Narra Angelique

Entré apresuradamente en el departamento, el sonido de mis tacones resonaba por el corredor hasta que finalmente encontré refugio en la seguridad de mi hogar. Mis ojos se humedecieron al contemplar el papel tapiz que alguna vez detesté y deseé cambiar. Nunca imaginé que sentiría tanta alegría al verlo.

- Miau -Una sonrisa afloró en mis labios al ver a mi gatita frotarse contra mis piernas, su esponjosa colita acariciándome- Miau~

- Mami está en casa -Murmuré cariñosamente mientras depositaba las bolsas sobre la mesa del comedor- Espero que los huevos no hayan sufrido daños...

Suspiré, rezando en silencio por un pequeño milagro que hiciera que todo estuviera intacto a pesar de la brusquedad con la que había dejado caer las bolsas. Me dirigí a una repisa y encendí la radio, dejando que la voz del locutor llenara la habitación.

- Hoy se pronostica lluvia durante la tarde y la noche -Anunció el locutor mientras sacaba los productos de las bolsas- Y en otras noticias, un granjero local denuncia que seres de otro planeta están robando sus vacas.

Una risa escapó de mis labios ante la noticia absurda, pero mi alegría se vio empañada al descubrir que dos huevos de la docena estaban rotos. Maldije en voz baja y procedí a guardar las compras en el refrigerador y la despensa, desechando los alimentos dañados como un tomate, los huevos y un frasco de mermelada de fresa.

Una vez finalizado, me dirigí al sofá y me dejé caer para quitarme los tacones y relajarme por un momento. Sentí un ligero peso en mi pecho y al abrir los ojos, me encontré con mi gata acurrucada en él, una bola de pelos blancos que siempre encontraba consuelo en mi regazo. Sonreí al acariciarla y escuchar sus suaves ronroneos, aunque mi descanso se vio interrumpido por la necesidad de dirigirme a mi oficina y ocuparme de las finanzas de mi boutique.

Al mediodía, finalicé mi trabajo. Las finanzas estaban en orden y ya tenía tres bocetos listos para mi próxima colección de ropa. Bostecé al estirar los brazos, consciente de que necesitaba alimentarme y planificar la cena. Francis llegaría alrededor de las 6 de la tarde, siempre hambriento y agotado, por lo que siempre me gusta recibirlo en casa con la cena caliente y una buena copa de vino.

Caminé descalza por el departamento hasta llegar al refrigerador y saqué los restos de la cena de la noche anterior. Una sonrisa iluminó mi rostro al descubrir que aún quedaba algo de "Le gratin dauphinois" que había preparado con esmero. Calenté el plato en el microondas y comencé a disfrutarlo con una copa de vino tinto, mientras las melodías de la radio creaban un ambiente reconfortante en mi hogar.

Sin embargo, la paz se vio abruptamente interrumpida por la alarma de contingencia que resonó por todo el edificio. Mi cuerpo se tensó de miedo mientras Bisou, mi gata, saltaba asustada y erizaba su pelaje. Corrí hacia la puerta del departamento para asegurarme de bloquearla con todos los cerrojos disponibles. Francis era extremadamente sobreprotector, especialmente desde que un doppelganger había asesinado al antiguo vecino del departamento contiguo.

Una vez asegurada la puerta, mi ansiedad disminuyó ligeramente. Detestaba cuando se activaba el plan de contingencia debido a la presencia de monstruos intentando ingresar al edificio. Si lograban engañar al guardia de seguridad y accedían, las consecuencias solían ser graves, con heridos o, en el peor de los casos, víctimas fatales. La sola idea me ponía los nervios de punta y mis manos temblaban, necesitaba distraerme.

Decidí que la mejor manera de calmar mis nervios era cocinando. Opté por preparar algo más elaborado para la cena, algo que mantuviera mi mente ocupada. Así que elegí hacer lasaña. Comencé sofriendo cebolla, ajo y apio, agregué la carne molida y removí hasta que se cociera uniformemente. Después de añadir la salsa de tomate a la boloñesa, agua, hojas de laurel, sal y pimienta, dejé que los sabores se integraran.

El golpeteo fuerte proveniente del departamento contiguo me sobresaltó, apagué la radio para sumir el lugar en silencio. Apagué la estufa y corrí hacia mi habitación con Bisou en brazos para encerrarnos, bloqueando la puerta con un mueble. Llamé nerviosa al guardia de seguridad.

- Habla a recepción, ¿en qué le puedo ayudar? -La voz del guardia me dio tranquilidad a pesar de la situación, mientras continuaba escuchando los ruidos y los gritos ahogados de los Rudboys en el piso superior-

- Necesito que envíen a alguien de la DDD. Escucho golpes y gritos ahogados en el departamento de los Rudboys, tercer piso, puerta tres -Mi voz temblaba, llena de miedo y ansiedad, odiaba estas situaciones, y más aún cuando ocurrían en mi piso-

- Entendido, no abra la puerta y asegure todas las entradas. Un equipo de la DDD se dirigirá allí de inmediato -La respuesta breve me reconfortó antes de que colgara-

Me senté en el suelo sobre la suave alfombra, tomé una de mis revistas de moda y me sentí más segura al saber que la ayuda estaba en camino. Poco a poco me quedé dormida. Una hora después, desperté con un sobresalto al escuchar un mensaje de voz en la contestadora. Miré el reloj en la habitación y solté un grito: ya eran las 2 de la tarde y todavía no tenía la cena lista. Me apresuré a preparar los ingredientes mientras escuchaba el mensaje.

- Le informo que se produjo un incidente con un doppelganger en el tercer piso, pero ya fue contenido y eliminado. El señor Steve Rudboys se encuentra ileso, junto al señor Mccloy Rudboys -Finalizó el mensaje-

Un suspiro de alivio escapó de mis labios al saber que todo estaba bajo control. Continué con los preparativos para la cena, y antes de darme cuenta, eran las 5:30. La lasaña estaba fuera del horno enfriándose, y una bandeja de croissants de mantequillase encontraba en el horno, listos para ser servidos. Solo faltaba que Francis llegara a casa para compartir la cena juntos y disfrutar de una velada tranquila.

Espero y no olvidarán rentar la película que quería ver "La dama y el vagabundo" es la película más nueva y aunque me hubiera gustado ir a verla al cine, el día que habíamos comprado los boletos para verla un doppelganger en la función anterior habíamos matado a dos personas y se cancelo las funciones, fue una lástima ya que se arruino nuestra cita y eso que Francis había hecho horas extras un día antes para que el saliera temprano para ambos ir a ver esa película.

¡Volvió por quien lloraba!

Le gratin dauphinois: Originario de Francia (más precisamente en la región de Delfines en los Alpes franceses), es un plato horneado de patatas gratinadas cortadas en finas rodajas y mezcladas con nata fresca o leche. Además, se le suele añadir mucho queso y setas.

Bisou: Bisou es un nombre francés que significa "beso". Bisou es una gatita Angora Turca pequeña y peluda. Tiene largo pelaje blanco y ojos azul brillante con largas pestañas. Ella fue un regalo de su madre.