Advertencias: Las conductas mostradas a continuación no representan mis ideales. Los celos no son algo que debe ser romantizado.

Pero son pixeles 😈

~•~

Dazai:

¿Celos?, Claro que sí.

Pese a ser muy extrovertido, es muy inseguro, en especial si halagas a un hombre frente a él.

—Kunikida-san, eres fantástico— comentaste pues el mayor te ayudó con un informe.

—No es nada complicado— explicó aún inexpresivo.

—¡____-chan!— gritó el castaño—. Vamos por un café.

—Claro pero aún no tenemos tiempo...

Apretó tu cintura con bastante fuerza, y te arrastró fuera de la oficina.

—No puedes decirle eso a otro hombre— su mirada era distinta, no había un poco de brillo.

—Yo creo que sí. Tú halagas a muchas mujeres.

.
.
.
Chuuya:

Muy celoso solo si se trata de Dazai.

—¿El maldito Dazai te habló?— preguntó con los brazos en la cintura.

—Eso, nos encontramos en el supermercado— alzaste los brazos restándole importancia.

—¿Te dijo algo extraño?— mordió el interior de su mejilla.

—Nada importante— sentiste cómo poco a poco trataba de morder tu hombro—. No me pidió suicidarme con él.

—Más le vale, lo mataré si lo hace.

.
.
.
Akutagawa:

¿El asesino despiadado?, Muy celoso, de hecho.

—¿Con quién estabas?— su gruñido te hizo girar después de cerrar la puerta.

—¿Cómo entraste?— arrugaste el entrecejo, se metió a tu casa sin previo aviso.

—Eso no importa, vine a verte y no te encontré— giró su rostro como si fueras un mounstro—. ¿Con quién estabas?.

No tenías que responder, pero tu boca se abrió por impulso—. Con mis amigas.

—No son tus amigas, no te cuidarán tanto como yo...no necesitas amigas.

.
.
.
Tachihara:

No muy celoso...bueno, sí.

—Deja de tocarla— te cargó para sacarte del almacén, recibió uno que otro golpe.

—Gin estaba tocando la tela de mi falda, quiere una igual— frunciste el ceño cuando te bajó.

—¡Eres ciega!— abrazo tu cuerpo más fuerte—. ¡Le gustas!.

—Gin es mi amiga— antes de poder decir más el pelirrojo apretó más tus costillas—. ¡No la molestes!.

.
.
.
Mori:

—¿Hablaste con Dazai-kun?— apretó los labios para no gritar algo más.

—Claro, lo lleve por un café. ¿Podrías darle una pastilla para dormir?.

—No creo que te haya permitido hablar con otros hombres...en realidad me molesta— junto ambas manos esperando una respuesta.

—Es un niño, tiene quince años— respondiste con obviedad.

—Sigue siendo hombre...

.
.
.
Ranpo:

Si, básicamente te ignora hasta que alguien te habla.

—Dazai, ¿Puedes pasarme esa caja?— señalaste un estante.

—Claro, bella dama— sorprendentemente no puso excusas para holgazanear—. Aquí tienes.

—Que suerte que seas tan alto, si yo fuera así de alta estaría feliz— sonreiste mientras recibías el paquete para buscar un informe.

—Bueno, te dejo, debo molestar a Kunikida— saltó hasta la sala donde atendía a un cliente ~Kunikidaaaa~kuuuun.

—Entonces te gusta porque es alto— habló el de cabellos negros.

—Hola, no pensé que estabas escuchando.

—¿Sabes que él es un mujeriego?— pese a estar diciendo algo así, su expresión era seria.

—No me gusta Dazai, ni yo a él.

—Te ve como a una mujer...

—Porque lo soy— explicaste ofendida.

—Una dama no se comporta así, ni salta a brazos de un hombre cuando ya tiene un novio...

—Sube esa caja— pediste del mismo modo que antes—. Se lo pedí porque nosotros no podemos hacerlo con facilidad...

—¡Tanizaki!— gritó llamando la atención de todos—. Sube esa caja.

Si los celan mucho, ahí no es :((