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🖤𝟑🖤

Jimin abrió los ojos lentamente y se encontró de inmediato con el techo blanco de su habitación, adornado con una variedad de pósters de los superhéroes de Marvel. Los bordes de los carteles estaban resaltados con luces LED de color azul que iluminaban suavemente el espacio, creando una atmósfera casi mágica.

Desde que era un niño, Jimin había sido un apasionado de los personajes de ciencia ficción, tanto de Marvel como de DC. Tenía una gran colección de figuras de acción, y pasaba horas viendo películas y leyendo cómics. Soñaba con ser un superhéroe, un protector de la justicia y la paz mundial, alguien que pudiera hacer la diferencia.

Cada superhéroe tenía una historia de origen, una forma en que la persona común de alguna manera adquiría aquellas habilidades que le permitían diferenciarse de un humano y pasar a ser un superhéroe. Jimin recordaba bien cómo a los seis años había creído que podía llegar a ser como Spiderman y quizás aspirar a ser su más fiel acompañante. Su teoría era simple: debía conseguir que una araña lo picara y esperar a que lo genial llegara. Sí, la araña del jardín lo había picado... pero lo único que había provocado en él era una picadura insoportable que se había hinchado y provocado comezón insoportable.

La araña en el jardín lo picó, pero en lugar de obtener superpoderes, solo le causó una picadura insoportable que le provocó una hinchazón y una comezón intolerable. Pero Jimin no se rindió. Su madre, Park Doyeon su fiel secuaz de investigación, lo ayudó a conseguir el traje de Spiderman que tanto deseaba y había logrado tener el traje de Spiderman que tanto quería.

Jimin estaba encantado con su traje de Spiderman y lo atesoraba con todo su corazón. Aunque no había obtenido los superpoderes que quería, todavía se sentía especial y único. Si Peter Parker lo viera, pensaba Jimin, estaría muy orgulloso de él.

En aquel entonces, Jimin tenía seis años, y aunque era joven, ya había aprendido una lección importante: ser un superhéroe no tenía que ver con tener poderes sobrehumanos, sino con tener el coraje y la determinación de hacer lo correcto.

Jimin abrió los ojos y por un momento se quedó quieto, observando el techo blanco de su habitación decorado con posters de la franquicia Marvel. Los bordes de los posters estaban iluminados por unas luces led de color azul que le daban vida a aquel lugar. Desde que tenía memoria, le habían interesado los personajes de ciencia ficción, ya fueran los héroes de Marvel que decoraban su habitación o las figuras de DC que coleccionaba. Siempre había tenido aquella fantasía de creer que sería el superhéroe de su propia historia, tal como aquellos que veía en las películas, aunque carecieran de poderes o habilidades sobrehumanas.

Pero ahora, a sus diecisiete años, Jimin había aprendido que existían los antihéroes: personas que tenían conductas y características que no se apegaban a las presentadas por los héroes. Pese a que sus acciones podían ser consideradas heroicas, sus procedimientos y propósitos no lo eran. Y es en la actualidad que Jimin notaba que, en vez de convertirse en el superhéroe de su propia historia, con el paso del tiempo se había convertido en aquello que juró no ser a los ocho años: un antihéroe.

Rascó sus ojos al sentir el sol colarse entre las cortinas. Con pocas ganas, se levantó de la cama, pues no había logrado dormir adecuadamente la noche anterior. Sus pensamientos iban y venían, recriminándole diferentes hechos y actitudes que había tenido con Jungkook en el pasado. Actitudes que, por mucho que quisiera, no podía cambiar, pues aunque Eunwoo y Jongin habían dejado de molestar a Jungkook en aquel entonces, inconscientemente sabía que lo hacía porque sólo él podía ser quien le hiciera la vida imposible a Jungkook.

Quizás defender a Jungkook de aquellos abusivos que no hacían más que provocar inseguridades en el aquel entonces pelinegro podría considerarse una buena acción, pero su propósito no lo era.

Jimin se miró en el espejo mientras se acomodaba la corbata del uniforme escolar. Se sentía incómodo al recordar sus propias acciones. Siempre había querido ayudar a Jungkook a sentirse más seguro en su propia piel, pero al mismo tiempo, sentía que estaba atrapado en un juego de poder con Eunwoo y su manada, los otros chicos que solían hacerle la vida imposible a Jungkook.

Jimin recordaba vívidamente cómo se sentía cuando conocio a Jungkook que estaba a nada de recibir un golpe de Eunwoo, rodeado por los amigos de este. Había algo en el rostro de Jungkook que le rompía el corazón, algo que lo impulsaba a tomar medidas drásticas. Sin embargo, a pesar de sus buenas intenciones, Jimin sabía que también se había convertido en parte del problema. Había aprendido a usar su posición de poder sobre Jungkook para su propio beneficio, y eso no era algo de lo que estuviera orgulloso.

Incluso ahora, después de todo este tiempo, Jimin seguía sintiéndose culpable por lo que había hecho. Sabía que no podía cambiar el pasado, pero eso no significaba que pudiera simplemente olvidarlo y seguir adelante. A veces se preguntaba si Jungkook podria perdonar sus acciones. Esperaba que sí, pero nunca estaba seguro.

Finalmente, Jimin se apartó del espejo y salió del baño. Sabía que tenía que enfrentar otro día en la escuela, otro día en el que tendría que enfrentarse a las consecuencias de sus acciones pasadas. Pero por ahora, solo podía poner un pie delante del otro y seguir adelante, tratando de ser una mejor persona cada día.

Soltó un suspiro y se dirigió hacia la cocina, lugar donde se encontraba su padre desayunando, a su lado se encontraba su desayuno listo, el hombre no hacía más que tomar el café mientras leía los papeles de la empresa, a Jimin le sorprendió que su saludo fuera ignorado pues todas las mañanas eran iguales.

Tomando su café sintió la mirada de su padre clavada en él.

-La cicatriz ya está sanando, cerdito -Rompió el silencio señalando su propia mejilla en muestra de la herida sanada de Jimin.

-Sí, ya lo noté -respondió Jimin fríamente, evitando mirar a su padre directamente a los ojos.

-Cerdito, sabes que yo no quise...

-¿Podrías por favor evitar llamarme así? ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo? Y respecto a la cicatriz no deberías preocuparte, haz lo que mejor sabes hacer, ve a trabajar y deja que yo me encargue de ir a la escuela, al menos es lo único de lo que no me privas -Jimin se levantó de la silla y tomó la mochila que se encontraba a su lado.

-Jimin -Sus pasos fueron interrumpidos debido a su padre, quien lo llamó colocándose de pie rápidamente.

-¿Qué quieres ahora?

-No olvides que eres el único heredero, de verdad necesito que consideres tu puesto en la empresa -Jimin ni siquiera se dio vuelta o pronunció palabra alguna, pues luego de unos segundos se marchó del lugar, dirigiéndose ahora sí hacia la escuela, quizás ahí podía olvidar todo por un rato. Sintió un profundo rechazo hacia él y todo lo que representaba. No quería nada que ver con su empresa ni con su legado, no solo porque le parecía aburrido y sin sentido, sino también porque le recordaba a diario el doloroso accidente que le quitó a su madre. La idea de trabajar en esa empresa era demasiado dolorosa para él y prefería enfocarse en su propia vida, en sus estudios y en ser una mejor persona cada día. Suspiró con tristeza y continuó su camino hacia la escuela, esperando encontrar algún tipo de consuelo en medio de la rutina diaria.

Jungkook entró al salón de clases pasando por los pupitres donde se encontraban algunos estudiantes ya ubicados en sus lugares, como acostumbró las últimas dos semanas. Se sentó al lado de su nuevo amigo Taehyung, al instante este esbozó una sonrisa dejando al descubierto sus hoyuelos.

-Jungkookie, ¿está todo bien? -preguntó dando unas leves palmadas en la espalda de Jungkook mientras este se sentaba en el pupitre.

-Tae, estoy bien. ¿Por qué preguntas eso? -Jungkook se sintió mal al ocultarle el verdadero motivo por el cual se sentía mal en realidad, pues antes de entrar al salón sin darse cuenta había chocado con Eunwoo, quien no hizo más que burlarse de él con unas simples palabras: "Mírate, creyéndote importante por solo perder unos kilos".

¿En qué momento él se agrandó por eso? Nunca, por supuesto está claro que había perdido peso, era algo evidente, pero... jamás sería un motivo por el cual se comportaría de otra manera o actuaría como un engreído.

-Es que te veo algo apagado. -Jungkook suspiró haciendo a un lado lo que había pasado hace unos instantes, pues ¿qué sentido tenía que eso afectara su día?

-Ohhh, es que me dormí algo tarde anoche, me quedé haciendo la tarea de química hasta las dos de la madrugada y me costó un poco conciliar el sueño -Taehyung, a su lado, abrió los ojos de golpe ante la impresión de las palabras que escuchó a su amigo decir.

-¿Cómo es eso que había tarea de química?

-La de gases... Kim Taehyung, ¿no la hiciste? -automáticamente el mencionado tomó su cuaderno, lo abrió escondiendo su rostro entre las hojas del mismo.

-¡Lo olvidé por completo! No hagas un hilo en Twitter cancelándome, Jungkookie por favor, prometo que la próxima vez seré más atento -Jungkook soltó una risa y quitó el cuaderno de Taehyung que usaba como escudo, pues sus ojos de a poco comenzaban a ponerse vidriosos. Con su dedo pulgar, limpió una lágrima engañosa que descendió del ojo izquierdo de Taehyung.

¡Vaya que el chico se exigía demasiado! En tan solo unos días, Jungkook había podido darse cuenta de aquello. Hacía todo lo posible por comprender las clases, al igual que los temas explicados en las mismas.

-Oyeee, no te pongas así por una tarea que seguro ni nos van a pedir -dijo Jungkook, intentando animar a Taehyung, mientras sacaba su cuaderno y se lo extendía-. Copia lo que hice yo.

-Pero no quiero aprovecharme de lo que tú hiciste hasta la madrugada por mi cerebro de Dolly, es que necesitaba hacer horas extras en la tienda para...

-Está bien, estabas trabajando y no pudiste hacer la tarea. Por eso, como tu amigo, te estoy ofreciendo lo que hice. Y si llegas a tener alguna duda, me puedes preguntar -interrumpió Jungkook a Taehyung, tratando de tranquilizarlo.

Taehyung tomó el cuaderno de Jungkook con algo de pena y comenzó a copiar las respuestas en su cuaderno. Jungkook lo observó mientras lo hacía. Fue entonces que, al levantar la vista, se encontró con Jimin a unos cinco pupitres de distancia. El pelinegro llevaba sus auriculares puestos, mientras que su mirada se fijaba en el exterior a través de la ventana que se encontraba a su lado.

No solo Jungkook había cambiado en las vacaciones, Jimin también. Había madurado físicamente, su mandíbula estaba más tonificada, al igual que su cuerpo. Era notorio que había logrado ganar más masa muscular de la que tenía. Sus cabellos negros eran algo más largos y una curiosa cicatriz acompañaba su mejilla.

Jungkook estaba seguro de que hace unos meses atrás no había ninguna cicatriz en el rostro de Jimin. No negaría que le generaba intriga, pero... se supone que no era correcto preguntar. Después de todo, aunque se conocían desde hace años, no eran amigos cercanos.

-Jungkookie -La voz de Taehyung fue la que provocó que su mirada se desviara hacia él-. ¿Quién es el chico de pelo lila?

Jungkook dirigió su mirada al mencionado al instante.

-¿Yoongi? Hmmm... Min Yoongi durante los cinco años de escuela fue del otro curso, no me considero alguien que se guie por los rumores así que es mejor que si quieres saber el motivo por el que está aquí intenta averiguarlo por ti mismo, ya sabes es más confiable la palabra de uno que unos simples rumores, si él prefiere mantenerse alejado del resto es probable que haya un motivo, por lo que es mejor respetar su espacio, pero si te interesa conocerlo intenta hablarle, Tae, que respetes su espacio no quiere decir que no le tengas que hablar.

-Desde hace unos días me llama demasiado la atención, pero... no sé, parece tan ajeno a mí.

-¿Y cómo puedes saber eso? Si no te has animado a hablar con él, no puedes asumir las cosas antes de saberlas -Jungkook al oír sus propias palabras comprendió que quizás debía seguir sus consejos, pero en cuanto observó nuevamente al pelinegro este chocó su mirada con la suya, no podía hacer mucho así que disimular no servía, volteó su mirada en cuanto Jimin levantó sus cejas haciendo expresiones extrañas, sintiendo como una leve sonrisa se formaba en sus labios, pues extrañamente no le pareció molesta su respuesta sino tierna, fue entonces cuando el profesor de química ingresó al salón y justamente cuando Taehyung había terminado la tarea.

Algunos estudiantes estaban agotados y se tendían en el pasto para descansar mientras que otros bebían agua desesperadamente. Las clases de gimnasia antes de finalizar la jornada duraban dos horas, y ninguno de los estudiantes se sentía con ánimos de continuar.

El profesor, notando la fatiga de sus estudiantes, decidió finalizar la clase con un ejercicio más.

-Ya chicos... entiendo que están cansados, por lo tanto, haremos un ejercicio más y daremos por finalizada la clase. -Anunció. Los jóvenes no pudieron evitar suspirar y quejarse.

-Presten atención. -Exclamó el profesor- Explicaré el ejercicio de forma simple. Uno está tumbado boca arriba y el otro tracciona haciendo un remo para trabajar la musculatura dorsal. No olviden que es muy importante mantener la espalda recta para no sufrir lesiones. -Al instante el profesor sopló fuertemente su silbato, causando que los jóvenes se sorprendieran por el ruido. -Empiecen con dos series de diez cada uno.

Jungkook y Taehyung se observaron colocándose juntos en una de las filas, Jungkook no hizo más que soltar un suspiro calmo al notar que era el segundo en la fila.

Los jóvenes comenzaron el ejercicio en parejas, enfrentándose el uno al otro. Jungkook se vio obligado a hacer los ejercicios con Jimin. Ambos se observaron sin decir palabra alguna, pero no está demás decir que una mirada puede decir más que mil palabras. Jungkook, al tener a Jimin a unos centímetros de cercanía, podía observar con mayor detenimiento la cicatriz en su mejilla, aquella que tanta intriga le generaba.

-Sólo intento descifrar el misterio detrás de esa cicatriz. -dijo Jungkook en un susurro mientras Jimin lo levantaba sin esfuerzo.

Jimin respondió con una sonrisa irónica. -Lo siento, no puedo compartir ese secreto contigo. Pero si me sigues mirando así, vas a matarme con tus ojos, Fosforito. -dijo mientras lo levantaba de nuevo.

-Oh, lo siento. Disculparme sería demasiado, ¿no crees? -respondió Jungkook.

-¿No sería lo mínimo que debería esperar? -preguntó Jimin.

-Oh... ¿alguna vez tú lo has hecho? -suspiró Jungkook una vez más fue levantado por Jimin. Se generó un extraño silencio incómodo entre los dos cuando Jimin soltó las muñecas de Jungkook y cambiaron de posiciones. Jimin se recostó en el suelo y estiró sus brazos con pocas ganas. Por fuera podría negarlo, pero por dentro, no podía evitar sentir tensión cuando sintió las manos de Jungkook tomar sus muñecas con fuerza.

Hubo un extraño silencio incómodo entre Jimin y Jungkook mientras cambiaban de lugar en el campo. Jimin se recostó en el suelo y estiró sus brazos con pocas ganas, mientras que Jungkook jugueteaba con una pelota de fútbol en sus manos.

-Hmm, no sé... tal vez si te unes al equipo de fútbol, podrías convencerme -dijo Jimin con una sonrisa, tratando de aliviar la tensión que se había formado entre ellos.

Jungkook rió y levantó una ceja, mostrando una actitud desafiante.

-Créeme, Jimin, si quisiera podría ser incluso mejor que tú en el fútbol y no tengo que demostrarte nada -respondió Jungkook, soltando repentinamente los brazos de Jimin, quien cayó al pasto de golpe y soltó un sonoro "auch".

En cuanto se levantó, vio a Jungkook alejarse hacia el baño, pero antes de que pudiera decir algo, Eunwoo, quien estaba observando todo, le hizo señas para que lo siguiera.

Jimin no tuvo opción y se dirigió hacia el baño, sabiendo que Eunwoo estaba detrás de todo esto y que tendría que hacer lo que le pedía.



🌟

Por si no se entendió el ejercicio que los chicos realizaron es básicamente esto:

Nos vemos en la próxima actualización bell@s 🤸‍♀️❤

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