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Capítulo 12

SUNGHOON.

El amanecer llegó.

No había podido dormir bien, la situación de Heeseung era muy preocupante, y sabía que, si no había alguien que lo aconseje o por lo menos hable con él, simplemente actuaría por impulso y terminaría en problemas. Como lo que sucedió hace dos años.

Era una situación diferente sí, pero estoy seguro de que, si no hubiera llegado en ese momento, Heeseung probablemente hoy no estaría vivo.

No se lo reprochaba, pero tampoco podía olvidarlo con facilidad. Nadie lo obligó a meterse en problemas con un grupo de chicos drogados, fue tan solo una casualidad que casi termina con él. Apenas y había comenzado a ingerir esas sustancias, y cuando quería más, pues simplemente las compraba. Pero el día en que no tuvo más con que pagar, comenzó a crear una gran deuda con ellos.

Él no tenía idea de lo que querían hacer con su integridad, pues solo quería consumir más de esos polvos y listo. Pero el día en el que me enteré de que uno de mis amigos de la infancia, estaba llevando una vida muy desordenada y peligrosa, no dudé en intervenir. Tuve que ser muy cuidadoso para que no sospechara de mí, y así fue hasta que nos encontramos cara a cara.

Heeseung trató de explicarme que todo había sido un error, pero yo ya sabía la verdad. Le aseguré que, si él decidía no seguir en ese mundo, lo ayudaría. Tenía los recursos y el apoyo de mis padres, cuando escuché su respuesta no pude evitar quebrarme ante su arrepentimiento. Lo abracé como si no hubiera un mañana próximo, y desde ese momento pude sentir que éramos más que amigos.

Somos hermanos.

Luego de que Heeseung se resguardara por unos días con los agentes policiales, pudieron atrapar a la organización de narcotraficantes que amenazaba a mi amigo y con un proceso legal muy argumentado y largo, pudieron refundirlos en la prisión con mayor seguridad del país, y desde ese entonces no supimos más de ellos.

Fue así como todo pasó, Heeseung decidió aceptar la ayuda que le ofrecimos y continuó con su vida sin buscar o enfrentarse a más problemas, y claro, yo estaba allí con él para vigilarlo.

Era ese el por qué había reaccionado con molestia la noche anterior. Luego de ver cómo él llegó a mi departamento con la ropa mojada y un semblante perdido, creí que algo le había pasado, pero lo único que me dijo fue que había conseguido la lotería.

Al interrogarlo, me habló acerca de un hombre que quería ayudarlo, así como lo hacía con otros jóvenes y luego de darle una tarjeta, desapareció. Me explicó que esa podría ser la oportunidad que tanto había esperado y que tenía que aceptar si o sí. Tuve que frenarlo, interrumpiéndolo con que primero debía de cenar, pero aun así no paraba de hablar sobre la tarjeta.

Y lo que sucedió después, creo que ya tienen una idea. Desde mi habitación podía escuchar lo decidido que estaba por ir a ese lugar, así que, como buen amigo, no me quedó de otra que tomar una decisión también.

Llegué hasta lo cocina y comencé a preparar el desayuno para ambos. No quería seguir enojado con él, ya no lo estaba, pero necesitaría demostrarlo.

Dejé nuestras porciones en la mesa del comedor, que no me tomó ni cinco minutos, y me dirigí hacia la sala.

Al llegar lo vi, aún seguía dormido en aquel sillón. Con toques suaves, comencé a despertarlo. Moví sus manos y jugué con su cabello, quería molestarlo, pero le recordaría que seguía enojado con él.

—Heeseung.

Dije con firmeza y un tono elevado. Y tal como lo pensé, se levantó con exageración y me vio. Decidí no mirarlo y caminé de vuelta al comedor, no sin antes mencionarle que el desayuno estaba listo, con el mismo tono grave.

Desde mi lugar en la mesa, comencé a comer mis tostadas para tratar de disimular que me estaba muriendo de la risa. Pero vamos, él necesitaba una lección.

—Buenos días —pronunció con pereza, aún no despertaba del todo.

Moví la cabeza y comencé a beber mi jugo de arándanos, mientras lo miraba de reojo. Él hizo lo mismo, pero se detuvo luego de darse cuenta de algo... Y creo que ya sabía que era.

—¿Sigues enojado? —preguntó, dejando su vaso a un lado.

Preferí pasar el bocado que tenía y lo vi, pero no dije nada.

—Lo estás, ¿verdad? —volvió a decir, tratando de convencerse a si mismo.

—No, no lo esto—quise responder, pero fui interrumpido.

—Lo siento Sunghoon, sabía que lo único que haces es preocuparte por mí, y no supe valorar eso. Creo que no soy el amigo que necesitas. Lo mejor será que... —Okey, ya era suficiente.

—¡Heeseung! —tuve que elevar la voz mientras seguía escuchando sus murmullos—. Escúchame... No estoy enojado, y te comprendo, sé que quieres comenzar a ser más independiente y quieres aprovechar los desafíos que la vida te pone, y te apoyo, pero...

Ver la cara de mi amigo era lo mejor del mundo, quería reírme, pero tenía que terminar con esto pronto. Guardé un minuto de silencio, y allí lo escuché, esperando con desesperación por mi respuesta.

—¿Pero?

—Pero no irás a ese lugar —me miró cabreado—, si no vas conmigo. —Finalicé, ahora solo quedaba esperar su respuesta.

—¿Estás bromeando? ¡Claro que sí! —se abalanzó contra mí, ayuda—. Pero tú no necesitas hacer eso Sunghoon...

—¿No? Bueno, solo quiero experimentar algo nuevo —aseguré con una pizca de mentirita, también iría porque no quería perder de vista a mi amigo, no lo dejaría solo—. Entonces, ¿vamos?

—¡Vamos! —exclamó con alegría, y comenzó a dejar varios besos en mi mejilla, ¡ah! Era demasiado empalagoso.

—¡Pero sin besos! —lo alejé de mí.

—¡Si señor! —volvió a su asiento y comenzó a tomar su desayuno con un ánimo alegre y positivo.

Sonreí inconscientemente al verlo de esa manera, a veces me preguntaba quién era el verdadero mayor de ambos. Negando ante la idea, seguí disfrutando del delicioso desayuno.

Nos espera un larguísimo día.

•ೋ° °ೋ•

HEESEUNG.

Aún sigo sin poder creer que estoy con mi amigo caminando rumbo a la dirección que había en la tarjeta, estoy muy emocionado.

Mientras menos camino nos quedaba, pude darme cuenta de que varios chicos de mi edad también se aproximaban hacia nosotros. No tenía la confianza para preguntarles sobre sus asuntos, pues, yo tenía los míos.

Sunghoon caminaba con elegancia, y a pesar de llevar un conjunto no tan llamativo como solía usar, tenía que mejorar su comportamiento si no quería ser descubierto.

Llegamos a una gran puerta de oro y bronce, con barrotes y detalles que la hacían ver muy antigua, como de aquellas épocas medievales. Y en una esquina de ella se encontraba un hombre con el rostro cubierto, pero tenía un estampado de un lobo en su pantalón, lo que me indicaba que estábamos en el lugar indicado.

—Hagan una fila de tres. —Ordenó de inmediato.

Todos los que ya estábamos en este lugar, comenzamos a movilizarnos para acatar esa orden, y por suerte, logré llevar a Sunghoon conmigo, necesitaba tenerlo cerca, era como mi salvavidas, y él lo sabía.

Luego de que nos formamos, vi como ese hombre comenzó a pedirle la tarjeta a los chicos de adelante, supuse que también me la pediría, por eso la saqué de mi pantalón y la coloqué en una posición de fácil agarre.

Escuché el susurro de mi amigo y giré a verlo.

—Heeseung, ¿no tienes otra tarjeta? —me preguntó con un semblante preocupado. Tuve que negar, no me quedaba de otra. ¿Pero qué pasaría con él?

El hombre estaba cada vez más cerca de nosotros, y los nervios comenzaron a llegar a mi sistema. Tenía que ayudar a Sunghoon.

Iba a voltear a verlo, pero al escuchar como alguien le entregaba una tarjeta con un "la necesitarás", pude respirar con alivio. El hombre llegó hacia mí y tomó con rapidez mi tarjeta, casi quitándome, la introdujo en una pequeña máquina azul y vi como se hacía polvo, la había destrozado.

Estaba sorprendido. Tomó mi mano derecha, exactamente mi dedo índice, y la puso en un lector de huella, pude ver como en su tableta aparecía una foto mía, junto a una serie de datos. La curiosidad por preguntar a que se debía todo eso me mataba, pero él se fue. Dejándome con la incertidumbre en los labios.

Hizo lo mismo con Sunghoon y todos los chicos que estaban en las otras filas. Y luego de algunos minutos, pudimos ver como esas grandes puertas se habrían.

Esto se ponía interesante.

Aparecieron otros dos hombres con una gran carga en sus manos, y al llegar a la entrada, comenzaron a sacar de ese paquete, pequeñas cajitas color azul y dorado, con un sello de un lobo en la misma tapa. Nos entregaron una a cada uno, y un gran hombre de estatura alta apareció, tenía en sus ojos un antifaz que los cubría y un bastón dorado.

Supongo que era el jefe, aunque recordaba que era más delgado.

—Futuros Brave Wolf Men's, a partir de hoy, han tomado la mejor decisión de sus vidas. No sólo crecerán siendo ustedes, sino que aparte de protegerse, también podrán hacerlo con las personas que quieren. Tendrán todo lo que alguna vez anhelaron, y si aún con eso sienten que no es suficiente, bueno, habrá las cajas que tienen en sus manos ahora —indicó.

Observé el objeto en mis manos y la inseguridad por abrirla comenzó a surgir, pero al ver como los otros chicos lo había sin temor alguno, yo no quería ser la excepción.

Saqué la tapa con cuidado, y luego de navegar por un mar de papeles decorativos, lo único que encontré fue una llave, con el mismo diseño de un lobo.

—Aquellas llaves serán los accesos a sus respectivas habitaciones en este lugar. Además de que podrán ser acreedores de otros lugares vip, si se esfuerzan el doble.

Todos susurraban con emoción y euforia, y era una emoción compartida, yo también estaba feliz por esto, pero quería saber por qué a todo, cuál era el motivo o nuestro principal rol.

—Si se preguntan sobre qué es lo que deben hacer para tener todo eso, la respuesta es sencilla —acomodó su bastón y nos miró a todos con una vibra muy intimidan té y fuerte—. Necesito hombres que muestres valentía y confianza, hombres que logren protegerme con sangre, sudor y lágrimas, aún si el final no sea como ustedes quieran. La muerte.

Sentí mi corazón detenerse oír ello, pero si había todo con cuidado, creo que estaría muy lejos de ese final. Todo dependía de mí.

—Es por eso que quiero su compromiso, y si alguno prefiere no continuar, ahora es el momento para decirlo.

El ambiente se puso muy pesado e incómodo, lo único que podía escuchar eran las respiraciones de todos, y lo que Sunghoon trataba de decirme. Aún nadie levantaba la mano, o por lo menos eso que lo que note.

Hasta que yo lo hice.

—Señor Lee, cuénteme su motivo —el hombre se acercó hacia mí.

Tuve que pasar algo de saliva para humedecer mi garganta y prepararme para lo que iba a decir.

—Yo no daré marcha atrás, y si usted es el señor Park Jong Hi, daré hasta mi vida para protegerlo.

Me sentía orgulloso de mi mismo, el miedo había desaparecido y solo quedaba autoconfianza.

—Eso era lo que quería escuchar, gracias señor Lee.

Sentí como me daba un apretón de manos y aunque me intimide un poco, hice una reverencia para mostrarle respeto.

El señor Park volvió a su lugar al frente de todos, y como nadie más pretendía decir algo, luego de darnos la bienvenida se retiró.

Los hombres se encargaron de llevarnos hasta las instalaciones de nuestras habitaciones, mientras nos explicaban algunas reglas. Podía ver como el ambiente interno era muy extenso, y las construcciones eran tan fascinantes que me daba la sensación de que había vivido en esa época. Algo loco.

Llegamos a una gran torre, y subimos en grupos a los elevadores que habían. Después de unos minutos llegamos al quinto piso, donde un gran puente conectaba está torre con otra.

Desde este lugar la vista era asombrosa, aunque para mí amigo era demasiado debido a su fobia a las alturas, prefirió caminar en el centro de todos con mucha concentración.

El puente era demasiado largo, pero en unos minutos, nos encontrábamos bajando por otro elevador hacia el piso uno. Esta zona era demasiado diferente a la primera.

La gran vista de árboles de cedro, cerezos, manzanos, entre otras decoraban el gran campo que nos separaba de las habitaciones. Tenía a Sunghoon tomándome del brazo, y aunque para mí no era incómodo, pude darme cuenta como algunos chicos me miraban de mal manera.

Quité mi brazo del agarre de Sunghoon y continuamos caminando con normalidad.

Llegamos a un gran edificio más actualizado y elegante, pero sin perder el estilo medieval que era la característica principal de todo el lugar. En la entrada había más hombres con el rostro cubierto, cada uno tenía una caja en sus manos, y cuando llegamos, volvimos a formarnos en tres filas.

—Bienvenidos, esta será su residencia, donde podrán descansar y hacer sus actividades cotidianas. Para sus posteriores estudios profesionales, deberán leer toda la información en estas tabletas que se les entregará, y con la indicación que viene en ese aparato, podrán matricularse según la carrera que escogieron.

Trataba de analizar con detenimiento cada cosa que decían. Sin duda, sabían cómo convencernos.

—Sus estudios serán ejecutados principalmente en tres universidades de Seúl, a donde ustedes deberán ir de manera presencial por cierto intervalo de tiempo, y volver a la hora exacta a esta residencia. En caso cuenten con más de tres tardanzas, recibirán una penalización y castigo. Y si generan conflictos de mayor nivel de complejidad y gravedad, serán expulsados de este lugar, y nunca podrán volver.

Tenía que ser cuidadoso conmigo mismo, sobre todo, a veces suelo ser un poco impulsivo e inquieto, es por eso que tengo a Sunghoon conmigo.

—Con respecto a la preparación del físico, agilidad, inteligencia, destreza, y habilidades especiales, serán todos los fines de semana, y el último domingo de cada mes, será su evaluación. Cuyo resultado, dará a conocer si se quedan o se van. En las cajas que les entregarán en este momento, estarán las tabletas con la información que les brinde hace unos minutos, y también un set de 3 llaves, la llave roja es de los servicios económicos, es decir, tendrán sus propias bóvedas de ahorro, la llave azul, es para sus propios autos, tanto para uso personal como profesional, y la llave verde, cuyo acceso les será informado al final de este primer semestre.

Tomé la gran caja en mis manos y al revisarla encontré todo lo que él hombre decía, y también hallé un collar con una extraña forma.

—No olviden que aquella primera llave que les dieron es para sus habitaciones, así que mucho cuidado con ella —guardó el set de llaves y sacó el mismo collar que había visto—. Y este collar es lo más importante para ustedes, sobre todo lo será al descubrir lo que guarda la llave verde, por lo tanto, guárdenla donde nadie más pueda verla. Es enserio —pronunció con seriedad—. Eso sería todo lo que necesitan saber, ahora pueden ir a sus respectivas habitaciones.

Todos los hombres comenzaron a dispersarse y en un minuto desaparecieron, dejándonos a todos solos en este gran edificio.

—Tenemos que hablar.

Fue lo único que dijo Sunghoon mientras me jalaba hacia un lugar oculto.

Solo esperaba haber tomado una buena decisión.

•ೋ° °ೋ•

Continue...
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Nuevo capítulo iiiih. ¿Te gustó?

Muchísimas gracias a todas las personitas que decidieron seguir la historia después del comunicado que publique. Seguiré manteniendo la esencia de esta historia al igual que a los propios protagonistas, pero nuevos cambios se aproxima... Nuevos cambios.

Jsjs, gracias por leernos y nos vemos con otra actualización.

No olvides presionar la estrellita, cuídense~

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