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Capítulo 18

RI GAEUL

El tercer entrenamiento de habilidades había terminado, sentía que iba a morir en cualquier momento. Según el maestro Yun era un efecto normal para ser mi primera vez, y poco a poco iba a acostumbrarme. Tomé ello con calma, aunque me desesperaba dejar la competencia a la mitad por mis constantes mareos. Eso sí no era común en nuestra especie.

—Aquí tienes Ri —dijo Sunoo, luego de entregarme un batido energizante de remolacha.

—Gracias.

El amanecer estaba próximo a llegar y no podía negar que me sentía muy mal por mi amigo, estuvo acompañándome en todas las pruebas, podía notar el cansancio en su rostro, aunque él decía todo lo contrario.

—Sunoo, ¿por qué decidiste ser mi guardia personal? —esa era un pregunta que temía hacerla, pero sentía que era el momento.

Él por su parte se mantuvo en silencio, mientras bebía su propio batido. Tenía la vista en el frente. Iba a deshacer mi pregunta, pero comenzó a hablar.

—Desde muy pequeño fui criado para servir, proteger y cuidar a mis superiores. Y cuando cumplí la mayoría de edad, no dudé en inscribirme a la convocatoria de guardias de los reyes, como no tenía la experiencia suficiente, me rechazaron, pero fue la propia reina Yan quien se contactó conmigo, para ejercer ese cargo contigo.

Aquello último me sorprendió mucho, porque mi madre no lo mencionó en ningún momento. Ahora entendía todo, pero eso no quitaba la preocupación que sentía por Sunoo, él también debía de vivir su vida.

—¿Estoy siendo una carga? —pregunté apenada.

—No lo digas jamás. Sé que es mi labor estar como una goma de mascar, pero disfruto mucho estar contigo, de hecho, estoy aprendiendo nuevas cosas. —sonrió.

Escuchar eso me alivió, pero seguiría pendiente de si era demasiada presión para mi amigo. Me consideraba inquieta y hasta cierto punto agobiante, no quería generarle problemas.

—¿Y qué sucede con tu vida amorosa? —solté de repente, asustando a mi amigo.

Tuve que ayudarlo a respirar luego de atragantarse con su jugo. Se notaba que no estaba preparado para esa pregunta. Quise reír, pero me contuve.

—¿Vida amorosa? —asentí—. Bueno, tengo entendido que los guardias reales no podemos tener una relación, así que estoy solo, solito, solín.

—Ah, ¿y qué hay de esa chica de cabello naranja?

—¿Quién? ¿Yarik?

—Supongo que si, al parecer estaba muy enojada contigo el primer día que te conocí.

—Ah, si, aunque es algo que te contaré en otro momento. —cerró sutilmente el tema, escondía algo sin duda.

Habíamos llegado a los dormitorios, ya era tiempo de descansar. Al ingresar al edificio, vi a Jake conversando con un estudiante, rápidamente empujé a mi amigo hacia el ascensor, y luego de decirle que necesitaba hablar con la señora Danne, las puertas se cerraron, lo último que escuché fue un grito ahogado de Sunoo, probablemente volvería, tenía que apresurarme.

Busqué a Jake y al parecer se había marchado, quería hablar con él, la última vez había sido todo un caos, y sentía que ese era el motivo de su alejamiento. Aunque yo no ponía de mi parte tampoco. Continúe buscándolo por varias partes, y cuando di la vuelta él estaba allí.

—Jake.

No pasó ni un segundo cuando tomó mi mano y me llevó hacia una de las habitaciones de recepción que tenía nuestro edificio, uno lleno de espejos y una decoración que improvisaba un gran baile. Confundida y sorprendida por lo que veía, no me atreví a encararlo. No tenía las palabras adecuadas que decir.

—Sabes, sé que probablemente me odies después de esto, incluso puedo recibir un severo castigo, pero necesito comprobar algo.

Comenzó a acercase lentamente, miraba atenta cada uno de sus movimientos, hasta el punto de sentir una corta distancia entre nosotros. Mentiría si esto no me afectaba, era confuso, pero comenzaba a darme cuenta de lo que realmente sucedía. Cerré los ojos por inercia, preparada para ese suceso que ya se había formado en mi mente. Pero no pasó.

Un delicado beso en mi mejilla fue suficiente para que estás se sientan calientes. Abrí los ojos y lo vi, directamente hacia los suyos. Esperaba una explicación, pero creo que ya tenía la respuesta.

—Sé que con esto estoy rompiendo toda la confianza que me brindaste, pero es algo que no puedo controlar, menos aún en mi estado.

Traté de comprender sus palabras, sin embargo, no era lo que quería escuchar. Al parecer solo había sido utilizada. Ignorando el hecho de que había cometido una falta con la princesa, había lastimado a mi persona como mujer. Y fue tan rápido el como mi corazón lo había entendido. Mis ojos se llenaron de lágrimas y al sentir como una de ellas se deslizaba por mi mejilla, no dije nada y sólo salí de ese lugar.

No creí que algo tan efímero como eso, dolería de este modo.

No tenía idea del camino por el que iba, pero fue imposible detenerme justo cuando el director Lee estaba ahí, lo que provocó un ligero choque.

—Señorita Ri, ¿se encuentra bien? —preguntó luego de ver mi rostro.

No podía emitir palabra alguna, pero mis lágrimas decían mucho. Con cuidado, el director me guió hasta su oficina, no sin antes pedirle a la señora Danne que se contacte con mi madre.

Estaba en problemas.

•ೋ° °ೋ•

—¿Ya te sientes mejor? —preguntó, luego de varios minutos.

Me sentía mejor que antes, pero sabía que lo peor recién estaba por llegar. No dije nada, con un ligero movimiento de mi cabeza, afirme que me sentía bien.

—¿Puedo saber qué pasó? —preguntó con un tono cálido.

Nadie debía enterarse de lo sucedido con Jake, se las consecuencias que todo eso implicaba. Traté de pensar en una segunda opción, pero era complicado al tener la atención del director completamente en mi.

—Solo un pequeño accidente, director Lee.

—¿Un accidente? ¿Sunoo no estaba contigo?

Había obviado esa parte, tenía que pensar en algo rápido ahora.

—Le pedí que me trajera un café, debido al entrenamiento me sentía muy agotada.

—Entiendo.

Asentí con una sonrisa forzada, solo esperaba que todo resulte como mi mente lo está pensando.

El teléfono del director sonó, rápidamente él contestó y luego de cortar, supuse que mi madre ya estaba aquí. Me sentía terrible. El ligero toque en la puerta me provocó un escalofrío, pero traté de controlarme.

En cuanto ella ingresó, quería desaparecer del mundo. Podía sentir su preocupación y posible enojo, no había pasado ni una semana cuando ya tenía problemas. El director Hee Jun se levantó de su lugar, y estoy segura de que estaba más sorprendido que cualquier otra cosa, hasta podía decir que no dejaba de ver a mi madre.

—Es una lástima volver a vernos ante una situación así Hee Jun. —comentó ella, con una cálida sonrisa.

—Lo mismo digo Yan Ra. —continuó él.

Me levanté del sofá, y saludé a mi madre, seguido de una reverencia. Temía hacer algo incorrecto.

—¿Qué fue lo que sucedió con Gaeul? —preguntó, levantando un poco la voz.

—Según lo que comentó, tuvo un pequeño accidente.

—¿Accidente? ¿En Lee High Castle? ¿Y su guardia real?

—Al parecer hubo una confusión con su labor, pero ya todo está resuelto. No volverá a suceder reina, disculpe, señora Ri.

Necesitaba desaparecer justo ahora, o que alguien llegue a rescatarme. Agradecía la ayuda que el director Lee me estaba brindando, pero mi madre era muy demandante, y necesitaba saber todo con exactitud.

—Gaeul, ¿puedes esperar afuera? Necesito hablar a solas con el director Lee.

Asentí sin ninguna objeción, aunque probablemente me llegaría una sanción por parte de ella, esperaba poder afrontarla. Luego de salir de la oficina, fui hacia mi habitación. Todo había sucedido tan rápido, que no me dio tiempo de recuperarme emocionalmente, aunque recordaba lo hecho por Jake, solo tenía que olvidarlo y seguir con mi desarollo aquí en la escuela.

Al llegar al pasillo donde estaba ubicada mi habitación, vi a mis dos amigos, y también Jake esperando por mi. Lo que menos quería era verlo, no sabía hasta que punto podía considerarme alguien fuerte. Contuve mis lágrimas, y después de parpadear muchas veces, llegué hacia ellos.

—¿Qué hiciste Ri? —cuestionó Sunoo, estaba muy exaltado.

—Gaeul, ¿Todo bien? —preguntó ahora Lia.

No quería responder nada, mi voz seguramente se quebraría. Con mucho esfuerzo pude pronunciar algo corto, que necesitaba dormir, y sin esperar respuesta alguna ingresé a la habitación, llegué a mi cama y me acosté en ella. Seguramente mis amigos seguían en la puerta, pero no quería demostrar nada.

Una ligera lágrima se deslizó por mi rostro nuevamente, sumado al cansancio excesivo de mi mente, caí en un profundo sueño con rapidez.

•ೋ° °ೋ•

HEEJUN

Después de cerrar la puerta de la oficina, me dirigí hacia mi escritorio en silencio, y le pedí a Yan que tome asiento. Lo que tenía que decirle iba más allá de lo que inicialmente le conté frente a Gaeul. Y tanto ella como yo sabíamos que pasaría si eso crecía.

—Yan, necesito mostrarte algo.

Ella me vio ansiosa, podía sentir el miedo presente en sus ojos, aquellos lindos ojos avellana que tanto me gustaban. Me concentré en lo que hacía, y después de digitar unos datos, seleccioné la grabación de una de las cámaras de seguridad que había en la sala de recepción del edificio.

Ante la insistencia de Yan por hacer del proceso uno más rápido, le di play al vídeo y nos dimos cuenta de que la versión que Gaeul había contado era muy opuesta a lo que veíamos ahora. Era consiente de que el desarrollo de esos sentimientos es muy normal entre los estudiantes, siempre y cuando no sea una impedimento o debilidad en su desempeño como especie.

—¿Ellos están saliendo? ¿Cómo puede ser posible Hee Jun?

Comprendía su temor, era el mismo que sus padres sintieron aquella vez cuando nos presentamos en su reino, como dos jóvenes enamorados. Si, vivía de los recuerdos constantes, y aunque son heridas muy frescas para mí, me alegraba saber que ella no sufría de esa manera.

—Por lo que pude percibir, no hay ninguna relación. Sabes muy bien que el chico, Jake, es hijo de Jerry, y ellos hicieron un pacto con nosotros, lo que implica no tener cualquier tipo de relación más allá de lo amical con nuestra especie. Es la regla de oro.

—Así es. ¿Entonces que pudo suceder?

—Creo que tendrás que hablar con ella, no se sentía muy bien.

Yan asintió preocupada, podía sentir sus emociones, y aunque un solo toque de mi parte podría aliviarla, sabía que sería el inicio de mi pérdida de voluntad. No había notado que ella me miraba fijamente a los ojos, tratando de leer mis pensamientos seguramente, pero aprendí a bloquearlos para no lastimarla.

—Creo que ya debo irme.

—¿Asistirás a la fiesta de bienvenida? —pregunté con ilusión. Necesitaba verla más de una vez para poder vivir.

—No recibí la invitación —confesó con un tono de voz animado.

Rápidamente fui donde uno de los cajones de mi escritorio, y de allí saqué una carta, donde escribir el nombre del destinatario. Se lo extendí con una sonrisa, esperando que pudiera asistir. Ella lo tomó y me miró con curiosidad.

—¿Qué pasa? —pregunté asustado.

—Sentí esa sensación de que ya había vivido algo como esto.

Aquello me había dejado sin palabras. Consternado sería la palabra que describía mi estado ahora. ¿Será que está sucediendo lo que tanto había pedido en estos años?

—Ya debo irme, tengo que hablar con Gaeul. Hasta luego Hee Jun. —me extendió su mano.

—Espero volver a verte Yan Ra. —apreté su mano con suavidad, mientras mi piel trataba de memorizar su tacto, la extrañé demasiado.

Cuando ella salió de la oficina, un calor vivo y melancolico se apoderó de mí. Aquella esperanza de que los recuerdos de mi amaba esposa estaban apareciendo, era un índice que nuestro hijo comenzaba a creer en nuestra historia.

El clan Lee.

•ೋ° °ೋ•

Cuando Yan Ra llegó a la habitación de su hija, pudo ver a tres chicos que esperaban por ella, entre ellos el guardia que había asignado para su protección y según lo que sabía, dos jóvenes que no pertenecían a su especie, los hijos de Jerry y Danne.

No dijo nada e ingresó. Vio a su hija recostada en la cama, al parecer estaba durmiendo. Con cuidado se acercó a ella, y dejó un beso en su cabeza. Tenía miedo de que el nuevo sentimiento que está naciendo ella creciera con rapidez, conocía las consecuencias de un enamoramiento primerizo, aunque sus épocas son muy distintas, ella sentía que Gaeul todavía no estaba preparada para eso. Era tanto solo su pequeña.

Sintió a su hija removerse, pero seguía en un profundo sueño, aquella sonrisa delataba lo feliz que se sentía ahora.

—Esto pasará mi pequeña. —pronunció, acariciando el cabello de la chica.

El amanecer ya había llegado por completo, la fuerte luz apareció por las ventanas, y antes de que su hija despierte, se levantó y cerró las cortinas. Ella necesitaba descansar. Podía leer sus pensamientos, y al parecer tuvo un entrenamiento muy fuerte, sin contar los últimos sucesos de los que hablarán después.

Arropó dulcemente a Gaeul, y dejando un aromatizador que siempre llevaba en su bolso, se retiró lentamente.

—Tú puedes hija, mamá está orgullosa de ti.

Yan conocía todo el esfuerzo que implica ser una vampira a corta edad, la inmadurez, debilidad e incluso la poca estabilidad física y emocional se convertirán en armas en contra de uno mismo a la edad que tenía Gaeul, pero estaba segura de que su formación en esa escuela sería muy importante para ella.

Salió de la habitación, y volvió a ver a los tres jóvenes, quienes no tardaron en ofrecer una reverencia. Yan por su parte, solo asintió, y del mismo modo sonrió.

—Gracias por cuidar a mi hija.

Aunque ellos estaban muy confundidos por las palabras de la reina, ella sabía muy en el fondo las verdaderas intenciones que tenían con su hija, y le alegraba saber que iban más allá de su posición real.

Se despidió de ellos, y avanzó hasta llegar a la recepción del edificio. Se reencontró con Danne, y aunque ella le ofreció disculpas por el comportamiento de su hijo, Yan no tardó en aclararle que solo fue un malentendido, un proceso que es muy común a esa edad. Con un abrazo, ambas mujeres se despidieron, con la esperanza de reunirse algún día.

Ambas eran mejores amigas en el pasado, pero ninguna lo recuerda.

Mientras Yan continuó caminando por la escuela, se dio cuenta de un detalle en especial. El clima. El cambio de temperatura e incluso el movimiento del aire, era una especie de premonición que sentía cuando algo importante va a suceder, pero al no recordar algo con ese peso, decidió solo ignorarlo.

Su reloj en la muñeca indicaba que faltaban veinte minutos para las ocho de la mañana, debía volver a casa.

Llegó a la entrada, y acompañada de sus guardias, estuvo apunto de subir al carro en el que llegó. Vio a Heejun correr hacia ella, y nuevamente sintió esa sensación familiar, lo que comenzaba a fastidiarla un poco.

—Vuelve con cuidado a casa, estos territorios pueden ser peligrosos. —declaró.

—Lo haré Heejun, nos vemos en la fiesta. —respondió de manera exclusiva, afirmando su asistencia a la ceremonia.

Heejun no podía más con la emoción, pero camufló todo ello con una sutil sonrisa. Se despidió de ella, y luego de verla partir, volvió a la escuela, con una sensación calidad y ansiosa en su interior. Tenía que trabajar duro para hacer de esa noche una especial.

•ೋ° °ೋ•

La prueba de los chicos de Brave Wolf's Man ya había iniciado. Todos estaban dispersos por el inmenso bosque, con el hambre de cumplir la misión de manera exitosa. Algunos que ya habían encontrado los banderines de color amarillo y verdes, fueron regresando a la sede para recibir su respectiva calificación, a diferencia de otros que tenían la sensación de que colores como el rojo y azul, tendrían más puntajes.

Heeseung, con esa misma idea, continuó buscando con desesperación esos banderines, pero era inútil. Su búsqueda no tenía éxito. Intento trepar hacia un árbol para tener una vista más panorámica, pero no tenía la fuerza necesaria. Luego de caer en tres ocasiones, se rindió a esa estrategia y continuó buscando por tierra.

Cuando llegó a una pequeña división de lo que parecía ser una carretera, se detuvo y dudó en seguir avanzando, tal vez ese era un límite. Desde su lugar se dio cuenta de que un auto se acercaba hacia el, con rapidez se escondió detrás de un árbol, pero continuó observando el vehículo.

Cuando esté paso por sus ojos, pudo ver a una señora en el interior, quien lucía muy elegante y linda. En ese momento, al tener ese pequeño contacto visual con ella de solo cinco segundos, sintió un sentimiento muy extraño recorrer su cuerpo, hasta el punto de marearlo un poco. Vio como el auto siguió su camino y desapareció.

—Eso fue muy raro. —pronunció, luego de recuperarse.

—Lo raro, apenas comienza Heeseung.

Al escuchar ello, rápidamente giró para ver de quién se trataba, aunque por su voz ya tenía noción de quien podía ser. Y verlo allí, lo confirmó. Era Niki. Quien al parecer tenía un bate de béisbol en mano, y estaba acompañado de otros 3 chicos con el mismo objeto.

Atar los cabos fue más que suficiente, para comprender que planeaban darle una golpiza, pero no sé los iba a dejar tan fácil.

—Espero te guste mi regalo.

Con un primer golpe, Heeseung logró esquivarlo con facilidad, pero al verse acorralado, trató de evitar otro, y sintió como sus costillas crujieron luego de un golpe intenso en su espalda.

Lo habían herido.

Los golpes continuaron, aunque él trató de defenderse, aquel golpe inicial había desequilibrado sus reflejos, y ya no podía hacer nada, eran intentos fallidos de protegerse. Sintió otros golpes en su pierna, abdomen, brazos, e incluso en su cabeza. La debilidad no era la palabra adecuada para describirlo, sentía que estaba muriendo.

Cuando su cuerpo cayó al suelo, el líquido rojo descendió por todo su rostro, necesitaba ayuda. Niki al ver lo que había hecho, sonrió satisfecho, y sin decir nada más, se retiró junto con los otros chicos.

—Ayuda...

Susurró Heeseung con mucho esfuerzo, esperando que alguien llegara.

•ೋ° °ೋ•

¿Se esperaban ese reencuentro entre los reyes?
Díganme que si o lloro (mentiris).

Espero que les haya gustado la interacción entre Gaeul y Jake, quien lo diría 😶.

Nos vemos en otra actualización.

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