🖤𝟐𝟑🖤
De a poco, el sol comienza a ocultarse, el cielo, que hace unas horas era de color celeste, se tornó más oscuro a medida que este abandona el día. Acompañado de las tonalidades anaranjadas características del horario, el viento frío chocó en el rostro de Jimin causando que buscara calidez en la bufanda que trae puesta, sonrió al instante, pues, esta era la misma que Jungkook le había prestado, luego de las prácticas de fútbol.
Exacto, ese fue un detalle que, tanto él como Jungkook, pasaron por alto. Poca importancia le habían dado a la bufanda que el mencionado le compartió a Jimin en las prácticas hace meses atrás. La mente de Jimin parecía estar fuera de sí, debido a, no sólo todos los cambios por los que pasa a diario, sino por los hechos que descubre, algo que no podía ignorar ya que últimamente le era de suma dificultad prestar atención en clases, realizar sus tareas e inclusive asistir a las prácticas de futbol, hechos que le resultan extraños que le resulten difíciles de realizar, puesto que siempre formaron parte de su rutina y eran los pilares principales que lo ayudaban a mantenerlo distraído.
—Oye, hace mucho frío afuera y tú no llevas la cantidad de abrigo que corresponde.
—Fosforito, nada malo me ocurrirá, estoy acostumbrado a salir con poco abrigo en días como este.
—Ah, ¿Te pregunté? —Jungkook ignorando las palabras de Jimin, le colocó su propia bufanda, asegurándose que no entre frío por ninguna parte. —Ahora sí, que llegues bien a casa, Jimin-ssi.
Jimin acarició la bufanda, mientras que una sonrisa se formaba en su rostro ante el recuerdo, pues nunca olvidaría la primera vez que Jungkook se había referido a él como tal; Jimin-ssi.
—Entonces, podemos hacer esto, en cuanto sepas que él llegará a tu casa yo puedo estar a tu lado ¿Quieres?
—Está bien, no es como antes Jungkookie, puede que sienta miedo, pero no dejaré que me haga daño, lo prometo.
La realidad es que Jimin no quería regresar, no estaba interesado en hacerlo, menos sabiendo que compartió techo durante años con la persona causante de que su madre ya no se encuentre a su lado.
El odio es un sentimiento demasiado fuerte, uno que, en lo posible, se hace lo posible en evitar, más si se trata de una persona cercana como lo es un familiar... pero Jimin, simplemente en los últimos días, no se molestó en lo absoluto por hacer de lado su odio hacia Jihoon. Lo odia con todas sus fuerzas y haría todo lo posible para verlo tras las rejas, incluso si eso significaba tener que regresar a aquel lugar denominado "hogar".
—Las promesas se cumplen, Jiminnie, no permitas que te haga daño o ignoraré todo lo que me acabas de decir e iré de todas formas.
Una vez que Jimin entró a su casa, el constante pánico que le genera estar allí se hizo presente, pero automáticamente pensó en Jungkook y todos sus miedos desaparecieron, tal es así que desviar su mente hacia algún recuerdo o persona que le transmita paz le permite dejar esos miedos que lo invaden de lado. Nuevamente hizo su mayor esfuerzo en entrar al lugar, pero todo miedo desapareció al encontrarse a Suzzy frente a él pero, no solo a ella sino a todos los trabajadores de su padre; Guardaespaldas, abogados... ¿Qué estaban haciendo ahí?
—Suzzy, ¿qué está sucediendo aquí? —Pese a que Jimin tenía consigo sus sospechas, no quería confirmar lo que ocurría, pero tampoco podía posponer lo inevitable.
—Es su padre Jimin, en un rato estará de regreso en la casa y pidió que todos esperemos por él, incluyéndote, es normal sentir miedo en una situación como esta, es por eso que pedí a los demás que estén aquí, no seré de mucha ayuda si Jihoon se pone violento contigo. —Jimin observó a los hombres, la mayoría altos y de una gran contextura física, todos y cada uno de ellos lucía intimidante ante los ojos de cualquiera, pero no para Jimin, para él solo eran unas simples marionetas de su padre.
—Oh, ya veo... más que asustarme por sus palabras, existe una parte de mí que siente culpa. Es tan injusto sentirme así por las acciones que estoy tomando, es decir, estoy actuando de manera correcta como siempre debió ser, lo que me trajo amigos auténticos y a Jungkook. Dentro de poco, se hará justicia por Daehwi, pero... aún así pierdo a otra persona cercana a mí que, más encima, resultó ser la peor de las mierdas existentes. Sé que ha hecho cosas horribles, pero, por mucho que luche, eso no quita que él es mi padre y odio tener que decirlo en voz alta. —Suzzy se acercó hacia Jimin y tomó su mano, quiere hacerle saber al joven que no está solo en la situación, pero ella también siente demasiado miedo, no hacia Jihoon, sino por el bienestar de Jimin.
—Oh, Jimin, eres tan pequeño para que cosas como estas te sucedan, pero recuerda siempre que, no solo trabajamos para él sino para ti, si él piensa en hacerte daño en cuanto te vea, ninguno de nosotros se quedará de brazos cruzados, tenlo por seguro.
El sonido de un auto se escuchó en la lejanía de la casa interrumpiendo las palabras de Suzzy. Rápidamente, los hombres, que tienen la ocupación de proteger, ya sea a Jimin o Jihoon, tuvieron la intención de posicionarse frente a Jimin para evitar que algo le suceda, pero Jimin los detuvo pasando por delante de ellos, estando a un par de pasos de distancia hasta la puerta de su casa.
—No deben preocuparse por mí, estaré bien.
—Pero, joven Park-
—Está bien. —Jimin no tenía duda alguna, Jihoon podría tener cargos, enfrentarse a otros problemas, pero no se quedaría con las ganas de conocer la verdad, las intenciones reales del hombre, puesto que prefería saberlo de parte de él que enterarse por terceros, al igual que tampoco seguir viviendo en una vida de mentiras, ya no más.
La puerta de la casa fue, entonces, abierta unos largos segundos después dejando a descubrir a Jihoon. Automáticamente, los hombres fingieron seguir sus órdenes, las cuales implicaban permanecer quietos en sus lugares al igual que los trabajadores de limpieza, no hacía falta decir algo, pues en sus rostros se podía notar que sus intenciones implicaban la protección de Jimin.
—Jimin... me voy un par de días y parece que hay tantas cosas que debemos hablar tú y yo. —Jimin tragó saliva, cualquier método que sirviera para distraer su pánico lo usaría, pues como se sabe, haría lo que sea para descubrir lo que realmente le sucedió a su madre.
—¿Qué ocurre? Casi nunca vienes a hablarme y, si lo haces, es para reprocharme algo, así que, si es alguna de las cosas que mencioné, yo no tendría nada que hacer aquí ahora mismo... pero esta vez soy yo quien debe hablar contigo.
—¿Tú? El que en lugar de tomar tu lugar en la empresa ¿Prefiere testificar en mi contra en un tribunal? —Jimin, aunque daba por seguro que Jihoon estaría enterado, sintió todo su cuerpo tensarse ante las palabras de su padre, tal como si una corriente de agua fría lo golpeara repentinamente y no pudiera hacer nada al respecto— ¿Qué creías? ¿Qué no me enteraría? Mejor que nadie sabes que cuento con contactos que me mantienen informado acerca de tus movimientos.
—¿De qué estás hablando? ¡Pensé que los guardaespaldas ya no me seguían! —Jimin volteó a observarlos con desilusión, los hombres que se encontraban de pie detrás de él no hicieron más que bajar sus cabezas puesto que no podían observar a Jimin, no después de lo que habían hecho, pese a que se vieron obligados a hacerlo.
—Nunca dejaron de seguirte, Jimin. Te dije lo contrario para ver tus movimientos auténticos y no me he perdido de ninguno, así como tú no te perdiste los míos, vaya que, sí eres un desperdicio de años de trabajo, prefieres ir en contra de tu propio padre que asegurarte un trabajo digno junto con una esposa que te espere en casa.
El mismo discurso de siempre se hizo presente, pese a que Jimin habló del tema hasta el cansancio, Jihoon no comprende lo que le dice o, simplemente, prefiere ignorarlo y hacer oídos sordos a sus palabras. Al verlo, no se molestó en ocultar su cansancio ante las mismas palabras de siempre.
—¡Ya te dije mil veces que no me interesa trabajar en tu empresa de mierda! En unos meses seré mayor de edad, y no tendrás derecho ninguno de obligarme a nada. —Exclamó Jimin acercándose hacia él, por supuesto, los guardaespaldas le siguieron el paso. —Bien dijiste que has estado invadiendo mi privacidad enviando a personas de poca credibilidad a espiarme, así que no te creas que una esposa me esperará en casa el día de mañana, no sé con qué palabras explicarte que eso jamás ocurrirá, ¿cuántas veces debemos hablar de este tema? Tú mismo fuiste quien me prohibió ver a Taemin, nos viste ese día tomados de la mano ¿Y qué hiciste? ¿No es la cicatriz en mi mejilla suficiente para hacerte entender, de una vez, que no puedes cambiarme a tu gusto como si fuera un muñeco?
El silencio invadió el lugar por completo, Jihoon dio un largo suspiro y, acto seguido, se quitó su abrigo, mismo que, al instante, una de sus trabajadoras tomó.
—Por eso es que los maricones como tú no merecen tener las cosas en la palma de la mano, no saben valorarlas.
—Sé que has venido a Corea para presentarte en el tribunal, pero si has venido aquí para desquitarte conmigo, prefiero que me dejes solo como mejor sabes hacerlo, al menos no verte la cara a diario me genera tranquilidad.
—Me temo que eso no se va a poder, Hyerim va a mudarse acá y no puedo tolerar ningún comportamiento insolente tuyo más.
El mundo de Jimin, en pocas palabras, se vino abajo ante la respuesta de su padre ¿En ningún momento se preguntó cómo se encontraba? ¿Si estuvo haciendo sus tareas como corresponde? Jimin puede garantizar que esa preocupación, que siempre esperó por parte de su progenitor, nunca llegaría, incluso, en ese preciso instante lo había dado por seguro.
—¿De qué mierda estás hablando? Claro... ¿Prefieres compartir techo con la secretaria que, por cierto, era con la misma que engañabas a mamá que con tu propio hijo? Es que no me quedan dudas, a ti nunca te interesamos ni mamá o yo siquiera. Eres una mierda de ser humano, Jihoon y espero que te pudras en la cárcel. —Jimin no tuvo tiempo para reaccionar, antes de que pudiera hacer algo, el puño de Jihoon llegó hacia su rostro con demasiada fuerza, los guardaespaldas quisieron intervenir y decidieron acercarse hacia Jimin, pero él los detuvo enseñándoles su mano en señal de que no necesitaba de la ayuda de ellos.
—Tú mismo lo dijiste siempre, Jimin, yo no soy tu padre, por lo tanto, tú no eres mi hijo. Pero compartes mi apellido y sangre, así que no tendrás más opción que presentarte en la empresa y cumplir tu rol como mi único heredero. No puedo seguir tolerando tus mariconadas, si no lo haces por las buenas lo harás por las malas... en mi lugar deberás seguir haciendo todo lo que yo hacía ¿Está claro?
Sí, a Jimin no le gustaba que su padre se refiriera a su persona con el apodo de "Hijo", él sentía que aquel hombre era todo menos su padre, pero el oír al que se suponía era la persona que debía acompañarlo y escucharlo negándolo como su hijo, simplemente logró que quedara estático.
—¿De qué empresa hablas? ¿Si estás siendo analizado por quiebra fraudulenta? No tienes permitido trabajar ahí. TUS contactos fueron los que me notificaron acerca de eso el viernes cuando regresé de la escuela, así que me temo, Jihoon, que tu amada empresa no es una amenaza para mí... debo recordarte que si bien tú eres el presidente, hay alguien más arriba de ti, el director y él es quien saldrá ganando aquí. Ahora debería preguntar yo, tantas cosas que hablas sin sentido, al menos quiero escucharte ser honesto una vez en tu miserable vida, ¿qué hiciste fuera del país?
—Traje a Hyerim a Corea, está esperando un hijo mío, uno que sí valdrá la pena —No fue fácil para Jimin ocultar su sorpresa a una noticia como tal. En parte, sentía una extraña felicidad al saber que tendría un hermano menor, pero, por otro lado, sabía que Jihoon no le dejaría verlo o peor aún, jamás se lo presentaría y... no lo hacía precisamente feliz el hecho de que la mujer que tanto hizo sufrir a su madre traería un hijo al mundo que lleva la misma sangre que él— ¿Por qué me miras de esa forma? Miles de veces me cansé de decirte que tienes una imagen que mantener, Jimin ¿Sabes lo difícil que fue ponerte en forma y que tuvieras un estado físico decente? Eras una maldita bola de grasa, así que si no dejas esta estúpida fase a un lado, respecto a los chicos, de una buena vez por todas, entonces, será hora de que lo haga por las malas, te graduaras y me importa una mierda lo que quieras, si no quieres trabajar en la empresa, ¡Bien! pero tú serás quien limpie mi nombre, ¿está claro?
Las palabras de Jihoon habían llegado tal como balas directo a su corazón. Aquel hombre no podía hacer más que decepcionarlo, pero nunca creyó que llegaría al punto de preferir a esa jovencita que, a su propio hijo. Más que llorar, en su lugar, lo que hizo fue reír, aun no comprendía cómo una persona tan inmadura como Jihoon era capaz de, inclusive, mantenerse en pie sin caerse en el proceso.
—¡Entonces, si no soy tu hijo deja de querer cambiarme y obligarme a hacer cosas que no quiero hacer! ¿Acaso no escuchas una mierda de las cosas que te acabo de decir o estás tan desesperado que se te olvidó cómo hablar en coreano? Jihoon, la empresa no te DEJA trabajar ahí hasta que los jueces decidan qué hacer contigo en el tribunal, por lo tanto, alguien más está reemplazándote ¿Esperas un hijo? Pues, vete con ese hijo. Desafortunadamente, él no tiene la culpa de los padres que le tocó ¡Y a mí, déjame en paz!
—Esto no tiene sentido en lo absoluto, Park Jimin.
Finalmente había llegado el momento, para nada le interesaba seguir manteniendo una conversación con Jihoon, por lo tanto, debía realizar aquella pregunta que, durante tanto tiempo, estuvo dando vueltas por su mente sin parar tan solo por un segundo.
—Haré una última pregunta y juro que soy capaz de cruzar esa puerta que está detrás de ti y largarme a donde sea, no me importa tener que trabajar para conseguir dinero a diferencia de ti. Desde que supe que todo el dinero que nos mantiene con vida es robado me siento un criminal, aunque la diferencia es que, ahora, no hay nada que me ate aquí, ya no... así que lo preguntaré de una vez ¿Por qué le hiciste eso a mi mamá? ¿Por qué me la quitaste de mi vida? Y, responde sin engaños, merezco saber la verdad.
—Park Doyeon nunca debió ser ascendida como presidente de la compañía, tenía que ser yo quien se hiciera cargo... me desesperé, no tuve más opción. Ese día se quedó en el trabajo hasta tarde y, para mantenerse despierta, tomaba café, así que lo envenené. Luego ella caminó a casa, comenzó a sentirse mal y el choque fue lo que hizo que todo quedara menos evidente y pareciera un accidente... mira, me importa muy poco si decides quedarte aquí o no, pero el código de su caja fuerte está aún en su despacho, sé que siempre te prohibí la entrada ahí porque creí que lograría ponerte de mi lado y no sería necesario que entraras a ese lugar de porquería pero puedes ir.
Jimin, algo desconcertado, va hacia el lugar mencionado, pues, desde que su madre falleció, siempre tuvo prohibido entrar al despacho de su madre y nunca entendió el motivo. Finalmente, entendería el motivo, difícil fue entrar allí después de tanto tiempo sin que los recuerdos se hicieran presente en su mente, las veces que jugaba con sus juguetes mientras que su madre se encontraba en su escritorio trabajando pero poniendo música a Jimin para que este no se aburriera. Sonrió al ver que aún estaba la firma que ella y él le habían realizado al escritorio.
Abrió el cajón, encontrándose con una foto de la mujer en su juventud, las lágrimas se hicieron presentes al instante, el parecido entre su progenitora y él es innegable, el tono de sus largos cabellos azabaches, la suavidad y palidez de su piel e, incluso, ese color avellana que traían sus ojos, acarició la imagen mientras que sus lágrimas se derramaban en sus mejillas.
—Mamá... siempre lo supiste, incluso sin tenerte presente sigues cuidándome. Sé que en esta vida no ocurrió, pero espero que, en otro universo, hayas podido continuar con tu sueño, hacer las cosas que siempre amaste, como escuchar música a todo volumen o colocarte tus vestidos hermosos... incluso, si tu felicidad significa que no nos conociéramos, es más que suficiente, porque sé que podrás sonreír.
Al dar vuelta la fotografía se encontró con un código escrito en ella, al instante, pudo deducir que se trataba de la caja fuerte así que se acercó al objeto con intenciones de abrirlo, giró la perilla doce veces a la derecha, diez a la izquierda y siete a la derecha nuevamente, permitiéndole así abrirla.
Tal fue que lo único con lo que se encontró allí fueron un par de papeles y una llave. Algo extrañado, comenzó a leerlos pero no le llevó mucho tiempo deducir de qué se trataba, pues este era nada más y nada menos que el testamento de Park Doyeon. Ella comenzó a narrar que sabía que Jihoon no era de confianza, pues ella se vio obligada a casarse con él, debido a que sus familias se habían puesto de acuerdo para unirlos en matrimonio. En el mismo narra que dejó una propiedad y todos sus ingresos a su hijo Park Jimin en una cuenta bancaria en caso de que algo malo le ocurriera.
Sin dar más vueltas guardó la fotografía de su madre y otra más que encontró de ella junto a él y salió del despacho con el testamento y la llave entre sus manos.
—¿Así que ya lo has leído? ¿Qué dice ahí? Nunca lo he agarrado desde que murió. —Jimin, lo que menos quería, era revelarle lo que el testamento de su madre narra, por lo tanto, agotado de aguantar más, decidió finalmente ponerle fin a la situación.
—Has lo que se te dé la gana Jihoon, yo me largo de aquí. Si el destino lo quiere, la última vez que te vea, quizás, sea en el juicio, porque realmente no veo la hora de que estés detrás de las rejas pudriéndote en la cárcel.
Jimin fue hacia su habitación por última vez. Se acercó hacia su armario, y, al instante, comenzó a empacar toda su ropa de forma bruta, el enojo se queda corto ante lo que sentía, una mezcla de emociones estaba presente en todo su ser y se sentía tan abrumado que era incapaz de ordenarlos, pero tenía claro que el enojo resaltaba principalmente. Enojo, debido a que, a su padre, no le importaba más que el estatus social, enojado porque prefería a su aventura de trabajo que a él que es su hijo, enojado porque no se sentía querido... y él lo deseaba, siempre lo hizo... siempre quiso que su padre lo quisiera por cómo es, pero, de una vez por todas, debía resignarse ya que, eso jamás ocurriría.
—¿Puedo entrar, querido? —La voz de la mujer fue quien lo hizo volver a su habitación, limpió sus lágrimas y respondió.
—Suzzy, pasa ¿Qué quieres decirme?
—He presentado mi carta de renuncia a Jihoon, no puedo dejarte ir solo, fue tu madre a la que le prometí cuidarte no a él, así que... ¿No te molesta si, en lugar de trabajar para Jihoon, es para ti?
—Oh Suzzy, prometo que haré lo posible para pagarte a tiempo, pero no debes sentirte obligada en venir conmigo.
—Querido, eres lo más cercano a un nieto que tengo, sé que no soy la compañía que querrías, pero no puedo dejarte solo, no es correcto que lo haga en una situación como esta.
—Eres exactamente la compañía que necesito a mi lado, no solo hoy, sino siempre. Gracias por cuidarme desde que tengo uso de razón, guardaré un par de cosas y nos largaremos de aquí.
Una vez terminó de empacar su ropa, guardó su laptop y sus libros escolares y a su peluche Chimmy. Salió de aquella cárcel, la cual era su supuesta casa, no se molestó en lo absoluto en despedirse de Jihoon, ni siquiera una despedida merecía, según él.
Al salir de ahí, comenzó a caminar en busca de algún taxi, mientras que Suzzy le seguía el paso. El enojo se había convertido en tristeza, que provocó que comenzara a sollozar en silencio. Afortunadamente tenía un hogar a su nombre y podía ir allí, gracias a su madre. Mientras caminaba, lágrimas comenzaban a salir de sus ojos sin que se diera cuenta.
Caminaba y caminaba sin rumbo alguno por las oscuras calles, ya era de noche y no había nadie alrededor.
—Oye, Suzzy, ¿conoces a algún psicólogo?
—La hija de una amiga mía tiene sesiones con una psicóloga, puedo pedirle su número ¿Estás interesado en comenzar terapia, querido?
—Sí, creo que, si realmente quiero sanar y dar otro paso adelante, debe ser este.
—Este joven... Jungkook ¿Realmente te gusta?
—Sí y mucho, pero, si quiero estar con él, no quiero cargarlo con mis problemas.
—Recuerda siempre esto Jiminnie, puede que ames mucho a alguien, pero el amor no cura personas, nunca debes depender de alguien, al final del día te costará mucho despegarte del otro y será peor para ti. Si das un paso como este siempre hazlo por ti mismo y por tu propio bienestar, no para que otro esté feliz. Las relaciones requieren de mucho crecimiento personal y perdón, no todo será color de rosas, pero lo importante es que estás dispuesto a dar este paso adelante por tu propio bien y me da muchísimo gusto verte crecer, querido.
—Si comienzo a hacer esto es, pura y exclusivamente, por mi bien. Mis ángeles guardianes no querrían verme así, sé que mamá y Daehwi deben saber de mí, aunque yo no pueda verlos y, quizás si vieran que estoy así, se decepcionarán de mí... tengo que, no solo estar bien por ellos, sino por mí, no puedo pasar otro día más así.
—Jamás lo harían, ten eso por seguro, siempre serás el orgullo de tu madre y el hermano mayor de Daehwi, puedes relajarte todo de a poco se solucionará y recordaras esto como una caída de la que quizás fue difícil... pero lograste levantarte ¿Sí?
Una vez levantó su mirada, notó un taxi cerca así que se acercaron a este. Una vez dentro, Jimin le dio la dirección de su casa, misma que estaba escrita en el testamento y comenzaron a dirigirse a ella.
Posteriormente, unos minutos después llegaron, la sonrisa de Jimin se hizo presente al observar el lugar, una casa de dos pisos llena de árboles y hojas por los suelos fue lo que su mama le dejó y no pudo sentir más que un cosquilleo en su estómago, pues luego de tantos años se sintió cerca de su madre, abrió la puerta e incluso su interior era hermoso, decorada tal y como tanto le gustaba, incluso fotos de él y su madre decoraban la sala de estar.
—Siéntete cómodo de instalarte, Jiminnie, yo ordenaré todo aquí.
—Pero Suzzy, yo puedo ayudart-
—Tuviste un día demasiado largo, sube y descubre tu habitación.
Las paredes de su habitación eran de color blanco, los bordes rodeados de luces led como tanto adoraba, buscó el control de estas y colocó la luz morada, una biblioteca réplica de comics de DC y Marvel estaban al lado del escritorio, mismo que también traía su propia computadora y teclado.
No olvidó ningún detalle, en lo absoluto.
Jimin se vio interrumpido pues, su teléfono empezó a sonar y era una videollamada de Jungkook. Se desespera por el moretón en su rostro, no quería preocupar a Jungkook, así que optó por ponerse unos anteojos oscuros, serían cuestionables, pero al menos no alertaron a Jungkook.
—¿Tú haciendo una videollamada? Eso no es algo que se ve todos los días.
—Lo sé, es que quería ver tu cara otra vez.
—Vamos, estuvimos juntos durante mucho tiempo ¿Aún necesitas más?
—Por supuesto, nunca es suficiente.
—Vamos, hay algo más... cuando llamas es para hablar sobre algo serio, así que ya suéltalo ¿No te sientes bien?
—No lo sé, Jiminnie, últimamente siento que no puedo controlar mi ira y... quizás deba ir con algún profesional para hablar acerca de ello, Taehyung me dijo que puede ser de ayuda.
—Concuerdo en que no solo deberías ir tú, sino yo también, hay tantas cosas que no logro asimilar aún, respecto a Daehwi y también está lo de mi mamá que... hizo que reviva muchos recuerdos del pasado que creí que había superado cuando, en realidad, no es así, sino que siento como si estuviera viviendo de manera automática mientras que me pierdo de un montón de cosas hermosas que ya no disfruto como antes.
—Hace mucho que no te veo en las prácticas ¿Aún vas a visitarlo?
El silencio, por parte de Jimin, invade la llamada y es que, responder con sinceridad era algo que le genera angustia, pero no pretendía ocultarle a Jungkook los hechos, ya no, aparte que una lágrima se había dejado a descubrir sin que lo notara, notó su existencia un par de segundos después que, aunque la limpió Jungkook ya la había visto.
—Oh Maldición, me dije a mi mismo que no lloraría al respecto, pero sí, sé que debo soltarlo y dejarlo ir, pero no puedo hacerlo, no cuando sé que, quienes provocaron su muerte, siguen ahí sueltos. Afortunadamente, los padres de Daehwi me dijeron que denunciaron a Eunwoo y se hará justicia de una vez. Lo extraño, lo extraño demasiado y trato de no concentrarme en ese sentimiento porque sé que sino lloraría todo el día.
—Entiendo tu punto, cariño, pero comprende que Daehwi no querría verte así, a él le hubiera gustado que continúes asistiendo a las prácticas, que conversaras por horas sobre juegos y Marvel, él querría verte feliz... no triste porque ya no está contigo de manera física.
—Lo sé, pero ahí es donde está lo que no me permite avanzar, el hecho de que él ya no esté. Me siento como si estuviera en un mal sueño del que nunca seré capaz de despertar, primero mi mamá, quien, a día de hoy, inclusive me duele que no esté... ahora Daehwi, las únicas personas más cercanas a mí, ya no están.
—Lo sé, pero no estás solo en esto, cuentas con mis padres, con Yoongi, Taehyung, Jeno, Hoseok y conmigo... puede parecer que estás solo, pero, si observas con atención a tu alrededor, notarás que somos muchos los que te amamos y necesitamos de nuestro lado.
—¿Acabas de hablar entre líneas, Fosforito?
—A-am yo... ¿Dije algo?
Jimin pudo escuchar como Jungkook era llamado a comer, puesto que la voz de su hermano es demasiado destacable y sencilla de distinguir, aparte de... quizás... algo elevada cuando grita.
—Lo siento, Jiminnie, debo ir a cenar, aunque no tengo hambre, quiero quedarme aquí hablando contigo.
—Ya, no te preocupes, yo también te quiero mucho, Jungkookie... pero no te saltees las comidas por mí, aliméntate para tener energías en las prácticas, la necesitarás... ya de por sí, eres alguien fuerte, pero compleméntalo con la comida, Jungkookie.
—Te quiero, Jiminnie ¡Mañana nos vemos!
Sentado en su cama, dejó su celular a su lado mientras que su mirada se enfocaba en el suelo y sus pensamientos iban y venían, entre ellos eran más intensos los que involucran a Jungkook, pese al terrible rato que había pasado, ese joven tenía la fantástica habilidad de hacerlo sonreír incluso en sus peores momentos.
Últimamente, experimentaba muchos sentimientos por primera vez y uno más no sería la excepción de añadirse en la lista y es que, luego de tantos años, no había experimentado la cercanía de su madre. Pese a no tenerla a su lado físicamente, ella siempre estuvo ahí protegiéndolo y eso sería un detalle que siempre valoraría y atesoraría en su corazón.
Te amo mamá, pero no creas que me abusaré del dinero que me has dejado, te haré sentir orgullosa, lo prometo.
🌟
Dato random: mi parte favorita de escribir es cuando mis personajes empiezan a pararse de frente ante, ya sea lo que les gusta o el simple hecho de hacerse respetar, me siento como una mamá orgullosa 😩
En fin, paso a comentarles también, como otro dato random, que hace poquito publiqué un one shot titulado "Opening Sequence" (principalmente, por si wattpad no avisó, lo cual es muy probable) es la típica historia cortita que se lee en un ratito.
Nos vemos pronto en otra actualización amores, gracias por tanto <3
PD: Aunque uso cursiva, tanto para recuerdos como para llamadas, creo que se entiende la diferencia entre ambos, pero si no es así me lo hacen saber ❤️
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