Capítulo 13
HEESEUNG.
Estaba anocheciendo, y no podía conciliar el sueño. Aún era temprano de hecho, pero nos habían informado que la hora de dormir eran a las 7 pm exactamente, lo cual desordenó un poco mis hábitos, ya que solía acostarme a medianoche.
A diferencia de mí, sabía que Sunghoon lo estaba llevando muy bien, ya que no estaba aquí en mi habitación molestándome como siempre, y de seguro está plenamente dormido en su cama. Reí al pensar eso sobre él.
Bajé de la cama y decidí caminar por la habitación. Era muy grande y cómoda. Tenía todo lo necesario, lo justo, sin embargo, aún tenía mucha curiosidad sobre aquel escudo con un lobo en medio, era muy raro e interesante a la vez, ya que lo había visto continuamente en todos los uniformes de los hombres de aquí, y también en el bastón del señor Jong Hi. Tal vez se trataba de una especie de símbolo, o un clan mafioso.
Me acerqué a la ventana y corrí un poco la cortina. El paisaje que llegó a mis ojos era realmente hermoso, y más aún con aquella medialuna que comenzaba a brillar más y más, ¿o era mi mente imaginaria que la veía así?
Salí de mi burbuja cuando escuche varias pisadas sobre el campo; sin duda me sorprendió tener esa audición tan detallada, lo único que alcancé a ver fue una sombra, traté de buscarlo, porque probablemente sería una persona, pero está ya se había escondido. Fingí no ver nada y cerré la cortina, pero tal y como lo supuse al instante la sombra apareció de nuevo y al ubicarse en la luz de la luna, me di cuenta de que, si era una persona, uno de los chicos de hoy tal vez, ya que no llevaba puesto un smoking.
Sabía que ese chico podía estar en problemas, ya que teníamos que obedecer las reglas y no salir de nuestras habitaciones. Seguí observándolo sin decir o hacer nada, no era mi asunto. Él caminó hacia una de las torres, las cuales eran el puente hacia el otro patio y la salida. ¿Acaso pretendía huir?
Lo seguí con la mirada, y me sorprendió la rapidez con la que corría, sí que era rápido. Llegó a la puerta de la torre y como está se habría con un accesorio especial, supuse que hasta allí llegó su plan. Estaba por darme la vuelta y volver a la cama, pero una fuerte ráfaga de aire se acercaba hasta mí, agradecía que la ventana estuviese cerrada.
Volví a ver el lugar donde el chico se había estancado, pero él ya no estaba allí. Busqué por todos lados, por si se había escondido de nuevo, pero no lo hallé, supuse que había vuelto a su habitación, ya que era lo más racional que podía hacer ahora.
Hasta que un disparo resonó por todo el campus.
¿Qué sucedió?
Un poco aturdido, volví a la cama, decidido a conciliar el sueño. Acomodé las sábanas y me recosté, saqué la foto de mi madre que había guardado en mi calcetín, y volví a sentirme acompañado, como todas las noches antes de dormir.
Aprecié su belleza como si ella estuviera aquí, me preguntaba qué se sentiría si tan solo pudiera escucharla pronunciar mi nombre o acariciarme, sin duda sería muy feliz con eso.
—Buenas noches, mamá —susurré.
Mis párpados cayeron ante el cansancio, guardé la foto y acomodé mi almohada. Me relajé y comencé a sentir el sueño apoderarse de mí. No luché contra él, porque si necesitaba descansar.
Cubrí mi cuerpo con las sábanas y cerré los ojos. Listo para dormir, y listo para un nuevo día.
•ೋ° °ೋ•
Sentí el destello de la luz solar sobre mis ojos, con un poco de molestia cubrí mi vista y me levanté. Había dormido demasiado bien para mi gusto, y me sorprendía que nadie tocara mi puerta hasta ahora.
Guardé la foto de mi madre en el libro que estaba al costado de la lámpara. Caminé hacia las ventanas para mover las cortinas por completo y me asusté al ver como había varias filas de chicos formados en el patio. Alarmado, corrí hacia el baño para un rápido aseo corporal, quité el uniforme del colgador y en unos cortísimos minutos ya estaba listo. Salí corriendo de la habitación moviendo mi cabello húmedo de un lado para el otro. No había chicos merodeando en el edificio por lo que era el último de todos.
Avancé hasta la salida y con un poco de vergüenza caminé con pasos lentos hasta la fila que estaba más cerca de mí. Vi a dos hombres caminar hacia mi dirección, pero disimulé no verlos y me coloqué detrás de un chico cualquiera, dentro de la fila.
—¿Lee Heeseung?
Sabían mi nombre, no podía hacerme el loco de nuevo. Con un poco de timidez volteé a verlos y sólo asentí.
—Tiene que acompañarnos por favor.
Miré a mi alrededor, pero al parecer nadie se percataba de lo que pasaba, todos estaban atentos a las palabras de los hombres que estaban más adelante. Sin ninguna objeción, caminé delante de los dos hombres, luego de que ellos me siguieran el paso.
Llegamos a un nuevo edificio, donde en la fachada había un enorme cartel con el mismo escudo de un lobo, junto a dos espadas cruzadas. El llamado de una voz conocida me atrajo de nuevo hacia la realidad. El señor Jong Hi estaba frente a mí, sabía que algo estaba pasando, y probablemente tenía que ver con mi tardanza.
Estaba listo para pedirle disculpas y excusarme, pero me sorprendí cuando me tomó de los hombros y preguntó algo que no me lo esperaba.
—¿Dormiste bien? Hoy será un día largo.
Lo miré un poco incrédulo, pero rápidamente desvíe mi mirada. Sentía como los hombres me miraban con discreción, pero con un poco de recelo también.
—Dormí muy bien, gracias, Señor. —respondí.
—Perfecto. Es hora del desayuno, nos vemos en dos horas.
Jong Hi se separó de mí y camino en dirección contraria, lo único que hice fue verlo caminar hasta que desapareció por una esquina. Con un poco de duda, giré a ver a los otros hombres, y me di con la sorpresa de que ya no estaban.
—Genial —solté para mí mismo.
•ೋ° °ೋ•
Luego de unos minutos y de tanto buscar la zona del comedor, llegué al lugar y estaba repleto de varios chicos como yo. Como era de esperarse, reconocí rápidamente a Sunghoon y me senté con él.
—¿En dónde te habías metido? Toqué tu puerta como cinco veces.
No había escuchado ningún golpe mientras dormía, por lo tanto, no sabía que responder con exactitud.
—Fui a ver al señor Jong Hi, al parecer quería saber cómo estaba. —respondí como si fuera lo más obvio del mundo.
Sunghoon me miró aún más sorprendido, pero volvió a lo suyo. Mientras comía su desayuno, comenzó a contarme todo lo que había pasado en el patio, al parecer habría una especie de pruebas el día de hoy, estaríamos separados por equipos aleatorios en donde los chicos con mayor puntaje serían los capitanes de cada "Clan" —que era la denominación a los equipos oficiales—. Sonaba interesante, pero la mala noticia que recibieron tenía mucha coincidencia con lo que pasó ayer en la noche. Informaron que uno de los chicos reclutados intentó escapar, tal como lo supuse, y lastimosamente murió al caer desde lo alto de la torre.
Eso no era así.
Quise interferir en la conversación con mi amigo, pero una tercera voz nos interrumpió, sobre todo al decir algo contrario a lo que yo estaba pensando.
—Es mejor que no lo digas, podría traerte problemas.
Ambos giramos hacia la persona que habló. Estaba sentado en una mesa al costado de la nuestra, sin ninguna otra compañía. Lo miré con el ceño fruncido porque su respuesta era tan precisa, como si hubiera leído mi mente.
—¿Por qué lo dices? —cuestionó Sunghoon.
—Él lo sabe. —volvió a decir, refiriéndose a mi obviamente.
—¿A quién te refieres? —continuó interrogando mi amigo.
—A tu amigo.
Rápidamente Sunghoon volteó a verme, no hice más que levantar mis manos como si no estuviera entendiendo la situación, pero él no se lo creyó. Sabía que había presenciado algo que no le había contado. No espere a que me lo pidiera, así que solté todo lo que había visto.
—Ayer vi a ese chico caminar por el patio, pretendía huir sin duda, pero él no murió de esa forma, o es lo que presiento. Minutos después de que el desapareció, escuché el sonido de un disparo, así que supuse que él había sido asesinado.
Sunghoon se mostró muy preocupado sobre lo que dije, sabía que iba a ponerse así. A él no le gustaba las situaciones donde algo se ponía turbio o era peligroso para la vida de ambos. Pero no había vuelta atrás, no podemos salir de aquí, solo muertos.
El chico misterioso giró rápidamente su silla y se sentó en nuestra mesa. Se quitó la capucha que llevaba todo el tiempo, y vimos como tenía el cabello un poco más largo de lo normal. Levantó su rostro y vi como unos aros azules se encendieron en sus ojos.
Vi a Sunghoon sorprendido, pero él seguía normal, como si no hubiera visto nada fuera de los normal. Volví a ver al chico y ya no tenía los aros en sus ojos, ¿lo habré imaginado?
El chico tomó la palabra.
—En efecto, ese chico fue asesinado, porque descubrieron que tenía sangre del Clan del Este.
Aquella información era desconocida y rara para nosotros, pero Sunghoon se veía muy emocionado por lo que escucho.
—¿Clan del Este? —preguntó.
—Si, es el reino de los Vampiros.
Okey. Aquello sonaba tan ridículo que me negaba a creerlo. Acaso pretendían jugar a los lobos y vampiros y matarnos uno por uno, tal vez solo era una cámara escondida o un absurdo programa de entretenimiento. Ahora entendía los escudos y el disfraz de los hombres del señor Jong Hi.
—Es absurdo. Los vampiros no existen, son solo un mito. —comenté
El chico solo me echó un vistazo y volvió a ver mi amigo. No entendía que pretendía con meterle esas ideas a él, Sunghoon no era tan tonto para creer en eso.
—¿Estás seguro? —preguntó con cierta curiosidad.
Lo miré esperando una explicación, pero él no dijo nada más. El otro chico asintió, y nos pidió que nos acercáramos más, al parecer quería decir algo, y no quería que nadie más lo escuche.
—Hoy después de las prácticas estaré en la biblioteca, si quieren saber más sobre este Clan y los vampiros vayan allí.
Se separó con rapidez y volvió a colocarse la capucha de su uniforme, se cargó la pequeña mochila que tenía, y nos entregó dos monedas grandes de plata. Sin esperar ni un segundo, Sunghoon las recibió y preguntó:
—¿Cuál es tu nombre?
—Jungwon.
El chico se levantó de su asiento, no sin antes decirnos que entreguemos las monedas al hombre que estaría de guardia en la biblioteca.
Cada vez todo era más confuso.
Miré a mi amigo esperando alguna explicación de su tan "considerada" compañía, pero no dijo nada. Continuó con su comida mientras yo seguía pensando en las cosas que dijo Jungwon, no tenía por qué creerle, ya que ese era el primer paso para volverme loco.
Un timbre un poco extraño se escuchó en todo el lugar, rápidamente unos hombres se ubicaron en las salidas del comedor, mientras tenían unas cajas en sus manos, tal como la primera vez. Sunghoon y yo nos levantamos y caminamos hacia la salida que él me había comentado, después de todo, teníamos que estar en el mismo equipo, no podían separarnos.
Caminamos hasta la fila que ya se había formado y conforme está avanzaba, tenía la cajita en mis manos. Salimos del comedor y seguimos a dos hombres que al parecer estaban encargados de nosotros. Llegamos a un segundo patio, donde la vista era completamente diferente al despertar.
Había un gran circuito con construcciones muy arriesgadas, desde espadas, escudos, trincheras, sogas, arcos, flechas. Sabía que habría una serie de competencias, pero no imaginaba esto. Nos indicaron sentarnos en un círculo mientras calentamos nuestras extremidades. Nos advirtieron que un mal paso podría ocasionarnos lesiones, y eso era lo que debíamos evitar.
Después de unos minutos de calentamiento nos ordenaron ir a colocarnos la armaduras o protección necesaria según nuestro criterio. Nunca había pasado por una competencia así, por lo tanto, no sabía que elegir. Sunghoon se colocó un chaleco de metal y unas muñequeras. En cuanto a Jungwon, quien al parecer también estaba en nuestro equipo por ahora, solo eligió un cinturón con una pequeña espada.
Había tantas cosas desconocidas para mí, que por alguna razón sentía que no debía estar aquí. Vi la luz resplandeciente de un objeto en medio de los escudos, siendo lo primero que llamó mi atención. Retiré los objetos que estaban encima y con mucha fuerza saqué lo que parecía ser una espada, una gran espada.
Un dolor punzante apareció en mi cabeza, me sentía mareado por un momento, dejé la espada en su lugar y volví a mis sentidos.
—¿Estás bien? —preguntó Sunghoon.
Asentí, volviendo a tomar una espada más pequeña. Seguramente la falta de desayuno y el peso que tenía esa espada hizo que me sintiera débil.
El llamado del señor Jong Hi, hizo que volviera a la realidad nuevamente. Volvimos con nuestro equipo, y luego de unas muy cortas palabras, la competencia comenzó.
Según lo que había entendido, era que "nuestra descendencia nos permitiría recordar cómo superar la competencia".
Si solo somos chicos comunes y corrientes, como se supone que haremos cada una de las pruebas. Cuando escuchamos el sonido de una ¿trompeta?, supusimos que la competencia había empezado.
Las primeras pruebas fueron sencillas, una que otra carrera de velocidad con saltos, giros y trampas muy fáciles de predecir. La segunda prueba se puso un poco más difícil, consistía en subir o escalar un gran muro con solo saltar. Sunghoon estaba tan agotado de intentarlo, yo por mi parte solo lo hice una vez, pero tampoco lo logré. Jungwon había sido el único de nuestro equipo en pasar con facilidad, según él sólo era tomar impulso con las manos y pies, y el cuerpo haría el resto. Muchos siguieron si consejo y lo consiguieron, Sunghoon lo hizo por enésima vez y por fin pudo pasar.
Ahora era mi turno.
No quería darle la razón a Jungwon, pero seguí los mismos movimientos que empleó para saltar, y en un cerrar de ojos había logrado pasar el muro. Fuimos hacia la tercera prueba que consistía en tiro al arco. Había visto esa prueba como un deporte nacional, pero nunca lo he practicado. Sunghoon tomó el arco como si fuera la cosa más simple del mundo y rápidamente soltó la flecha, dando el centro. Observé a mi amigo con fascinación, sabía que él era deportista, pero eso había sido demasiado rápido y sorprendente.
Tomé el arco con cuidado, y aunque pesaba un poco, logré estabilizarlo en una buena posición, jalé la flecha con mucha fuerza hacia atrás y la solté. La velocidad con la que iba comenzó a disminuir, como si estuviera en cámara lenta. La imagen de una flecha similar apareció en mi mente, nuevamente con esa punzada dolorosa. Cuando Sunghoon me miró con una sonrisa, solo dejé el arco en su lugar y sonreí también. Vi la flecha en el centro, lo había logrado.
Continuamos con las otras dos pruebas y las pasamos con satisfacción. Ahora solo nos quedaba esperar nuestros puntajes finales y ver en qué equipos oficiales quedábamos. Nos dieron un descanso de diez minutos para poder explorar un poco más la zona, decidí sentarme en el césped verde mientras trataba de analizar los pensamientos fugaces que tuve en esta mañana, pareciera como si se tratase de alguna experiencia vivida en el pasado, pero era algo imposible de creer.
Sunghoon y Jungwon no tardaron en llegar y se sentaron conmigo, mientras conversaban de temas relacionados con la prueba. Al parecer ya se llevaban bien. Cuando sentí la mirada del más bajo sobre mí no dude en verlo también, y fue allí donde volví a ver aquellos aros azules. Él por su parte siguió con su conversación como si no hubiera ocurrido nada.
Los minutos pasaron volando y ahora nos encontramos frente a la enorme pared donde estarían nuestros futuros equipos y los puntajes. La cantidad de chicos era enorme, por lo que fue muy difícil encontrar nuestros nombres. Sunghoon fue el primero en hallarlo, con un puntaje de 145 puntos, estaba en el segundo lugar del equipo Clan Vita. Jungwon por su parte fue el primero, con 150 puntos, convirtiéndose en el líder de ese equipo. Creí que mi nombre estaría debajo de ellos, pero mala fue mi suerte que lo encontré en el décimo puesto del equipo contrario. Con 139 puntos había logrado entrar al Clan Ases, el cual estaba liderado por un chico llamado Nishimura Niki, con el mismo puntaje de Jungwon.
Sunghoon siguió la dirección de mi mirada y se percató de que no estaríamos en el mismo Clan, un poco cabizbajo se disculpó, aunque me negué rotundamente, no era su culpa. Quizá esto no era tan malo después de todo.
La voz gruesa de Jong Hi nos anunciaba que tenía algo que decir. Con mucho cuidado nos formamos según el nuevo equipo al 1ue pertenecía cada uno. Fue un poco inevitable ver a mi amigo y Jungwon en el equipo contrario, mientras que yo estaba en otro.
—Como ahora pertenecen a un Clan definitivo, deben saber que no habrá cambios jóvenes, el equipo al que pertenece será su única familia por este largo periodo, solo si alguien es lo suficientemente valiente, podrá asegurar su cambio de Clan, aunque eso se aproxime a la muerte.
Vi a los chicos del Clan Vita susurrar entre ellos, mientras que los chicos de mi equipo permanecían todos en silencio, siendo una diferencia notoria de los demás.
—En las cajas que tenían desde el inicio, están los anillos que deberán pintar de acuerdo con el color de sus Clanes, solo el líder de cada equipo podrá elegir un color alterno al de los demás.
Varias banderas se deslizaron hacia adelante por el suelo, mientras nos indicaban cual era nuestro color de Clan. Al parecer ahora tenía que acostumbrarme a un color que no era de mis favoritos, rojo. El equipo de Sunghoon tenía el color azul. Y así fue con los otros, donde los colores variaban demasiado.
—Tendrán que mudarse a las nuevas casas donde vivirán con sus respectivos compañeros de equipo. Los únicos momentos donde podrán interactuar todos en general son en las comidas, descansos, celebraciones, y las pruebas mixtas. Así que, por ahora, piensen solo en cada uno de ustedes. Los horarios de entrenamiento estarán en cada una de sus habitaciones, al igual que sus nuevos uniformes, y llaves de acceso.
El discurso del señor Jong Hi al parecer estaba siendo muy beneficioso para muchos del Clan al que pertenecía. No dudaron en comenzar un mar de aplausos, al mismo tiempo que unos rebeldes silbidos, lo cual alegró también al propio señor.
—Ahora, antes de que vayan a las casas de los Clanes, permítanme presentarles al hombre que será el líder de entrenamiento de campo, con ustedes mi hijo.
Un joven de metro ochenta, fornido, bronceado y muy sutil, avanzó hasta llegar a su padre, agradeciéndole con una reverencia por su presentación.
—Hola a todos, a partir de este momento seré el supervisor de su desarrollo de batalla en campo, mi nombre es Park Jong Seong, pero pueden decirme Jay Park.
Aquel nombre resonó por unos segundos en mi mente, y este empeoró cuando sentí su mirada sobre mí, no lo conocía en absoluto, pero al parecer él sabía quién era yo.
•ೋ° °ೋ•
Continue...
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¡Hola!
Perdón por andar desaparecida por aquí 🥺, me hubiera gustado darles como regalo de navidad una actualización pero por motivos externos no pude aaaaaaa. Lo siento mucho, espero me perdonen 🤍.
Ahora, vengo con la primera actualización del año 2023, y espero les haya gustado mucho mucho muchoooo. Esta vez he decidido que los capítulos tendrán un contenido mayor a las 3 mil palabras, porque siento que así lo disfrutarán más, espero estén de acuerdo.
Feliz Año mis lectoras Yemitas, y deseo de todo corazón que sigan formando parte de este libro y mi vida, OSI 🥰.
Nos vemos con otra actualización que, esta vez, les prometo será dentro de una semana.
Sigan cuidándose y disfrutando de sus historias favoritas, see you later.
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