Advertencias: Ninguna, algo soft.

Cuidando de los enfermos.
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Dazai:

Pescó un resfriado luego de saltar a un canal en otro intento de suicidio. Atsushi lo encontró flotando.

—Tonto suicida— preparaste una compresa de agua fría para darle un golpe con la misma.

—Me duele todo el cuerpo— se quejó haciendo un puchero—. Por favor, quédate convaleciente a mi lado.

—Solo un rato, pero antes toma el jarabe...

—¡No me gusta!— se quejó tratando de moverse pero estaba muy cansado—. Dámelo tú.

—No te voy a besar, estás enfermo.

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Chuuya:

—Eso te pasa por no tener cuidado— estiraste otro pañuelo que fue arrebatado violentamente.

—¡Vete a casa!— su nariz estaba congestionada y con un rojo brillante en la punta—. No quiero enfermarte, estoy bien.

—Ya deja de hacerte el fuerte— suspiraste poniéndote de pie—. Te haré una sopa.

—Oye— murmuró hundiendo su cara entre las sábanas—. Te amo.

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Akutagawa:

Siempre está enfermo, así que ya tienes el jarabe listo, pero cuando se pone grave tendrás que llevarlo al hospital.

—No necesitaba esto— su voz salía con dificultad gracias a la mascarilla de oxígeno.

—No puedo hacer nada por tu extraño temperamento, pero si por tu salud— diste un sorbo al café que sacaste de una máquina expendedora—. Vendrás a tus chequeos.

—No soy débil— apretó levemente las manos antes de sentir las tuyas sobre ellas.

—Eres muy fuerte, pero tus pulmones no, así que velo cómo un entrenamiento— inclinaste la cabeza para ver su rostro—. Dazai no le dará su reconocimiento a un cadáver.

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Mori:

—¿Une ex médico no sabe cuándo cuidarse?— dejaste la bolsa llena de bebidas hidratante frente a él.

—No te puedo dar un besito porque te voy a contagiar— se lamento por lo bajo—. Correr bajo la lluvia es para personas jóvenes.

—Seguro que si— tomaste una de las mascarillas que el más alto señaló y la colocaste para acercarte más—. No sé tanto de medicina, pero te cuidaré este fin de semana.

—Que niña tan buena, te estás ganando un auto nuevo.

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Kunikida:

—Esto retrasó mis planes— murmuró siendo interrumpido por su propio estornudo.

—Solo serán dos días Doppo— rodaste los ojos estirando la pastilla que debía tomar junto a un vaso de agua.

—Mis informes se van a juntar— estaba tan asustado.

—Yo te ayudo con eso.

Días después encontró reportes tan mal elaborados que pensó lo siguiente, "Dazai debió escribirlos ebrio".

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Gogol:

—Dame tu mano, estas son mis últimas palabras— clamó jadeando.

—Solo es un resfriado, no seas exagerado— serviste la sopa en un plato para ponerlo en la mesa, el joven a duras penas se arrastro al comedor por órdenes tuyas—. Me alegra que hoy no estés elocuente.

—No tengo ánimos para estarlo— sintió el frío de la cuchara contra sus labios, le estabas incitando a que comiera—. ¡Eres tan hermosa!.

—Ahí vas— suspiraste mirando la cicatriz en su ojo—. Sigma también está enfermo, debería llevarle un poco de sopa.

—Pero la hiciste para mí, me pondré celoso— infló las mejillas visiblemente rojas.

—No importa, Sigma terminó enfermo por tu culpa— señalaste el cuenco para que siguiera comiendo solo.

—Yo no lo obligue a saltar— aclaró con un tono burlón.

—Los perseguían porque trataste de robar un collar de diamantes— tocaste tu entrecejo repitiendo que no podías golpear a un enfermo.

—¡Aquí la parte más interesante!— alzó las manos para llamar tu atención—. ¡Era un regalo para tí!.

—Ahora debo cuidarte.

—Esa es la mejor parte— tiró de tus caderas para hundir su cara en tu pecho—. Si le darás cuidados a él, al menos dame besitos, esos no serán compartidos.

—Bueno...— tus palabras se quebraron al ver sus ojos sin nada de gracia—. Era mentira, pero me vas a contagiar.

—¡Así cuidaré de tí!.

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Sigma:

—Veo una luz— jadeó tratando de respirar correctamente.

—Si, la prendí para que no estés a oscuras— sin importarte mucho tu propia salud te metiste con él bajo las sábanas.

—¡Por favor!— angustiando trató de tirarte para que te alejarás—. Te vas a enfermar.

—Si muero que sea por un beso tuyo— así mismo te estiraste para besar la comisura de tus labios—. ¿Quieres cenar?.

No pudo responder, por el bochorno de ser tan mimado por tí, le gustaba cómo lo abrazabas, cada uno de tus besos y suspiros. No le importaba estar enfermo mientras estuviera en su hogar.

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Fyodor:

—¿Sigues en la computadora?— corriste para quedar frente a él—. Vamos a la cama.

—Tengo trabajo que hacer...

—Estas enfermo, y eres débil. No es una pregunta— quitaste su gorro para dejarle sentir un poco de aire—. Te daré tu medicamento y no te moverás.

—Pero necesito...

—¿Por qué veo un cadáver hablando?— sonreiste hasta que siguió tu paso de manera voluntaria.

—Al menos dame algo de diversión— sorbió su nariz arratrando los pies.

—Si te portas bien, tenlo por seguro.

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Odasaku: cry

—¿Estás mejor?— pusiste una compresa en su frente cambiando la anterior.

—No puedo creer que Sakura me pegó su resfriado— murmuró cerrando los ojos.

—Ya está dormidos, descansa— plantaste un beso en su mejilla para después acariciar dicha zona—. Cuando te recuperes, te prepararemos un pastel.

—Quiero una rebanada de tí— sus inhibiciones dejaron de existir, excusando su comportamiento con la enfermedad.

—Claro, pero necesito que estés bien, no quiero que mueras de un paro cardíaco— buscaste las pastillas que indicó el médico—. Ten.

—Te quiero mucho, gracias por cuidar de mí.

Mi top de personajes es Chuuya, Odasaku y Akutagawa, porque tienen vidas feas pero le echan ganas.

Gracias por leer <3