pero es... diferente.

- ¿qué haces fuera de clase? - dice mientras hace una pausa para pasar un cabello detrás de mi oreja.

- no me dejó entrar Snape. - dije poniendo los ojos en blanco y honestamente, ya mas que lista para poder desahogarme. - llegué diez minutos después, lo cual no es mucho y... - el agacha la cabeza y empieza a besar de mi cuello. - a mi no me dejó pasar, pero si a un tonto de Slytherin que llego aún un poco mas tarde que yo y eso no me parece nada justo. - el no dice nada y sigue besándome, con sus manos en mis caderas. No es que no me gustara pero prefería saber que estaba escuchándome a tan solo besarme. - ¿Dean?

- si. - es lo único que dice cuando se separa de mi. - que maldito. - se vuelve a agachar pero ahora me besa los labios y me hice a un lado. - ¿qué pasa?

- al menos escuchaste el porque me enojé?

- um... ¿por qué sacaste una mala calificación? - ni siquiera mi pareja me escuchaba. Me enojé tanto que lo empujé. - hey, Ginny, no te enojes. Espera.

- lo siento, no tengo ahora ganas de hablar. - y me fui de ahí.

...

Pasó tiempo y ya tuve mis demás clases al fin. Me sentí mucho mejor después de mi clase de herbología. Estuvo muy entretenida y también estuve agosto porque era con los chicos de Ravenclaw y por ello pude ver a Luna. Quien... es una gran persona. Ella si que esta para mi siempre. Quizás no me escuche del todo, ya que suele ver los problemas de una manera... muy diferente a mi, pero es dulce y linda y al menos me escucha. No me ignora como Ron, Hermione, Dean o Harry.

Y luego tuve mi clase de pociones, que por igual fueron increíbles, me la pase de maravilla ya que el profesor Slughorn es... es increíble. Desde la primera vez que nos conocimos y que me dijo que le parecía talentosa. Me felicitó por mi trabajo en clase y también me dijo que si podía asistir a su cena esta noche. Al fin algo bueno el día de hoy. Y por supuesto que no voy a llevar a Dean. Creo que es un buen momento para pasarla sola.

Ya después era la hora de mi entrenamiento de quidditch. Estaba tan emocionada por esto, ya que ser cazadora es de lo mejor. Y estuve practicando tan duro todo el verano para poder destacar en el equipo. Pero todavía estaba en duda si jugaría para el equipo, ya que hay otra vacante pero se que hoy jugaré de una manera excelente y Harry me escogerá a mi.

Espero.

Pero justo cuando toca la cancha para practicar a los de Gryffindor, es cuando los de Slytherin van saliendo.

- Weasley. - Draco Malfoy me detiene y se coloca enfrente mío.

- ahora no, voy tarde a mi entrenamiento. - dije mientras me hacía a un lado pero este seguía enfrente mío.. - ¿qué quieres?

- Blaise piensa que eres linda. - me dice y voltee a ver a la cancha, aún todos seguían platicando así que eso me daba tiempo.

- bien por el. - de nuevo estaba por caminar pero me detiene.

- yo le dije que pienso lo contrario. No entiendo como es que te convertiste en el tema de conversación de la sala común de Slytherin pero lo lograste pequeña rojita. Al parecer eres atractiva.

- ¡oh por Dios! el sueño de toda chica, que Draco Malfoy piense que soy linda. - dije cínicamente y me reí. - me esta aburriendo esta conversación. - ahora si caminé, dejándolo atrás hasta que lo escuché hablar.

- pero al final del día yo pienso que no eres mas que una chica fácil. - ahí fue donde me detuve. - ya sabes, de las que se acuesta con todos. Y barata, porque no conozco a ningún Weasley con dinero. - se ríe y fue ahí donde me voltee a verlo. Caminé justo hacia donde el estaba y le di un gran golpe en el rostro. Este termina en el suelo y sangrando de la nariz.

- ouch. - expresé. Mi mano estaba lastimada por ese golpe, pero valió por completo la pena. - ¿decías?

- ¿qué rayos te pasa, loca? por eso nadie me quiere.

- me vale un... - estaba por decir una gran grosería cuando vi detrás mío a la nueva entrenadora de quidditch. Demonios. - estaba por ir a entrenar.

- ¿golpeaste a estudiante? - no, me puse pintura roja en la mano y el en su nariz.

- si pero fue porque el me molestó.

- bien, a la oficina de Dumbledore. - ella dice y se voltea. - y dile que por tu mala conducta, no vas a entrenar hoy.

- ¿qué? ¡no! entrenadora por favor escuche me, Draco Malfoy es un odioso, lleva días molestándome y tan solo me defendí. Se que usted me entenderá, pues es mujer y...

- no voy a seguir con esta discusión. Creo que mejor llevo al joven Malfoy a la enfermería. - ella se va a ayudarlo a ponerse de pie y el me mira victorioso, feliz de haberme ganado. - nos vemos.

- pero...

- que vaya a la oficina de Dumbledore. - dice por ultimo y se retira. Me voltee y vi a Harry ahí.

- no se si viste lo que sucedió pero Draco me molestó como siempre y...

- si, como a todos.

- ¡si! - amé que por fin Harry me comprendió. - y llegué a mi limite y exploté y tuve que defenderme.

- pero golpearlo no se si fue la mejor idea. - lo miré con el ceño fruncido. - ¿te mando con Dumbledore cierto? - asentí con la cabeza. - por eso mismo no creo que haya valido la pena.

- ¿qué mas da? recibió su merecido.

- claro. - el se me queda viendo y eso es nuevo, pero pues... no pude evitar sonreír. - Ginny lo siento pero será Monique nuestra cazadora.

- ¿qué? - solo hace una mueca. - ¿por lo sucedido?

- mira, la entrenadora esta muy molesta, tanto que te mandó a la oficina del director y... por lo de tu conducta no vas a poder jugar.

- ¿por qué lo decides tu? - me crucé de brazos.

- no solo yo, sino la entrenadora.

- creí que me entendías.

- claro que lo hago, y también me preocupo por ti. - se nota. - pero esto va fuera de nuestra amistad. - ouch. - es por el equipo.

- vete al carajo, Potter. - puse los ojos en blanco y me fui de ahí.

¿Qué si quería llorar? Por supuesto que si. Pero no había tiempo. Tenía que ir a la oficina de Albus para recibir mi castigo.

Total, hoy no fue mi día.