Advertencias: Ninguna.

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—¿Has pensado en cómo sería tu vida si algo fuese distinto?— preguntaste al mismo tiempo que pasabas algunos documentos a otra pila. Ambos se quedaron solo pues Kunikida arrastró a Dazai para cumplir una misión, y los Kenji llevo a Ranpo a su siguiente caso, mientras que el resto acompañó al presidente a una reunión.

—¿En qué sentido?— inclinó la cabeza confundido.

—Ya sabes, yo a veces pienso mi vida si fuese hija de millonarios— reíste por tu propio comentario—. ¿Qué cambiarias de tu vida?.

—Durante mucho tiempo, pensé que estar muerto era la clemencia que buscaba, aún imagino como sería mi vida si me hubieran querido un poco más. No cambiaría mucho, porque gracias a eso, estoy en la agencia, y te conocí.

—¿De verdad?— dejaste tus cosas de lado para ir con él y darle un abrazo—. Yo te quiero mucho Atsushi, no sé que pasa por la cabeza de aquellos que te lastimaron, pero ya no dañaran a mi solecito.

El muchacho estaba totalmente ruborizado por tus acciones, se limitó a corresponder torpemente. La puerta se abrió de golpe dejando ver al presidente, quien parpadeó un par de veces antes de caminar hacía su oficina.

—Vaya tortolos— gimió Naomi arrastrando a su hermano con ella.

—Que escondido lo tenían— comentó Yosano botando su maleta por algún lado.

No se apartaron aún si Atsushi temblaba, al contrario, solo tomaste la silla de Dazai para quedarte a su lado y sostener su mano.

—Yo tampoco cambiaría mucho, pero si fuera millonaria, te llevaría conmigo.

Hoy en mi clase mi amix me hizo esa pregunta. Le dije que nacer jajajajaja