𝗘𝗟 𝗣𝗘𝗖𝗔𝗗𝗢 𝗤𝗨𝗘 𝗔𝗖𝗔𝗕𝗢́ 𝗖𝗢𝗡 𝗡𝗜𝗘̈𝗡𝗢𝗥
Synden som endte Niënor
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Los muertos no cuentan cuentos, anuncia un antiguo refrán. 

Es cierto. Un cadáver no puede hablar por mucho que le supliques que lo haga, pero la mayoría de las veces, solo inspeccionando sus ropas, su expresión facial y el estado físico de su cuerpo, es fácil adivinar cuándo y cómo ha fallecido. Incluso a manos de quién ha muerto. Sea cierto o falso, dicho difunto ya te está narrando una historia. Aún así, tampoco es sencillo saber cómo ha llegado hasta este punto. ¿Sabía este hombre o mujer que cuando despertara le quedarían menos de veinticuatro horas de vida? 

Cuando Niënor se desveló, pensó que aquella misma noche volvería a dormirse y se levantaría al día siguiente como cualquier otra persona de su edad, pero a medida que transcurrió el día, se dio cuenta de que su vida ya había llegado a su punto y final. No fue una decisión difícil, de hecho, ni siquiera parpadeó cuando se arrojó por el barranco del Cabed-en-Aras. Simplemente, dio dos ligeros pasos y se dejó caer hasta que la caída la mató. Reflexionó sobre lo que creyó que fueron los mejores días de su vida con Túrin Turambar. Enamorarse de él, besarlo bajo la luna...

En aquellos tiempos, sus aposentos nunca carecieron de calor. Solo hacía falta ver los calzones y ropajes de la pareja esparcidos por el suelo y escuchar el lecho de matrimonio chirriar repetidas veces hasta el amanecer. Pero no fue el sexo lo que la mató, pues eso pensaron unos pescadores cuando se encontraron su cadáver hecho pedazos en el agua, ya que era una mujer de belleza envidiable y demasiado joven como para haber acabado en esta situación tan lamentable. No existía peor pecado que el incesto y Niënor lo practicó tantas veces con Túrin sin saberlo que llegó a la conclusión de que, viva o muerta, su alma no hallaría descanso alguno más allá del óbito. Por eso se tiró.

Así que, sí, de una forma u otra, todos los muertos cuentan cuentos. Pero hay algunos que es mejor que permanezcan callados y hundidos bajo el mar antes de que alguien los escuche y se alimente del mismo pecado.

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𝐂𝐀𝐍𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐋𝐋𝐀𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐑𝐎𝐉𝐎𝐒
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VII
EL PECADO QUE ACABÓ CON NIËNOR

"Pérfida, convicta, Niënor
Es tu culpa, tú te lo buscaste
Mujeres, perversas, solo anhelan atención
Tú eres la pecadora, no busques otro culpable"

"Sangre con sangre, tú liberaste la desgracia"
No llores, fue el hechizo quién te maldijo
Contaré tu historia y tendrás justicia
Ellos te hirieron y te hicieron daño

Siempre tendrás un lugar en mi interior
aunque ahora solo veas culpa
Nunca fuiste una depravada
Fue la maldición la que te hizo creer que tú eras el error

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VII
SYNDEN SOM ENDTE NIËNOR

"Perfid, dømt, Niënor
Det er din feil, du ba om der
Kvinner, onde, bare på jakt etter gull
Du er synderen, ikke se etter en annen skyldige "

"Blod med blod, du frigjorde ulykke"
Ikke gråte, det var trylleformelen som forbannet deg
Jeg vil fortelle historien din, og du vil få rettferdighet
De såret deg og de såret deg

Du vil alltid ha et sted inni meg
selv om du nå bare ser skyld
Du ble aldri fordervet
Det var forbannelsen som fikk deg til å tro at du var feilen