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🦋𝟏𝟓🦋

Taehyung siempre había tenido una idea fija en mente: quizás si algún día Jin y él se volvieran a ver después de tantos años, se daría cuenta de que sus sentimientos finalmente habrían desaparecido, esfumándose como las hojas secas cayendo de los árboles en otoño. Pero nada de eso ocurrió. Aquel día, después de tanto tiempo, al verlo de nuevo con su cabello ahora rosado, sus oscuros ojos brillantes y su perfecta sonrisa, los sentimientos de Tae se hicieron más fuertes que nunca. Sin embargo, se obligó a poner un escudo en su corazón e intentó dejarlos atrás.

Ahora, frente a la puerta de la casa de Jin, Taehyung sentía nervios. No quería ser rechazado, pero tampoco podía dejarlo solo sabiendo que estaba triste. Así que, sin pensar mucho, tocó el timbre y esperó. El sonido del timbre resonó en sus oídos y un leve escalofrío recorrió su columna. Cuando oyó los pasos de Jin acercándose, supo que la puerta se abriría. Jin apareció frente a él, más pálido de lo normal, pero sin perder ese aspecto hipnotizante ante los ojos de Taehyung.

—¡Jin-Hyung! ¡Estás aquí! —exclamó Taehyung con una mezcla de alivio y alegría.

—Tae... sí, estoy haciendo un dibujo para el proyecto de fin de año. Esto de graduarse es tan emocionante... —dijo Jin, como si no lo hubiera hecho decenas de veces. Su voz sonaba cansada, pero mantenía una sonrisa amable—. Pasa, pasa. ¿Quieres algo de café?

—Hummm, prefiero un té.

—Cierto, el café no te gusta... ¿Y tú cómo andas?

—Pues yo bien... la próxima semana empezaremos con los ensayos nuevamente. Ya sabes, tenemos que preparar todo desde cero. El director Min es algo exigente, pero estoy seguro de que es porque ve potencial en nosotros —respondió Taehyung, tratando de sonar casual mientras observaba cada detalle del rostro de Jin, buscando señales de su estado emocional.

—Eso tenlo por seguro. Lo noté cuando los vi en el teatro a ti y a Jimin bailando. Por un momento no te reconocí; tus movimientos eran tan ligeros que no me di cuenta de que eras tú. Pero... —No podía decir que había sentido su aroma en el teatro, pero no lo había reconocido—. Es increíble lo que haces, nunca lo pongas en duda.

—Lo sé... Jiminnie se fue a Busan y yo estoy muy aburrido, no tengo con quién hablar, y Hoseok, otro amigo, no sé por qué no responde mis llamadas —Taehyung suspiró, intentando ocultar su preocupación.

—Y aquí estás, ¿verdad?

—Pues sí, aparte quería saber cómo estabas —respondió Taehyung, recibiendo la taza de té que Jin le ofrecía. El calor de la taza era reconfortante en sus manos frías.

Jin suspiró, dejando escapar un largo y pesado aliento que parecía llevarse consigo una parte de su angustia. Ya habían pasado un par de semanas desde que estaba viviendo solo en ese departamento silencioso. Al principio, había temido que la soledad lo aplastara con su peso abrumador, que el silencio de las habitaciones vacías amplificara el eco de su tristeza. Sin embargo, la paz que sentía en su soledad no era triste como lo esperaba. Había algo reconfortante en no tener que mantener las apariencias, en poder dejar caer la máscara de fortaleza y simplemente ser él mismo, con sus pensamientos y emociones sin filtro.

Quizás, ese amor hacia Namjoon lo había cegado tanto que no podía ver la monotonía de sus sentimientos. Durante años, había idealizado esa relación, aferrándose a la esperanza de que algún día Namjoon se daría cuenta de sus sentimientos y correspondería. Pero en su ceguera, no había notado cómo su vida se había vuelto un ciclo repetitivo de esperanzas frustradas y sueños no realizados. Ahora, en la tranquilidad de su soledad, podía ver con claridad los patrones de su comportamiento, la monotonía que había aceptado como normalidad.

La ausencia de Namjoon le permitió redescubrirse a sí mismo. Cada día, encontraba pequeños momentos de alegría en cosas simples tal y como Jungkook le había aconsejado: el aroma del café recién hecho por la mañana, la sensación de una ducha caliente al final de un día largo, la satisfacción de un dibujo bien hecho. Empezaba a reconocer que había más en la vida que un amor no correspondido, y aunque todavía dolía, la herida comenzaba a sanar lentamente. Jin se dio cuenta de que necesitaba esta soledad para reconstruirse, para encontrar su propio camino sin un amor imposible nublando su juicio.

—Pues... pensé que estaría triste, y sí lo he estado, pero menos de lo que creía —confesó Jin, su voz llevaba un matiz de sorpresa ante su propia reacción emocional—. Tiendo a ser alguien que siente mucho, ya sea el enojo, la tristeza... el desamor, todo en mí es algo "magnificado". No todos nos escapamos de las decepciones amorosas, ¿no es así? Incluso alguien como yo.

—Entiendo... ¿Tu amigo Namjoon, el que está esperando un hijo? —preguntó Taehyung, recordando la conversación previa que habían tenido por chat.

—Sí, él... bueno ya sabes, lo que te he contado por chat... consiguió novia, ella ahora está embarazada... —Jin dejó escapar un suspiro, como si la mención de Namjoon le trajera consigo una mezcla de emociones.

—Mierda... enamorarse de alguien hetero no es nada fácil, ¿eh? —comentó Taehyung, intentando mostrar empatía por la situación de Jin.

—¿Alguien hetero? ¿De qué me he perdido estos años, Kim Taehyung? —Jin levantó una ceja, claramente intrigado por la confesión de Taehyung.

—Lo admito, en aquel entonces era un chico totalmente de closet, no lograba darme cuenta de algo que era muy obvio, incluso en cómo elegía personajes para jugar era algo notorio, pero aún así, jamás lo había relacionado con eso. Recuerda: cuando jugábamos Resident Evil, nunca fui capaz de elegir entre Claire o Leon, o entre Jill o Carlos, sino ambos... pero entre nosotros, Leon es con quien jugaba más —explicó Taehyung con una sonrisa traviesa, recordando momentos compartidos con Jin.

—Oh... tiene sentido. En su momento no lo había notado. Siempre que jugábamos usabas a Mileena para pelear.

—¡Pues obvio! No porque me gustara, sino porque me inspiraba en su vibra para una coreografía, duh —respondió Taehyung con un tono juguetón, recordando sus prácticas de baile y su pasión por la música.

—¡Ahora entiendo! Entonces... ¿qué te parece una partida? ¿O tienes miedo? —propuso Jin, cambiando de tema de manera ligera para aligerar el ambiente.

—Yo nunca he dejado de practicar —respondió Taehyung con confianza, preparándose para el desafío que se avecinaba.

—Yo tampoco —aseguró Jin, con una chispa de emoción en sus ojos, anticipando el emocionante enfrentamiento que les esperaba.

El timbre entonces sonó. La sonrisa de Jin se borró en cuanto abrió la puerta. Namjoon estaba frente a él. Taehyung tomó un sorbo de té y miró hacia otro lado, pretendiendo que no escuchaba.

—¿Qué quieres, Namjoon? O mejor dicho, ¿cómo supiste que estaba aquí? —Jin cruzó los brazos, su expresión se endureció y su postura se volvió defensiva, como si preparara un escudo invisible contra las palabras de Namjoon.

—Pues... no me llevó mucho tiempo darme cuenta de que podrías estar aquí... —Namjoon titubeó, su voz sonaba insegura, como si buscara las palabras adecuadas que pudieran romper la barrera entre ellos.

—Sí, bueno, unas semanas... en fin, ¿qué quieres? —Jin suspiró profundamente, tratando de mantener la calma. El suspiro parecía llevarse consigo un peso invisible que oprimía su pecho.

—Disculparme —respondió Namjoon, su voz apenas un murmullo cargado de arrepentimiento.

—Okey, disculpa aceptada —dijo Jin, su tono frío y distante, como si esas palabras no significaran nada. Sus ojos se fijaron en Namjoon, buscando alguna señal de sinceridad.

—Jin... por favor —insistió Namjoon, dando un paso adelante. Sus ojos reflejaban desesperación y súplica.

—¿No sé qué más quieres que diga, Namjoon? Más que preocuparte por disculparte deberías estar con tu chica que espera a tu hijo, no conmigo —replicó Jin, su voz temblando ligeramente. 

—Pero no quiero que estemos peleados —Namjoon alzó una mano, como si pudiera alcanzar a Jin y cerrar la distancia que los separaba.

—¡No lo estamos! Pero ya te he dicho, necesito espacio —exclamó Jin, elevando la voz por primera vez. Sus ojos destellaban con una mezcla de tristeza y furia contenida.

—¿Por qué? —preguntó Namjoon, su tono incrédulo, incapaz de comprender la profundidad de los sentimientos de Jin.

—¡Seis años de sentimientos no se borran de la noche a la mañana! ¿Tan difícil es de entender? —gritó Jin, la frustración escapando de sus labios.

Namjoon, al escuchar esto, dejó escapar un suspiro y, por primera vez desde que había llegado, desvió la mirada hacia el interior de la casa. Taehyung, sin ser Namjoon, sintió el pesar de Jin. La conversación había tomado otro tono, así que llevó la taza para lavarla, deseando darle a Jin el espacio que necesitaba. Sin embargo, no pudo evitar sentir el peso de la mirada de Namjoon sobre él.

Sus ojos se encontraron con los de Taehyung, que estaba en la cocina, sosteniendo una taza. La presencia de Taehyung, aunque inadvertida hasta ese momento, se volvió palpable y añadió una nueva capa de tensión a la escena.

—¿Estando con alguien más entonces si los borras? —Namjoon frunció el ceño, su voz cargada de enojo, como si la idea de Jin con otra persona fuera insoportable.

—¿Con qu-? ¿Taehyung? —Jin se quedó sin palabras por un momento. Namjoon asintió lentamente, sus ojos fijos en Jin, esperando una respuesta.

—Ah no, deberás que eres increíble. Si lo fuera o no, ¿por qué debería darte explicaciones al respecto? Kim, no aparezcas de nuevo acá —Jin cerró los ojos por un segundo, tratando de recuperar la compostura.

Y fue entonces que Jin cerró la puerta en la cara de Namjoon. Su espalda se reposó en la misma. El enojo estaba vivo, una llama ardiente en su pecho. No quería que Taehyung lo viera en ese estado, pues podía escuchar cómo este se acercaba, pero sentía cómo su aspecto cambiaba debido a sus emociones: las venas recorriendo la parte inferior de sus ojos, la tonalidad de estos cambiando a rojo, sus colmillos queriendo salir a la luz. Jin luchaba por controlar su naturaleza, temiendo que Taehyung viera el vampirismo que habitaba dentro de él.

Mientras tanto, Taehyung, por su parte, se sentía abrumado por la intensidad de la situación. El aire estaba cargado de tensión, y cada palabra que había escuchado resonaba en su mente. Sentía un nudo en el estómago y un peso en el pecho, como si la tristeza y la frustración de Jin fueran suyas. La preocupación él se mezclaba con una impotencia creciente, sabiendo que no podía hacer mucho para aliviar el dolor que Jin sentía.

Namjoon, por su parte, se quedó parado frente a la puerta cerrada, su corazón latiendo con fuerza. La culpa y el remordimiento lo golpeaban con fuerza, y se dio cuenta de que sus intentos de reconciliación habían fracasado. La imagen de Jin, herido y enojado, quedaba grabada en su mente mientras caminaba lentamente hacia su coche, sabía que las cosas nunca volverían a ser como antes y la realización de su propia ceguera emocional lo dejaba devastado.

Jin, recostado contra la puerta, respiraba con dificultad, luchando por contener las lágrimas. La conversación había abierto viejas heridas y exacerbado su dolor. Sentía que su corazón se rompía una vez más, y el agotamiento emocional lo abrumaba. Sabía que Taehyung estaba allí, pero no quería que lo viera en ese estado vulnerable. Lo único que podía hacer era tapar su rostro, pero es entonces que las manos de Taehyung se sostienen en sus hombros, empujando su cuerpo levemente hacia él. Su frente se apoyaba en el hombro de Taehyung mientras que mantenía sus manos en su rostro.

—Tranquilo, el enojo no traerá nada bueno, solo respira profundo...  —susurró Taehyung con voz suave y reconfortante.

Extrañamente, Jin logró calmarse. Sin su mente nublada, pudo corresponder el abrazo de Taehyung.

—Lamento eso. —murmuró Jin, su voz cargada de arrepentimiento y vulnerabilidad.

Taehyung no podía quitarse la idea de su mente de que, desde el primer día que lo vio hace muchos años, arriesgaría todo para que Jin sintiera algo por él, ser observado con brillo y cariño en sus ojos.

Es tan irónico como Jin deseaba ocupar el lugar de esa chica con la que Namjoon estaba, mientras que Taehyung daría todo por poder ocupar el lugar de Namjoon y que Jin se fijara en él. 

Mucho no nos diferenciamos... pues ambos deseamos un amor que ninguno puede tener.

—Se supone que y-yo tengo que estar feliz por él, encontró alguien a quien amar y es feliz junto a ella. ¿P-por qué duele tanto T-tae? A pesar de todo siempre sentí que él me trató de una manera especial, fui capaz de, tan solo por un instante, creer que a pesar de que no le gustan los chicos... quizás c-conmigo sería diferente, pero esto es la vida real, esas cosas no pasan. Yo estoy a años luz de tener una oportunidad con él.

—¿Sabes? Una vez leí una frase que decía "En la vida encontrarás el amor, pero también verás a ese amor encontrar al amor de su vida". Por supuesto, no entiendes esa frase hasta que lo ves con tus propios ojos. Como te dije hace un rato... Namjoon no es el único en el mundo. Verás que llegará alguien y sabrá amarte. Sé que el amor no correspondido duele... y demasiado. Tu corazón pesa, te duele la propia imagen de verlo con alguien más, pero, hey —Taehyung tomó el rostro de Jin con sus manos e hizo que lo mirara a los ojos—. Vas a superarlo, ¿sí?

—Estuve tanto tiempo enamorado de él, pero el punto es que... estoy tan confundido, Taehyung.

—¿Quién dijo que sería fácil? ¡Vamos! El Jin que conozco es fuerte, siempre me ayudaba a acabar con los jefes finales porque siempre perdía. Piensa que debes vencer a algún jefe final, eres un luchador, Jin, y no dudes que estaré para escucharte y brindarte un hombro cada vez que lo necesites.

—Entonces ¿P-puedes abrazarme de nuevo?

—Claro que sí —Taehyung quitó sus manos del rostro de Jin y rodeó su espalda con sus brazos, dejando que permaneciera unos minutos de esa forma. Necesitaba desahogarse sin que nadie lo juzgara por amar a alguien que no lo quería de la misma manera.

Era un abrazo que él necesitaba, pero... él también.

Créeme Jin, ayudaré a sanar de a poco tu roto corazón y algún día te diré lo que siento, aunque tema no ser correspondido de igual manera, siempre voy a estar para ti.


Eran las ultimas horas del jueves, por poco de madrugada, la quietud nocturna, apenas rota por el distante murmullo del viento entre los árboles y el lejano sonido del tráfico. En un apartamento iluminado apenas por la luz tenue de una lámpara, los vampiros Jungkook, Eunwoo, y el Dr. Na Jaemin se habían reunido, convocados por la urgencia de la situación. La inquietud se respiraba en el aire; Jungkook y Yoongi habían coincidido en que necesitaban apoyo para enfrentar lo que se avecinaba. Incluso en las noticias comenzaban a circular rumores de presuntos ataques animales, aunque nadie podía identificar al agresor, pues los sobrevivientes no recordaban nada de lo sucedido.

"La policía ha iniciado una investigación en los bosques y alrededores. Se sospecha de un animal salvaje que podría estar atacando a personas. Pedimos a los ciudadanos que estén alerta por las noches y traten de llegar lo más temprano posible a sus hogares, ya que este animal sale a cazar durante la noch-"

—Pareciera que incluso las noticias han sido arregladas para engañar a la gente. ¿Ahora se le dice "animal salvaje" a los freaks? —interrumpió Yoongi, apagando el televisor con un gesto brusco y exasperado, su mirada oscura reflejando la frustración.

Jungkook, con la mirada perdida en las cortinas, suspiró profundamente antes de responder.

—Yoongi-ah, ni siquiera la propia policía sabe a qué se enfrenta. No tienen pista alguna de lo que están siguiendo, qué o quién... Pero piénsalo, estas personas evidentemente tienen un laboratorio oculto que podría estar en algún lugar. Eunwoo me dijo que hay demasiadas actividades sospechosas ocurriendo últimamente y están empezando a acercarse al centro de la ciudad. Recuerda, fue en el cementerio donde nos encontramos con esas criaturas.

Yoongi, pensativo, comenzaba a sentir una frustración que se reflejaba en su ceño fruncido. A los pocos segundos se puso de pie, intentando que todo cobrara sentido de algún modo. Sus pasos resonaban en el suelo de madera, el eco de su caminar un reflejo de la agitación interior que lo consumía.

—¡No lo sé, Jungkook! —exclamó finalmente, deteniéndose abruptamente—. Tal vez deberíamos considerar también las áreas más remotas. Podrían estar ocultando el laboratorio en un lugar menos obvio. Si son familiares de las personas que alguna vez experimentaron contigo, con los años habrán tomado mayores medidas de seguridad, incluyendo la tecnología de hoy en día.

Jungkook reposaba su espalda contra una columna de la pared, con los brazos cruzados, observando a Yoongi en silencio, sin saber qué decir. Todo lo que él creía sobre esas personas había cambiado de un momento a otro, pues quienes creía responsables de su vampirismo aún seguían haciendo de las suyas. 

De repente, la puerta se abrió y entraron Eunwoo y el Dr. Na Jaemin. El sonido de la puerta resonó en el apartamento, quebrando la tensión acumulada.

El Dr. Na Jaemin mantenía una apariencia sorprendentemente juvenil, sin una sola línea de expresión que delatara su verdadera edad. Pese a los largos siglos de vida que llevaba sobre sus hombros, su piel era impecable, lisa como la porcelana. Su semblante imponente lo acompañaba en todo momento; aunque a simple vista podía ser confundido con un adolescente, la profundidad en sus ojos revelaba la sabiduría acumulada a lo largo de los siglos. Su cabello, de un negro azabache, caía suavemente enmarcando su rostro, añadiendo un contraste oscuro y elegante a su imagen. Vestía de manera formal, siempre con un traje impecable que acentuaba su porte aristocrático y su figura esbelta.

En el silencio que siguió a su entrada, el Dr. Na Jaemin se volvió hacia el grupo, su mirada penetrante tomando la medida de cada uno de ellos. Con una voz tranquila y autoritaria, habló:

—Señores, un gusto verlos. Eunwoo me puso al día con todo... Lamento meterme, pero es imposible no escuchar conversaciones incluso a kilómetros. Por ende, debo preguntar, Jungkook: ¿han revisado la zona industrial cerca del puerto? Podría ser un lugar ideal para ocultar un laboratorio secreto.

La seriedad en su tono no dejó lugar a dudas sobre la gravedad de la situación. Justo entonces, Eunwoo intervino, su voz suave pero firme rompiendo el breve silencio que se había instalado tras las palabras de Jaemin.

—Esa es una buena idea. Pero también debemos considerar los edificios abandonados en las afueras de la ciudad. Podrían haber convertido uno de ellos en el laboratorio —acotó Yoongi.

Sin perder tiempo, compartieron sus últimas investigaciones y observaciones sobre las zonas donde las criaturas habían estado presentes y los posibles sospechosos detrás de todo el misterio. Cada palabra, cada gesto, estaba cargado de una urgencia silenciosa que solo ellos comprendían. La conversación se volvió cada vez más animada a medida que intercambiaban ideas y teorías; Eunwoo se paseaba de un lado a otro, su mente trabajando a toda velocidad mientras compartía sus últimas revelaciones.

—He estado investigando la zona industrial cerca del puerto y encontré algunos indicios de actividad sospechosa —comenzó Eunwoo, hizo una pausa, permitiendo que sus palabras calaran en los presentes—. Podría ser un lugar ideal para ocultar un laboratorio secreto.

Eunwoo se detuvo un momento, su mirada fija en un punto invisible mientras organizaba sus pensamientos. Sus pasos volvieron a resonar en el apartamento mientras continuaba, su tono adquiriendo una urgencia contenida—. Las instalaciones parecen abandonadas a simple vista, pero he notado movimientos nocturnos inusuales. Vehículos entrando y saliendo, luces que se encienden brevemente en horas intempestivas... todo apunta a una actividad que no debería estar ocurriendo en un área aparentemente desierta.

Los otros vampiros escuchaban atentamente, conscientes de que cada detalle podría ser crucial. Eunwoo, con una expresión grave, continuó—. Además, hay una zona cercada que no figura en los planos oficiales. No pude acercarme demasiado sin levantar sospechas, pero estoy seguro de que algo se esconde allí. Este podría ser el lugar que hemos estado buscando.

Jaemin asintió, su expresión seria mientras evaluaba la información proporcionada. Tras unos momentos de silenciosa reflexión, finalmente habló, su voz resonando con la autoridad:

—Es una teoría interesante, Eunwoo. —Su tono era firme, pero no sin una cierta cautela—. Pero no podemos descartar la posibilidad de que estén utilizando edificios abandonados en las afueras de la ciudad, como Yoongi bien menciono. Las afueras son perfectas para pasar desapercibidos. Menos vigilancia, menos curiosos. Un laboratorio allí podría operar sin levantar sospechas, oculto a plena vista. Es una posibilidad que debemos investigar a fondo.

Jungkook, con su enfoque analítico y observador, se adelantó para plantear preguntas clave que desafiaban las suposiciones del grupo. Su expresión era de concentración profunda, con los ojos fijos en los demás, mientras su mente desentrañaba las complejidades del misterio que enfrentaban.

—¿Cómo podrían mantener en secreto un laboratorio en una zona tan transitada como el centro de la ciudad? —preguntó, su voz calmada pero intensa. Hizo una pausa para dejar que la pregunta calara—. Es un riesgo significativo, y la posibilidad de ser descubiertos es alta. Sin embargo, tal vez estén utilizando la distracción como un velo para ocultar sus verdaderas actividades. Y, bueno, no podemos descartar la posibilidad de que haya más de un laboratorio. Si están operando en varias ubicaciones, esto podría complicar aún más nuestra búsqueda.

Jungkook permitió que el silencio envolviera el cuarto después de su intervención, dando tiempo a que sus palabras se asentaran. Su mirada recorría el rostro de cada uno de sus compañeros, buscando reacciones mientras sus teorías abrían nuevas avenidas para la investigación, invitando a todos a considerar posibilidades que aún no habían sido exploradas.

Dejó que el silencio se asentara después de su intervención, permitiendo que el peso de sus palabras se desplegara. Su mirada recorría el rostro de cada uno, buscando señales de acuerdo o desacuerdo. La teoría que presentaba no solo cuestionaba lo evidente, sino que también abría nuevas avenidas para la investigación, desafiando a todos a considerar alternativas que hasta ahora no habían sido contempladas.

Yoongi, se sumergió en el análisis de la información que habían recopilado, tratando de unir las piezas del rompecabezas. Su mente trabajaba rápido, buscando patrones y coincidencias entre los detalles dispersos. Mientras sus pensamientos se iban aclarando, su mirada se volvía cada vez más intensa, reflejando la profundidad de su concentración.

Finalmente, con un tono de voz que combinaba certeza y especulación, dijo:

—Tal vez estén usando una red de túneles subterráneos para moverse sin ser detectados en la zona industrial cerca del puerto. —Hizo una pausa, como si sopesara la idea antes de continuar—. Es una forma efectiva de evitar la detección. Si hay personas importantes detrás de esto, el dinero podría estar silenciando a muchos, incluso a la policía.

Yoongi se inclinó ligeramente hacia adelante, sus ojos fijos en el grupo mientras compartía su teoría. Cada palabra parecía encajar en el rompecabezas que estaban tratando de resolver, y la visión de una red de túneles subterráneos ofrecía una nueva dimensión a la investigación. Su intuición y agudeza eran evidentes en la forma en que articulaba sus ideas, haciendo que cada hipótesis se sintiera como una pieza crucial del enigma.

Mientras el grupo debatía sobre las posibles ubicaciones del laboratorio, la mente de Jungkook vagaba constantemente hacia Jimin. Aunque Jimin no estaba involucrado en la investigación ni tenía idea de los peligros que acechaban, su ausencia se hacía sentir con una intensidad dolorosa en los pensamientos de Jungkook.

Sabía que Jimin había estado inmerso en sus propios asuntos, dedicando cada fibra de su ser a tareas que ahora parecían distantes y ajenas a la tormenta que se desataba en la ciudad. La distancia que los separaba y la inconsciencia de Jimin respecto al verdadero alcance del peligro aumentaban el peso de la responsabilidad que Jungkook sentía sobre sus hombros.

Cada minuto que pasaba lejos de él solo intensificaba su preocupación. La idea de que Jimin estuviera disfrutando de un tiempo con su familia, ajeno a las sombras que acechaban en su propio mundo, hacía que Jungkook se sintiera aún más impulsado a protegerlo. En su mente, la visión de Jimin en la distancia, sin saber nada de la verdadera amenaza, avivaba un ardor constante, un deseo profundo de asegurar su seguridad y, con cada día que pasaba, anhelaba con más fervor el momento en que pudieran reunirse y él pudiera garantizar que estuviera a salvo.

—No queda de otra, debemos ir a donde Eunwoo dijo, esta misma noche.

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