Querida Lara:

Hace un par de semanas que no escribo nada.

Ya casi inician las clases y parece que el tiempo ha pasado demasiado rápido.

Cada año espero por el otoño, y usualmente es bueno, pero nunca es igual al otoño que recuerdo.

¿Te acuerdas de cuando nos conocimos?

Era otoño.

En ese entonces me parecías una mocosa mimada, pero evidentemente me equivoqué. Nunca fuiste mala o excesivamente orgullosa como Yasmine, y tampoco tenías la cabeza llena de algodón de azúcar como Moon.

Cuando estreché tu mano por primera vez no creía que la belleza pudiera existir en una chica.

Y entonces vi tus ojos.

Eran azules como mi playera favorita y parecían contar historias de peligrosos comienzos y terribles finales, como mis libros de colorear.

Creo que me enamoré en ese instante.

Por eso, no es ninguna sorpresa que Robby y yo ahora estemos juntos.

Cuando lo beso, él tiene sabor mentolado en los labios y no puedo acostumbrarme.

El otro día, Robby yo nos sentamos juntos a leer y cuando él abrió el libro, una foto cayó del capítulo.

Casi me infarté cuando vi que era una foto tuya.

Él me preguntó de qué se trataba.

Yo dije: "Es mi amiga".

Claramente no le dije que a veces pienso en ti cuando lo abrazo y que imagino que huele a fresas (como tú) cuando respiro su perfume.

Quiero dejarlo porque sé que no es justo para él, pero me recuerda demasiado a ti como para soltarlo.

Sam.