
ϟ| 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐧𝐢𝐧𝐞: 𝐒𝐚𝐯𝐨𝐫 𝐦𝐞
●Capítulo nueve: Saboréame
—Ah... Bueno, puede que tenga algo de ambos. —mintió. —¿Por qué dices que puedo ser del sequito de ellos?
—¿Sequito? —TaeHyung rompió en risas. —Es servirles. Así como le sirven todos lo vivientes al rey Azael y al príncipe YoonGi.
JiMin rodó los ojos.
"Il principi YinGi."
—Bueno, como sea. Ellos. ¿Por qué? —JiMin se alejó de él y miró hacia los pergaminos que tenía el castaño en la mesa.
—Porque tienes una apariencia bastante atractiva. Tienes escrito en tu cara ser bastante codiciado y algo glotón. —le dijo TaeHyung. —Si no es eso. Entonces eres un demonio común y corriente.
JiMin levantó una ceja.
—¿Y qué es ser un demonio común y corriente para ti?
—Aquellos que solo desean comer y simplemente dañarle el oído y pensamiento al humano. —este regresó la mirada a su pergamino y miró de reojo a JiMin quien le sonreía de brazos cruzados.
—Ajá... —el rubio se acercó a él y le quitó el pergamino que leía. Arrugó el ceño al no entender lo escrito. Parecía estar en otro idioma. —¿Cómo lees esto si eres humano?
—Estudiándolo se aprende. —dijo orgulloso.
Miró por encima del hombro hacia la dirección de JungKook quien estaba embobado mirando al castaño y contento de escucharlo.
—Sí, eso es raro. —le regresó el pergamino. —Y no, no soy un demonio o lo que sea que pueda existir aquí. —TaeHyung lo miró confundido. —También soy humano como tú.
—¿Qué? Imposible. —dijo él. —No existe otro humano en este mundo además de mí. —se levantó de la silla.
—Pues, eso era antes. Ahora somos dos. —le sonrió JiMin y sus ojos recorrieron el cuerpo de TaeHyung.
Era bastante alto, tenía un buen físico, su rostro era atractivo y vestía de pantalón caqui con una camisa de seda manga larga blanca con un pequeña abertura en el pecho. En las mangas tenía bordados muy elegantes y sus zapatos eran unas simples sandalias. Vestía como cualquier humano en quien sabe que época. Pero en la actualidad no estaba.
—¿Cómo sigues vivo? ¿Cómo no te han devorado? —preguntó interesado.
—Ni yo sé cómo es qué sigo vivo... —bajó la mirada. —Paso por desapercibido. —lo miró y se llevó las manos a la cadera.
—Pero..., eso es extraño. Tu aroma debe atraerles y volverles locos No tiene caso que... —se calló haciendo que JiMin lo mirara extraño. El castaño se acercó a él robando el centímetro de distancia que había entre los dos. Le colocó las manos encima de los hombros al rubio y los apretó un poco. —¿Tu eres le prometido del príncipe YoonGi?
JiMin se quedó estupefacto al escuchar lo que había preguntado y antes de que pudiera decir algo, una carcajada se escuchó en el lugar. TaeHyung apartó la mirada del rubio junto con sus manos y los dos fijaron sus ojos hacia atrás encontrándose con YoonGi.
—Príncipe YoonGi. —saludó TaeHyung haciendo una reverencia.
—Bienvenido, príncipe. —apareció JungKook detrás de los estantes, también haciendo una reverencia.
—¿Terminaste? —se dirigió a JiMin.
—Sí.
—¿Y por qué no has regresado?
El rubio ladeó la cabeza con una sonrisa.
—¿Te hago falta? —se lamió los labios haciendo que YoonGi levantara una ceja formando una sonrisa cínica.
—¿Ya tienes un amigo humano? —miró a TaeHyung. —Hola. —saludó.
—Príncipe. Un placer. —volvió a hacer una reverencia. JiMin hizo una mueca de asco y se alejó del castaño.
YoonGi caminó hacia este con una pequeña sonrisa tallada en su semblante y se detuvo en frente de TaeHyung. A sus fosas nasales llegó el aroma sensible y delicioso. Algo dulce y delicado, TaeHyung tenía un aroma leve a comparación de JiMin.
—¿Cómo llegaste aquí? —preguntó YoonGi.
—Bueno, yo... —se rascó la nuca. —. Estoy aquí hace 4 años. Debe conocer al señor SeokJin.
—Ah, él. —YoonGi rio. —¿En serio con él? —lo miró de pies a cabeza y se lamió los labios. Se acercó un poco más a él y lo rodeó. —¿Por qué?
—¿Qué por qué? —TaeHyung se quedó en silencio sin entender la pregunta.
JungKook se acercó un poco a JiMin observando también la escena de coqueteo le hacia YoonGi a TaeHyung.
—Sí, ¿Por qué lo invocaste a él? —preguntó de nuevo el pelinegro, colocando una mano en el hombro del castaño haciendo que este se tensara al toque.
YoonGi deslizó su mano por el pecho del castaño hacia abajo dejando a la vista sus largas uñas y dirigió su dedo índice hacia la pequeña abertura de la camisa blanca. Sin quitar el dedo del pecho de este, lo rodeó un poco y se colocó a su espalda.
—Solo fue porque quería estar aquí. Siempre me ha llamado la atención saber sobre los demonios y el inframundo. —YoonGi apartó la mano del pecho de TaeHyung bruscamente y lo miró como si hubiera dicho una locura.
—Ya en serio. ¿Qué carajos les pasa a los humanos hoy en día? —se llevó las manos a la cadera. —Tú por gusto. —señaló a TaeHyung. —Y tú por hambre. —señaló a JiMin.
JungKook rompió en risas.
—¿Hambre? —cuestionó curioso.
—Ah... ¿Qué no te has presentado? —los diente afilados fueron vistos gracias a su sonrisa.
—No. Apenas iba. —contestó JiMin.
—No hace falta. Yo lo hago por ti. —el rubio se cruzó de brazos. —Eres TaeHyung, ¿Cierto? —el castaño asintió. —Bien, TaeHyung... —volvió a acercarse a él y esta vez se colocó detrás de él. —El humano que tienes en frente, se llama JiMin. —el rubio saludó con la mano. —¿Y sabes cuál es su comida favorita?
"Ya viene con el maldito espectáculo de exhibirme."
"¿Si sabes que puedo escucharte?"
"Con más razón lo hago."
"¿Qué? ¿No te gusta que les diga la verdad? ¿A caso estoy ahuyentando a tu comida?"
"Iba a serla, ya que no cooperas."
"¿Lo comemos juntos entonces?"
JiMin abrió los ojos sorprendido y lo siguiente que vio fueron las manos de YoonGi en el pecho de TaeHyung. Con fuerza, este clavó sus largas uñas en este y rasgó la ropa lastimando el pecho de este. El castaño gritó del dolor y el pelinegro clavó de nuevo sus uñas en el pecho de este con más profundidad. La sangre empezó a brotar de las heridas y los gritos se hacían más espeluznantes.
El rubio estaba tan entumecido en la escena de los dos, que su cuerpo reaccionó ante la satisfacción de verlos. El vello se le erizó y sus latidos aumentaron. Todo a su alrededor pareció estar en cámara lenta mientras se escuchaban en eco los desgarrados gritos del castaño por cada herida que le hacia YoonGi. Este, enterró su mano completa dentro del pecho del castaño haciéndole un gran hueco, para luego sacarla y así dirigir su mano ensangrentada a sus labios para lamerla. JiMin estaba tan atonito y excitado por la grandiosa escena que el pelinegro le estaba dando que no podía desear más.
Sus ojos se encontraron. De nuevo aquellos ojos azules brillaban con gran intensidad y un aura rodeaba a YoonGi. Su rostro salió detrás de la espalda de TaeHyung haciéndose un poco más grande que el castaño. Su sonrisa se hizo más ancha enseñando con deleite sus afilados dientes para luego dirigirlos al cuello del castaño y morderlo con fuerza para arrancar un pedazo de su piel.
JiMin se acercó babeante al castaño y posó sus manos el pecho ensangrentado de este con brusquedad. Se mordió el labio inferior con fuerza y tocó las heridas abiertas de TaeHyung con deseo. Dirigió sus ojos a al semblante malherido y horrorizado del castaño, acercó su mano ensangrentada a su rostro con deseo y posó la mano en la mejilla, limpiando las amargas lágrimas de dolor del chico. Luego deslizó su mano hacia abajo y aproximó su dedo pulgar a los delgados labios de este para acariciarlo y mancharlos de su sangre.
Entonces acercó sus labios a los del castaño y lo besó con brusquedad sintiendo el sabor de su sangre en la boca. Pegó su cuerpo al del castaño y colocó sus manos en su pecho mientras tocaba el agujero que YoonGi le había hecho. Metió la mano ahí dentro y sintió su corazón acelerador. TaeHyung lloriqueó en los labios de JiMin, pero el rubio estrujó el corazón con fuerza haciéndolo gritar. Dejó caer la cabeza hacia atrás cerrando los ojos cuando sintió el placer y el morbo apoderase de cada parte de su cuerpo. Volvió a hacer contando visual con YoonGi, quien comía de poco a poco el cuello de TaeHyung con viveza.
"Estás sumergido más allá del pecado, mascota..."
Aquella escena empezó a desaparecer poco a poco y la sangre iba desapareciendo de su tocar y del rostro de TaeHyung. Los ojos brillantes de YoonGi se veían lejos del cuerpo del castaño y el semblante de terror ya no estaba.
"Que deseos más excéntricos."
JiMin tragó duro cuando se dio cuenta que estaba enfrente de TaeHyung con las manos puestas en su pecho. Al aparecer había rasgado la camisa del castaño.
—¿No es esa tu comida? —preguntó TaeHyung confundido.
Dio unos pasos hacia atrás, separándose del castaño y vio a YoonGi con la espalda apoyado en uno de los estantes. Lo había hecho de nuevo, había jugado con su mente de nuevo. El rubio apretó los puños y se giró caminando hacia la puerta, enojado.
"¿A caso te enojaste?" La risa de YoonGi resonaba en su cabeza.
—¡Cállate! —ordenó el rubio saliendo del lugar.
Caminó por el pasillo que había recorrido con JungKook al llegar a lo que era la biblioteca. Aumentó la velocidad de su caminar llegando a las escaleras que estaban al final del pasillo, pero se detuvo de golpe cuando YoonGi apareció frente a él con una sonrisita burlona.
—¿Se te quitó hasta el hambre, mascota? —habló YoonGi.
—Quítate de mí maldito camino.
—Ay, pero que grosero. —rio. —¿Tanto te molestó la ilusión? Parecías disfrutarla.
—Última vez. Quítate de mi camino. —su tono era frio.
YoonGi ladeó la cabeza y se cruzó de brazos.
—¿Y si no lo hago? —levantó las cejas.
JiMin bufó.
—¿Tanto placer te causa sacarme de quicio? —le preguntó JiMin. —¿Por qué te gusta plasmar cosas irreales en mi cabeza?
YoonGi hizo puchero.
—¿Tanto querías la escena? —rio y se acercó más al rubio, cortando el centímetro de distancia que había entre los dos. —¿Tanta hambre tenías?
—Me haces comer cada día de una estúpida manzana. ¡No me calma el hambre! Quiero algo más exquisito. Algo que me llene de verdad y que complazca a mi paladar. Yo quiero... —el pelinegro acercó sus labios a los de JiMin, pero no lo besó.
—¿Qué es lo que quieres, JiMin? —susurró.
—Yo... Yo qui...quiero... —tragó duro y lo siguiente que sintió, fueron las manos de YoonGi posarse en su cadera para así atraer más su cuerpo y juntarlo con el suyo.
Con un rápido movimiento, el pelinegro plasmó a JiMin contra la baranda de las largas escaleras y acercó sus labios al cuello del rubio, haciendo que este soltara un jadeo. Deslizó una de sus manos que estaban en la cadera de este y la acercó su entrepierna, provocando que escapara de su boca un pequeño gemido ante el roce de la mano de YoonGi contra su bulto.
—Ya veo que aquella escena te dejó bastante emocionado. —soltó una risita aun estando en el cuello del rubio y le pasó la lengua hacia arriba, llegando a su oreja.
La respiración agitada del rubio se entrelazó con sus fuertes latidos por el toque y la cercanía de este. YoonGi, aprovechó el instante para besarlo con brusquedad y así introducir su lengua poco a poco para entrelazarla con la él. Pasó su roce a introducir su mano en el pantalón del rubio haciendo que este gimiera entre los húmedos besos. El pelinegro, le mordió el labio inferior con fuerza provocando que sangrara y un hilo se formó entre sus bocas al separarse. YoonGi, probó del rubio, saboreó un poco de su esencia y encantado, siguió tocando el erecto miembro de este con delicadeza.
Las manos de JiMin se posaron en el pecho de este para darse un poco de espacio, pero dejó caer la cabeza hacia atrás soltando un gemido del placer cuando YoonGi empezó a masturbarlo. Con las mejillas sonrojadas y agitado, miró hacia el primer piso del gran edificio, encontrándose con miradas ajenas. Un pequeño grupo de lo que eran demonios, los observaban con lujuria y otros con desdén.
—YoonGi... —habló JiMin. —Nos... Nos están mirando.
El pelinegro sonrió y llevó su mano al rostro del rubio, estrujándolo.
—Puedo oler la envidia que proviene de ellos. —su voz era bastante gruesa y ronca. —Ellos también desean ser tocados como tú. También quieren sentir el glorioso placer que desprende tu cuerpo. —este le giró la cabeza para que los observara murmurar. —Entonces, míralos mientras te corres y demuéstrales sentir tu deseo.
Aumentó la velocidad en su mano al bombear el miembro del rubio para que así sus espectadores pudieran gozar de una lasciva escena. JiMin gimió contra el cuerpo de YoonGi, mientras apretaba la camisa de este con fuerza. Sus invitados, encantados con la escena del rubio sintiendo placer. Se reunieron entre sí y empezaron a tocarse debajo de la ropa. El rubio sorprendido al ver tales actos, llegó al orgasmo haciendo reír a YoonGi.
—¿Ves que lo disfrutan igual que tú? —le susurró YoonGi y le soltó el rostro para que lo mirara. —Pueden oler tu exquisito aroma a pecados y tu placer.
—YoonGi, espe...espe... —con su mano libre le tapó la boca y bombeó aún más su miembro provocando espasmos en el cuerpo del rubio.
Con lágrimas en sus ojos, el rubio le mordió la mano y agitado, alcanzó su punto máximo en el orgasmo corriéndose en la mano del pelinegro mientras movía sus caderas con placer. YoonGi, apartó su mano de la boca del rubio, percatándose de que había algo de sangre en esta y fijó su mirada en la expresión lasciva que tenía el rubio, sintiendo ansias de devorarlo.
JiMin aprovechó el instante y subió sus manos a la nuca de este, atrayendo su rostro al suyo para juntar sus labios. Con brusquedad, alcanzó la lengua del pelinegro y mordisqueó un pedazo. YoonGi soltó un suspiro y se dejó llevar, sacando la mano dentro del pantalón de este.
—Oye... ¿En selio te estás tomiendo mi lengua? —cuestionó YoonGi, mientras veía de reojo a JiMin masticar desde su boca.
El rubio arrancó un pedazo, ensuciando sus mejillas de sangre y comió con desespero. Sus espectadores huyeron al ver el acto más desagradable que habían visto en décadas, estupefactos y horrorizados, se fueron. YoonGi vio a JiMin comer de su lengua y se llevó las manos a la cadera.
—¿Qué no puedes pedir permiso? —JiMin negó con la boca llena. —¡Es mi lengua! Tiene prioridades y derechos.
Parecía ignorarle. Estaba sumergido en terminar de comer la lengua.
—Acabo de masturbarte y tú solo piensas en comer. —se quejó el pelinegro. —Tengo a tus malditos hijos en mi mano. —enseñó su mano sucia de semen.
JiMin tragó el último pedazo y rio.
—¿Qué es gracioso?
—Tu expresión de asco. —dijo.
YoonGi hizo una muecay limpió su sucia mano en la ropa del rubio.
—Vamos, tenemos cosas que hacer. —bajó unos escalones mientras JiMin se limpiaba la sangre de la boca con el dorso de su mano.
—¿Tenemos?
—Sí, tienes que ir con SeokJin. —JiMin arrugó el ceño.
—¿Quién? —YoonGi rodó los ojos.
—El que te enseñará a ser más educado y con modales. Si vas a estar a mi lado, tienes que comportarte como alguien digno de tenerme. —el rubio lo miró con disgusto.
—¿Estás hablando en serio? —YoonGi se giró para mirarlo y asintió. —¡No voy a tomar clases con él!
—Tu no decides eso, JiMin. —le dio una sonrisa hipócrita. —Vamos. —le extendió la mano para que el rubio la tomara, pero este simplemente bajó las escaleras por su lado, acomodándose el pantalón.
Yoongi suspiró sonriente.
—Tan insolente y terco...
—Te escuché, imbécil. —le dijo JiMin unos escalones abajo.
—Ah, disculpa. Pensé que la audición se te había dañado una vez que te dejaron caer de chiquito. —se burló. —Sí, porque si comes a tu misma raza. Algún otro defecto tendrás. —bajó las escaleras llegando a su lado.
—¿No te cansas de hablar de mí?
—Para nada, eres mi tema favorito. —le guiñó el ojo. —Me encargaré de que todos sepan quién eres. No solo como mi prometido.
—¡¿Disculpa?! ¿Prometido?
—Ah, ¿No te dije? —se rascó la nuca inocente. —Sí, como ya te presenté como mi pareja en el banquete. Eso te convierte en mi prometido. —enseñó los dientes en una sonrisa. —Pero, habrá más tiempo para detalles. Ahora estamos muy ocupados y vamos tarde. ¡Andando! —bajó las escaleras corriendo.
—¡YOONGI! ¡YO NUNCA ACEPTÉ SER TU PROMETIDO! —gritó JiMin escaleras abajo.
—¡NO TENÍAS QUE ACEPTARLO! YA ESTABA HECHO. —su fuerte carcajada resonó en otro el lugar. —HoSeok, ¿Ya está el carruaje listo?
El pelirrojo apareció a su lado asintiendo.
—VAMOS, JIMIN. NO TENEMOS TODO EL DÍA. —le gritó.
"Es un imbécil y un maldito mentiroso."
Se quejó mientras llegaba al primer piso para juntarse con él e irse del edificio.
—¿Si sabes que puedo escuchar todo lo que piensas? —le dijo tomándolo de la mano.
—Sí, lo sé. Por eso prefiero maldecirte en mi pensamiento y recordarte lo imbécil que eres. —fingió una sonrisa y entrelazaron sus dedos.
—Príncipe, hay una multitud afuera. Por favor, finjan amarse. —les pidió HoSeok.
—¡Claro que sí! ¿Cierto, JiMin? —lo miró.
—¡Obviamente! —respondió sarcástico, mientras apretaba el agarre de YoonGi.
"Imbécil."
"Caníbal"
"Idiota"
"Pervertido"
"Egocéntrico"
"De igual forma, así te causo placer."
JiMin hizo una mueca y rodó los ojos. Las puertas se abrieron y YoonGi se limpió los restos de sangre de sus comisuras.
—Aquí vamos... —murmuró y fingió una grande sonrisa mientras saludaba la multitud. —Saluda, imbécil. —dijo regañadientes.
—No, ni siquiera me determinan. Quieren comerme.
YoonGi rio.
—De igual forma, saluda. —pidió.
JiMin levantó la mano a duras penas y empezó a saludar algo apenado mientras evitaba las penetrantes miradas que lo querían comer.
"Odio esto."
"Tu te lo ganaste."
Los dos avanzaron hacia el carruaje con rapidez y entraron para que este luego se dirigiera con dirección al entrenamiento de JiMin.
Gracias por todo el apoyo que ha tenido la novela.
Nos vemos en el proximo capitulo, besties.
Tomen awa :)
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