CAPÍTULO DOS
• DESCONFIANZA •

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𝟷𝟸 𝚍𝚎 𝚏𝚎𝚋𝚛𝚎𝚛𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟾𝟷

Habían pasado cinco largos meses en que buscaron cualquier indicio de la bruja, incluso se metieron en algunos problemas intentando recaudar lo máximo posible de información sobre su clase, pero no había caso, en cada intento han fallado con éxito.

— Me rindo, ya no pienso seguir buscando alguien que es como un fantasma.

— Ya hemos avanzado suficiente como para dejar todo ahora Sirius — habló Lily sentándose en el sofá ya cansada también.

James y Remus también se sentaron agotados dado que hoy todo el día estuvieron recorriendo en busca de un supuesto lugar en que ella vive pero resultó ser solo una bruja como ellos, nada fuera del otro mundo.

— El problema es que solo buscamos en este país y nada nos asegura que vive en otro lado del mundo.

— Pero no podemos ir a otros países buscando a la nada.

— Todo el tiempo estamos buscando a la nada Remus — bufó molesto el pelinegro — Ya mejor centrémonos en buscar otra forma de protegerle a Harry en lugar de ir de aquí para allá en busca de esa bruja.

— ¿Qué bruja? — apareció Peter con el bebé en brazos.

— Una bruja que sea niñera de Harry y que nos han dicho que es excelente cuidando niños — mintió rápidamente Lily y se levantó al instante quitándole a su bebé no gustándole que lo tenga.

Por alguna razón desconfía de él, quizás sea solo paranoia por toda la situación actual pero le parece muy sospechoso que salga todo el día según le cuentan, además de que una vez lo vio a escondidas llegar a altas horas de la noche y con mancha de sangre en su remera, lo que hizo que desconfíe aún más de él.

— No sabía que Harry necesitaba una niñera.

— Sí, es que a veces nos cuesta un poco cuidarlo y nos vendría bien una mano extra — siguió la mentira James no sintiéndose cómodo con ello.

A petición de la pelirroja, o mejor dicho suplica, decidieron acceder a no comentarle nada sobre lo que hacen, aunque esto más de una vez causó un conflicto entre el matrimonio e incluso con los otros dos ya que los cuatro creen que Peter jamás los traicionaría y por tanto no están de acuerdo con mentirle, algo que les incomoda bastante cada vez que deben hacerlo.

— Ah entiendo, puedo ayudarles a buscar también.

— Eso sería genial, gracias Peter — sonrió fingidamente a lo que este asintió.

— Bueno, saldré un momento.

— ¿Y dónde vas? — preguntó en cierto tono acusatorio Lily.

El rubio la miró extrañado ante su tono y Sirius se golpeó la frente viendo que es cero disimulada con su reciente desconfianza a su amigo, por otro lado James le dio un codazo disimulado.

— Solo digo porque ya no pasas tanto tiempo con tus amigos y sales a cada rato — intentó arreglar ante las miradas que le dieron los tres — Deberían pasar más tiempo juntos ¿no?

— Hm sí, lo siento mucho por eso, es que se me presentan algunos imprevistos.

— ¿Qué imprevistos?

— Ya amor — interrumpió James enviándole una mirada de advertencia— Está bien, no te preocupes, apenas tengas tiempo saldremos los cuarto juntos como los viejos tiempos.

— Si es en un burdel mucho mejor — se metió Sirius sonriendo de lado ganándose un zape de parte de Remus — ¡Oye! ¿Eso por qué fue?

— Porque eres un desubicado, no ves que James ya tiene esposa e hijos.

— ¿Y eso qué? Mirar no le hace infiel.

La pelirroja agarró una almohada y le tiró fuerte en la cara molesta por lo que está sugiriendo, este soltó un quejido ante el golpe mirándola mal.

— Ni se te ocurra llevarle en un burdel porque te juro que te castro — niega intentando calmarse — Por esas razones no tienes pareja.

— Ay cálmate fiera, no lo llevaré, y para que sepas no tengo pareja porque no quiero, yo soy un alma libre.

— Pues ya deberías tener a ver si así se te baja lo prostituto.

— ¡Oye! No soy prostituto — frunció el ceño cruzándose de brazos — James dile algo, escucha lo que me dice.

— El niño necesita que alguien lo defienda — se burló.

El de gafas suspiró restregándose la frente mientras niega. Es algo normal que ellos dos discutan en ocasiones dado que ambos tienen un carácter fuerte haciendo que choquen entre ellos, pero eso no significa que no sean amigos y se quieran, solo que a veces surge algunos conflictos y por lo general es James quien siempre termina en medio intentando calmar la situación sin tener que tomar ningún lado porque ya cometió ese error y terminó durmiendo en el sofá una semana solo por salir a favor de Sirius y en otra ocasión fue ignorado por su amigo durante varios días por salir a favor de Lily.

— A ver, se me calman los dos que no quiero oír discusiones por favor les pido, ya estoy lo suficientemente estresado como para lidiar con ustedes dos.

Los dos se callaron de inmediato cayendo en cuenta de la situación y se limitaron a asentir sin querer más seguir.

— Peter se fue — informó Remus quien está sentado en el piso jugando con Harry.

— En serio no confió para nada en él, no me da buena espina — volvió a insistir con el tema realmente preocupada también.

— Pero es el Peter de siempre, ya hablamos de eso amor.

— No es el mismo Peter inocente que estaba en Hogwarts, algo en él ha cambiado y llámenme paranoica pero realmente lo siento.

— Estás loca — opinó el pelinegro y se sentó en el suelo — Ven con tu hermoso padrino mini cornamenta.

Le quitó de los brazos del castaño y le dio varios besos en su carita viendo enternecido su sonrisita.
La pareja le observaron atentos con una leve sonrisa al notar la felicidad de su hijo, hijo que darían lo que fuera por él.

— Tranquila cariño, te prometo que Peter es de confianza y no nos hará nada — murmuró abrazándola y dejando un beso en su mejilla.

— Está bien — susurró no tan convencida.

Un búho comenzó a picotear la ventana y Remus fue el que se levantó yendo directo hacia ahí dejándolo entrar y agarrando la carta viendo extrañado.

— ¿De quién es?

— No sé, ahora veré.

Le dio una caricia a la lechuza quien partió inmediatamente, por tanto, con cuidado abrió el sobre leyendo su contenido y sonrió esperanzado al ver una supuesta dirección donde vive la bruja.

— ¿Y qué dice? — insistió un curioso Sirius.

Pero antes de siquiera poder responder cada uno de ellos sintieron escalofríos ante el ambiente que cambió drásticamente a uno más pesado y asfixiante, incluso la sala se volvió más oscuro como si hubieran bajado la intensidad de la iluminación, es algo parecido a cuando unos dementores se acercan pero saben que eso es imposible porque están viviendo entre los muggles y pronto descubrieron que definitivamente no lo es cuando un humo naranja se visualizó y entre ellos apareció una chica de cabello naranja tan intenso como el fuego, es más, sus ojos mismos parecen tener una hoguera dentro que con tan solo mirarla parece que te va a quemar, y se la ve bastante molesta lo que hace peor.

— ¿Por qué carajos me están buscando?