
Hirotsu
Advertencias: Contenido poco familiar (+16).
Este señor tiene tanta clase que es imposible no amarlo. Puse una edad para la prota. Está medio extraño, porque Hirotsu es un viejo respetuoso.
Pequeño relató basado en "off the races- Lana del rey" (solo se usan pequeños fragmentos de la rolita).
~•~
Un lindo vestido rojo, y las uñas pintadas de negro, esa jovencita de tiernos veintidos años era toda una prodigio, segunda al mando de Lagarto negro, sin una habilidad pero con tantas ganas de ser temida. Caminaba hasta el punto de encuentro, con su jefe, y sus compañeros.
—Hola, perras— se dirigió a los más jóvenes—. Buenas noches, Hirotsu-san.
No era un secreto para nadie que gustabas de ese hombre, de hecho, ya le habías confesado tu amor, pero el anciano se negaba rotundamente a corresponderte, él tenía cincuenta años, literalmente podría ser tu padre. ¿Te amaba?.
—Bueno, todo está listo— el mayor apretó la caja de cigarrillos que guardaba en el bolsillo—. Suba, señorita ____.
Sujeto tu mano para ayudarte a subir directamente al auto, el solo roce de sus dedos te hizo flaquear. Te ató desde el corazón. Era la persona más cariñosa que jamás habías conocido, incluso con sus subordinados comunes lo era, por eso lo apreciaban. Parecía no importarle tu pasado "desastroso", ni tu mala reputación que las malas lenguas señalaban.
—Gracias— te acomodaste mientras Tachihara subía como conductor—. Esperen la señal.
Asintió, y cerró la puerta con delicadeza, ustedes serían los encargados de "emboscar" a un grupo de mercenarios, el plan consistía en que tú alejarás al sujeto con habilidades del grupo, y ellos acabarían con su ejército, no podían hacer mucho ruido, pues estaban en un club.
Eras una chica acabada, pero adorada por el señor rudo. Te admiraba por ser tan fuerte y valiente.
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—Tachihara, se un buen chico, no dejes que lastimen al jefe— sonreiste mirando por la ventanilla.
—No creo que solo quieras follartelo— se carcajeo levemente—. Pero al viejo no parece importarle mucho, que lastima.
—Si, es una pena— divisaste una pequeña llamarada ir directo al auto—. ¡Tachihara!.
Pudo frenar a escasos metros del fuego, puso reversa, pero un grupo de mercenarios ya estaba detrás del auto—. ¿Era una trampa?.
Giró el volante buscando una salida, pero aquella persona con las manos literalmente ardiendo parecía querer seguirlos.
—Las armas— tu mano terminó en el piso del auto, buscando la maleta con armas—. Detén el carro.
—¡Estás más loca de lo que pensé!— negó rápidamente—. Si algo te pasa, el viejo me matará.
—Solo has lo que te digo— frenó al instante, abriste la puerta y apuntaste a la cabeza del hombre, tirante del gatillo y por pura suerte le diste.
—Perra enferma— no le quedó de otra más que ayudarte.
No eras conciente del estado de tu compañero, solo querías que alguien llegará a salvarte, y así fué. El hombre de gabardina negra tocó al responsable de la emboscada, y con los demás integrantes acabaron con todos.
—¿Está bien?— se acercó a tí, que abrazabas tu propio cuerpo.
Saltaste sobre él, y comenzaste a llorar, Tachihara te miraba expectante, de verdad tenías miedo de morir, no, miedo a estar sin Hirotsu.
¿Cómo llegaron a este punto?, Él regañandote, y guardando tu ropa en una maleta improvisada. Cierto, traicionaste a la mafia, todo por un rumor "Mori-san, quiere deshacerse de Hirotsu". Que idiota.
El líder de lagarto negro no era precisamente un buen hombre, pero tú te quedarías, serías su estrella, lo que necesitará, permanecerías hasta el final con él. No te daba miedo admitir que sin Hirotsu no había nada más.
¿Quién podría soportarte de esta forma?.
—Irás a Estados Unidos— estaba tan agitado cómo tú—. Tengo un contacto que te recibirá.
—¿Y usted?— parecías querer llorar—. Perdóneme, yo no quería hacer algo malo.
—No llores niña— suspiró acomodando sus cabellos hacía atrás—. Alguien debe hacerse responsable.
—Venga conmigo, por favor— sujetaste sus manos enguantadas—. Lo amo.
Te miró un momento, antes de negar, dejó un beso en tu frente, porque te amaba de una forma extraña, no con intenciones sexuales, pero eras la persona más importante en su vida.
Él era un hombre viejo, y te amaba con cada latido de su negro corazón. Cuando caías, él te sostenía, el rogaría al cielo por segunda más para ti.
—Nunca te habías visto tan hermosa— limpio tus lágrimas rodando por las mejillas rojas.
—Te necesito, te respiró, nunca te dejaré— sonreiste mirando sus ojos violetas.
—Eres una mocosa demente, podría ser tu padre.
Extra:
Eras una perra enferma, Tachihara tenía razón. Convenciste al mayor de abandonar su hogar, ambos dejaron la mafia.
Preparados, listos. Abrieron las puertas y su destino era Estados Unidos, más específicamente las caóticas Vegas, pasarían unos días divertidos en el casino "Oasis".
—Eres un hombre jodidamente loco— arrojaste los dados a la mesa, ganando otra partida, saltaste a sus brazos—. Te amaré por siempre, no lo dudes.
El mayor se dejó abrazar, no correspondía el beso que plantaste en su mejilla, solo sonrió. Te amaba de otra manera.
—Eres mi único amor verdadero.
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