Advertencias: Ninguna.

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Se suponía que sería una misión pequeña, quizá con algún intento de fuga, pero nada impresionante. Para tu mala suerte había un usuario de habilidades que en su escape te dió un golpe activando así su efecto.

—¡Vuelve aquí, baboso! —sentiste como tus piernas se entumecían y perdidas fuerza—. Esto es...

Dormida sobre tu ropa que ahora parecía enorme, así te encontró Kunikida. Aparentabas tener unos cuatro años, y por más que investigaron nunca supieron el motivo del por qué esa edad.

Lo primero que viste al abrir los ojos fue a la doctora Yosano—. ¿Estás bien? —preguntó acercando el estetoscopio a tu pecho. Casi gritas cuando notaste que eras pequeña.

—¡¿Qué me pasó?! —pataleabas desesperada—. ¡Yosano, ayúdame!.

—Lo intenté pero al parecer es una habilidad, estamos buscando a...

La puerta se azotó mostrando a un rubio de lentes enojado—. ¡El idiota se fue!.

—¿Cómo que se fue? No tiene vacaciones —dijo Yosano retirando el objeto metálico de tu piel.

—Se largo, entré a su departamento solo para ver qué tenía mi cepillo de dientes, ¿Por qué haría algo así?, ¿El que usé esta mañana no era el mío? —buscó el alcohol de la repisa para beber un sorbo y después escupirlo tratando de "matar las posibles bacterias".

Las lágrimas ya corrían por tus mejillas—. No volveré a tener sexo en mucho tiempo...¡No podré beber nada!.

La doctora palmeó tu hombro dándote ánimos—. Tranquila, encontraremos una solución. Kunikida-kun, ¿Trajiste la ropa?.

—La tiene Atsushi —señaló la puerta donde efectivamente, no había nadie—. ¿Dónde se metió?.

A lo lejos escucharon las voces de todos, después de un chillido por parte de Naomi entendieron todo: estaban viendo la ropa.

—¿No es hermoso? —preguntó la menor de los Tanizaki enseñando un vestido de olanes—. ____-chan se verá hermosa en esto.

—Es muy bonito, Naomi, pero deberían llevárselo a ___ para que se vista apropiadamente —dijo su hermano tímidamente.

—¡Deberíamos comprar algo así en mi talla! —la joven saltó a sus brazos dejando las prendas de lado. Fue un alivio para Atsushi que cogió la bolsa y siguió su camino hasta la enfermería.

El día pasó lleno de tus quejas, rogando que alguien localizara al suicida. Esto molestó a Ranpo, quien su paciencia con los niños es inexistente.

—No va a volver, te quedarás así por lo menos unos días más —dijo indiferente sacando otro dulce de su cajón.

Volteaste apretando los puños—. ¿Dónde está?.

El mayor se negó a verte tan seria—. No te diré, los niños no deben ir a esos lugares.

Antes de poder alegar algo, unos grandes brazos te cargaron, era el presidente—. Ranpo-kun, te pido que le des indicaciones a Kunikida-kun de como encontrar a Dazai.

El de ojos verdes hizo un puchero—. ___-chan ni siquiera me lo ha pedido bien...

—Te llevaré a Cosmoworld, por favor —hablaste casi al borde del llanto—. No seas malo...

Arqueó las cejas divertido—. ¿Crees que por qué hables así lo haré? ¡El gran detective, Edogawa Ranpo no cede ante una niña!.

El presidente aclaró su voz suavemente—. Te daré total reconocimiento.

El dulce cayó de los labios de Ranpo, quien de inmediato se puso a trabajar. El de cabellos plateados te llevó a su oficina y te puso en su regazo—. ¿Me va a despedir? —cuestionaste con un hilo de voz.

—No lo haré, ya que no es seguro exponerte, puedes quedarte en mi oficina el esto del día —aún contigo en sus piernas, logró abrir su cajón donde tenía algunos dulces que le enviaron como agradecimiento—. Puedes comer algunos, pero no te llenes, te traeré algo de comida.

"Adopteme, es tan dulce como la miel" nunca dirías algo tan vergonzoso, pero si algo cercano—. Usted me encanta.

El de traje verde asintió, no lo tomó de mala manera, pues eras una pequeña que hasta ese momento el destino lo guío para proteger.

Cuando te quedaste dormida, Yosano buscó una manta para cubrirte.

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—¿Aquí es? —preguntaste volteando en todas direcciones, observando que era una exposición de arte.

—Eso dijo Ranpo-san —Atsushi te llevaba de la mano mientras Kunikida lo buscaba minuciosamente.

—Oye, ¿Ese no es Nakahara Chuuya? —apuntaste a un hombre de baja estatura apreciar las obras de cerca—. ¿Y sí lo secuestro?.

—No creo que sea prudente —antes de poder retenerte, ya estabas corriendo en su dirección para enfrentarlo, claro hasta que tropezaste.

—Oe, niña ¿Estás bien? —se puso en cuclillas para ayudarte a ponerte de pie—. ¿No sabes que no deberías correr en museos? ¿Dónde están tus padres?.

—¡Yo...— era difícil hablar por el nudo en tu garganta, definitivamente el golpe te dolió y causó más estragos en tus sentimientos que días antes—. Buscó a Dazai...

—¿Dazai? —sus ojos se abrieron de par en par—. ¡¿Eres su hija?!, ¿Te da manutención, o solo es un hijo de puta?.

"Que amable" pensaste agitando la cabeza como manera de negar—. Es mi compañero de trabajo.

Chuuya entrecerró los ojos divertido—. ¿Eres hija de un detective?.

—¡____-chan! No deberías correr así nada más —el de cabellos grises te llamó con repentina timidez al ver al mafioso.

—¿No eres muy joven para tener una hija? ¿Qué nadie te explico a usar un preservativo? —Chuuya olvidó por un segundo que hablaba con la organización rival—. Como sea, llevate a la mocosa.

—N-no es mi hija —respondió al mismo que tiempo que te alzaba para ver si estabas herida—. ¿Sabe dónde está Dazai-san?.

Su rostro se puso rojo del coraje—. ¡¿Por qué debería saberlo?!.

Harta de la incompetencia de tus cuidadores decidiste hablar—. Mira, naranjito, dime dónde está, de lo contrario te golpearé.

El de ojos azules te miro y se echo a reír—. Vaya, hasta la mocosa tiene más agallas que todos los detectives juntos. No tengo idea de dónde está, tampoco me interesa.

Atsushi asintió nervioso—. Lo sentimos, no lo molestaremos más.

Al dar la vuelta pudo ver a cierto "turista" mirándolo fijamente—. Alto, creo que ya lo ví —sacó su cuchillo que gracias a su habilidad burló la seguridad, y lo arrojó rozando la piel del hombre alto clavándose en la pared cercana—. ¿Por qué demonios me sigues, caballa?.

El ahora descubierto suicida suspiró cansado—. No te espió, me escondo de la agencia, no hice un reporte y Kunikida-kun me matará.

—¡Dazai! —ansiosa le pediste a Nakajima que te bajara—. Por primera vez puedo decir que te extraño y me alegra verte...

—¿___-chan? —palideció al verte transformada en una niña—. Mi vida siempre estuvo plagada de desgracia, pero sin duda esta es la peor, mi amada flor de loto...

Corriste a sus brazos emocionada—. ¡Tócame!.

La seguridad ya había sido alertada de un altercado gracias a Nakahara, pero escuchar esas palabras siendo dirigidas a un adulto lo obligó a correr y taclear a Dazai—. ¡Alejese de la menor!.

Atsushi ya estaba a tu lado viendo lo sucedido—. Es inocente, verá, mi compañera fue golpeada por una habilidad y buscamos a este detective para anularlo.

—¿Eres un detective?, Pruébalo —una vez lo hizo, soltó al joven disfrazado—. Pequeña, ¿Dónde está tu madre?.

—En casa, la verdad no hablo mucho con ella, el trabajo me tiene harta —dijiste siendo más sincera que antes—. Si quieres ayudar, arresta al hombre se allá, es un mafioso.

Ya no había nadie. Así los dejaron continuar pero está vez el policía lo observaba todo, Dazai tocó tu mano y te desmayaste nuevamente. Al despertar estabas en casa, con un cambio de ropa (lo cual te asustó), pero la nota de la encimera te tranquilizó "La doctora Yosano se ofreció a vestirte".

Notas de la autora:

Mi amiga me regaló algunos tomos del manga de BSD, que me falte mi papá pero nunca ella.